Seguir a Dios

El amor de Dios es la fortaleza de mi vida

Dios pretende destruir el mundo con un diluvio y ordena a Noé construir un arca

2019-09-10 18:27:19 | Palabra de Dios

(Génesis 6:9-14) Estas son las generaciones de Noé: Noé era un hombre justo y perfecto en sus generaciones y Noé andaba con Dios. Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. La tierra también se había corrompido delante de Dios y estaba llena de violencia. Y Dios miró a la tierra, y vio que se había corrompido, ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra. Entonces Dios dijo a Noé: el fin de toda carne ha llegado a Mí, porque ellos han llenado toda la tierra de violencia, y por ello los destruiré junto con la tierra. Construye un arca de madera de ciprés; harás cuartos en el arca y la cubrirás con brea por dentro y por fuera.

(Génesis 6:18-22) Pero haré Mi pacto contigo; y entrarás en el arca; tus hijos, tu esposa y las esposas de tus hijos entrarán contigo. Y de cada cosa viviente de toda carne, traerás dos de cada especie dentro del arca, para mantenerlos vivos contigo; serán macho y hembra. De las aves según su especie, y del ganado según su especie, de cada criatura que se arrastre sobre la tierra según su especie, dos de cada clase deben venir contigo, para mantenerlos vivos. Y toma todo lo que se coma, júntalo para vosotros para que os sirva de alimento a ti y a ellos. Y así lo hizo Noé; como Dios le había ordenado, eso hizo.

