Seguir a Dios

El amor de Dios es la fortaleza de mi vida

Las profecías bíblicas: Hay la palabra de Dios fuera de la Biblia

2019-12-12 20:06:32 | Reflexiones Cristianas

Versículos de la Biblia:

Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.(Juan 16:12-13)

Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.(Juan 21:25)

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.(Apocalipsis 2:17)

Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos. Y vi un fuerte ángel predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos? Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni mirarlo. Y yo lloraba mucho, porque no había sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dice: No llores: he aquí el león de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos.(Apocalipsis 5:1-5)

Y cuando los siete truenos hubieron hablado sus voces, yo iba á escribir, y oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas.(Apocalipsis 10:4)

Recomedación:  Predicas Cristianas


¿Sabe usted tres estándares para entrar en el Reino de Dios?

2019-12-11 15:46:39 | Palabra de Dios

Dios dice: "Si una persona puede o no ser salvada no depende de cuánta obra realice ni de cuánto se entregue, más bien está determinado por su conocimiento o desconocimiento de la obra del Espíritu Santo, por si pone o no en práctica la verdad y por si sus opiniones respecto a la búsqueda están en conformidad con la verdad". Las palabras de Dios cuentan los estándares de ser salvados y los cual es clave que entramos en el Reino de Dios. Es decir, si queremos entrar en el reino de Dios, debemos alcanzar los tres estándares siguientes: primero, si conocemos la obra del Espíritu Santo; segundo, si cumplimos las enseñanzas de Dios; si nuestras opiniones sobre la búsqueda conforman con la verdad. A continuación, los compartimos detalladamente.

Si conocemos la obra del Espíritu Santo

¿Qué significa si conocemos la obra del Espíritu Santo? significa que tenemos el conocimiento de Dios. Si no conocemos la obra del Espíritu Santo, no conocemos a Dios, porque el Espíritu Santo es Dios. Es muy importante que si conocemos la obra del Espíritu Santo para nosotros entrar en el Reino de Dios. Esto es primero estándar.

Si cumplimos las enseñanzas de Dios

El Señor Jesús dijo: "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). Por esto, el Señor dijo "mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos" Se refiere a los que cumplen el camino de Dios y practicar Sus palabras, ellos son los que serán salvados y entrarán en el reino de los cielos. Por eso, "si cumplimos las enseñanzas de Dios" Es segundo estándar.

Si nuestras opiniones sobre la búsqueda conforman con la verdad

Dios Dice: "Si lo que buscas es la verdad, lo que pones en práctica es la verdad y lo que obtienes es un cambio en tu carácter, entonces, la senda que transitas es la correcta. Si lo que buscas son las bendiciones de la carne, si lo que pones en práctica es la verdad de tus propias nociones y no hay un cambio en tu carácter ni eres en absoluto obediente a Dios en la carne, sino que sigues viviendo en la ambigüedad, entonces lo que buscas te llevará sin duda al infierno, porque la senda por la que caminas es la del fracaso. Que seas perfeccionado o eliminado dependen de tu propia búsqueda, lo que equivale a decir que el éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine". Podemos ver que creer en Dios y qué camino elegimos andar, lo es el estándar de si poder entrar en el Reino de Dios. ¿Cómo podemos andar en el camino correcto? Esto depende de nuestras opiniones sobre la búsqueda. Si nuestras opiniones pueden estar de acuerdo con las palabras de Dios, siendo correctos y conformando con la voluntad de Dios, entonces, el camino que andamos es correcto, estando en línea con la voluntad de Dios y seguro que tendremos éxito en la fe en Dios.

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation. 

 

 

 


¿Ser salvo es equivalente a entrar en el reino de los cielos?

2019-12-10 16:08:23 | Reflexiones Cristianas

Un día estaba predicando y hablé del gran desastre que estaba por venir. Así que exhorté a los hermanos y hermanas a asistir a las reuniones activamente, poner más empeño en leer la Biblia y seguir el camino del Señor en la vida real, para poder observar y esperar el regreso del Señor. Pero vi que algunos hermanos y hermanas permanecían débiles y llenos de dudas sobre si podrían ser arrebatados al Reino de los Cielos. Luego expliqué: “Hermanos y hermanas, la Biblia dice: ‘porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación’ (Romanos 10:10). Mientras creamos en el Señor con nuestros corazones y confirmemos nuestra fe en Él con nuestras palabras, nuestra fe nos permitirá obtener la salvación eterna. Cuando el Señor regrese, seguramente seremos arrebatados al Reino de los Cielos”. Al escuchar lo que dije, los hermanos y hermanas estaban todos felices y tenían algo de fortaleza. En este momento, su compañero de trabajo Zhang se puso de pie y dijo: “No lo creo”. El Señor Jesús dijo: ‘[...] sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Esto claramente nos dice que solo aquellos que hacen la voluntad de Dios pueden entrar al Reino de los Cielos. Aunque hemos sido salvos, todavía cometemos pecados durante el día y nos arrepentimos en la noche. Esto no es hacer la voluntad del Padre celestial. Creo que aún no podremos entrar en el reino de los cielos”.

reino de los cielos

Los hermanos y hermanas estaban contentos, pero unas palabras de su compañero de trabajo Zhang calmaron su entusiasmo de inmediato. Miré a mi alrededor, pensé por un momento, y dije apresuradamente: “Hermanos y hermanas, el hermano Pablo dijo en el libro de Gálatas 3:26: ‘pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús’. Esto muestra que creemos en el Señor, entonces somos Sus hijos. En ese caso, definitivamente podremos entrar en el reino de los cielos”.

El compañero de trabajo Zhang tomó mis palabras, “Hermano Ma, no estoy de acuerdo con lo que está diciendo. 1 Pedro 1:16 dice: ‘[...] Sed santos, porque Yo soy santo’. Y Hebreos 12:14 dice: ‘[...] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’. A partir de estos dos versículos, podemos ver claramente que la esencia de Dios es santa. Aunque hemos sido salvados, a menudo pecamos y confesamos, y no nos convertimos en santos. Somos indignos de ver el rostro del Señor. ¿Cómo podemos entrar en el reino de los cielos?

En este punto, el hermano Chen se levantó. Señaló la Biblia en su mano y dijo seriamente: “Hermanos y hermanas, el apóstol Pablo ya nos dijo claramente en el libro de Romanos 8:33-34, ‘¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? [...]’ Hemos sido elegidos por Dios. Tanto nuestros pecados del pasado como los del futuro han sido perdonados por el Señor Jesús. Él no nos ve como pecadores. Hemos sido justificados, entonces ciertamente entraremos al Reino de los Cielos. Esto es indudable. Estoy de acuerdo con el punto del hermano Ma”.

El hermano Zhang dijo con firmeza: “Hermanos y hermanas, ya que la Escritura dice: ‘[...] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’ (Hebreos 12:14). Y el Señor Jesús también nos dijo que solo aquellos que hacen la voluntad del Padre celestial puede entrar al Reino de los Cielos. Esto es suficiente para probar que solo aquellos que alcanzan la santidad pueden entrar en el reino de Dios. Debemos guardar las palabras del Señor”.

Dije en voz alta, “Hermanos, acerca de la cuestión de ser salvos, Pablo ya nos dijo claramente: ‘Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios;’ (Efesios 2:8). “Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra” (Romanos 11:6). Las palabras de Pablo son muy claras. La salvación del Señor se nos da gratuitamente y no depende de nuestras obras. Si esto depende de nuestras obras, ¿eso se llama la gracia del Señor? Ahora podemos confiar en la gracia del Señor para ser salvados en el Reino de los Cielos”.

El hermano Chen levantó la mano y dijo: “El hermano Ma tiene razón. Pablo en el libro de Timoteo también dijo: ‘quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad’ (2 Timoteo 1: 9), entonces nosotros que creemos en Jesús podemos entrar al Reino de los Cielos basándonos en Su gracia. Si se basara en nuestras obras, ¿quién podría salvarse?

El hermano Zhang se puso de pie con emoción y dijo: “Hermanos y hermanas, si los creyentes podemos entrar al Reino de los Cielos, ¿se decide por lo que dijo el Señor Jesús o por lo que dijo Pablo? ¿Son las palabras del Señor Jesús las que tienen autoridad o las palabras de Pablo? ¿Confesamos que el Señor Jesús es el camino, la verdad y la vida?”. Todos se miraron y dijeron: “¡Por supuesto que sí!”.

Esta palabra del hermano Zhang me refrescó la memoria. Pensé: “¡Bien! Los creyentes debemos centrarnos en las palabras del Señor, pero ¿por qué sigo hablando de las palabras de Pablo?”. Pensando en esto, me calmé y continué escuchando las palabras del hermano Zhang.

El hermano Zhang dijo: “Ya que confesamos que el Señor Jesús es el camino, la verdad y la vida, y que lo que Pablo dijo se opone a lo que nuestro Señor Jesús dijo, eso explicaría que lo que Pablo dijo lleva cizaña. Viene de la voluntad humana y no es la verdad. Prefiero creer lo que dijo el Señor Jesús: ‘[...] sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Este es el único estándar para entrar en el reino de los cielos”.

