Escuchar la palabra de Dios Todopoderoso

¡Dios es mi luz y mi salvación!

Vídeo de música cristiana | El juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos

2020-06-10 13:49:00 | Vídeo de música cristiana

Vídeo de música cristiana | El juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos

El reino de Dios se ha realizado completamente
y ha descendido al mundo públicamente;
es más, esto significa que Su juicio ha llegado completamente.
I
Todos los desastres sucederán uno tras otro;
todas las naciones y todos los lugares experimentarán desastres,
plaga, hambre, inundación, sequía y terremotos están por todas partes.
Estos desastres no ocurren sólo en uno o dos lugares,
ni terminarán dentro de uno o dos días,
sino que se extenderán sobre un área cada vez mayor
y los desastres serán cada vez más severos.
Durante este tiempo surgirán sucesivamente toda clase de plagas de insectos,
y el fenómeno del canibalismo ocurrirá en todos los lugares.
Este es el juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos.
II
El nombre de Dios debe extenderse
en todas las direcciones y en todos los lugares,
para que todos conozcan Su santo nombre y le conozcan.
El nombre de Dios circulará ampliamente
cuando comiencen de los desastres,
y si no tenéis cuidado perderéis la parte que debería ser vuestra;
¿no tenéis miedo?
El nombre de Dios se extiende a todas las religiones, a todos los ámbitos de la vida,
a todas las naciones y a todas las denominaciones.
Esta es la obra de Dios que se hace de manera ordenada,
en vínculos estrechamente conectados;
todo sucede por Su sabia disposición.
Sólo desearía que pudierais avanzar con cada paso, siguiendo Sus pisadas.
El nombre de Dios se extiende a todas las religiones, a todos los ámbitos de la vida,
a todas las naciones y a todas las denominaciones.
Esta es la obra de Dios que se hace de manera ordenada,
en vínculos estrechamente conectados;
todo sucede por Su sabia disposición.
Sólo desearía que pudierais avanzar con cada paso, siguiendo Sus pisadas.
Sólo desearía que pudierais avanzar con cada paso, siguiendo Sus pisadas.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Fuente: Relámpago oriental


Película cristiana en español latino | Quién está crucificando a Dios otra vez

2020-06-09 14:03:09 | Película cristiana en español

En la Biblia se dice: “[…], y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno” (1 Juan 5:19). Cada vez que Dios se aparece y obra, es desenfrenadamente resistido, condenado, arrestado y perseguido por los líderes en el mundo religioso y los que estaban en el poder. Por lo tanto, muchas personas dudan de la aparición de Dios y rechazan Su obra, y esto les llevan a perder la salvación de Dios. ¿No son vírgenes necias? Este es el cumplimiento del versículo: “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” (Oseas 4:6). Mire el maravilloso video del Evangelio…

Película cristiana en español latino | Quién está crucificando a Dios otra vez


Gu Shoucheng es pastor de una iglesia clandestina en China. Lleva muchos años creyendo en el Señor, trabajando constantemente en sus sermones y predicando el evangelio por todas partes. Fue detenido y encarcelado por predicar el evangelio y cumplió una condena de doce años. Tras salir de la cárcel, Gu Shoucheng sigue trabajando en la iglesia. Sin embargo, cuando el evangelio del reino de Dios Todopoderoso llega a la iglesia de Gu Shoucheng, él no lo busca ni investiga para nada, sino que mantiene obstinadamente sus propias nociones y imaginaciones para condenar la obra de Dios en los últimos días y hace todo lo posible por difundir nociones y falacias que desestabilizan a los creyentes y les impiden aceptar el camino verdadero.Especialmente después de leer las palabras de Dios Todopoderoso, Gu Shoucheng descubre que en verdad poseen autoridad y poder y que quien las oiga se convencerá; le aterra que algún miembro de la iglesia lea las palabras de Dios Todopoderoso y termine creyendo en Él. Teme que esto le impida mantener su posición y su medio de vida, por lo que habla de esto con el anciano Wang Sen y otros de la iglesia. y deciden engañar a la gente con los rumores que usa el Gobierno comunista chino para atacar y condenar a Dios Todopoderoso. Gu Shoucheng y Wang Sen hacen todo lo posible por aislar a la iglesia e impedir que la gente acepte el camino verdadero, e incluso cooperan con el régimen satánico del Partido Comunista de China para detener y perseguir a quienes dan testimonio de Dios Todopoderoso.Sus actos ofenden gravemente el carácter de Dios y son objeto de Su maldición. Cuando Wang Sen se dirige a detener a unas personas que están difundiendo el evangelio del reino, sufre un accidente de coche y muere en el acto. Gu Shoucheng vive con temor y desesperación y el pánico se apodera de él. Con frecuencia se pregunta: “¿Mi condena a Dios Todopoderoso está crucificando a Dios otra vez?”.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


Película cristiana en español latino|Bautismo de fuego|El camino inevitable hacia el reino celestial

2020-06-08 19:31:25 | Película cristiana en español latino

Película cristiana en español latino|Bautismo de fuego|El camino inevitable hacia el reino celestial

El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). ¿Pero cómo debemos buscar para convertirnos en personas cumplidoras de la voluntad del Padre Celestial y obedientes a Dios, de modo que Dios nos lleve al reino de los cielos? El cristiano Song Enze fue detenido y encarcelado por el Partido Comunista de China durante siete años por creer en Dios y predicar Su evangelio. Cuando lo soltaron, se empeñó en seguir con su entrega a Dios difundiendo el evangelio. A su parecer, abandonar su hogar y su profesión, afanarse y trabajar significa hacer la voluntad de Dios, y da por seguro que recibirá la aprobación de Dios y Él lo llevará al reino de los cielos. Más adelante, el hijo de Song Enze enferma de gravedad, con riesgo para su vida, por lo cual Song Enze guarda rencor a Dios, trata de rebatirlo y hasta pierde el deseo de cumplir con sus deberes. Con lo que le muestra la realidad de su situación y las revelaciones de la palabra de Dios, Song Enze se da cuenta de que sus muchos años de abandono y entrega a Dios fueron, en un principio, un intento de intercambiarlos por la gracia y las bendiciones de Dios y de que no es obediente a Él. Al final, por medio de la búsqueda, aprende a buscar con el fin de escapar a su carácter corrupto, hacerse verdaderamente obediente a Dios y ser salvado por Él.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


¿Por qué no se hace la obra de Dios en los últimos días a través de personas usadas por Dios?

2020-06-08 00:25:45 | Palabras de Dios

La respuesta de la palabra de Dios:

