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El amor de Dios es la fortaleza de mi vida

Qué significa ser un hombre de verdad

2019-09-07 14:02:45 | Palabra de Dios

Gestionar al hombre es Mi trabajo, y que él sea conquistado por Mí ya ha estado por demás predestinado desde que creé el mundo. La gente no sabe que los conquistaré por completo en los últimos días, y tampoco son conscientes de que la evidencia de Mi derrota a Satanás es conquistar a aquellos miembros de la humanidad que han sido desobedientes. Pero Yo ya había dicho a Mi enemigo cuando luchó conmigo, que Yo me convertiría en el vencedor de aquellos que han sido arrebatados por Satanás, y que desde hace mucho tiempo se han convertido en sus hijos y sus fieles servidores y vigilantes de su casa. El significado original de conquistar es derrotar, humillar. En palabras del pueblo de Israel, es vencer por completo, derrotar, destruir y hacer que nadie sea capaz de resistirse a Mí por más tiempo. Pero hoy en día, tal y como este término es usado entre vosotros, su significado es conquistar. Vosotros debéis saber que Mi intención es extinguir por completo y derrotar de un todo al maligno de la humanidad, para que nunca más se rebele contra Mí, y que mucho menos le quede aliento para interrumpir o perturbar Mi obra. Por ende, en lo que a la gente se refiere, esto significa la conquista. Cualquiera sea la connotación del término, Mi trabajo es derrotar a la humanidad. Porque en verdad, la humanidad es un complemento de Mi gestión, pero con mayor precisión, la humanidad no es otro que Mi enemigo. La humanidad es el maligno que se resiste a Mí y me desobedece. La humanidad no es otra cosa que la descendencia del maligno que Yo he maldecido. La humanidad no es otra que la descendencia del arcángel que me traicionó. La humanidad no es otra cosa que la heredad del diablo que, rechazada por Mí hace mucho tiempo, desde entonces ha sido Mi enemigo irreconciliable. El cielo sobre toda la humanidad es turbio y oscuro, carente de siquiera un atisbo de claridad. El mundo humano está en completa oscuridad, y los que viven en ella no pueden ver su propia mano cuando la estiran frente a sí, y no pueden ver el sol cuando levantan la cabeza. El camino bajo sus pies es fangoso y lleno de baches, y es torcido y tortuoso; sobre toda la tierra hay cadáveres esparcidos por doquier. Las esquinas en la oscuridad están colmadas con los restos de los muertos. Las esquinas oscuras y frías están repletas de hordas de demonios que establecen su residencia. Así mismo por toda la humanidad hordas de demonios vienen y van. La descendencia de la multitud de bestias cubiertas de mugre pelean mano a mano, en una lucha brutal, emitiendo un sonido que infunde terror al corazón. En esos tiempos, en un mundo así, y en un “paraíso terrenal” como este, ¿a dónde puede alguien ir en busca de las alegrías de la vida? ¿Dónde puede alguien encontrar el destino de su vida? La humanidad, pisoteada bajo los pies de Satanás desde hace mucho tiempo, ha estado actuando a la imagen de Satanás, y hasta lo ha personificado. Ellos son la evidencia de ser testigos, altos y claros, de Satanás. Tal humanidad, tal escoria, o tal fruto de esta familia humana corrupta, ¿cómo podría dar testimonio de Dios? ¿De dónde surge Mi gloria? ¿Dónde está Mi testigo? El enemigo que está en Mi contra y corrompe a la humanidad ya ha manchado a la humanidad, a Mi creación, desbordante de Mi gloria y Mi vivir. Se ha robado Mi gloria, y lo que él ha impregnado en el hombre no es más que veneno fuertemente mezclado con la fealdad de Satanás, y con el jugo del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. En el principio, Yo creé la humanidad, es decir, creé al antepasado de la humanidad, Adán. Él era tangible y bien formado, rebosante de vida, lleno de vitalidad, y, lo que es más, gozaba de la compañía de