En ese momento, el hermano Guo también se puso de pie y con mucha emoción dijo: “Nosotros, los creyentes en Dios, debemos aceptar las palabras del Señor Jesús como lo estándar, ya que el Señor Jesús es el único Señor del reino de los cielos, y Su palabra es la única verdad y la única autoridad. Su palabra lleva autoridad significa lo que dijo cuenta. Pablo no es el Señor del reino de los cielos, su palabra no tiene autoridad, no cuenta. Pablo no es más que un apóstol, que tiene una naturaleza humana corrupta. Él mismo necesita la salvación de Dios. Si el Señor Jesús es el que decide si todos pueden entrar en el reino de los cielos. ¿Qué derechos tiene Pablo para decidir si otros pueden entrar en el reino de los cielos?

Al ver que todos asintieron con aprobación, pregunté: “Hermano Zhang, tiene razón. Los que creemos en el Señor debemos tener las palabras del Señor Jesús como el estándar. Pero todavía no entiendo la diferencia entre ser salvo y entrar al reino de los cielos. ¿Podría compartir su opinión?

El hermano Zhang dijo de manera tranquila: “He estudiado este aspecto de los versículos una y otra vez en estos pocos días. Creo que ser salvo se refiere a estar libre de la condena de la ley, y a que se perdonen los pecados. Pero aquellos que han sido salvados aún pueden resistir y oponerse a Dios mediante el pecado, siguen viviendo bajo el dominio de Satanás y no alcanzan la santidad. Mientras que aquellos que pueden entrar en el reino de los cielos deben ser los que hacen la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos y obedecen las palabras de Dios. Son aquellos que conocen a Dios y se someten a Dios, que son compatibles con Él. Entonces, ser salvo y entrar en el reino de los cielos son dos asuntos diferentes. Tal como dijo el Señor Jesús, ‘Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos (Mateo 22:14). Esto muestra que las personas que vienen y creen en el Señor son muchas, pero pocas pueden finalmente entrar en el reino de los cielos. También manifiesta el justo carácter de Dios”.

El hermano Guo también dijo: “Estoy de acuerdo con el punto de vista del hermano Zhang. El Señor Jesús dijo: ‘[...] el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza’ (Mateo 11:12). Podemos ver por las palabras del Señor que entrar en el reino de los cielos tiene Sus esquemas. No es tan fácil ingresar como pensamos. No podemos entrar solo confiando en la gracia. Debemos trabajar duro para seguir el camino del Señor antes de entrar en él”.

Aunque lo que dicen tiene sentido, todavía tenía dudas en mi corazón. Entonces dije: “Para entrar en el reino de los cielos, debemos hacer la voluntad del Padre celestial. Esto es cierto. ¿Pero acaso no hemos estado imitando a Pablo, dejando todo por la obra del Señor? Incluso muchos hermanos y hermanas nunca se casan, ofreciendo toda su vida al Señor. Ellos cruzan montañas para predicar el evangelio del Señor. Se puede decir que todo cristiano sufre mucho y paga mucho precio para entrar en el reino de los cielos. ¿No está haciendo esto la voluntad del Padre celestial? Creo que mientras sigamos así, definitivamente entraremos en el reino de los cielos”.

El hermano Zhang dejó la Biblia en su mano y dijo: “Hermanos y hermanas, podemos estudiar la Biblia con cuidado. El Señor Jesús nunca ha dicho que, si dejáramos todo y trabajáramos para Él, entraríamos en el reino de los cielos. El Señor Jesús sólo dijo: ‘[...] sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Creo que aquellos que verdaderamente hacen la voluntad del Padre celestial deben ser aquellos que aman a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente. Trabajan y sufren por el Señor no para codiciar sus propios beneficios y perspectivas, sino completamente amar a Dios y devolverle Su amor. Pueden cuidar la voluntad de Dios en todo, y lo que sea que encuentren, ya no pecan ni se resisten a Dios. Todo lo que hacen es para dejar los pecados y volverse santos. Solo aquellas personas que trabajan para el Señor serán calificadas para entrar en el reino de los cielos”.

El hermano Guo, que estaba sumido en profundos pensamientos, dijo: “¡Hermano Zhang tiene razón! La Biblia dice: ‘[...] el que practica la justicia es justo, así como El es justo’ (1 Juan 3:7). Los justos aquí no son aquellos ‘justificados por la fe’, sino aquellos que hacen las obras de justicia y no pecan más. Si bien ahora podemos dejar todo de lado por la obra del Señor, a menudo todavía pecamos y no somos verdaderamente justos. No somos dignos de entrar en el reino de Dios”.

No estaba de acuerdo con su opinión, así que repliqué: “Pero Pablo dijo: ‘He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, [...]’ (2 Timoteo 4: 7-8). Predicamos el evangelio, trabajamos duro para el Señor, y guardamos el camino del Señor. ¿No es el hacer esto la voluntad de Padre celestial?”

El hermano Zhang dijo muy tranquilamente: “Hermano Ma, según su opinión, cuando los fariseos viajaron por tierra y mar, sufriendo mucho por difundir el evangelio en todas partes y teniendo buenos comportamientos externos, ¿estaban haciendo la voluntad de Padre celestial? Como todos sabemos, los fariseos sufrieron y se sacrificaron exteriormente por Dios, pero pudieron oponerse a Dios y clavar a Jesús en la cruz. Eso es suficiente para demostrar que los sufrimientos externos y las buenas conductas no representan hacer la voluntad de Padre celestial, ni representan conocer y someterse a Dios. De la misma manera, hoy sufrimos por el Señor, tenemos algunos buenos comportamientos, pero podemos pecar con frecuencia y resistir a Dios. Todavía no somos los que hacemos la voluntad del Padre celestial, y aún no somos dignos de entrar en el reino de los cielos”.

En sus palabras, estaba completamente convencido. Es un hecho que todos vivimos en pecado. Incluso cuando trabajamos para el Señor, todavía tenemos nuestras intenciones personales y puntos de vista, y al mismo tiempo un deseo de bendiciones. Esto también es un hecho.

Todos compartieron acaloradamente sus propios puntos de vista y conocimientos sobre este tema. Cuando nuestra reunión estaba llegando a su fin, le dije alegremente a los demás, “Hermanos y hermanas, gracias a Dios este debate de hoy nos permite entender que ser salvo no equivale a entrar en el reino de los cielos, cambió mi punto de vista incorrecto. No podemos ser salvos por gracia. Me di cuenta de que no importa cómo creemos en Dios y trabajamos para el Señor, mientras nuestros pecados permanezcan, no podemos verdaderamente lograr hacer la voluntad de Dios. Entonces no podemos ser aprobados por Dios, ni podemos entrar al reino de Dios. Se puede ver que Dios es el Dios santo y justo. No siempre podemos creer en Dios con nuestras propias ideas e imaginaciones, sino que debemos continuar de acuerdo con los estándares para entrar en el reino de los cielos que Dios requiere de nosotros. Solo de esta manera, podemos finalmente actuar en armonía con la voluntad de Dios, y nuestra creencia en Dios puede ser aprobada por Él” Todos los hermanos asintieron con la cabeza y estuvieron de acuerdo.

(Traducido del original en inglés al español por Angel Leonardo Pérez Hurtado )

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


Dónde está el reino de Dios, ¿en los cielos o en la tierra?

2019-12-10 15:43:11 | Reflexiones Cristianas

Reino de Dios

Pregunta: Todavía no hemos determinado si el reino de Dios está en la tierra o en el cielo. El Señor Jesús habló una vez de que “el reino de los cielos está cerca” y de “la venida del reino de los cielos”. Si es el reino de los cielos, debería estar en los cielos. ¿Cómo puede estar en la tierra?

Respuesta: Todos debemos tener claro que el “Cielo” siempre se refiere a Dios. El “reino celestial” obviamente se refiere al reino de Dios. El Apocalipsis dice: “el tabernáculo de Dios está entre los hombres”, “El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo”. Esto significa que el reino de Dios será establecido en la tierra. Al final, los reinos de la tierra se convertirán en el reino de Dios. Después de que el viejo mundo sea destruido por los grandes desastres, el Reino Milenario aparecerá. Los reinos de la tierra serán los reinos de nuestro Señor y de Su Cristo. Entonces la voluntad de Dios se hará tanto en la tierra como en el cielo. Esto cumplirá por completo la profecía: la Nueva Jerusalén vendrá a la tierra. Dios se ha hecho carne y hace la obra de juicio en los últimos días para terminar con esta oscura y malvada generación. Todos los que escuchen la voz de Dios y sean arrebatados ante Su trono serán perfeccionados para convertirse en vencedores. Entonces comenzarán los grandes desastres. Sólo sobrevivirán aquellos que hayan sido purificados y salvados por la obra de Dios en los últimos días. Se convertirán en el pueblo del reino de Dios. Hoy somos los más bendecidos por poder aceptar la obra de Dios en los últimos días. Nosotros, los que tengamos la suerte de escuchar la voz de Dios y ser alzados delante de Su trono, seremos purificados por el juicio y el castigo de Sus palabras, y seremos vencedores ante los desastres, las primicias que son obtenidas por Dios. Entonces Dios enviará los grandes desastres. Todos los que se resisten a Dios, así como todos los diabólicos incrédulos, serán destruidos durante el gran desastre. Los que sean purificados y hechos perfectos recibirán la protección de Dios durante el desastre; sólo ellos sobrevivirán. Cuando el Señor descienda sobre una nube y se aparezca ante todos, Dios vendrá a Su reino en la tierra. Esto es lo que Dios hará pronto. Si nosotros los creyentes no podemos tener esta visión, ¿acaso no estamos ciegos? Aquellos que simplemente miran al cielo y esperan a que el Señor venga con las nubes, llorarán y crujirán los dientes cuando Él regrese realmente sobre las nubes. Es como decían las profecías del Apocalipsis: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; sí. Amén” (Apocalipsis 1:7). Las personas que no escuchen la voz de Dios antes de los desastres y no logren ser arrebatados ante Su trono, caerán en esos desastres y en ellos serán castigados, entre llantos y crujir de dientes.