La obra de todo el plan de gestión de Dios está realizada personalmente por Dios mismo. La primera fase —la creación del mundo— fue llevada a cabo por Él, y de no haber sido así, nadie habría sido capaz de crear a la humanidad. La segunda etapa fue la redención de toda la humanidad, y también la hizo Dios mismo. La tercera es evidente: existe una necesidad incluso mayor de que acabe ya toda obra que Él tenga que hacer por sí mismo. Dios lleva a cabo, personalmente, toda la obra de redimir, conquistar, ganar y perfeccionar a la totalidad de la humanidad. Si Él no hiciera esta obra personalmente, Su identidad no podría ser representada por el hombre ni este podía realizar Su obra. Para derrotar a Satanás, con el fin de ganar a la humanidad y para darle al hombre una vida normal en la tierra, Él dirige al hombre y obra en medio de él de manera personal; por el bien de todo Su plan de gestión y por toda Su obra, Él debe hacer esta obra personalmente. […] Sólo llevándola a cabo Él mismo puede Dios realizar esta obra de forma concienzuda y completa. El hombre no puede hacerlo en nombre de Dios. Al no tener la identidad de este ni Su esencia, es incapaz de efectuarla; aunque la hiciera, no tendría efecto alguno. La primera vez que Dios se encarnó fue por la redención, para redimir a toda la humanidad del pecado, para que el hombre pudiera ser purificado y perdonado por sus pecados. Dios realizó también, personalmente, la obra de conquista en medio del hombre. Si, durante esta fase Dios sólo hablara profecía, un profeta o cualquiera que tuviera un don podría ocupar Su lugar; si sólo se pronunciaran profecías, el hombre podría sustituir a Dios. Con todo, si el hombre fuera a hacer personalmente la obra de Dios mismo y producir la vida del hombre, le sería imposible hacer esta obra. Es Dios mismo quien la tiene que hacer: Dios debe venir personalmente en carne para hacer esta obra. En la Era de la Palabra, si sólo se pronunciaban profecías, Isaías o el profeta Elías podrían haber realizado esta obra, y no habría necesidad alguna de que la hiciera Dios mismo. Al no tratar la obra realizada en esta etapa de mero pronunciamiento de profecías, y al ser de mayor importancia que se use la obra de palabras para conquistar al hombre y derrotar a Satanás, el hombre no puede realizar esta obra y debe hacerla Dios personalmente. En la Era de la Ley, Jehová llevó a cabo parte de la obra de Dios, tras lo cual habló algunas palabras e hizo alguna obra por medio de los profetas. Esto se debe a que el hombre podía sustituir la obra de Jehová y los videntes podían predecir cosas e interpretar algunos sueños en Su nombre. La obra realizada en el principio no fue la de cambiar directamente el carácter del hombre y no tenía nada que ver con el pecado de este, a quien sólo se le pedía que se atuviera a la ley. Por tanto, Jehová no se encarnó ni se reveló al hombre, sino que habló directamente a Moisés y otros, los hizo hablar y obrar en Su nombre y que trabajaran directamente en medio de la humanidad. La primera fase de la obra de Dios fue el liderazgo del hombre. Fue el comienzo de la batalla con Satanás, pero esta todavía tenía que empezar de un modo oficial. Esta guerra contra Satanás se inició con la primera encarnación de Dios y ha seguido hasta el día de hoy. El primer ejemplo de esta guerra fue cuando el Dios encarnado fue clavado en la cruz. La crucifixión del Dios encarnado derrotó a Satanás y fue la primera etapa exitosa de la guerra. Cuando el Dios hecho carne empieza a producir directamente la vida del hombre, ese es el principio oficial de la obra de recuperar al hombre; al tratarse de la obra del cambio del antiguo carácter del hombre, lo es también de pelear con Satanás. La fase de la obra realizada por Jehová, en el principio, fue meramente el liderazgo de la vida del hombre en la tierra. Fue el comienzo de la obra de Dios y, aunque todavía tenía que implicar alguna batalla u obra importante, estableció el fundamento para la obra de la batalla por venir. Más adelante, la segunda etapa de la obra durante la Era de la Gracia implicó cambiar el antiguo carácter del hombre, y esto significa que Dios mismo forjó la vida del hombre. Era Él quien tenía que hacer estas cosas personalmente: requería que Él se hiciera carne, y si Él no se hubiera encarnado, nadie más podría haberle sustituido en esta fase de la obra, porque representaba la obra de pelear directamente contra Satanás. Si el hombre hubiera realizado esta obra en nombre de Dios, al ponerse delante de Satanás este no se habría sometido y habría sido imposible derrotarlo. Tenía que ser el Dios encarnado quien viniera a vencerlo, porque la esencia del Dios encarnado sigue siendo la de Dios, Él sigue siendo la vida del hombre y el Creador; pase lo que pase, Su identidad y Su esencia no cambiarán. De este modo, Él adoptó la forma de carne e hizo la obra para completar la sumisión de Satanás. Durante la fase de la obra de los últimos días, si el hombre tuviera que hacer esta obra y hablar directamente las palabras, sería incapaz de pronunciarlas; si se hablaran las profecías, no se podría conquistar al hombre. Al encarnarse, Dios vino a derrotar a Satanás y a provocar su completa sumisión. Derrota a Satanás por completo, conquista y gana al hombre de un modo completo, después de lo cual esta etapa de obra está completada y se ha logrado el éxito. En la gestión de Dios, el hombre no puede sustituir a Dios. En particular, la obra de dirigir la era y lanzar una nueva obra tiene mayor necesidad de que las realice Dios mismo personalmente. Darle revelación al hombre y proporcionarle profecía, es algo que el hombre puede hacer, pero si es una obra que Dios tiene que hacer personalmente, la obra de la batalla entre Dios mismo y Satanás, el ser humano no puede llevar a cabo dicha obra. Durante la primera etapa de la obra, cuando no había batalla con Satanás, Jehová dirigió personalmente al pueblo de Israel usando la profecía pronunciada por los profetas. Después, la segunda fase de la obra fue la batalla con Satanás y Dios mismo se hizo, personalmente, carne, y vino en carne para hacer esta obra. Cualquier cosa que implique la batalla con Satanás también conlleva la encarnación de Dios, lo que significa que esta batalla no puede ser librada por el hombre. Si el hombre tuviera que pelear, sería incapaz de derrotar a Satanás. ¿Cómo podría tener la fuerza de luchar contra él, cuando aún sigue bajo su dominio? El hombre está en medio: si te inclinas hacia Satanás, le pertenecerás a él; sin embargo, si satisfaces a Dios, eres de Él. Si el hombre tuviera que sustituir a Dios en la obra de esta batalla, ¿sería capaz de ello? De hacerlo, ¿no habría perecido hace ya mucho tiempo? ¿No habría entrado en el inframundo hace ya largo tiempo? Por ello, el hombre es incapaz de reemplazar a Dios en Su obra, lo que significa que el hombre no tiene la esencia de Dios y si tú pelearas con Satanás, serías incapaz de derrotarlo. El hombre sólo puede realizar alguna obra; puede ganar a algunas personas, pero no puede sustituir a Dios en la obra de Dios mismo. ¿Cómo podría el hombre luchar con Satanás? Este te retendría cautivo antes de que empezaras siquiera. Sólo Dios mismo puede librar batalla con Satanás, y sobre esta base puede el hombre seguir a Dios y obedecerle. Sólo de esta forma puede el hombre ser ganado por Dios y escapar de las ataduras de Satanás. Lo que el hombre puede lograr con su propia sabiduría, autoridad y capacidades es demasiado limitado; es incapaz de hacer al hombre completo, de dirigirle y, además, de derrotar a Satanás. La inteligencia y la sabiduría del hombre son incapaces de frustrar sus intrigas; ¿cómo podría, pues, el hombre luchar con él?

de ‘Restaurar la vida adecuada del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”

Precisamente porque Satanás ha corrompido la carne del hombre y al ser este a quien Dios pretende salvar, Él tiene que adoptar forma de carne para librar batalla contra Satanás y pastorear personalmente al ser humano. Sólo esto es beneficioso para Su obra. Las dos formas encarnadas de Dios han existido con el fin de derrotar a Satanás, y también para salvar mejor al hombre. Esto se debe a que quien le libra batalla a Satanás sólo puede ser Dios, ya sea Su Espíritu o el Dios encarnado. En resumen, los ángeles no pueden ser quienes luchen contra Satanás y mucho menos el hombre, que ha sido corrompido por Satanás. Los ángeles son impotentes para hacerlo y el ser humano lo es aún más. Por ello, si Dios desea producir la vida del hombre, si quiere venir personalmente a la tierra para obrar en el hombre, también debe venir Él mismo en carne, es decir, debe revestirse de carne y, con Su identidad inherente y la obra que debe hacer, venir en medio del hombre y salvarlo de forma personal. De no ser así, si fuera el Espíritu de Dios o el hombre quienes llevaran a cabo esta obra, la batalla no lograría nunca su efecto ni acabaría jamás. Sólo cuando Dios se hace carne y va Él mismo a librar batalla contra Satanás, en medio de los hombres, el ser humano tiene una posibilidad de salvación. Además, sólo entonces se avergüenza Satanás y queda sin oportunidades que explotar o planes que ejecutar. La obra realizada por el Dios encarnado es inalcanzable para el Espíritu de Dios, y ningún hombre carnal puede ser llevada a cabo en Su nombre, porque la obra que Él hace es en beneficio de la vida del hombre y para cambiar el carácter corrupto del hombre. Si este tuviera que participar en esta batalla, sólo huiría en desbandada y sería sencillamente incapaz de cambiar su carácter corrupto. No tendría capacidad de salvar al hombre de la cruz ni de conquistar a toda la humanidad rebelde; sólo podría realizar un poco de la vieja obra según el principio u otra obra no relacionada con la derrota de Satanás. ¿Para qué molestarse, pues? ¿Cuál es la relevancia de una obra que no puede ganar a la humanidad, y mucho menos derrotar a Satanás? Y así, la batalla contra este sólo puede ser llevada a cabo por Dios mismo, y es sencillamente imposible que el hombre la haga. El deber del hombre consiste en obedecer y seguir, porque no es capaz de realizar la obra de apertura de una nueva época y, además, tampoco puede hacer la obra de pelear contra Satanás. El hombre sólo puede satisfacer al Creador bajo el liderazgo de Dios mismo, por medio del cual es derrotado Satanás; esto es lo único que el hombre puede hacer. Por eso, cada vez que empieza una nueva batalla, es decir, cada vez que empieza la obra de la nueva era, es Dios mismo quien la realiza personalmente; a través de ella, dirige toda la era y abre un nuevo camino para toda la humanidad.