Mi gloria. Cuando creé al hombre, ese fue un día glorioso. Seguidamente, Eva fue creada del cuerpo de Adán, también un antepasado del hombre, y así el pueblo de Mi creación se llenó con Mi aliento y rebosaba de Mi gloria. Adán fue creado originalmente por Mi mano y era la representación de Mi imagen. Así, el significado original de “Adán” fue el ser Mi creación impregnada de Mi vitalidad, imbuido de Mi gloria, tangible y en buena forma, con espíritu y aliento. Él fue la única creación dotada de un espíritu que podía representarme, tener Mi imagen y recibir Mi aliento. En el principio, Eva fue la segunda persona dotada de aliento y cuya creación Yo dispuse, por lo que el significado original de “Eva” fue el ser una creación que continuara con Mi gloria, llena de Mi vitalidad y, además, dotada de Mi gloria. Eva salió de Adán, así que ella también era de Mi imagen, porque ella fue la segunda persona creada a Mi imagen. El significado original de “Eva” fue ser un ser viviente, dotado de espíritu, con existencia de carne y hueso, ser Mi segundo testimonio, así como Mi segunda imagen en la humanidad. Ellos fueron los antepasados de la humanidad, su tesoro más puro y preciado, y originalmente seres vivos con un espíritu. Sin embargo, el maligno pisoteó y saqueó la descendencia de los antepasados de la humanidad, enclaustrando al mundo humano en completa oscuridad, de manera tal que esta progenie ya no cree en Mi existencia. Lo que es aún más detestable es que, al mismo tiempo en que el maligno corrompe y pisotea a la gente, con crueldad arrebata Mi gloria, Mi testimonio, la vitalidad con la que he dotado a las personas, el aliento y la vida que soplé en ellos, toda Mi gloria en el mundo humano, y todo el arduo esfuerzo que Yo he invertido en la humanidad. La humanidad ya no está en la luz, y ha perdido todo lo que le he otorgado, desechando la gloria que le había concedido. ¿Cómo podrían ellos confesar jamás que Yo soy el Señor de la creación? ¿Cómo podrían creer en Mi existencia en el cielo? ¿Cómo podrían descubrir la manifestación de Mi gloria en la tierra? ¿Cómo podrían estos nietos y nietas recibir al Dios venerado como Señor de Su creación por sus propios ancestros? Estos lastimosos nietos y nietas han “presentado” generosamente al maligno, la gloria, la imagen, y también el testimonio que Yo había conferido a Adán y a Eva, y además la vida otorgada a la humanidad de la que ellos dependen, sin importarles en lo más mínimo la presencia del maligno, y dándole a él toda Mi gloria. ¿Acaso no es este el origen del título “escoria”? ¿Cómo podría tal humanidad, tales demonios malignos, tales cadáveres ambulantes, tales personajes de Satanás, tales enemigos míos, obtener Mi gloria? Voy a recobrar Mi gloria, a recobrar Mi testimonio entre los hombres y todo lo que una vez me perteneció, que Yo di a la humanidad hace largo tiempo, voy a reconquistar por completo a la humanidad. Sin embargo, debes saber que los seres humanos que Yo creé fueron hombres santos con Mi imagen y con Mi gloria. No provinieron originalmente de Satanás, ni estaban sometidos a sus abusos, sino que eran puramente Mi manifestación, sin el menor rastro de su veneno. Por tanto, quiero dejar claro a todos que sólo deseo lo que fue creado por Mi mano, Mis puros y amados que nunca pertenecieron a ninguna otra entidad. Más aún, voy a disfrutar de ellos y verlos como Mi gloria. Sin embargo, lo que Yo quiero no es la humanidad corrompida por Satanás, que hoy en día pertenece a Satanás, y que ya no es Mi creación original. Porque Mi intención es recuperar Mi gloria que existe en el mundo humano, voy a obtener completa victoria sobre los restantes sobrevivientes de la humanidad, como prueba de Mi gloria en Mi victoria sobre Satanás. Sólo me apodero de Mi testimonio como una cristalización de Mí mismo, como el objeto de Mi gozo. Esta es Mi voluntad.

