La Biblia dice: “Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore” (1 Pedro 5:8). De esto, podemos ver que Satanás siempre está a nuestro lado e intenta cualquier medio posible para usar a las personas, situaciones y cosas está de nuestro lado para tentarnos y hacernos caer en travesuras y pecados. Así como en nuestra vida diaria, nos enfrentamos usualmente con las tentaciones de la riqueza, el estatus, la reputación, la pornografía y demás. Podemos caer fácilmente en tentación y, por consiguiente, caer en la trampa de Satanás y perder el testimonio. Entonces, ¿qué debemos hacer para apartarnos de la tentación de Satanás, superarla y librarnos del pecado?
Vamos a echarle un vistazo a estas tres sendass que debemos practicar.
1.Sólo enfrentando las tentaciones de Satanás, orando a Dios, buscando y entendiendo Su voluntad para que podamos conocer los planes de Satanás.
Cuando enfrentamos tentaciones, usualmente nos sentimos confundidos y no sabemos cómo manejarlas adecuadamente. En el momento crucial, debemos primero acudir ante Dios para buscar y reflexionar Su voluntad y orar por Su ayuda. Solo a través de la iluminación y guía de Dios podremos entender Sus intenciones, ver las intenciones en los planes de Satanás y superar las tentaciones. Jesucristo dijo, “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22). Dios es todopoderoso, omnisciente y omnipotente. Cuando enfrentamos las tentaciones de Satanás, Dios puede ver todo esto. Mientras tanto, Él observa nuestra actitud para ver, si buscaremos Su voluntad y, si queremos satisfacerlo en lo que nos suceda. Si queremos satisfacer a Dios para mantenernos firmes en nuestro testimonio a Él y si venimos ante Él para orarle, entonces Dios nos revelará Su voluntad y nos señalará la manera de practicar.
Así como Job, cuando fue tentado por Satanás y sufrió la repentina pérdida de un montón de ovejas y ganado, de su inmensa fortuna, de sus hijos e hijas y de sus sirvientes, él no dijo nada, sino que vino primero ante Dios y oró: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21). Podemos aprender que de la experiencia de Job, cuando las tentaciones de Satanás cayeron sobre Job, él primero oró y buscó a Dios. Entonces él llegó a entender Su voluntad, dándose cuenta de que Dios permitió que todo eso le sucediera y de que Dios le dio y Dios se lo quitó. Así que pudo obedecer voluntariamente a Dios. Incluso cuando su esposa le pidió que renunciara a Dios, él pudo ver las intenciones de las maquinaciones de Satanás e inmediatamente pudo contraatacarlo, en lugar de obedecer a su esposa y expresar palabras de rebelión y de resistencia contra Dios. Al final, permaneció firme con su testimonio, avergonzando a Satanás y derrotándolo. A diferencia de los tres amigos de Job que no oraron o buscaron la voluntad de Dios, pero sí las causas externas. Como resultado, no comprendieron a Job y dijeron muchas cosas tontas e ignorantes, causando un disgusto a Dios. Esto nos demuestra que orar y buscar Su voluntad es de gran importancia para que el hombre supere a Satanás.