de ‘Restaurar la vida adecuada del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ en “La Palabra manifestada en carne”

sólo puede ser completamente derrotado si Dios en la carne juzga la corrupción de la humanidad. Al ser igual que el hombre poseyendo una humanidad normal, Dios en la carne puede juzgar directamente la injusticia del hombre; esta es la marca de Su santidad innata y Su ser extraordinario. Sólo Dios está calificado y en la posición de juzgar al hombre porque Él es poseedor de la verdad y la justicia y por eso es capaz de juzgar al hombre. Los que no tienen la verdad y la justicia no son aptos para juzgar a los demás.

de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne


Música cristiana | Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia

2020-06-07 04:07:26 | Músicas cristianas

Música cristiana | Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia

Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia.
Dios brinda la vida y sólo Él guía al hombre.
I
El sentido y valor en Sus palabras se determinan por su esencia,
no si el hombre las acepta o reconoce.
Aunque ni un hombre recibiera Sus palabras,
inmensos para el hombre son su ayuda y su valor.
Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia.
Dios brinda la vida y sólo Él guía al hombre.
II
A quienes se rebelan, refutan y no respetan Sus palabras,
la única respuesta de Dios es esta:
Dejen que el tiempo y los hechos sean testigo
de que Sus palabras son verdad, vida y camino;
muestren que todo lo que Él dice es cierto,
es lo que el hombre debe poseer y acatar.
Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia.
Dios brinda la vida y sólo Él guía al hombre.
III
Dios dejará conocer a quienes lo sigan por este hecho:
A quienes no aceptan Sus palabras ni las cumplen con sus actos,
a quienes no ven el propósito ni reciben salvación en Sus palabras,
las palabras de Dios los condenan.
Perdieron la salvación de Dios.
Su castigo nunca los dejará.
Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia.
Dios brinda la vida y sólo Él guía al hombre.
Las palabras de Dios son la verdad que nunca cambia.
Dios brinda la vida y sólo Él guía al hombre.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”


¿Son Dios Todopoderoso y el Señor Jesús un solo Dios?

2020-06-05 20:41:24 | Segunda Venida de Jesucristo

Cuando la humanidad fue corrompida por Satanás, Dios comenzó Su plan de gestión para la salvación de la humanidad. Dios ha llevado a cabo tres etapas de Su obra para la salvación de la humanidad. Durante la Era de la Ley, Jehová Dios promulgó las leyes y guio la vida de la humanidad, haciendo saber a las personas que debían adorar a Dios y haciéndoles saber lo que es el pecado. Pero con la llegada de las etapas finales de la Era de la Ley, la corrupción de la humanidad se hizo más profunda que nunca y las personas con frecuencia violaban las leyes y pecaban contra Jehová. Ellas se enfrentaron al riesgo de ser condenadas y ejecutadas por sus violaciones. Por lo tanto, en respuesta a las necesidades de la humanidad, durante la Era de la Gracia Dios asumió forma humana y se convirtió en el Señor Jesús. Fue clavado en la cruz por el bien de la humanidad y redimió al hombre del pecado, permitiendo a las personas presentarse ante Dios y orar a Dios, confesarse y arrepentirse, ser perdonadas por sus pecados y vivir bajo las riquezas de la gracia y las bendiciones de Dios. Pero como la naturaleza pecaminosa de las personas aún estaba por resolverse y éstas pecaban y se oponían a Dios con frecuencia, en la Era del Reino Dios se hizo carne una vez más y usó el nombre de Dios Todopoderoso para expresar todas las verdades para la salvación y purificación de la humanidad con base en la obra de redención del Señor Jesús, suprimiendo la naturaleza pecaminosa de la humanidad, haciendo que la humanidad cesara su desobediencia y su oposición a Dios, permitiendo que las personas realmente obedecieran y adoraran a Dios y, finalmente, guiando a la humanidad a un hermoso destino. A pesar de que las obras que Dios ha llevado a cabo en la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino han sido diferentes y de que los nombres que Él ha adoptado y el carácter que ha mostrado en cada una han sido distintos, la esencia y los objetivos de Su obra son los mismos; todos son para salvar a la humanidad y toda la obra es realizada por Dios mismo. Como Dios Todopoderoso dijo: “Desde la obra de Jehová a la de Jesús, y desde la de Jesús a la de la era actual, las tres eras cubren la totalidad de la amplitud de la gestión de Dios, y todas ellas son la obra de un mismo Espíritu. Desde que creó el mundo, Dios siempre ha estado gestionado a la humanidad. Él es el principio y el fin, el primero y el último, y aquel que inicia una era y quien lleva la era a su fin. Las tres etapas de la obra, en diferentes eras y distintos lugares, han sido llevadas a cabo con seguridad por un solo Espíritu. Todos los que separan estas tres fases se oponen a Dios” (‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Durante miles de años, pocas personas han sabido en verdad que el Señor Jesucristo es Dios mismo, que Él es la aparición de Dios y que el Señor Jesús es la encarnación de Jehová. De hecho, la Biblia había profetizado esto claramente desde hace mucho tiempo. En el Libro de Isaías se dijo que “Pero quiso el Señor quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación” (Isaías 53:10). En este pasaje de la Biblia se puede ver que el hecho de que el Señor Jesús haya servido como ofrenda por el pecado significa que Jehová se ofreció a sí mismo como ofrenda por el pecado y que el Señor Jesús era Jehová. El Señor Jesús también dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). “el Padre está en mí y yo en el Padre” (Juan 10:38). “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Cuando el Señor Jesús dijo que “Yo y el Padre somos uno”, Él estaba diciendo que Él y Jehová son un solo Espíritu. Las palabras declaradas por el Señor Jesús y las declaradas por Jehová son las mismas; ambas son la verdad, son las declaraciones de un solo Espíritu y su fuente es la misma; es decir, el Señor Jesús y Jehová son un solo Dios. Del mismo modo, la fuente de las palabras expresadas por Dios Todopoderoso de los últimos días y por el Señor Jesús es la misma, son las declaraciones del Espíritu Santo, son la verdad y son la voz de Dios. Todas las personas que creen en el Señor saben que un mayor número de profecías en la Biblia hacen referencia al regreso del Señor y a la obra de juicio de Dios de los últimos días. Como dijo el Señor Jesús: “Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan 14:3). “He aquí, yo vengo pronto” (Apocalipsis 22:12). “Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria” (Lucas 21:27). “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). En la Primera Epístola de Pedro también se dijo que: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Se dijo muy claramente en estas escrituras que el Señor Jesús regresaría durante los últimos días y que expresaría palabras y realizaría la obra de juicio. Cuando Dios Todopoderoso llega durante los últimos días, Él lleva a cabo la obra de juicio, comenzando por la casa de Dios, con base en la obra de redención del Señor Jesús, y expresa todas las verdades para la purificación y salvación de la humanidad. Aunque la obra de Dios Todopoderoso y la del Señor Jesús son diferentes, su fuente es la misma: ¡el único Dios! Esto cumple completamente la profecía del Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). El Dios Todopoderoso encarnado de los últimos días es la personificación del Espíritu de la verdad; Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús.

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¿Qué exactamente es la encarnación? Y ¿cuál es la esencia de la encarnación?