Primero Dios creó al hombre en la tierra. Luego Satanás corrompió a la humanidad en ella. Finalmente, Dios salvó a la humanidad, también en la tierra. Todo esto se hizo en la tierra hasta la aparición en ella del reino de Cristo. Por tanto, el reino de Dios será construido en la tierra en los últimos días. El destino final de la humanidad estará en la tierra, no en el cielo. Esto ha sido ordenado por Dios. Leamos algunas de las palabras de Dios Todopoderoso: “Dios regresará a Su posición original y cada persona regresará al lugar que le corresponde. Estos son los destinos en los que Dios y el hombre, respectivamente, residirán después del fin de toda la gestión de Dios. Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras está a la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. […] Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva. Estas son las respectivas vidas y destinos de Dios y la humanidad después de que entren en el reposo. La derrota de Satanás es una tendencia inevitable en la guerra entre Dios y Satanás. De esta manera, la entrada de Dios en el reposo después que se complete Su obra de gestión y la salvación completa del hombre y su entrada en el reposo se vuelven igualmente tendencias inevitables. El lugar del reposo del hombre es sobre la tierra y el lugar del reposo de Dios es en el cielo. Mientras el hombre reposa adorará a Dios y también vivirá sobre la tierra, y mientras Dios reposa, Él guiará al resto de la humanidad […]” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Dios Todopoderoso nos ha dicho claramente que cuando Su obra de gestión esté completa, tanto Dios como el hombre descansarán. El lugar de descanso de Dios está en el cielo, mientras que el lugar de descanso de nosotros los humanos está todavía en la tierra. Este es el hermoso destino que Dios ha preparado para nosotros los humanos. Es también el reino de Dios cumplido en la tierra. Si creemos en Dios durante muchos años, pero seguimos sin ver esto, ¿no significa eso que no entendemos la verdad o las palabras del Señor?

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¿Cómo sabrá la gente que Jesucristo ha regresado?

2019-12-07 11:38:37 | Palabra de Dios

Hoy en día, mucha gente está dando fe del regreso de Jesucristo, pero algunos hermanos y hermanas están confundidos debido a un versículo de la Biblia: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36). Dicen que si se desconoce la hora y la fecha del regreso del Señor, ¿cómo pueden aquellos dar fe de que el Señor ha vuelto? Y, consecuentemente, les asalta la duda y carecen del valor para investigar y aceptarlo. Por lo tanto, ¿cómo debemos interpretar este versículo de manera que concuerde con la intención de Dios? Con respecto a este tema, confraternicemos un rato.

El versículo dice: “Pero de aquel día y hora nadie sabe”, lo que significa que se desconoce la hora y fecha del regreso del Señor. En otras palabras: nadie conoce la hora exacta del regreso del Señor, sin embargo, eso no significa que nadie sepa que el Señor ha vuelto. Pasa lo mismo que en la Era de la Ley, cuando Jehová usó a los profetas para proclamar la llegada del Mesías, pero no especificó cómo o cuándo iba a llegar el Mesías. Pero cuando el Mesías (Jesucristo) vino e inició Su obra, mucha gente supo que había llegado. Del mismo modo se desconoce el momento exacto del regreso del Señor en los últimos días, pero cuando el Señor vuelva y empiece Su obra, entonces la gente será consciente de ello. Eso se debe a que el Señor regresará para salvar a las personas y llevarlas al reino de los cielos, de modo que si nadie se enterase, ¿cómo íbamos a seguirle y creer en Él? ¿Y cómo iba el Señor llevar a cabo Su labor de salvación de la humanidad?

Con respecto a aquella gente que dice saber cosas acerca del regreso del Señor, examinemos algunos versículos de la Biblia. Mateo 25:6 dice: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’”. Esto nos indica que cuando el Señor regrese, algunas personas lo sabrán. Si, tal como se imaginan algunos, nadie se enterase de la vuelta del Señor, ¿por qué, entonces, el verso dice: “a medianoche se oyó un clamor”? Si alguien va a anunciarlo con un grito, entonces eso demuestra que alguien se va a enterar del regreso del Señor. El Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Según este versículo también podemos ver que algunas personas sabrán que el Señor ha vuelto porque menciona que cuando Él regrese, estará ante la puerta y llamará, y alguien que oirá Su voz le abrirá y dejará entrar al Señor. Todo esto es una prueba de que cuando el Señor regrese, sin duda alguien estará al tanto.

Puede que algunos se pregunten cómo aquellos que estén al tanto podrán reconocer que el Señor ha regresado. Si recordamos cómo vino Jesucristo a llevar a cabo Su obra, ¿en qué basaron Sus seguidores su convencimiento de que Jesucristo era el Mesías? Lo reconocieron sobre todo por Sus palabras. Jesucristo empezó Su apostolado propagando el evangelio del reino de los cielos; logrando que la gente confesase sus pecados y se arrepintiese; enseñándoles cómo tolerar y perdonar a los demás y amar a los enemigos, etc. Todas Sus palabras son las palabras de la vida, y son lo que las personas necesitamos. Además, las palabras de Jesucristo rebosan autoridad; son palabras que pueden resucitar a los muertos, hacer caminar de nuevo a los lisiados y revelar la sustancia corrupta de las personas. La obra de Jesucristo fue una etapa de la nueva obra, construida sobre la fundación del trabajo llevado a cabo en la Era de la Ley. Fue una obra que le proporcionó a la gente una manera nueva de practicar y un conocimiento nuevo de Dios. La obra que hizo Jesucristo no podía haberla hecho cualquiera. Aquellos que siguieron a Jesucristo fueron capaces de discernir, a través de Sus palabras y obras, que Él era el gran Redentor de la humanidad.

Del mismo modo, cuando el Señor venga en los últimos días, también deberemos prestar atención a las palabras de Dios, porque Jesucristo profetizó: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 3:6), “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad [...]” (Juan 16:12-13). Estos versículos nos aseguran que el Señor nos hablará a Su regreso. Aparezca donde aparezca Dios, Su voz también estará presente, de modo que debemos prestar atención y buscar la voz del Espíritu Santo cuando les hable a las iglesias. Cuando nos enteremos de que alguien está propagando la buena nueva acerca de la llegada del Señor, deberemos buscarle de forma activa e investigar, y prestar mucha atención para ver si es la voz del Señor. Así no nos perderemos la oportunidad de darle la bienvenida a Su regreso.

Hermanos y hermanas, ¿siguen confundiéndonos los versículos “Pero de aquel día y hora nadie sabe”? ¿Seguimos empeñados en convertir en norma que cuando el Señor llegue nadie se enterará? Si seguimos el significado literal del versículo de la Biblia y decimos que nadie conoce la hora y la fecha de la vuelta del Señor, entonces ¡nunca seremos capaces de darle la bienvenida!

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

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La forma de alejarse de las tragedias de la vida

2019-12-06 23:19:42 | Palabra de Dios

Una vez escuché una historia que decía: muchas personas importantes fueron a ver a un viejo profesor para quejarse del estrés del trabajo y de la vida. Entonces el maestro les preparó un termo de café y trajo consigo una variedad de tazas para que escogieran. Cada uno, escogió una taza bonita y costosa; pero nadie quiso beber de las tazas comunes y baratas. Basado en esto, el maestro les enseñó una lección: la taza no cambiaría la calidad del café, pero aún así, todos escogieron las tazas bonitas, lo cual era la fuente de su estrés. Él dijo: “la vida es como el café. Trabajo, dinero, fama y vuestra posición social son como las tazas. Aquellos que viven una vida feliz, disfrutan de su café sin mirar la taza”.