Alguna vez vi estas palabra de Dios: “Después de que creara a los hombres y les diera espíritus, Dios les ordenó que si no lo invocaban, no serían capaces de conectar con Su Espíritu y, por tanto, la ‘estación satélite’ del cielo no se recibiría en la tierra. Cuando Dios ya no está en el espíritu de las personas hay un sitio libre para otras cosas, y así es como Satanás aprovecha la oportunidad de entrar. Cuando las personas contactan a Dios con el corazón, Satanás entra inmediatamente en pánico y se apresura a escapar. A través del clamor de la humanidad, Dios les da a las personas lo que necesitan, pero Él no ‘reside’ en ellas al principio. Él les brinda ayuda de continuo a causa de su clamor, y las personas obtienen resistencia de esa fuerza interna de forma que Satanás no se atreve a venir aquí a ‘jugar’ como se le antoje. De este modo, si las personas conectan continuamente con el Espíritu de Dios, Satanás no se atreve a venir a interrumpir”. Obviamente, es a través de nuestra oración o de nuestro llamado sincero a Dios que Él nos ayuda a deshacernos de las tentaciones de Satanás. Por ejemplo, en el caso de Job, él vio las intenciones en las maquinaciones de Satanás y confió en Dios, y luego él sólo dijo una cosa que hizo que Satanás no se atreviera a tentarlo más. Por lo tanto, si aclamamos a Dios con nuestro corazón y confiamos en Él, Satanás se apresurará a escapar; pero si meramente hacemos las cosas a nuestra manera en lugar de orar a Dios y confiar en Él, nunca veremos las intenciones en el engaño de Satanás, ni recibiremos el cuidado y la protección de Dios, sino que, en vez de ello, seremos fácilmente capturados o incluso devorados por Satanás. Tomemos el ejemplo de Sansón cuando fue tentado por una mujer hermosa. Como él no oró a Dios ni confió en Él, falló en ver a tiempo las intenciones en las maquinaciones engañosos de Satanás y terminó siendo explotado y afligido por Satanás en medio de pruebas. Pero más adelante, en su pelea con los filisteos, cuando él confió en Dios, él obtuvo el poder dado por Dios y los derrotó. Así que podemos ver que si queremos mantenernos firmes durante las pruebas, debemos orar a Dios y confiar en Él; sólo de esta manera podremos vivir bajo el cuidado y la protección de Dios.
2.Cuando enfrentamos las tentaciones de Satanás, debemos ver claramente la lucha en el mundo espiritual. No analices ni examines. Sólo aceptándolo por parte de Dios podremos derrotar las tentaciones de Satanás.
Cuando nos sobrevienen las tentaciones de Satanás, externamente nos enfrentamos a algunas personas, situaciones y cosas. De hecho, en el fondo, hay una lucha espiritual en la cual Satanás está haciendo una apuesta con Dios. Sólo si vemos claramente la lucha espiritual y nos mantenemos firmes del lado de Dios para satisfacer Sus demandas, podremos derrotar a Satanás por completo. Leamos los siguientes versículos: “Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal? Y respondiendo Satán á Jehová, dijo: ¿Teme Job á Dios de balde? ¿No le has tú cercado á él, y á su casa, y á todo lo que tiene en derredor? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto su hacienda ha crecido sobre la tierra. Mas extiende ahora tu mano, y toca á todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro. Y dijo Jehová á Satán: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano: solamente no pongas tu mano sobre él. Y salióse Satán de delante de Jehová” (Job 1:8-12). De esto vemos que cuando nos enfrentamos a una tentación, en el fondo ocurre primero una batalla espiritual y luego nos sobreviene la tentación. Así como la tentación que le ocurrió a Job, en el fondo, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios en el mundo espiritual y la tentación le sobrevino. Luego, Satanás comenzó a hacer las cosas e hizo que los azotes cayeran sobre Job. Sin embargo, por nuestros propios ojos, sólo vimos que un grupo de delincuentes le robaron a Job su riqueza y perdió a sus hijos e hijas, pero de ninguna manera pudimos ver que Satanás había hecho una apuesta con Dios. Debido a que Job tenía algún conocimiento de la soberanía de Dios, cuando enfrentó la tentación, él no la analizó ni la examinó a través de su mente. Por el contrario, buscó y entendió la voluntad de Dios y vio claramente la batalla espiritual, permaneciendo finalmente firme en su testimonio y obteniendo el elogio de Dios. Así como Dios lo revela:“En cada paso de la obra que Dios hace en el interior de las personas, externamente parece que se producen interacciones entre las personas, como nacidas de disposiciones humanas, o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra, y todo lo que acontece, es una apuesta hecha por Satanás delante de Dios, y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de la escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres, y la interferencia de estos. Detrás de cada paso que Dios da en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. […] Por tanto, en todo hay una batalla, y cuando se produce una dentro de ti, gracias a tu cooperación y tus sufrimientos reales, Dios obra en ti. En última instancia, dentro de ti eres capaz de poner el asunto a un lado […]” .
Hoy en día, también nos encontramos con muchos contratiempos y varias tentaciones. Si queremos superar las tentaciones de Satanás, debemos ver las cosas de acuerdo con la palabra de Dios desde el mundo espiritual y no debemos analizarlas o examinarlas basándonos en nuestras propias mentes. Sólo de esta manera podemos penetrar en los trucos de Satanás y ser testigos de Dios.