2020-06-04 20:37:07 | La obra de Dios

El Señor Jesús fue el Dios encarnado; esto es indisputable. Ahora dais testimonio de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado en la carne, pero los pastores y ancianos religiosos dicen que en quien vosotros creéis es sólo un ser humano...

Por favor, ve…

A partir de las palabras de Dios Todopoderoso vemos que la encarnación es el Espíritu de Dios revestido de carne; o sea, el Espíritu de Dios se materializa en la carne con una humanidad y un pensamiento normales, y así se convierte en una persona normal y corriente, que obra y habla entre los hombres. Esta carne tiene una humanidad normal, pero también posee plena divinidad. Aunque en apariencia Su carne parezca normal y corriente, Él puede asumir la obra de Dios, expresar la voz de Dios y guiar y salvar a la humanidad. Esto es porque tiene plena divinidad. La plena divinidad significa que todo lo que posee el Espíritu de Dios —el carácter inherente de Dios—, la esencia santa y justa de Dios, todo lo que Dios tiene y es, Su omnipotencia y sabiduría, y Su autoridad y poder, todo esto se ha materializado en la carne. Esta carne es Cristo, el Dios práctico que ha venido a la tierra para obrar y salvar a la humanidad. En apariencia, Cristo es un Hijo del hombre normal y corriente, pero es sustancialmente distinto de nosotros, los seres humanos creados. El hombre creado sólo tiene humanidad, no posee ni el menor rastro de esencia divina. Cristo, sin embargo, no sólo posee una humanidad normal, sino que, sobre todo, tiene plena divinidad. Así pues, Él tiene la esencia de Dios, puede representarlo plenamente, expresar todas las verdades como Dios mismo, expresar el carácter de Dios y todo lo que Dios tiene y es, y otorgarnos la verdad, el camino y la vida. Ningún hombre creado puede realizar tales proezas. Cristo obra y habla, expresa el carácter de Dios y todo lo que Dios tiene y es en Su carne. No importa de qué forma expresa la palabra de Dios y realiza la obra de Dios, Él siempre lo hace mediante la humanidad normal. Él tiene una carne normal, no tiene nada de sobrenatural. Esto demuestra que Dios se ha hecho carne, que se ha convertido en un ser humano corriente. Esta carne normal y corriente ha cumplido los hechos de “La Palabra manifestada en carne”. Es el Dios práctico encarnado. Cristo tiene plena divinidad y por ello puede representar a Dios, expresar la verdad y salvar a la humanidad. Gracias a que Cristo tiene plena divinidad, Él puede expresar directamente la palabra de Dios, no sólo enviarla o pasarla. Él puede expresar la verdad en cualquier momento y lugar, proveyendo, regando y pastoreando al hombre, guiando a toda la humanidad. Únicamente debido a que Cristo tiene plena divinidad y posee la identidad y esencia de Dios podemos decir que Él es la encarnación de Dios, el propio Dios práctico.

El mayor misterio de la encarnación poco tiene que ver con que la carne de Dios sea de excelsa estatura o sea como la del hombre común. Más bien, tiene que ver con el hecho de que esta carne normal oculta Su plena divinidad. Ninguno de nosotros puede descubrir ni ver esta divinidad oculta. Al igual que cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra, si en aquel entonces nadie hubiera oído Su voz ni experimentado Su palabra y obra, nadie habría reconocido que el Señor Jesús era Cristo, Hijo de Dios. Así pues, la encarnación de Dios es la mejor manera en la que Él puede descender en secreto entre nosotros, los seres humanos. Cuando vino el Señor Jesús, ninguno de nosotros podía distinguir, por Su aspecto exterior, que Él era Cristo, Dios encarnado, ni ver la divinidad oculta en Su humanidad. Sólo después de que el Señor Jesús hubiera expresado la verdad y realizado la obra de redención de la humanidad, algunos descubrieron que Su palabra tenía autoridad y poder, y fue entonces cuando empezaron a seguirlo. Sólo cuando el Señor Jesús se apareció tras haber resucitado la humanidad comprendió que Él era el Cristo encarnado, la aparición de Dios. Si Él no hubiera expresado la verdad ni realizado Su obra, nadie lo habría seguido; si no hubiera dado testimonio de que Él era Cristo, la aparición de Dios, nadie lo habría reconocido. En las nociones y imaginaciones del hombre, cree que si Él realmente es Dios encarnado, Su carne debería tener cualidades sobrenaturales: debería ser sobrehumano, de excelsa estatura, fuerte y con una presencia imponente y, no sólo hablar con autoridad y poder, sino también obrar señales y prodigios allá donde fuera; así debería ser Dios encarnado. Si Su apariencia exterior es corriente, como la de cualquier otro hombre normal, y tiene una humanidad normal, entonces, seguro que Él no es la encarnación de Dios. Recordemos. Cuando el Señor Jesús se encarnó para hablar y obrar, aunque Él expresaba la verdad y la voz de Dios, los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos del pueblo judío no lo reconocieron. Cuando oían que los discípulos daban testimonio del Señor Jesús, incluso decían: ¿No es este el hijo de José? ¿No es Nazareno? ¿Por qué hablaban los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos así sobre Él? Porque el Señor Jesús tenía una humanidad normal en apariencia. Era una persona normal y corriente y no tenía una presencia excelsa ni imponente, y por ello, no lo aceptaron. De hecho, dado que Él es la encarnación, necesariamente tiene que tener una humanidad normal, tiene que demostrar a nosotros que la carne de la que se reviste el propio Dios es carne normal y corriente; Él parece un ser humano normal. Si Dios se revistiera de carne sobrehumana y no de una persona con humanidad normal, se perdería completamente el significado de la encarnación. Así pues, Cristo debe tener una humanidad normal. Sólo así se puede demostrar que Él es la Palabra hecha carne.

Leamos otros pasajes de la palabra de Dios Todopoderoso: “El significado de la encarnación es que un hombre ordinario y normal lleve a cabo la obra de Dios mismo; es decir, que Dios lleva a cabo Su obra divina en la humanidad y vence de este modo a Satanás. […] Si durante Su primera venida Dios no hubiera tenido una humanidad normal antes de los veintinueve años de edad, si al nacer Él hubiera podido obrar milagros, si tan pronto como hubiera aprendido a hablar Él hubiera podido hablar el lenguaje del cielo, si en el momento en el que puso Su pie sobre la tierra por primera vez Él hubiera podido comprender todos los asuntos mundanos, distinguir todos los pensamientos y las intenciones de cada persona, a esa persona no se le habría podido haber llamado un hombre normal y tal carne no podría haberse llamado carne humana. Si este hubiera sido el caso con Cristo, entonces el sentido y la esencia de la encarnación de Dios se habrían perdido. Que poseyera una humanidad normal demuestra que Él era Dios encarnado en la carne; que pasase por un proceso de crecimiento humano normal demuestra aún más que Él era una carne normal y, además, Su obra es prueba suficiente de que Él era la Palabra de Dios, el Espíritu de Dios, hecha carne. Dios se hace carne por las necesidades de la obra; en otras palabras, esta etapa de la obra debe hacerse en la carne, en una humanidad normal. Este es el requisito previo para que “el Verbo se haga carne”, para que “la Palabra aparezca en la carne”, y es la verdadera historia detrás de las dos encarnaciones de Dios” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Si el Dios encarnado hubiera comenzado Su ministerio formal desde el momento de Su nacimiento, realizando señales sobrenaturales y maravillas, entonces Él no tendría una esencia corpórea. Por tanto, Su humanidad existe por el bien de Su esencia corpórea; no puede haber carne sin humanidad y una persona sin humanidad no es un ser humano. De esta forma, la humanidad de la carne de Dios es una propiedad intrínseca de la carne encarnada de Dios. Decir que “cuando Dios se hace carne es totalmente divino, no es en absoluto humano”, es una blasfemia, porque esta es una postura imposible de adoptar y que viola el principio de la encarnación. […]