Esta historia me hizo reflexionar: ¿acaso en la vida real no somos todos como esas personas importantes? Siempre nos quejamos de que tenemos menos que los otros y que para que tengamos una vida más próspera y dichosa, nos maltratamos. Por ejemplo, mi padre lleva una vida muy exhaustiva: siempre trabaja y suda como una máquina de ganar dinero y durante el festival de primavera en China, se la pasa pensando en nuevas maneras de incrementar su dinero en lugar de disfrutar de su tiempo libre. Una de mis parientes estaba al tanto que trabajar en una fábrica de zapatos como rociador de pintura le iba a costar la vida, pero aún así, con el fin de conseguir más dinero, siguió trabajando ahí. Como resultado, en menos de dos años de tanto trabajar ahí, le dio cáncer y murió joven, dejando así a su hijo de cuatro años sin madre. Un hijo de mi vecina, la tía Li, estudió mucho con la esperanza de entrar a la universidad y traer así, honor a sus ancestros, pero de forma inesperada, su sueño se destruyó y el trauma lo convirtió en un joven amargado. Incluso yo fui como ellos: después de casarme, tuve un hogar cálido y feliz, pero como siempre comparaba nuestras riquezas con la de las personas a mi alrededor, siempre le reclamaba a mi esposo que no ganara más dinero y siempre nos peleábamos, dejando así el ambiente de la casa triste y pesado. De hecho, cada uno de nosotros desea tener una vida feliz, entonces ¿por qué hay tantas tragedias en ella?

La palabra de Dios dice: “Recapitulemos de nuevo brevemente: ¿qué usa Satanás para mantener al hombre acorralado y controlado? (La fama y la ganancia). De modo que Satanás usa fama y ganancia para controlar los pensamientos del hombre hasta que sólo puedan pensar en ellas. Por la fama y la ganancia luchan, sufren dificultades, soportan humillación, y sacrifican todo lo que tienen, y por obtener y mantener la fama y la ganancia harán cualquier juicio o decisión. De esta forma, Satanás ata al hombre con cadenas invisibles. Las personas las llevan en su cuerpo y no tienen la fuerza ni el valor de deshacerse de ellas. Por tanto, los seres humanos se mueven siempre hacia adelante con gran dificultad, cargando con esos grilletes sin saberlo. En aras de esta fama y ganancia, la humanidad se separa de Dios y le traiciona. Con cada generación que pasa, la humanidad se vuelve más y más perversa, más y más oscura; de esta forma se destruye una generación tras otra en la fama y la ganancia de Satanás”.

En base a la palabra de Dios, pude entender la razón por la cual la gente seguía viviendo con tanto dolor y sufrimiento con el paso de las generaciones, sin que esto cambie. La raíz de la causa son las enseñanzas de Satanás para conseguir fama y dinero, por ejemplo: “un hombre deja su nombre donde quiera que se quede, del mismo modo que un ganso lanza su grito allá donde vuela”, “el dinero es lo primero”, “el dinero no lo es todo, pero sin él, no se puede hacer nada”. Engañados y constreñidos por estos puntos de vista satánicos, anhelamos vivir vidas superiores a los demás, y pensar que sin una vida material rica, otros nos menospreciarían y nos odiarían. Entonces vivimos sin control y luchamos para ganar dinero. Nos afanamos y corremos solo para vivir una vida mejor y ganar la admiración de los demás. Mi pariente trabajó duro para ganar dinero a costa de su salud. Ella de hecho hizo algo de dinero, pero al final, perdió la vida. En cuanto a mí, para ser admirada por los demás, competía con mis amigos y parientes y siempre me quejaba de que mi esposo no era muy capaz y me peleaba con él. ¿Acaso no son estas tragedias y miserias causas de nuestra perspectiva satánica y malvada de la vida? En cuanto a las personas importantes de la historia, muchos veían que tenían grandes logros y éxito, pero todavía no estaban contentos. Deberíamos considerar cuidadosamente esta pregunta: ¿es realmente feliz una persona que tiene una posición social alta, una buena reputación y una gran riqueza? En el mundo, algunas personas tienen altos cargos en el gobierno o con carreras exitosas, y poseen riquezas, autoridad, pero no viven felices porque siempre están calculando y luchando por su propia fama y dinero. Para aliviar la presión, algunos de ellos consumen drogas como el éxtasis, beben en KTV o incluso se entregan a sus pasiones para anestesiarse. Algunos de ellos sufren de depresión, se vuelven temperamentales durante todo el día y finalmente, eligen suicidarse. Exteriormente, son ricos, poderosos y valorados por los demás, pero ¿qué han conseguido al final?, solamente dolor y vacío en lugar de felicidad. Estas tragedias son, sin duda, signos de cambio para nosotros.

Dios dice: “Las personas gastan su vida persiguiendo el dinero y la fama; se agarran a un clavo ardiendo, pensando que son sus únicos apoyos, como si teniéndolos pudiesen seguir viviendo, eximirse de la muerte. Pero sólo cuando están cerca de morir se dan cuenta de cuán lejos están estas cosas de ellas, cuán débiles son frente a la muerte, cuán fácilmente se hacen añicos, cuán solas y desamparadas están, sin ningún lugar adónde ir. Son conscientes de que la vida no puede comprarse con dinero ni fama, que no importa cuán rica sea una persona, no importa cuán elevada sea su posición, todas las personas son igualmente pobres e intrascendentes frente a la muerte. Se dan cuenta de que el dinero no puede comprar la vida, que la fama no puede borrar la muerte, que ni el dinero ni la fama pueden alargar un solo minuto, un solo segundo, la vida de una persona”. De las palabras de Dios podemos ver: no importa cuánto dinero o qué tan alto sea el estatus social que tengamos, estos no pueden ayudar en absoluto cuando enfrentamos la muerte. Todos hemos oído hablar de Fu Biao, que era rico y tuvo un trasplante de hígado dos veces, pero aún así murió. Y Wang Junyao, que poseía 3,5 mil millones de yuanes pero aún no podía comprar una pulgada de intestino sano para salvar su vida. También ha habido muchos ejemplos de celebridades y empresarios que sufrieron cáncer y murieron temprano. Frente a este hecho, podemos ver que el dinero y el estatus son como un abrigo magnífico: cuando nosponemos, parece elevar nuestra autoestima y satisfacer nuestra vanidad, pero sólo por un tiempo. Cuando nos enfrentemos a la muerte nos daremos cuenta de que el dinero y la fama no son vanidoso en absoluto que hemos buscado en toda nuestra vida ; no pueden intercambiarse por salud ni salvar nuestras vidas. ¡Realmente son inútiles!

También recuerdo la historia de Job. Dios dice: “[…] sabemos que el estatus y la posición de Job eran muy preciados. […] y que poseía una gran riqueza y un estatus venerable. […] Aunque opulento, y poseedor de muchos bienes y siervos, la vida de Job no era lujosa. No se dejó seducir por su entorno de vida superlativa ni se atiborró con los deleites de la carne, ni olvidó ofrecer holocaustos por su riqueza; esta no provocó, ni mucho menos, que se apartase gradualmente de Dios en su corazón. Es evidente, pues, que Job era disciplinado en su estilo de vida, y no era avaricioso o hedonista ni se obsesionaba con la calidad de vida resultante de las bendiciones de Dios sobre él. En vez de ello era humilde y modesto, así como cauto y cuidadoso delante de Dios; pensaba a menudo en Sus gracias y bendiciones, y le temía constantemente”.

Job poseía un alto estatus y una gran riqueza, y hoy en día se le conocería como un hombre notablemente famoso y rico, pero tenía pocos requisitos sobre su calidad de vida. No siguió un estilo de vida lujoso, y mucho menos se olvidó de adorar a Dios debido a su riqueza. Siempre le temió a Dios y rechazaba el mal, por lo que a menudo él ofrecía ofrendas, y cuando sus hijos e hijas se daban un festín, nunca se les unía. Cuando perdió su fama, su estatus y su gran fortuna, no se quejó ni trató de recuperarlo todo, sino que se sometió a la soberanía y la voluntad de Dios y caminó por su camino temeroso evitando el mal. Finalmente, obtuvo las bendiciones y la aprobación de Dios. De las experiencias de Job, recibí gran inspiración: fue disciplinado en su estilo de vida, y en lugar de ser codicioso y buscar una vida lujosa, se centró en buscar la Verdad y en evitar el mal. Y finalmente Job vivió una vida significativa. Deberíamos imitar a Job y temer a Dios, evitar el mal, y buscar una vida verdaderamente feliz y significativa. Esta es la opción de una persona sabia.

Perseguir la fama y el dinero solo nos confunde, atrayéndonos miseria y llevándonos así, a una vida trágica. Al aceptar y someternos a la gracia y voluntad del Todopoderoso, dejaremos de repetir las tragedias de nuestros predecesores y vivir así, una vida alegre y feliz.

(Traducido del original en inglés al español por Andrea Rosalia Ibanez)


¿Cómo podemos vivir de forma extraordinaria en nuestra vida ordinaria?

2019-12-05 13:30:46 | Reflexiones Cristianas

Un día, después del trabajo, me encontraba en la estación de autobús, esperando por el bus para poder irme a casa. Mientras observaba el caminar rápido y las miradas cansadas de los peatones y escuchaba a la gente a mi alrededor quejarse de las injusticias en el trabajo y hablando sobre los chismes de sus compañeros, de repente me puse a pensar en como yo era y mis pensamientos volvieron a los días de antaño, cuando yo luchaba a través de la niebla.