La humanidad se ha desarrollado durante decenas de miles de años de historia para llegar a donde está hoy. Sin embargo, la humanidad de Mi creación original ya hace mucho tiempo que se ha hundido en la degeneración. Ella ya ha dejado de ser lo que Yo quiero, y es por eso la humanidad, tal y como Yo la veo, ya no merece el nombre de humanidad. Es más bien la escoria de la humanidad que Satanás ha secuestrado, los podridos cadáveres ambulantes dentro de los cuales vive Satanás y que él usa como vestimenta. Las personas no creen en lo más mínimo en Mi existencia ni dan la bienvenida a Mi llegada. La humanidad responde sólo a regañadientes a Mis solicitudes, está temporalmente de acuerdo con ellas, y no comparte con sinceridad las alegrías y tristezas de la vida conmigo. Debido a que la gente me ve como inescrutable, pretenden sonreírme a regañadientes, traicionando su manera de arrimarse al lado del poder. Esto se debe a que la gente desconoce Mi obra, y, aún más, Mis intenciones presentes. Voy a ser honesto con vosotros, cuando llegue el día, el sufrimiento de todo aquel que me adore será más fácil de soportar que el vuestro. El grado de vuestra fe en Mí, en realidad no será superior al de Job, y aun la fe de los fariseos judíos supera la vuestra, por lo que, en los inminentes días de fuego, vais a sufrir mucho más que los fariseos cuando fueron reprendidos por Jesús, mucho más que los 250 líderes que se resistieron a Moisés, y aún más seriamente que Sodoma bajo las llamas abrasadoras de su destrucción. Cuando Moisés golpeó la roca y brotó de ella el agua que Jehová había conferido, fue gracias a su fe. Cuando David tocaba música para alabarme, a Mí Jehová, con su corazón lleno de alegría, fue gracias a su fe. Cuando Job perdió su ganado por todos los montes, perdió posesiones invaluables de familia, y su cuerpo se cubrió de llagas, fue gracias a su fe. Cuando él pudo escuchar Mi voz, la voz de Jehová, y ver Mi gloria, la gloria de Jehová, fue gracias a su fe. Que Pedro hubiese podido seguir a Jesucristo, fue gracias a su fe. Que hubiese sido clavado en la cruz por Mí y dar testimonio glorioso de Mí, también fue gracias a su fe. Cuando Juan vio la imagen gloriosa del Hijo del Hombre, fue gracias a su fe. Cuando vio la visión de los últimos días, todo ello fue dado, aún más, gracias a su fe. Cuando los así llamados pueblos de la nación de los gentiles reciben Mi revelación, enterándose de que Yo he regresado hecho carne, llevando a cabo Mi obra entre los hombres, también ha sido gracias a su fe. ¿Acaso las personas que han sido heridas por Mi palabra severa y, por tanto, consoladas y salvadas, no lo han hecho gracias a su fe? Los que creen en Mí y sufren penurias, ¿acaso no están también sometidos al rechazo del mundo? Y los que viven fuera de Mi palabra, huyendo del sufrimiento de la prueba, ¿acaso no están ellos a la deriva por el mundo? Ellos son semejantes a las hojas de otoño que revolotean por aquí y por allá sin un lugar donde descansar, mucho menos Mi palabra de consuelo. Aunque Mi castigo y refinamiento no los siguen, ¿no son ellos los mendigos, que flotando por doquier, vagan por las calles fuera del reino de los cielos? ¿Es el mundo en verdad tu lugar de descanso? ¿Podrías en verdad obtener la más mínima sonrisa de gratificación del mundo al evadir Mi castigo? ¿Podrías en verdad utilizar tu gozo fugaz como disfraz de ese vacío inconcebible en tu corazón? Puedes engañar a cualquiera de tus familiares, sin embargo, jamás serás capaz de engañarme a Mí. Como tu fe es escasa, hasta el día de hoy no tienes el poder de encontrar ninguno de los placeres que la vida tiene para ofrecer. Te aconsejo: es mejor invertir con sinceridad la mitad de tu vida en Mí, que pasar toda tu vida en la mediocridad y ocupado en un trabajo poco productivo para la carne, soportando todo el sufrimiento que un hombre pueda apenas soportar. ¿Qué propósito tendría el atesorarte a ti mismo al punto de huir de Mi castigo? ¿Qué propósito tendría esconderte de Mi castigo momentáneo sólo para cosechar una eternidad de vergüenza, un castigo eterno? No voy, de hecho, a obligar a nadie a cumplir con Mi voluntad. Si un hombre está realmente dispuesto a someterse a todos Mis planes, no lo trataría pobremente. Pero Yo necesito que todas las personas crean en Mí, al igual que Job creía en Mí, Jehová. Si vuestra fe es superior a la de Tomás, entonces vuestra fe alcanzará Mi reconocimiento, en vuestra lealtad hallaréis Mi gozo y con seguridad encontraréis Mi gloria en vuestros días. Sin embargo, las personas que creen en el mundo y creen en el diablo, han endurecido sus corazones, al igual que las masas de la ciudad de Sodoma, con granos de arena soplando sobre sus ojos y ofrendas del diablo en sus bocas, cuyas mentes oscurecidas han sido poseídas hace mucho tiempo por el maligno que ha usurpado al mundo. Sus pensamientos han sido casi totalmente saqueados por el antiguo demonio. Así, la fe de la humanidad se la ha llevado el viento, y son incapaces de siquiera darse cuenta de Mi obra. Todo lo que pueden hacer es simplemente lidiar o analizar someramente, porque ya han sido desde hace mucho ocupados por el veneno de Satanás.