[…] La humanidad de Dios encarnado existe para mantener la obra divina normal en la carne; Su pensamiento humano normal sustenta Su humanidad normal y todas Sus actividades corporales normales. Se podría decir que Su pensamiento humano normal existe con el fin de sustentar toda la obra de Dios en la carne. Si esta carne no poseyera una mente humana normal, entonces Dios no podría obrar en la carne y lo que Él debe hacer en la carne no se cumpliría jamás. […] Así pues, el Dios encarnado debe poseer una mente humana normal, debe poseer una humanidad normal, porque Él debe desempeñar Su obra en la humanidad con una mente normal. Esta es la esencia de la obra del Dios encarnado, la propia esencia del Dios encarnado” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

En las palabras de Dios Todopoderoso vemos claramente que Dios encarnado debe tener una humanidad normal, de lo contrario, no podría ser la encarnación de Dios. El aspecto externo de Dios encarnado es el de un hombre normal y corriente y Su humanidad no tiene nada de sobrenatural. Así pues, si evaluamos a Cristo según nuestras nociones y fantasías, nunca lo reconoceremos ni aceptaremos. Como mucho tan sólo reconoceremos que es un profeta enviado por Dios o alguien a quien Dios utiliza. Si de verdad queremos conocer a Cristo, debemos estudiar Sus palabras y Su obra para ver si lo que Él expresa es la voz del propio Dios, si las palabras que expresa son manifestaciones del carácter de Dios y de todo lo que Dios tiene y es, y para ver si Su obra y la verdad que expresa pueden salvar a la humanidad. Sólo entonces podemos conocer, aceptar y obedecer a Cristo. Si no buscamos la verdad ni investigamos la obra de Dios, aunque oigamos las palabras de Cristo y veamos la realidad de Su obra, seguiremos sin conocer a Cristo. Aunque estemos con Cristo de la mañana a la noche, aún lo consideraremos un hombre corriente y, de ese modo, nos opondremos a Él y lo condenaremos. En realidad, para reconocer y aceptar a Cristo, lo único que debemos hacer es reconocer la voz de Dios y aceptar que Él realiza la obra de Dios. Pero para conocer la esencia divina de Cristo y, por consiguiente, alcanzar la verdadera obediencia a Cristo y amar al Dios práctico, debemos descubrir la verdad en las palabras y la obra de Cristo, ver el carácter de Dios y todo lo que Dios tiene y es, ver la esencia santa, la omnipotencia y la sabiduría de Dios, ver que Dios es maravilloso y agradecer Sus sinceras intenciones. Sólo así podremos obedecer de verdad a Cristo y adorar de corazón al Dios práctico.

Todos los creyentes sabemos que el modo en que predicó el Señor Jesús, la palabra que expresó, los misterios del reino de los cielos que reveló y las exigencias que impuso a nosotros, los seres humanos eran toda la verdad, la propia voz de Dios, y que todo ello era la manifestación del carácter de vida de Dios y de todo lo que Dios tiene y es. Los milagros que obró: sanar enfermos, expulsar a los demonios, calmar el viento y el mar, dar de comer a cinco mil personas con cinco panes y dos peces y resucitar a los muertos, eran todos manifestaciones de la autoridad y el poder de Dios. Aquellos que, en aquel tiempo, buscaban la verdad, como Pedro, Juan, Mateo y Natanael, reconocieron por la palabra y la obra del Señor Jesús que Él era el Mesías prometido, y por eso lo siguieron y recibieron Su salvación. En cambio, los judíos fariseos, pese a oír los sermones del Señor Jesús y verlo obrar milagros, lo seguían viendo como una persona corriente, sin poder ni prestigio, y por eso se atrevieron descaradamente a oponerse a Él y a condenarlo sin el menor temor. Al final cometieron el mayor de los pecados al crucificar al Señor Jesús. ¡La lección de los fariseos merece una profunda reflexión! Esto expone claramente su naturaleza de anticristos que odian la verdad y aborrecen a Dios, y revela la estupidez y la ignorancia de la humanidad pervertida. En la actualidad, Dios Todopoderoso encarnado realiza la obra del propio Dios en una humanidad normal, igual que lo hizo el Señor Jesús. Dios Todopoderoso expresa todas las verdades que necesita la humanidad pervertida para salvarse, y lleva a cabo la obra del juicio comenzando por la casa de Dios en los últimos días. No solamente juzga y expone la naturaleza satánica de la humanidad pervertida y la verdad de su perversión, también ha revelado todos los misterios del plan de gestión de Dios de seis mil años para salvar a la humanidad; ha señalado el camino que puede liberar del pecado a la humanidad para que alcance la purificación y sea salvada por Dios; ha revelado el carácter justo inherente de Dios, todo lo que Él tiene y es, y Su autoridad y poder únicos… La palabra y la obra de Dios Todopoderoso son manifestación absoluta de la identidad y la esencia del propio Dios. Hoy en día, todos los que siguen a Dios Todopoderoso han oído la voz de Dios en la palabra y la obra de Dios Todopoderoso, han visto la manifestación de la palabra de Dios en la carne y se han presentado ante el trono de Dios Todopoderoso, recibiendo la purificación y la perfección de Dios. Aquellos del mundo religioso que aún niegan a Dios Todopoderoso, se oponen a Él y lo condenan han cometido el mismo error que los judíos fariseos: han considerado a Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, como una persona corriente sin preocuparse lo más mínimo por buscar y estudiar todas las verdades que ha expresado Dios Todopoderoso y, en consecuencia, han crucificado a Dios de nuevo y han ofendido Su carácter. Como vemos, si nosotros nos aferramos a nuestras nociones y fantasías sin buscar ni estudiar las verdades que expresa Cristo, no podremos reconocer la voz de Dios expresada por Cristo, no podremos aceptar ni obedecer la obra de Cristo y nunca recibirá la salvación de Dios en los últimos días. Si no comprendemos la verdad de la encarnación, no podremos aceptar ni obedecer la obra de Dios, condenaremos a Cristo y nos opondremos a Dios y, probablemente, también recibiremos el castigo y la maldición de Dios. Así pues, en nuestra fe, para obtener la salvación de Dios, es sumamente importante que busquemos la verdad ¡y comprendamos el misterio de la encarnación!

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino Selecciones”


¿Qué exactamente es la encarnación? Y ¿cuál es la esencia de la encarnación?

2020-06-03 19:23:00 | La obra de Dios

El Señor Jesús fue el Dios encarnado; esto es indisputable. Ahora dais testimonio de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado en la carne, pero los pastores y ancianos religiosos dicen que en quien vosotros creéis es sólo un ser humano...

Respuesta:

Vuestra creencia de que el Señor Jesús es la encarnación de Dios no es falsa. Pero ¿por qué creéis en el Señor Jesús? ¿De verdad pensáis que el Señor Jesús es Dios? Creéis en el Señor Jesús por lo que está escrito en la Biblia y por la obra del Espíritu Santo. Pero, digáis lo que digáis, no habéis visto al Señor Jesús cara a cara, ¿de verdad os atrevéis a decir que lo conocéis? Con vuestra fe en el Señor, tan sólo os hacéis eco de las palabras de Pedro, quien dijo que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios vivo, pero ¿creéis que el Señor Jesús es la manifestación de Dios, que es Dios mismo? ¿Os atrevéis a decir que entendéis la esencia divina del Señor Jesús? ¿Os atrevéis a asegurar que, si el Señor Jesús regresara y expresara la verdad, reconoceríais Su voz? Vuestra fe en el Señor Jesús se reduce a creer en estas tres palabras: “el Señor Jesús”. Sólo creéis en Su nombre. ¡No comprendéis la esencia divina del Señor Jesús! Si la comprendéis, ¿por qué no podéis distinguir la voz del Espíritu de Dios? ¿Por qué no admitís que la verdad expresada por Dios Todopoderoso proviene de Dios y que es la voz y la palabra del Espíritu Santo? Por lo que he visto hoy, el modo en que rechazáis la voz de Dios y negáis la verdad que Él expresa, ¡estoy seguro de que no conocéis a Dios encarnado! Si hubierais nacido hace dos mil años, en la era en la que el Señor Jesús predicó y llevó a cabo Su obra, seguro que os habríais unido a los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos del pueblo judío para condenar al Señor Jesús. ¿No es así? Los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos del pueblo judío habían creído durante muchos años en el único Dios, pero ¿por qué no reconocieron al Señor Jesús? ¿Por qué lo crucificaron? ¿Qué problema hubo? ¿Por qué los pastores y ancianos del mundo religioso en los últimos días no oyen la voz del Espíritu Santo? ¿Por qué siguen condenando la obra del juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días? Por favor pensad en esto: ¿No es un anticristo aquel que cree en Dios pero no admite Su encarnación? Los líderes judíos se opusieron y condenaron al Señor Jesús, Dios encarnado. Todos ellos eran unos anticristos revelados por la obra de Dios. En cuanto a los pastores y ancianos del mundo religioso en los últimos días que se oponen y condenan a Dios Todopoderoso encarnado, ¿no son ellos también unos anticristos dejados en evidencia por la obra de Dios? Todos podemos ver claramente que la mayoría de los pastores y ancianos del mundo religioso se opone a la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y la condena; ellos observan la obra de Dios Todopoderoso sin verla de verdad, oyen Sus palabras sin escucharlas de verdad. Dios Todopoderoso ha expresado todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad. Él ha conquistado, salvado y formado un grupo de vencedores. ¡El evangelio del reino se está difundiendo por el mundo, esto es inevitable! ¿Es posible que los pastores y líderes del mundo religioso no vean la realidad de la obra de Dios? ¿Cómo pueden seguir diciendo algo tan ridículo como que “Creer en Dios Todopoderoso es creer en un ser humano”? ¿Qué problema hay aquí? Esto sólo demuestra que existen muchas personas que creen en el Dios ambiguo de las alturas, pero que pocos conocen a Dios encarnado. ¿Por qué condenó el Señor Jesús a los fariseos que se oponían a Él? ¡Porque sólo creían en el Dios ambiguo de las alturas, pero condenaban y se oponían a Dios encarnado!

Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos veían claramente la autoridad y el poder de las palabras y de la obra del Señor Jesús. Entonces, ¿cómo podían descaradamente oponerse al Señor Jesús, condenarlo y blasfemar contra Él? Decían que Él expulsaba a los demonios por medio de Belcebú, príncipe de los demonios, y que quería engañar a los hombres, y hasta lo crucificaron vivo; ¿qué demuestra esto? ¿No hicieron todo eso porque veían al Señor Jesús como un ser humano normal? Como decían ellos: “¿No es el nazareno, el hijo de un carpintero?”. Según el concepto que tenían los fariseos, ¡la carne de Dios encarnado debía tener cualidades sobrenaturales! Debía ser alto y fornido, tener porte heroico y una presencia imponente. Sus palabras debían ser estremecedoras y ensordecedoras y suscitar temor en el corazón del hombre para que nadie se atreviera a acercarse a Él. De lo contrario, ¡no podría considerarse Dios! En verdad no entendían nada de la encarnación ni buscaban la verdad en la palabra y la obra del Señor Jesús para encontrar el carácter de Dios y todo lo que Dios tiene y es. Consideraban al Señor Jesús un hombre corriente, y lo juzgaban y blasfemaban contra Él basándose en sus fantasías y nociones. Esto demuestra que, aunque creyeran en Dios, no lo conocían e incluso se oponían a Él. Ahora los pastores y ancianos del mundo religioso dicen que Aquel en quien creemos es sólo un ser humano. ¡En nada se diferencia esto del modo en que los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos judíos condenaron a los seguidores del Señor Jesús! Como veis, la mayoría de los pastores y ancianos del mundo religioso son como los fariseos hipócritas de antaño: Todos ellos creen en Dios y al mismo tiempo se oponen a Él. ¡Son unos canallas que sólo reconocen al Dios ambiguo de las alturas y reniegan del mismísimo Cristo!¿Con qué derecho condenan a quienes aceptan y obedecen a Cristo?

En los últimos días, Dios ha regresado en carne para expresar Su palabra y obrar entre los hombres. ¡Esta vez ha venido como Dios Todopoderoso encarnado! En apariencia, Dios Todopoderoso es una persona corriente que vive de forma práctica entre los hombres y forma parte de sus vidas. Él expresa la verdad de acuerdo con las necesidades del hombre y lleva a cabo la obra del juicio empezando por la casa de Dios. Al experimentar la obra de Dios Todopoderoso, hemos oído Su palabra con nuestros propios oídos. Con nuestros propios ojos, lo hemos visto desvelar los misterios del plan de gestión de Dios; es decir, el trasfondo de las tres etapas de la obra de Dios para salvar a la humanidad, el propósito del plan de gestión de Dios, el misterio de la encarnación,cómo Satanás pervierte a la humanidad, la esencia y la verdad de esa perversión humana, el modo en que Dios purifica, salva y perfecciona al hombre, el sentido y el propósito de la obra del juicio de Dios, a quiénes ama Dios y a quiénes maldice, quiénes se salvarán y a quiénes destruirá, el destino del hombre, qué final tendrá cada tipo de persona, cómo se materializará el reino de Dios en la tierra, etc. Al expresar estas verdades, Dios Todopoderoso también juzga y deja al descubierto el carácter satánico del hombre y la naturaleza y esencia de su oposición a Dios, y nos permite ver la esencia y la realidad de nuestra profunda perversión satánica, cuán arrogantes, presuntuosos, traidores y egoístas somos, que no parecemos seres humanos ni merecemos vivir ante Dios. Sin embargo, Dios se ha encarnado, se ha ocultado humildemente y vive entre los hombres corruptos e inmundos, mientras expresa la verdad para juzgar, dejar al descubierto y salvar al hombre. Tenemos una profunda convicción de que la esencia de la vida de Dios es muy amable y noble. ¡El amor de Dios a la humanidad es muy real! Al experimentar el juicio de Dios por la palabra, nos hemos familiarizado personalmente con el carácter justo y santo de Dios, que no admite ofensa, y hemos sentido la autoridad y el poder de la palabra de Dios Todopoderoso. Inconscientemente, nuestro corazón ha empezado a venerar a Dios, hemos empezado a buscar la verdad y nuestro carácter vital ha comenzado a cambiar. ¡Entonces nos hemos dado cuenta de verdad de que,Dios Todopoderoso encarnado ha expresado toda la verdad para purificarnos y salvarnos, lo que nos permite librarnos de la arrogancia, la traición y nuestro carácter satánico, y vivir como personas honradas. Dios Todopoderoso vive entre nosotros y recorre las iglesias. Por fuera no es más que una persona corriente, pero Él expresa la verdad y manifiesta el carácter justo de Dios y todo lo que Dios tiene y es. Quienes le siguen y experimentan Su obra han recibido la verdad, el camino y la vida. Ellos ven que Dios lleva a cabo su obra de una manera muy práctica y sabia. Ven que Dios es humilde y está oculto, que es maravilloso, que no es arrogante y que Su carácter no es perverso. Sería razonable que Dios, el Altísimo, se revistiera de un cuerpo muy alto y fornido, el tipo de cuerpo que los hombres se vieran obligados a adorar. Pero eso no es lo que hizo Dios. Para salvar al hombre corrupto, Dios se revistió de carne corriente, con el rostro de un hombre nada excepcional, y vino a habitar entre nosotros, los seres humanos corruptos. Expresa Sus palabras, nos juzga y nos provee lo que necesitamos. Dios se ha encarnado en un hombre insignificante y ya ha soportado enormes humillaciones y sufrimientos. Además, ha sufrido la calumnia, la condena y el rechazo de la humanidad corrupta, así como la búsqueda y persecución del Gobierno del PCCh, y, pese a ello, Dios continúa expresando la verdad y llevando a cabo la obra de salvación de la humanidad con una fuerza de voluntad inagotable. ¡Dios ha sufrido increíbles tormentos para salvar a la humanidad! ¡El amor de Dios por la humanidad es muy real! Esto nos permite ver cuán santo y grande es Dios. ¡No hay palabras para describirlo! Dios Todopoderoso nos acerca a Dios, nos lleva cara a cara ante Él para que lo veamos, lo conozcamos y lo amemos de verdad, y al hacerlo nos permite recibir la perfección de Dios a fin de que podamos adorarlo y obedecerlo de verdad. Todos hemos reconocido de corazón que Dios Todopoderoso, en quien creemos, es el Señor Jesús que ha vuelto a la carne. ¡Él es hombre, pero también es Dios! ¡Dios Todopoderoso es el único Dios, el Creador de los cielos, la tierra y todas las cosas! Sin embargo, los pastores y ancianos nos condenan porque piensan que creemos en un simple ser humano. Ahora os pregunto: ¿quién, en toda la humanidad, puede expresar la verdad y la voz de Dios? ¿Qué persona puede llevar a cabo la obra de purificar y salvar a la humanidad de forma tan práctica? ¿Qué persona puede perfeccionar a los pervertidos y hacer que de verdad conozcan y obedezcan a Dios experimentando Sus obras? ¡Nadie, nadie! Sólo Dios Todopoderoso puede realizar una obra tan práctica. Dios Todopoderoso es la manifestación del Salvador del mundo. Es el Dios práctico encarnado. ¡Sólo Dios Todopoderoso puede salvar a la humanidad y otorgarle un destino maravilloso!