Mis padres eran unos campesinos comunes. Mi padre apenas tenía estudios y se ganaba la vida como chofer para mantener a la familia. Trabajaba todos los días en un auto y su trabajo era sucio y agotador. Mi madre se graduó del bachillerato y tenía alguna cultural general, pero ella no tuvo la oportunidad de apartarse de la pobre vida campestre. Yo no quería ser tan corriente como ellos. Por lo que, tranquilamente en mi corazón tomé una decisión: me esforzaré en los estudios y luego, en el futuro, tengo que ir a la universidad, destacar entre los demás y romper con esta vida pobre y agotadora.

En noviembre del 2013, hizo un frío invierno. Culminé todos los años de mis estudios universitarios y entré en la etapa de pasantía con medio año por adelantado. Originalmente había pensado que mi deseo de destacar se podría lograr después de licenciarme y conseguir un empleo acorde con mi especialidad; sin embargo, los hechos no fueron tan maravillosa como los había imaginado. Todos los días salía temprano y regresaba tarde: cogía los abarrotados buses para seguir acudiendo a las entrevistas en todas las grandes ferias de empleo y en distintas empresas; mientras tanto, envié varios resúmenes curriculares a los más importantes sitios web de búsqueda de empleo. Pero al fin de cuentas, casi todas las empresas me rechazaban debido a mi falta de calificación y experiencia; algunas empresas me permitieron regresar por una respuesta, pero eventualmente ninguna me dio una respuesta.

Para resolver el problema de la subsistencia, primero tuve que encontrar un empleo para mantenerme. Durante ese tiempo, trabajé de recepcionista, oficinista, vendedora y cajera, pero en mi corazón siempre aborrecí estos empleos, porque consideraba que no eran admirados por los demás. Por lo tanto, tuve varios empleos, pero no permanecí en ellos durante mucho tiempo: el de menor tiempo fue un mes y el de mayor tiempo no fuer por más de tres meses. Y luego pasaba a otro. Transcurrieron varios meses, pero seguía sin encontrar un empleo que me conviniera. Todos los días arrastraba mi cuerpo exhausto hasta mi casa alquilada y en cuanto me acostaba me sentía desamparada y desolada. No podía evitar preguntarme: ¿qué diantres estoy buscando en esta ciudad tan grande?

Justo cuando me sentía abatida por la vía que tenía por delante, me llamó un amigo, lo que mejoró mi confusa vida y también acabó con aquellos días en los que iba de un lado a otro luchando en aquella extraña ciudad. En el área local había una gigantesca fábrica de papel. Por recomendación de mi amigo, entré en el departamento de contabilidad de esta fábrica. Decidí en mi interior: tengo que esforzarme en mi trabajo para que mi jefe me reconozca, de modo que pueda lograr un buen desarrollo en el futuro.

Sin embargo, debido a que acababa de culminar la universidad y no sabía nada, me faltaban los principios de conducta, el asociarme con los demás y la experiencia. Como no conocía bien las responsabilidades de mi trabajo, la cantidad de trabajo aumentó un montón, de modo que tuve que trabajar horas extras día y noche; como no sabía interpretar el significado oculto en las expresiones de las caras de la gente, mis compañeros conspiraban contra mí; como también carecía de experticia y cometía a menudo errores en mi trabajo, mi jefe siempre me reprendía… Durante ese tiempo, experimenté realmente mucha presión. Mi estado mental se estresaba todos los días y hasta soñaba con el trabajo cuando dormía. A veces, cuando me despertaba sobresaltada, tenía la repentina sensación de que se me había olvidado algo importante o parte del trabajo y corría a la fábrica al día siguiente para comprobarlo. No me sentía en absoluto confiada hasta que quedaba confirmado.

Frente a la tremenda presión laboral y a las complejas relaciones humanas, intenté muchas veces renunciar, pero luego pensaba: “Hoy en día es muy difícil que los recién graduados consigan un empleo. Ahora, con dificultad, yo he encontrado un empleo para el que estoy entrenada. Además, la fábrica en la que trabajo es enorme y es muy conocida localmente, así que sin duda habrá mucho espacio para que yo pueda ser promovida en un futuro. Es más, si los demás supieran que trabajo aquí, me mirarán de otra manera. Así que, ¡no debo renunciar!”. Justo por medio de tales luchas continuas me persuadí a mí misma y perseveré.

Dos años más tarde, fui promovida a contable de compras. Mi jefe me apreciaba y me tenía en alta estima, y también la gente a mi alrededor me daba su aprobación. Es más, mi jefe me prometió que, mientras permaneciera en la fábrica, él me daría muchas oportunidades para progresar y desarrollarme, lo cual satisfizo mi vanidad. Sin embargo, en aquel momento no sentía ni pizca de alegría: estaba bajo diversas presiones laborales y me veía atada a diario por todo tipo de relaciones complejas. Es más, debido a la fatiga diaria del trabajo, sufría una grave espondilosis cervical. Así que realmente me sentía muy cansada y deprimida después de la jornada laboral e incluso sentía mucho temor al entrar en la fábrica. Muchas veces sentí un impulso repentino de renunciar, pero no estaba dispuesta a echar a un lado los resultados de mis esfuerzos, así como los elogios y la admiración que los demás me brindaban, mucho menos aún las buenas perspectivas que me esperaban. De esa forma luchaba y dudaba en medio del sufrimiento una y otra vez…

Justo cuando me encontraba dolorida y confundida, fueron las palabras de Dios las que me liberaron de la confusión y me permitieron entender el origen de mi dolorosa vida. La Palabra de Dios dice: “Satanás usa un tipo de forma muy sutil, muy de acuerdo con las nociones de las personas; no es una clase de forma radical cualquiera. En medio de la inconsciencia, los seres humanos llegan a aceptar la forma de vivir de Satanás, sus normas de vida, y establecen metas y una dirección en la vida, y al actuar así, también llegan sin saberlo a tener ideales en la vida. Independientemente de lo altisonantes que estos ideales parezcan en la vida, sólo son un pretexto inextricablemente vinculado a la fama y la ganancia. Cualquier persona importante o famosa y, en realidad, todas las personas, todo lo que siguen en la vida sólo se relaciona con estas dos palabras: ‘fama’ y ‘ganancia’. ¿Acaso no es así? (Sí.) Las personas piensan que una vez que han obtenido la fama y la ganancia, pueden sacar provecho de ellas para disfrutar de un alto estatus y de una gran riqueza, y disfrutar de la vida. Una vez que tienen fama y ganancia, pueden sacar partido de ellas en su búsqueda del placer y su disfrute sin escrúpulos de la carne. De buena gana, aunque sin saberlo, las personas toman su cuerpo, su mente, todo lo que tienen, su futuro y su destino y se los entregan a Satanás para obtener la fama y la ganancia que desean. Los seres humanos hacen esto sin un momento siquiera de vacilación, ignorando siempre la necesidad de recuperarlo todo. ¿Pueden las personas seguir teniendo algún control sobre sí mismas una vez que pasan del lado de Satanás, de esta forma, y se vuelven leales a él? Desde luego que no. Están total y completamente controlados por Satanás. También son incapaces de liberarse a sí mismos de un modo completo y total del cenagal en el que se han hundido. Una vez que alguien está atascado en la fama y la ganancia, dejan de buscar lo que es brillante, lo justo o esas cosas que son hermosas y buenas. Esto se debe a que el poder seductor que la fama y la ganancia tienen sobre las personas es demasiado grande, y se convierten en cosas que las personas persiguen durante toda su vida, y hasta por toda la eternidad sin final. ¿No es esto verdad?

Las palabras de Dios han expuesto de forma muy clara el origen de mi dolorosa vida. Me puse a pensar en lo que había visto, oído y aprendido a lo largo del camino, todo lo cual me enseñó cómo buscar la fama y la fortuna, cómo destacar entre la multitud y sobresalir de entre los demás. Durante todo el tiempo, quise librarme de mi ordinaria vida y hacer realidad mi deseo de destacar mediante el estudio y entrada en la universidad; llevada por opiniones como “La gente lucha por ascender, pero el agua corre río abajo”, y “Seguir adelante y estar en la cima”, desprecié los empleos corrientes, por lo que a menudo cambié de trabajo; después de conseguir un empleo, que personalmente consideré decente, trabajé desesperadamente para ganarme el reconocimiento y admiración de mi jefe y compañeros. Bajo relaciones personales complejas y una fuerte presión laboral, lo que me quedó fue una severa espondilosis cervical a temprana edad. Todas estas cosas me hicieron sentir física y mentalmente agotada, viviendo en un dolor insoportable. De hecho, no vivía para mí en lo absoluto, sino para las miradas y la admiración de los demás y para satisfacer mi vanidad. ¿Acaso no eran estas las artimañas y aflicción de Satanás? Si las palabras de Dios no revelaran la perversidad y fealdad de Satanás, yo seguiría estando ciega por los pensamientos y opiniones de Satanás y continuaría luchando en el lodazal de perseguir fama y fortuna, viviendo en un dolor insoportable.