3.Al enfrentar las tentaciones de Satanás, debemos aferrarnos a la palabra de Dios, obedecer firmemente la verdad y ser leales a Dios. De este modo, podemos contraatacar contra los complots de Satanás y dejarlo completamente humillado y derrotado.
Todos sabemos que sólo la palabra de Dios es la verdad. Las palabras de Dios, con autoridad y poder, son las realidades de todas las cosas positivas. Por lo tanto, sólo la palabra de Dios nos puede hacer distinguir de todas las herejías de Satanás para contraatacar sus maquinaciones. Sólo obedeciendo las palabras de Dios podremos evitar perder nuestro camino o ser engañados por Satanás. Así como la Biblia registra: “Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. Y llegándose á él el tentador, dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan. Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le pasa á la santa ciudad, y le pone sobre las almenas del templo, Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, Y te alzarán en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está además: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le pasa el diablo á un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y su gloria, Y dícele: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y á él solo servirás” (Mateo 4:2-10). Satanás tentó a Jesucristo tres veces, pero cada vez huyó derrotado. La razón por la que Satanás falló fue porque Jesucristo es la verdad, el camino y la vida. No sólo pudo ver el Señor las intenciones en los trucos de Satanás, sino que todo lo que Él dijo es la verdad y una buena arma para contrarrestar los trucos de Satanás. Por el contrario, si no podemos ver las cosas por las palabras de Dios, caeremos en las tentaciones de Satanás y estas nos aquejarán. Por ejemplo, debido a nuestros ancestros, Adán y Eva, que no se aferraron a la palabra de Dios, fueron tentados y afligidos por Satanás. Por consiguiente, fueron echados del Jardín de Edén y vivieron en maldición.
Hoy en día vivimos en este mundo de maldad y degenerado. Si queremos superar las diferentes tentaciones de Satanás, debemos practicar la palabra de Dios en todas las cosas y someternos a la verdad. De esta manera, Satanás no podrá aprovecharse de nosotros. Tal y como dice la palabra de Dios: “Durante la obra de Su provisión y sustento continuos del hombre, Dios le comunica a este Su voluntad y todos Sus requisitos, y le muestra Sus hechos, Su carácter, y lo que Él tiene y es. El objetivo es equipar al hombre con una estatura, y permitirle obtener diversas verdades suyas mientras este le sigue, verdades que son las armas que Él proporciona para luchar contra Satanás. Equipado así, el hombre debe afrontar las pruebas de Dios. Él tiene muchos medios y vías para ponerle a prueba, pero cada uno de ellos requiere la ‘cooperación’ del enemigo de Dios: Satanás. […] Puede decirse que, que el hombre pueda ser o no salvado, depende de que él pueda superar y derrotar a Satanás; y que él pueda ganar o no la libertad, depende de que sea capaz de levantar, por sí mismo, las armas que Dios le ha dado para superar la esclavitud de Satanás, haciendo que este abandone por completo la esperanza y lo deje en paz. Si Satanás pierde la esperanza y renuncia a alguien, quiere decir que nunca más intentará quitarle esa persona a Dios, nunca más la acusará ni interferirá en ella, no la torturará ni atacará más gratuitamente; Dios sólo ganará verdaderamente a alguien así”.
Podemos ver que no importa las cosas que enfrentemos o cuando las encontremos, sólo cuando vayamos ante Dios para orar siempre a Él, cuando busquemos Su voluntad en todas las cosas, cuando veamos las cosas de acuerdo a como Él las ve Su, cuando veamos claramente la batalla en el mundo espiritual y cuando no analicemos o examinemos con nuestras mentes, sino que nos guiemos por la palabra de Dios estrictamente y aprendamos a obedecer la verdad, entonces ¡podremos ser protegidos por Dios de caer en las maquinaciones y las tentaciones maliciosas de Satanás, podremos ser testigos, escapar de los acosos de Satanás y vivir con libertad y tranquilidad ante Dios!
(Traducido del original en inglés al español por Maylin Del Cid)
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