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino Selecciones”

En cuanto a la pregunta: ¿qué es la encarnación y qué es Cristo? Se puede decir que es un misterio de la verdad que no comprendemos creyentes. Aunque durante miles de años, los creyentes han sabido que el Señor Jesús era Dios encarnado, nadie comprende la encarnación ni su verdadera esencia. Sólo hasta que Dios Todopoderoso de los últimos días ha llegado, se ha revelado al hombre este aspecto del misterio de la verdad.Veamos cómo lo dice Dios Todopoderoso.

Dios Todopoderoso dice: “El significado de la encarnación es que Dios aparece en la carne y Él viene a obrar en medio del hombre de Su creación bajo una imagen de carne. Por tanto, para que Dios se encarne, primero debe ser carne, una carne con una humanidad normal; esto, como mínimo, es el requisito previo más básico. De hecho, la implicación de la encarnación de Dios es que Él vive y obra en la carne; Dios se hace carne en Su misma esencia, se hace hombre” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”) .

El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso, sino que es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo” (‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”).

El Cristo con humanidad normal es una carne en la que el Espíritu se materializa, que posee una humanidad normal, un sentido normal y un pensamiento humano. “Materializarse” significa que Dios se hace hombre, que el Espíritu se hace carne; dicho claramente, es cuando Dios mismo habita en la carne con una humanidad normal y expresa Su obra divina a través de ella. Esto es lo que significa materializarse o encarnarse” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Al ser un hombre con la esencia de Dios, Él está por encima de cualquiera de los humanos creados y de cualquier hombre que pueda desarrollar la obra de Dios. Por tanto, entre todos los que tienen un caparazón humano como el suyo, entre todos los que poseen humanidad, sólo Él es el Dios mismo encarnado, todos los demás son humanos creados. Aunque todos poseen humanidad, los humanos creados no tienen más que humanidad, mientras que Dios encarnado es diferente. En Su carne, no sólo tiene humanidad sino que, más importante aún, también tiene divinidad. Su humanidad puede verse en la apariencia externa de Su carne y en Su vida cotidiana, pero Su divinidad es difícil de percibir. Como Su divinidad se expresa únicamente cuando Él tiene humanidad y no es tan sobrenatural como las personas lo imaginan, verla es extremadamente difícil para las personas. […] como Dios se hace carne, Su esencia es una combinación de humanidad y divinidad. Esta combinación se llama Dios mismo, Dios mismo en la tierra” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Continuará…


Una breve introducción a la aparición y obra de los últimos días de Dios en China.

2020-06-02 17:50:57 | Cristianos perseguidos

China es la tierra donde reside el gran dragón rojo y es el lugar que se ha resistido y ha condenado a Dios más severamente a lo largo de la historia. China es como una fortaleza de demonios y una prisión impenetrable e impermeable controlada por el diablo. Además, el régimen del gran dragón rojo vigila todos los niveles y ha instalado defensas en cada casa. Como resultado, no hay lugar donde sea más difícil difundir el evangelio de Dios y llevar a cabo la obra de Dios. Cuando el Partido Comunista Chino llegó al poder en 1949, la creencia religiosa en China continental fue totalmente suprimida y prohibida. Millones de cristianos sufrieron humillación pública, tortura y encarcelamiento. Todas las iglesias fueron completamente cerradas y vaciadas. Hasta las reuniones en las casas fueron prohibidas. Si sorprendían a alguien participando en una reunión, era encarcelado e incluso podía ser decapitado. En esos tiempos, las actividades religiosas desaparecieron casi sin dejar rastro. Solamente un pequeño número de cristianos continuó creyendo en Dios, pero sólo podían orar silenciosamente a Dios y cantarle himnos de alabanza en sus corazones, suplicando a Dios que reviviera la iglesia. Finalmente, en 1981, la iglesia fue verdaderamente revivida y el Espíritu Santo comenzó a obrar a gran escala en China. Las iglesias surgieron como brotes de bambú después de una lluvia de primavera y cada vez más personas comenzaron a creer en Dios. En 1983, cuando el renacimiento de la iglesia alcanzó su clímax, el Partido Comunista Chino comenzó una nueva ronda de cruel represión. Millones de personas fueron arrestadas, detenidas y educadas por medio del trabajo. El régimen del gran dragón rojo sólo permitía a los creyentes en Dios unirse a la iglesia del Movimiento Patriótico de Tres Autonomías creado y controlado por el gobierno. El gobierno del PCCh estableció el Movimiento Patriótico de Tres Autonomías en un intento por eliminar completamente la iglesia doméstica clandestina y tener a aquellos creyentes en el Señor bajo el firme control del gobierno. Creía que ésta era la única manera de lograr su objetivo de prohibir la fe y convertir a China en una tierra sin Dios. Pero el Espíritu Santo continuó realizando Su obra a gran escala en la iglesia doméstica y en aquellas personas que en verdad creían en Dios, lo cual el gobierno del PCCh no tenía manera de detener. En ese entonces, en la iglesia doméstica donde obraba el Espíritu Santo, Cristo de los últimos días aparecía en secreto para obrar; empezó a expresar la verdad y a realizar Su obra de juicio, comenzando con la casa de Dios.

A principios de febrero de 1991, alguien en la iglesia pareció recibir la iluminación del Espíritu Santo y comenzó a sermonear, dando testimonio del nombre de Dios y de la venida de Dios. Estas palabras fueron enviadas a las iglesias y después de leerlas, todas las personas se emocionaron y alegraron mucho, y creyeron que ésas eran con seguridad el esclarecimiento y las palabras del Espíritu Santo. A partir de entonces, Cristo comenzó a hablar. A veces Cristo pronunciaba un pasaje al día, a veces uno cada dos días, y Sus declaraciones se hicieron cada vez más frecuentes. Todas las personas las compartían y se sentían muy emocionadas, las reuniones estaban llenas de gozo y todo el mundo estaba impregnado de felicidad. A medida que Cristo expresaba más y más palabras, todas las personas prestaban atención para disfrutar las palabras de Dios y sus corazones fueron completamente atrapados por ellas. Y así, durante las reuniones, comenzaron formalmente a disfrutar las palabras presentes del Espíritu Santo. En ese tiempo, la gente todavía tenía que darse cuenta de que Dios se había encarnado y de que ésta era la aparición de Cristo. La gente sólo consideraba la expresión de Cristo como la iluminación del Espíritu Santo recibida por una persona común, ya que, en la expresión de Cristo, Él no había dado testimonio formal de la encarnación de Dios. Nadie comprendía lo que era la encarnación y las personas sólo sabían que estas palabras se debían a la iluminación del Espíritu Santo. Por eso es que todavía trataban a Cristo como una persona común. Sólo cuando las declaraciones de Cristo alcanzaron su máxima expresión, fue cuando Dios comenzó a testificar sobre la encarnación de Dios, explicando las diferencias entre el descenso del Espíritu Santo hacia la humanidad y la obra del Espíritu Santo en la humanidad, revelando el misterio de la materialización del Espíritu en la carne. Sólo entonces fue cuando las personas supieron que esta persona común que vivía entre ellas y que expresaba las palabras para pastorear y proveer a las iglesias, era Dios encarnado, Cristo, y que era Dios que había aparecido. Al darse cuenta de esto, todos detestaron cuán ciegos, necios e ignorantes habían sido y se postraron ante Cristo, llorando y arrepintiéndose; sus corazones estaban destrozados por el profundo dolor y sus gritos se oían en todas partes. En aquel entonces, los corazones de la gente estaban llenos de indescriptibles sentimientos encontrados de aflicción y alegría. Cuando contemplaron a Cristo, sólo supieron postrarse sobre la tierra; si no lo hacían, se sentían incómodos dentro de sus corazones. Cuando se postraban ante Cristo sentían gozo, sentían que verdaderamente habían regresado ante Dios y que pertenecían a Dios. Después de que Cristo apareció, Él expresó cada vez más palabras, entrando gradualmente en el camino correcto de la obra de Dios y abriendo paso al juicio, comenzando con la casa de Dios. Las palabras de Dios conquistaron completamente a la gente. A través de la revelación de Cristo del significado del nombre de Dios, nació el nombre de Dios Todopoderoso. Así que la gente oraba directamente al nombre de Dios Todopoderoso y, durante las reuniones, disfrutaba las palabras de Dios Todopoderoso. Esto se debe a que estas palabras (es decir, todas las palabras en ‘La palabra aparece en carne’) son la obra presente de Dios, son las palabras de Dios en la nueva era y la necesidad presente de la gente. Puesto que se trataba de la nueva obra y las nuevas palabras de Dios, naturalmente la Biblia quedó desactualizada y, naturalmente, nadie hacía caso a los diversos dichos y teorías de la Era de la Gracia. Todos fueron conquistados por las palabras presentes de Dios, como si hubieran visto el cielo abriéndose. Esto se debe a que Dios reveló todo tipo de misterios, los ojos de las personas se abrieron y vieron que la mayoría de los dichos a los que se habían adherido durante la Era de la Gracia eran nociones llenas de desviaciones y cosas erróneas. Gracias a la aparición de Dios, la gente entró en el camino correcto de creer en Dios. Sólo después de que las personas fueron conquistadas por las palabras de Dios, fue cuando encontraron que esta persona común y normal que expresaba las palabras de Dios era Cristo y la carne encarnada de Dios.