Más tarde, vi la valoración que Dios hizo de Job: “[...] a pesar de su posición y estatus de prestigio, nunca los había amado ni les había prestado atención alguna; no le preocupaba cómo vieran otros su posición ni que sus acciones o conducta pudieran tener un efecto negativo en la misma; no se entregó al disfrute de los beneficios del estatus ni disfrutó de la gloria que venía con el estatus y la posición. Sólo le importaba su propia valía y el sentido de su vivir a los ojos de Jehová Dios. El verdadero ser de Job era su propia esencia: no amaba la fama ni la fortuna, ni vivía para ellas; era sincero, puro, y sin falsedad”.

Por las palabras de Dios entendí: En ese entonces, Job poseía una posición y un estatus de prestigio, era bastante rico y era el más grande de todos los hombres del Oriente; sin embargo, él no atesoraba su fama, logros y posición, sino que sostenía el seguir el camino de Dios como la cosa más importante en su vida. Cuando se encontró con la enfermedad y todo su cuerpo se cubrió de dolorosas llagas, pudo desprenderse de su posición y estatus, se sentó en medio de las cenizas usando un tiesto para rascarse, sin importarle cómo pudieran verlo los demás, y aun así bendijo el Santo Nombre de Dios, temía a Dios y rechazó el mal. Así fue como se ganó la aprobación de Dios. ¡Sólo viviendo de esta manera es lo que tiene el mayor significado!

No pude evitar pensar en mi madre. Aun con ciertos conocimientos culturales, no había tenido la oportunidad de escapar de la pobre vida campestre, así que a menudo se quejaba a los Cielos porque no se le reconocían todos sus talentos. Sin embargo, después de recibir el Evangelio del Reino de Dios y entender algunas verdades, ella ya no se lamentó más por lo injusto de su destino. En lugar de eso, fue capaz de aceptar y someterse a los arreglos del Creador y aceptó la gracia de la voluntad de Dios que provino de ello, viviendo en paz y certidumbre. A menudo me decía: “Si Dios no me hubiese protegido con tal soberanía y arreglos, también me hubiese absorbido el vórtice de buscar fama y fortuna y no hubiese podido liberarme como mis compañeros de clase. Pensando en mis compañeros de clase: algunos lograron el éxito y se hicieron bastante ricos, pero murieron jóvenes por trabajar demasiado; otros sufrieron de depresión al no poder soportar el tremendo estrés. Visto desde fuera, sus vidas eran tan brillantes que todo el mundo los envidiaba y admiraba, pero había muchos desengaños desconocidos y tanto sufrimiento irresoluto oculto a los ojos de los demás”.

A través de estos hechos que me rodeaban, entendí: el valor que el hombre le da a la existencia y al significado de la vida no se corresponde con cuán altos son la posición y el estatus que posee, o con cómo lo ve la gente; al contrario, depende de si es una persona que sigue el camino de Dios, teme a Dios y rechaza el mal a Sus ojos.

La Palabra de Dios dice, “Después de que reconozcas esto, tu tarea es dejar de lado tu antigua visión de la vida, mantenerte alejado de diversas trampas, dejar a Dios que se haga cargo de tu vida y haga arreglos para ti, intentar someterte solamente a las orquestaciones y la dirección de Dios, no tener elección y convertirte en una persona que lo adora a Él”.

¡Sí! Deberíamos dejar a un lado nuestros puntos de vista anteriores con respecto a la vida y los valores, y luego podremos ser como Job, que no vivió para la fama ni los logros, sino que acató la soberanía y los arreglos de Dios, buscó temer a Dios y rechazar el mal, y convertirse en una persona que adorara a Dios. ¡Tan sólo viviendo así, podemos sentirnos relajados y liberados!

Volviendo mis pensamiento a la realidad y observando a la multitud moviéndose a mi alrededor, no pude evitar sentirme de alguna forma liberada y confortada. Debido a que me presenté ante Dios y entendí algunas verdades, pude ver claramente los motivos siniestros de Satanás al usar la fama y fortuna para llevarme por la senda equivocada de la vida y también pude entender que sólo cuando el hombre se presenta ante Dios, acepta y se somete a Su soberanía y a Sus arreglos, sigue Su camino y transita por la senda de temer a Dios, es entonces cuando puede alejarse de la aflicción de Satán y vivir en libertad y en la luz. ¡Gracias a Dios!

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)


¿Qué obra hará exactamente Jesús cuando vuelva?

2019-12-04 13:17:13 | Reflexiones Cristianas

La respuesta de la palabra de Dios:

Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida.

[…]

[…] cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino.

La obra en los últimos días es pronunciar palabras. Estas pueden dar lugar a grandes cambios en el hombre. Los cambios efectuados ahora en estas personas al aceptar estas palabras son mucho mayores que los de las personas en la Era de la Gracia al aceptar aquellas señales y maravillas. Porque, en la Era de la Gracia, los demonios salían del hombre con la imposición de manos y la oración, pero los caracteres corruptos del hombre permanecían. El hombre fue curado de su enfermedad y se le perdonaron sus pecados, pero no se hizo en él la obra para poder expulsar los caracteres satánicos corruptos. El hombre sólo fue salvo y se le perdonaron sus pecados por su fe, pero su naturaleza pecaminosa no le fue quitada y permaneció en él. Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre.

[…] Por tanto, el hombre no puede salvarse totalmente de sus pecados por la curación de la enfermedad y la expulsión de demonios, y no puede ser hecho totalmente completo por la manifestación de señales y maravillas. La autoridad para sanar a los enfermos y expulsar demonios sólo le da al hombre gracia, pero la carne del hombre sigue perteneciéndole a Satanás y el carácter satánico corrupto permanece dentro del hombre. En otras palabras, lo que no se ha limpiado sigue perteneciendo al pecado y la inmundicia. Hasta que el hombre no se haya purificado por medio de las palabras no podrá ser ganado por Dios ni santificarse. Si no se hace más que echar fuera a los demonios del hombre y redimirlo, no se hace más que arrebatarlo de las manos de Satanás y devolverlo a Dios. Sin embargo, Dios no lo ha limpiado ni cambiado, y sigue siendo corrupto. Dentro del hombre todavía existen la inmundicia, la oposición y la rebeldía; el hombre sólo ha vuelto a Dios por medio de la redención, pero no tiene conocimiento de Él y sigue resistiéndose a Él y traicionándolo. Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya fueron plantados dentro de él. Después de miles de años de corrupción de Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza que resiste a Dios. Por tanto, cuando ha sido redimido, no es nada más que una redención en la que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa de su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan inmundo debe pasar por un cambio antes de ser digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser limpio. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser limpiado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación. Dios gana al hombre por medio del juicio y el castigo por la palabra; por medio del uso de la palabra para refinar, juzgar y revelar, todas las impurezas, las concepciones, los motivos y las esperanzas individuales dentro del corazón del hombre se revelan completamente. Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] esta es más profunda que el pecado, plantada por Satanás y profundamente arraigada dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante.

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¿Cómo se cumplen las profecías sobre la venida del Hijo del hombre?

2019-12-04 12:48:10 | Reflexiones Cristianas

En los últimos años, algunas personas han testificado en Internet que Dios ya se ha hecho carne de nuevo y ha expresado palabras para hacer la obra de juzgar y purificar al hombre, lo que ha causado no poca conmoción en el mundo religioso. Alguien publicó lo siguiente en Internet para referirse a esto: “Los cuatro Evangelios señalan claramente: El Señor Jesús se apareció al hombre durante cuarenta días en Su cuerpo espiritual después de Su resurrección. Cuando Él ascendió, dos ángeles dijeron a los apóstoles del Señor Jesús: ‘[...] ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11). La Biblia lo dice claramente: El Señor Jesús ascendió al cielo en Su cuerpo espiritual, así que ciertamente vendrá en un cuerpo espiritual. Por lo tanto, cuando el Señor Jesús regrese, no podrá hacerse carne”.

