Han llegado alabanzas a Sion y la morada de Dios ha aparecido. El glorioso y santo nombre, alabado por todos los pueblos, se está difundiendo. ¡Ah, Dios Todopoderoso! La Cabeza del universo, Cristo de los últimos días, Él es el Sol brillante que se ha levantado sobre el Monte Sion, que se eleva con majestad y grandeza por encima de todo el universo…
¡Dios Todopoderoso! Clamamos a Ti con júbilo; bailamos y cantamos. ¡Tú eres verdaderamente nuestro Redentor, el gran Rey del universo! Has hecho un grupo de vencedores y has cumplido el plan de gestión de Dios. Todos los pueblos correrán a este monte. ¡Todos los pueblos se arrodillarán delante del trono! Tú eres el único y solo Dios verdadero y mereces la gloria y el honor. ¡Toda la gloria, la alabanza y la autoridad sean para el trono! La fuente de vida fluye del trono, regando y alimentando a las multitudes del pueblo de Dios. Todos los días surgen cambios en la vida; nueva luz y revelaciones nos siguen, ofreciendo constantemente nuevos entendimientos sobre Dios. Una persona llega a la certidumbre acerca de Dios a través de la experiencia; Sus palabras constantemente se manifiestan, manifestándose dentro de quienes están en lo correcto. ¡Somos, en verdad, sumamente bendecidos! Estamos cara a cara con Dios cada día, tenemos comunión con Dios en todo y le damos a Dios la soberanía sobre todo. Ponderamos con cuidado la palabra de Dios, nuestro corazón está tranquilo en Dios y, así, venimos ante la presencia de Dios, donde recibimos Su luz. Todos los días en nuestra vida, en nuestras acciones, palabras, pensamientos e ideas, vivimos dentro de la palabra de Dios, podemos ejercer el discernimiento en todo momento. La palabra de Dios guía la hebra y la pasa por el ojo de la aguja; las cosas ocultas adentro de forma inesperada aparecen una tras otra. La comunión con Dios no se puede retrasar; pensamientos e ideas son puestos al descubierto por Dios. En cada momento estamos viviendo delante del trono de Cristo donde se nos somete a juicio. Cada ámbito de nuestros cuerpos permanece ocupado por Satanás. El día de hoy, el templo de Dios debe ser limpiado con el fin de recuperar Su soberanía. Para ser completamente poseídos por Dios, debemos pasar por una batalla de vida o muerte. Sólo cuando nuestros antiguos yos han sido crucificados puede la vida resucitada de Cristo reinar soberana.
¡Ahora el Espíritu Santo prepara una carga en cada uno de nuestros rincones para lanzar una batalla por la recuperación! Siempre que estemos listos para negarnos a nosotros mismos y dispuestos para cooperar con Dios, Dios en cualquier momento iluminará y purificará nuestro interior y reclamará de nuevo eso que Satanás ha ocupado, para que podamos ser completados por Dios tan rápido como sea posible. No perdamos tiempo y siempre vivamos dentro de la palabra de Dios. Seamos edificados con los santos, seamos introducidos al reino y entremos a la gloria con Dios.
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