Voy a conquistar a la humanidad porque los hombres una vez fueron creados por Mí y porque, más aún, han disfrutado de todos los abundantes objetos de Mi creación. Pero los hombres también me han rechazado, no me tienen en sus corazones y me ven como una carga en su existencia, incluso hasta el punto en el cual, habiéndome visto, los hombres aun así me han rechazado, y se han devanado los sesos pensando en todas las formas posibles para derrotarme. La gente no me permite que la trate con seriedad o que le haga estrictas exigencias, ni tampoco permite Mi juicio o castigo por su injusticia. Ellos no consideran que tal forma de tratarlos sea interesante, sino que más bien les molesta. Por ello, Mi trabajo consiste en derrotar a la humanidad que come, bebe de Mí, y se regocija de Mí, pero no me conocen. Voy a desarmarlos, y después regresaré a Mi morada con Mis ángeles y Mi gloria. Porque el comportamiento de la gente me ha roto por completo el corazón, y hace ya mucho tiempo que ha hecho añicos Mi obra. Quiero recuperar la gloria que el maligno me ha robado antes de que desaparezca alegremente, dejando que la humanidad continúe con su vida, continúe con su “vida y trabajo en paz”, continúe “cultivando sus campos”, siendo liberados de Mi intervención en sus vidas. Pero ahora voy a recobrar Mi gloria por completo de la mano del maligno, voy a traer de vuelta la totalidad de la gloria que Yo he forjado en el hombre al momento de la creación del mundo, y nunca más la conferiré a la humanidad sobre la tierra. Porque las personas no sólo están fallando en conservar Mi gloria, sino que más bien la están convirtiendo en la imagen de Satanás. La gente no atesora Mi llegada, ni tampoco valoran los días de Mi gloria. Ellos no están alegres de recibir Mi castigo y mucho menos están dispuestos a devolverme Mi gloria. Tampoco están dispuestos a desechar el veneno del maligno. La gente constantemente me hace trucos, y siempre llevan sus sonrisas deslumbrantes y caras felices. Ellos no están conscientes de la profunda penumbra que la humanidad enfrentará después que Mi gloria los abandone, e ignoran particularmente que cuando Mi día llegue a toda la humanidad, pasarán por tiempos aún más difíciles de los que vivió la gente en tiempos de Noé. Porque ellos no saben que cuando Mi gloria se apartó de Israel, cuán sombrío se volvió todo, ya que cuando llega el amanecer el hombre se olvida de lo difícil que es pasar toda la noche en total oscuridad. Cuando el sol se esconde de nuevo y la oscuridad descienda sobre el hombre, él se lamentará y rechinará sus dientes en la oscuridad una vez más. ¿Os habéis olvidado de lo difícil que fue para su pueblo soportar sus días de sufrimiento cuando Mi gloria se apartó de Israel? Ahora ha llegado el momeno en los que veis Mi gloria y también es el momento de compartir el día de Mi gloria. El hombre se lamentará en medio de la oscuridad cuando Mi gloria abandone la asquerosa tierra. Ahora es el día de gloria en el que realizo Mi obra y es también el día en el que eximo a la humanidad del sufrimiento, porque no compartiré con ella los tiempos de tormento y tribulación. Yo sólo quiero conquistar por completo a la humanidad y derrotar totalmente al maligno de la humanidad.



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