Esta pregunta provocó una gran controversia. Algunos dijeron: “El Señor Jesús regresará haciéndose carne”. Otros afirmaron: “El Señor Jesús no puede volver en forma carnal, sino en un cuerpo espiritual”. Estos dos puntos de vista diferentes parecen razonables. Sin embargo, ¿cómo aparecerá y obrará el Señor cuando regrese a la tierra? Yo estaba muy confundido: Ahora, muchas de las profecías en la Biblia se han cumplido y los últimos días han llegado. Si no sé cómo aparecerá y obrará el Señor, no podré darle la bienvenida. Pensé en esto y me sentí ansioso por encontrar la respuesta. Así que empecé a explorar y a investigar en Internet con algunos hermanos y hermanas en el Señor.

 chat en línea

Agradezco al Señor por Su plan. Conocí al hermano Pedro en Internet. Gracias a la comunicación que tuve con él, supe que era un cristiano que había servido celosamente al Señor durante muchos años. Después de conversar y de investigar juntos, descubrí que sus enseñanzas eran perspicaces y esclarecedoras. Así que le conté mi problema. El hermano Pedro dijo con seriedad: “Muchos hermanos y hermanas piensan que cuando el Señor regrese, descenderá con las nubes y se nos aparecerá en Su cuerpo espiritual. De hecho, no solo hay profecías de que el Señor aparecerá en un cuerpo espiritual en la Biblia. También hay muchas profecías de que el regreso del Señor será ‘la venida del Hijo del hombre.’ Estas son algunas: ‘Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre’ (Mateo 24:27). ‘Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre’ (Mateo 24:44). ‘Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ (Lucas 17:24-25). Todas estas profecías mencionan que “vendrá el Hijo del Hombre”, o ‘la venida del Hijo del Hombre’. Decir ‘El Hijo del hombre’ significa una persona que nace del hombre y tiene una humanidad normal. El Espíritu no puede ser llamado ‘el Hijo del hombre’. Es decir, el Hijo del hombre se refiere a Dios haciéndose carne como hombre, y a que Él tiene una humanidad normal y una divinidad completa. Especialmente en estas palabras, ‘Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación’, si Dios aparece en un cuerpo espiritual, entonces no hace falta decir que no sufrirá por ello. Porque el cuerpo espiritual de Dios es sobrenatural y maravilloso, y el hombre no tiene un concepto del cuerpo espiritual y no se atreve a acercarse a Él. Solo cuando Dios esté encarnado como el Hijo del hombre sufrirá el rechazo del hombre. Debido a que el Hijo del hombre es ordinario en Su apariencia exterior, el hombre no lo conoce y tendrá un concepto de Él, juzgando y condenando al Cristo encarnado. Esta es una prueba más de que el Señor regresará en Su forma carnal”.

Al escuchar la enseñanza del hermano Pedro en relación con la Biblia, comprendí el significado de estos versículos y me sentí un poco más alegre. Pensé: En el pasado, he leído estos versículos muchas veces, pero ¿por qué no tengo tal comprensión?

En ese momento, el hermano Pedro dijo:

—Hermano Li, ¿puedes entender lo que te estoy compartiendo?

—Sí puedo —respondí con alegría.

El hermano Pedro siguió hablando, “¡Gracias a Dios! Sigamos hablando y compartiendo! En realidad, si podemos entender mejor por qué el Señor se hace carne como el Hijo del hombre cuando regrese, estaremos más seguros de que el Señor regresará al hacerse carne. Vi un pasaje de palabras en un libro: ‘La salvación del hombre por parte de Dios no tiene lugar directamente a través de los medios del Espíritu o como el Espíritu, porque el hombre no puede tocar ni ver Su Espíritu, ni tampoco acercarse a Él. Si Él tratara de salvar al hombre directamente en la manera del Espíritu, el hombre sería incapaz de recibir Su salvación. Y de no ser porque Dios asumió la forma exterior de un hombre creado, sería incapaz de recibir esta salvación. Porque el hombre no puede acercarse a Él en absoluto, como nadie podría ir cerca de la nube de Jehová. Sólo volviéndose un hombre de la creación, esto es, poniendo Su verbo en la carne en la que se haría, puede obrar personalmente el verbo en todos los que le siguen. Sólo entonces puede el hombre oír por sí mismo Su verbo, verlo, recibirlo, y sólo a través de esto ser totalmente salvo. Si Dios no se hubiera hecho carne, ningún hombre de carne recibiría una salvación tan grande ni se salvaría un solo hombre. Si el Espíritu de Dios obrara directamente entre el hombre, sería herido de muerte o Satanás lo llevaría cautivo, porque el hombre es incapaz de relacionarse con Dios’ (‘El misterio de la encarnación (4)’). A partir de estas palabras, podemos entender lo siguiente: No podemos ver ni tocar el Espíritu de Dios, y no es fácil acercarnos a Él. Si Dios obra a través del Espíritu, no podemos obtener el riego y el suministro de la verdad, y mucho menos obtener la salvación de Dios. Tal como señala la Biblia: ‘Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos’ (Éxodo 20:18-19). Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y le he glorificado, y de nuevo le glorificaré. Por eso la multitud que estaba allí y la oyó, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel le ha hablado’ (Juan 12:28-29). De estos versículos, podemos comprender lo siguiente: Cuando Dios nos habla en el cielo, no podemos entender Sus palabras, ni captar Su voluntad con exactitud. En cambio, nos sentimos aterrorizados y temerosos, y no nos atrevemos a acercarnos a Él. Además, si Dios obra a través del Espíritu, expresará Su carácter majestuoso e iracundo. Así como en la Era de la Ley, mientras la gente cometiera pecados, eran quemados por el fuego celestial o apedreados hasta la muerte. Debido a que todos somos corrompidos por Satanás, cada vez que revelamos nuestro carácter corrupto, Dios nos puede derribar fácilmente por ofender Su carácter, y hacer que perdamos de manera irremediable la oportunidad de ser salvos. Por el contrario, si Dios se hace carne como el Hijo del hombre y expresa la verdad desde la perspectiva de la humanidad, transformando el lenguaje divino en un lenguaje humano claro para abastecernos y guiarnos, entonces podremos captar con mayor precisión la voluntad de Dios y entender Su carácter. Por ejemplo, cuando revelemos caracteres corruptos, conoceremos nuestra desobediencia y corrupción a través de la lectura de las palabras de Dios, para poder detener a tiempo nuestros pasos para hacer el mal. Cuando seamos débiles y pasivos, las palabras de Dios nos animarán, consolarán y exhortarán, dándonos fe y fuerza... En resumen, el regreso del Señor a la carne para obrar es lo más beneficioso para la salvación de la humanidad, y para salvarla mejor”.

Dios y discípulo

Me sentí profundamente conmovido después de escuchar las palabras de Pedro. Le dije: “En cuanto al regreso del Señor, siempre viví en mis conceptos e imaginaciones, esperando que el Señor que había regresado se nos apareciera en un cuerpo espiritual. Solo entonces me di cuenta de que la mejor manera de salvar a la humanidad corrupta es que el Señor se haga carne como el Hijo del hombre para hacer Su obra cuando Él venga. El Señor Jesús fue el Hijo encarnado del hombre, y lo que Él expresó fue todo el lenguaje humano que podemos entender. Como, por ejemplo, la parábola del sembrador, la parábola de la levadura y la parábola de la oveja descarriada. Estas verdades se han arraigado profundamente en nuestro interior y han guiado la dirección de nuestro progreso. Si no podemos entender estas palabras expresadas por Dios, ¿cómo podemos conocer a Dios, acercarnos a Él y obtener Su Salvación? El Señor profetizó que Él expresaría más verdades para hacer la obra de juicio y purificación. El Espíritu de Dios es supremo y santo. Así que si Dios hace esta obra en un cuerpo espiritual de acuerdo a nuestra imaginación, la gente como nosotros, que a menudo peca y se confiesa cada día, vive en la esclavitud de los pecados y no puede salir de ella, debe ser golpeada por Dios debido a nuestro pecado, sin mencionar ser salvos y entrar en el reino de los cielos. Parece que solo cuando Dios se hace carne como el Hijo del hombre —al igual que el Señor Jesús, que era íntimo con la gente—, habla y obra para juzgarnos y purificarnos, podemos obtener la salvación de Dios, romper con el pecado y ser santos”.

Después de escuchar mis palabras, Pedro dijo conmovido: “Puedes dejar de lado tus ideas e imaginaciones, y darte cuenta de que el propósito de la segunda encarnación de Dios es salvar a la humanidad; este es el efecto de la iluminación y la guía de Dios. ¡Demos gracias a Dios! En realidad, cuando Dios se hace carne por segunda vez y hace Su obra, no sólo expresa la verdad para salvar a la humanidad, sino que realiza una obra crucial: separa el trigo de la cizaña y las ovejas de las cabras, separando a todos según su especie, recompensando a los buenos y castigando a los malos. Si el Señor hace Su obra en un cuerpo espiritual cuando regrese, todos lo tratarán con respeto y no se atreverán a resistirse a Él; ni siquiera la prole de Satanás se atreverá a hacerlo. Si es así, el Señor no aprovechará la situación para separar lo bueno de lo malo.