Cristo nació en el seno de una familia común al norte de China. Desde Su infancia, había creído en Dios con todo Su corazón. Paulatinamente creció como lo hace cualquier persona común. En 1989, justo cuando el Espíritu Santo estaba obrando a gran escala en la iglesia doméstica, Cristo abandonó Sus estudios y entró formalmente en la iglesia doméstica. En ese entonces, Cristo tenía un ferviente corazón, anhelaba servir a Dios y desempeñar Su deber. Dos años más tarde, Cristo comenzó a expresar palabras, escribiéndolas en Su corazón y dándolas a las iglesias. Luego, a medida que Cristo expresaba cada vez más verdades, la gente se sentía atraída por las palabras de Cristo y ansiaba leer lo que Él había expresado. Particularmente, Sus palabras que revelaban y juzgaban la sustancia de la naturaleza y el carácter satánico de la humanidad corrupta, atravesaban el corazón de la gente como una espada de doble filo. Sólo entonces las personas fueron completamente conquistadas por las palabras de Dios y se arrodillaron ante Dios; sólo entonces Cristo fue aceptado, conocido y exaltado por el pueblo, y se convirtió en el Dios práctico, venerado, amado y estimado por la humanidad. Cristo posee tanto una humanidad normal como una plena divinidad. Él puede expresar la verdad en cualquier momento y en cualquier lugar, y revelar la sustancia de la corrupción de la humanidad. Sus palabras y opiniones están llenas de verdad y sabiduría, al igual que el Señor Jesús. Lo que Cristo habla y posee no se aprende en los libros, sino que proviene completamente de la sustancia divina que Él posee. Cristo es el unigénito de Dios. En Su vida, las personas ven Su humanidad completamente normal. De Su obra y Su paciencia con la humanidad, la gente puede ver Su sustancia divina y Su carácter que no tolera la ofensa del hombre. Aunque, al igual que el Señor Jesús, Cristo posee las debilidades de la humanidad, Él también tiene la sustancia de la obediencia al Espíritu de Dios. Él está lleno de verdad y sabiduría, e inspira una convicción absoluta en las personas, tanto en sus corazones como en sus palabras. ¡Cristo es la verdad, el camino y la vida, en nombre y en realidad! Dios se ha encarnado como una persona insignificante, trabajando secreta y humildemente entre la gente, conquistando a la humanidad y derrotando a los enemigos mediante la expresión de la verdad. Desde hace mucho tiempo Él ha vencido por completo, ha sido testificado y ha sido proclamado. Ésta es la omnipotencia, la sabiduría y la gloria de Dios. Como resultado de la aparición y obra de Cristo, nació la Iglesia de Dios Todopoderoso. Luego los hermanos y hermanas en la Iglesia de Dios Todopoderoso comenzaron a dar testimonio de la obra de Dios y comenzaron la obra de difundir el evangelio del reino de Cristo. Ésta es una breve introducción a los antecedentes de la encarnación de Dios y de Su venida secreta para realizar Su obra. En pocas palabras, el Cristo encarnado ha llegado a la tierra donde reside el gran dragón rojo y ha expresado las palabras de juicio y castigo, conquistando y salvando al pueblo elegido de Dios en China. Es decir, el Dios encarnado lucha contra Satanás en la guarida del gran dragón rojo y lo ha dado todo para despertar a la humanidad y hacer que la humanidad oiga y reconozca la voz de Dios para que regrese ante Dios y sea salvada por Dios. Esto es algo extraordinariamente raro y de un significado increíblemente profundo. En esta encarnación Dios obra para salvar al hombre, lo que significa que Dios ha llegado a ordenar el destino de la humanidad y a poner fin a esta era. Dios ha venido a China continental, la tierra habitada por el gran dragón rojo, y ha llegado secretamente para obrar, conquistando y salvando a la humanidad profundamente corrupta, perfeccionando y convirtiendo a un grupo de personas en vencedores. Esto ha dado lugar al juicio del gran trono blanco en los últimos días y ha abierto el camino para la aparición pública de Dios a cada nación y lugar del mundo durante el siguiente paso.

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Música cristiana 2020 | El origen de por qué los fariseos se oponían a Jesús

2020-06-02 00:32:00 | Músicas cristianas

Música cristiana 2020 | El origen de por qué los fariseos se oponían a Jesús

I
¿Deseáis conocer la raíz de la oposición de los fariseos a Jesús?
¿Deseáis conocer la esencia de los fariseos?
Estaban llenos de fantasías sobre el Mesías.
Aún más, sólo creían que Él vendría,
pero no buscaban la verdad de la vida.
Por tanto, incluso hoy siguen esperándole,
porque no tienen conocimiento del camino de la vida
ni saben cuál es la senda de la verdad,
ni saben cuál es la senda de la verdad.
Decid, ¿cómo podrían obtener la bendición de Dios
tales personas insensatas, tozudas e ignorantes?
¿Cómo podrían contemplar al Mesías?
¿Cómo podrían contemplar al Mesías?
Se opusieron a Jesús
porque no conocían la dirección de la obra del Espíritu Santo
ni el camino de la verdad mencionado por Jesús y,
además, porque no entendían al Mesías.
Y como nunca le habían visto ni habían estado en Su compañía,
cometieron el error de aferrarse en vano al nombre del Mesías
mientras se oponían a Su esencia por todos los medios.
II
Estos fariseos eran tozudos y arrogantes en esencia,
y no obedecían la verdad.
El principio de su creencia en Dios es:
por muy profunda que sea Tu predicación,
por muy alta que sea Tu autoridad,
no eres Cristo a no ser que te llames el Mesías.
¿No son estas opiniones absurdas y ridículas?
No tenéis el más mínimo entendimiento de Jesús,
entonces, es extremadamente fácil para vosotros
cometer los errores de los antiguos fariseos.
¿Eres capaz de discernir el camino de la verdad?
¿Puedes garantizar realmente que no te opondrás a Cristo?
¿Puedes garantizar realmente que no te opondrás a Cristo?
¿Eres capaz de seguir la obra del Espíritu Santo?
Si no sabes si te opondrás o no a Cristo,
entonces Dios dice que ya estás viviendo al filo de la muerte.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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