“Un libro espiritual dice: ‘Las nociones originales del hombre sólo se pueden revelar por medio de su contraste con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, las nociones del hombre no se podrían revelar; […]’ (‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’). Debido a que muchas personas no conocen al Cristo encarnado, lo tratan como a un hombre ordinario, resistiendo y condenando a Dios arbitrariamente. Mientras que algunas personas pueden buscar con humildad aunque no conozcan al Dios encarnado, obtienen sin saberlo esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo y reconocen al Cristo encarnado. Tal como dijo el Señor Jesús: ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen’ (Juan 10:27). De esta manera, las ovejas pueden separarse de las cabras, y el trigo puede separarse de la cizaña. Si Dios no se hace carne para realizar Su obra en los últimos días, pensaremos que somos las personas más leales a Dios, que amamos más a Dios, y quien más merece las recompensas de Dios. Es precisamente debido a que la encarnación del Señor regresado es normal y práctica, que los conceptos e imaginaciones, la rebeldía y la resistencia dentro de nosotros, quedan completamente expuestos. Veamos, por ejemplo, cuando el Señor Jesús se hizo carne para obrar: Los fariseos y el pueblo judío vieron que el Señor Jesús era normal y ordinario en apariencia, así que lo consideraron como una persona ordinaria, y lo juzgaron, se resistieron y lo condenaron deliberadamente. Dijeron que el Señor Jesús era el hijo de un carpintero, y que había expulsado demonios de Belcebú, el príncipe de los demonios. No buscaron la verdad expresada por el Señor Jesús en absoluto. Sin embargo, los verdaderos creyentes en Dios, como Pedro, Juan y Natanael, reconocieron la voz de Dios por la obra y las palabras del Señor Jesús, le siguieron de cerca y obedecieron Sus enseñanzas. Podemos decir que Dios hace Su obra en los últimos días haciéndose carne para revelar a las ovejas y a las cabras, a los buenos siervos y a los malos, lo cual manifiesta plenamente la omnipotencia y sabiduría de Dios y Su carácter justo”.

Después de escuchar el testimonio de Pedro, mi corazón estuvo mucho tiempo sin poder calmarse. Anteriormente, yo sabía simplemente que cuando el Señor regrese, recompensará al bueno y castigará al malo, y separará a las ovejas de las cabras, pero ignoraba cómo haría Su obra. Yo entendía lo siguiente: El Señor hará esta obra en Su forma carnal cuando regrese, y probará si los creyentes en Él son verdaderos creyentes o no por la obra normal y práctica del Hijo del hombre, para que el bien pueda ser separado del mal. Tal obra de Dios es realmente demasiado sabia y no puede ser concebida y comprendida por el hombre.

Después de un tiempo, Pedro me envió otro pasaje de palabras: “La primera encarnación fue para redimir al hombre del pecado por medio de la carne de Jesús, esto es, Él salvó al hombre desde la cruz, pero el carácter satánico corrupto todavía permaneció en el hombre. La segunda encarnación ya no es para que sirva de ofrenda por el pecado, sino para salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado. Esto se hace de tal forma que los perdonados puedan ser librados de sus pecados, ser purificados completamente, y alcanzar un cambio de carácter, liberándose así de la influencia de las tinieblas de Satanás y regresando delante del trono de Dios. Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado. […] La segunda encarnación es suficiente para eliminar los pecados del hombre y purificarlo plenamente. Así pues, la segunda encarnación pondrá fin a toda la obra de Dios en la carne y completará el sentido de la encarnación de Dios. A partir de ahí, la obra de Dios en la carne habrá llegado totalmente a su fin. Después de la segunda encarnación, no se hará carne de nuevo por Su obra. Porque toda Su gestión habrá llegado a su fin. En los últimos días, Su encarnación habrá ganado totalmente a Su pueblo escogido, y todos los hombres en los últimos días habrán sido catalogados según su tipo. Él ya no hará más la obra de salvación ni regresará a la carne para llevar a cabo obra alguna” (“El misterio de la encarnación (4)”). Y luego compartió esta enseñanza conmigo: “La primera encarnación de Dios fue hacer la obra de redención para redimir a la humanidad del pecado; la segunda encarnación de Dios es hacer la obra de juicio y purificación para limpiar y cambiar completamente a todos Sus verdaderos creyentes, para que puedan llegar a ser el pueblo que está en sintonía con Su voluntad. Cuando Dios gane a quienes quiere salvar, hará la obra de separar a todos de acuerdo a su especie y recompensar a los buenos y castigar a los malos. Finalmente, llevará a toda la gente perfeccionada por Él al maravilloso destino. Por lo tanto, las dos encarnaciones de Dios han completado toda la obra del plan de gestión de Dios y han completado el significado de Sus encarnaciones. Aparte de esto, no habrá una tercera o cuarta encarnación de Dios”.

Luego de escuchar la enseñanza de Pedro y las palabras del libro espiritual, mi problema finalmente se resolvió. También entendí que la segunda encarnación de Dios es hacer la obra de concluir la era y completar el significado de las encarnaciones de Dios. A partir de entonces, Dios no se encarnará para hacer Su obra por tercera o cuarta vez. ¡Demos gracias a Dios! Parece que es muy importante aceptar la obra de la encarnación de Dios de los últimos días.

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.  

 

¡Luna de Sangre reaparecerá, el gran y terrible Día de Jehová se acerca!

2019-12-03 21:40:47 | Reflexiones Cristianas

Luna de Sangre reaparecerá

El raro evento celeste-eclipse lunar total, reaparecerá a las 20:22:54 UTC en la noche del 27 de julio de 2018.

Según Wikipedia, en este eclipse lunar, la ascensión recta de la luna es 20 ° 28'12 '' y la declinación es 19 °; la magnitud penumbral es 2.679 y la magnitud umbral es 1.609. Todo el evento celestial durará casi cuatro horas. El eclipse lunar parcial durará 235 minutos; el eclipse lunar total durará 103 minutos, lo que lo convierte en el eclipse más largo de este siglo. Mientras tanto, la luna adquirirá un espectacular color rojo o marrón rojizo, que es el origen de su llamada "luna de sangre".

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Dijo que el eclipse no sería visible para los observadores en América del Norte. Pero el científico lunar Noah Petro, del Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA, cree que los observadores en gran parte de África, Oriente Medio, el sur de Asia y la región del Océano Índico tendrán una idea, dado el clima cooperativo. Los observadores no necesitan ningún tipo de equipo especial; pueden ver la espectacular luna de sangre con los ojos desnudos o los telescopios ordinarios.

Apariencia frecuente de la luna de sangre atrae la atención mundial

Este eclipse lunar total durará mucho tiempo, lo que llama la atención de los astrónomos. Además, hace que los cristianos piensen: la luna de sangre reaparece, ¿y cuándo vendrá el día grande y terrible de Jehová?

Paul Begley, un misionero cristiano en Indiana, cree que el 27 de julio no es el fin del mundo, pero se puede ver que la luna de sangre fue proféticamente profetizada de los últimos días en las escrituras de Hechos 2 y Apocalipsis 6.

La aparición de la luna de sangre no es la primera vez, ha pasado varias veces. Especialmente la aparición de las cuatro lunas de sangre durante 2014 a 2015 coincidió con las grandes fiestas del judaísmo. Respectivamente, sucedieron el 15 de abril de 2014, 4 de abril de 2015 (las Pascuas judías), el 8 de octubre de 2014 y el 28 de septiembre de 2015 (la Fiesta de los tabernáculos). Tal fenómeno extraordinario hace que prestemos más atención a la profecía en la Biblia sobre la luna de sangre.

Está registrado en Apocalipsis 6:12, "Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre," Y Joel 2: 29-31 registra, "Y aun también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová." *. De estos versículos podemos fácilmente saber que la luna de sangre aparecerá antes de la llegada del día grande y terrible de Jehová, que es, la aparición de la luna de sangre es una señal de que el gran desastre está cerca.

Siete sellos liberados, debemos buscar humildemente los pasos de Dios

Todo cristiano sabe que el libro de Apocalipsis es la profecía de Dios acerca de los últimos días. Con respecto a los siete sellos, Apocalipsis 5: 1-5 registra: "Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos”.

De estos versículos podemos saber que solo Dios mismo puede desatar los siete sellos y abrir el libro. Hoy en día, la luna de sangre aparece con frecuencia. ¿Es una señal de que el Señor Jesús regresó y soltó los sellos y abrió el libro? Si es así, ¿dónde está Él? ¿Cuál es el misterio que ha revelado? ¿Cuál es el libro que ha abierto? Creo que es la pregunta clave que los cristianos deberíamos buscar más al ver la luna de sangre nuevamente.

La aparición de la luna de sangre es el comienzo del gran desastre. En la actualidad, los desastres ocurren con frecuencia en todo el mundo, como guerras, terremotos, sequías, inundaciones, virus, etc. Las profecías en el libro de Apocalipsis ya se han cumplido; El día grande y terrible de Jehová llegará pronto y el gran desastre se acerca. En mi opinión, lo que debería hacer es orar y buscar las huellas y la obra actual del Señor.

Jesucristo dijo: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (Mateo 7: 7). Creemos que el Señor Jesús no abandonará a todas las ovejas que realmente lo busquen. Hermanos y hermanas, recemos e invoquemos al Señor juntos, pidiéndole que nos ilumine y nos conmueva, para que podamos encontrar los pasos del Señor pronto y darle la bienvenida a Su aparición. Todo esto lo pedimos en el nombre del Señor Jesús. ¡Amén!

Recomendación:

Profecías Bíblicas-La Visión Celestial

Siete profecías se han cumplido, ¿has acogido el regreso del Señor?

Profecías Bíblicas-los desastres de los últimos días

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Nota al pie:

*. Scripture quotations taken from RVA