Dios pretende destruir el mundo con un diluvio y ordena a Noé construir un arca

……
En aquella era, Dios pretendió llamar a Noé para que hiciera algo muy importante. ¿Por qué tenía que hacerlo? Porque Dios tenía un plan en Su corazón en ese momento, y consistía en destruir el mundo con un diluvio. ¿Por qué destruir el mundo? Aquí dice: “La tierra también se había corrompido delante de Dios y estaba llena de violencia”. ¿Qué observáis en la frase “la tierra estaba llena de violencia”? Es un fenómeno que se produce sobre la tierra cuando el mundo y sus habitantes están corrompidos hasta el extremo, y dice así: “la tierra estaba llena de violencia”. En el lenguaje actual, “llena de violencia” significa que todo está en desorden. Para el hombre significa que no existe el orden en ningún ámbito de la vida, y que las cosas son bastante caóticas y difíciles de gestionar. A los ojos de Dios esto quiere decir que las personas del mundo son demasiado corruptas. ¿Pero hasta qué punto? Hasta el punto de que Dios ya no soporta mirarlas ni ser paciente con ellas. Corruptas hasta el punto de que Dios decide destruirlas. Cuando Dios se decidió a destruir el mundo, planeó encontrar a alguien que construyese un arca. Entonces Dios escogió a Noé para que la hiciera, que fue permitir a Noé construir un arca. ……
Que llamara a Noé fue una realidad simple, pero la idea principal de lo que estamos hablando —el carácter de Dios, Su voluntad y Su esencia en este relato— no lo es. Para entender estos diversos aspectos de Dios, debemos comprender primero a qué tipo de persona desea Dios llamar y, a través de esto, entender Su carácter, Su voluntad, y Su esencia. Esto es crucial. Por tanto, a los ojos de Dios, ¿qué tipo de persona es este hombre a quien Él llama? Debe ser alguien que pueda escuchar Sus palabras y seguir Sus instrucciones. Al mismo tiempo, debe ser también una persona con sentido de la responsabilidad, alguien que llevará a cabo la palabra de Dios y la tratará como la responsabilidad y el deber que está obligado a cumplir. ¿Debe ser, pues, esta persona alguien que conozca a Dios? No. En aquel tiempo, Noé no había oído gran cosa de las enseñanzas de Dios ni experimentado Su obra en absoluto. Por consiguiente, el conocimiento que tenía de Él era muy limitado. Aunque se dice aquí que caminaba con Dios, ¿vio alguna vez Su persona? ¡La respuesta es definitivamente no! Y es que en aquellos días, sólo los mensajeros de Dios venían a las personas. Aunque podían representarle a Él con lo que decían o hacían, sólo comunicaban la voluntad y los propósitos divinos. La persona de Dios no se revelaba al hombre cara a cara. En esta parte de las escrituras, básicamente, lo único que vemos es lo que este Noé tuvo que hacer y cuáles fueron las instrucciones de Dios para él. ¿Cuál fue, pues, la esencia que Dios expresó aquí? Todo lo que Él hace se planea con precisión. Cuando ve desarrollarse una cosa o una situación, existirá un estándar por el que medirlas a Sus ojos, y este determinará si comienza un plan para lidiar con ellas o para ver cómo tratarlas. Él no es indiferente ni insensible hacia todo. En realidad, es todo lo contrario. Aquí hay un versículo que Dios le dijo a Noé: “el fin de toda carne ha llegado a Mí, porque ellos han llenado toda la tierra de violencia, y por ello los destruiré junto con la tierra”. ¿Afirman las palabras de Dios esta vez, que sólo destruiría a los seres humanos? ¡No! Él declaró que iba a destruir todo lo vivo, lo que tuviera carne. ¿Por qué quería Dios la destrucción? Aquí hay otra revelación del carácter de Dios: a Sus ojos, existe un límite a Su paciencia respecto a la corrupción del hombre, a la inmundicia, la violencia, y la desobediencia de toda carne. ¿Cuál es Su límite? Es como Dios mismo dijo: “Dios miró a la tierra, y vio que se había corrompido, ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra”. ¿Qué significa la frase “ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra”? Significa que al llenarse de corrupción el comportamiento de toda cosa viviente y verlo Dios, tuvo que destruirlas, incluidas las que le seguían, las que invocaban Su nombre, las que una vez le sacrificaron holocaustos, las que lo reconocían verbalmente y hasta le alababan. Ese fue el límite de Dios. ¿Hasta qué punto mantuvo Dios, pues, la paciencia con el hombre y la corrupción de toda carne? Hasta el punto en que todas las personas, seguidoras de Dios o incrédulas, dejaron de caminar por la senda correcta y el hombre no sólo estaba corrompido moralmente y lleno de maldad, sino que no había nadie que creyese en la existencia de Dios, y mucho menos que considerara que Él gobierna el mundo, que puede traer luz y el camino correcto a las personas. Hasta el punto de que el hombre despreció la existencia de Dios y no le permitió existir. Una vez que la corrupción del hombre llegó a semejante nivel, Él ya no tendría más paciencia. ¿Qué la sustituiría? Llegarían la ira y el castigo de Dios. ¿No era esto una revelación parcial del carácter de Dios? En esta era presente, ¿sigue habiendo un hombre justo, un hombre perfecto, a los ojos de Dios? ¿Es esta una era en la que la conducta de toda carne sobre la tierra es corrupta a los ojos de Dios? En este día y era, aparte de aquellos a quienes Dios quiere hacer completos, los que pueden seguir a Dios y aceptar Su salvación, ¿no están todas las personas de carne desafiando el límite de la paciencia de Dios? ¿No está lleno de violencia todo lo que acontece a vuestro alrededor, lo que veis con vuestros ojos y oís con vuestros oídos, y experimentáis personalmente cada día en este mundo? A los ojos de Dios, ¿no debería un mundo así, una era así, ser finalizada? Aunque el trasfondo de la era actual sea completamente diferente del de la época de Noé, los sentimientos y la ira de Dios hacia la corrupción del hombre siguen siendo exactamente los mismos que entonces. Él puede ser paciente por Su obra, pero según todos los tipos de circunstancias y condiciones, este mundo tendría que haber sido destruido hace ya mucho tiempo a los ojos de Dios. La situación está muy lejos de la que existía cuando el diluvio destruyó el mundo.  ……
Bajo estas circunstancias, ¿qué le preocupa más a Dios? Desde luego no la forma en que le tratan o se resisten quienes no le siguen en absoluto o quienes de cualquier modo se oponen a Él ni cómo lo difama la humanidad. Lo único que le preocupa es que quienes le sigan, los que son objeto de Su salvación en Su plan de gestión, hayan sido perfeccionados por Él si han logrado satisfacerle. En cuanto a los que no le siguen, simplemente provee ocasionalmente un poco de castigo para expresar Su ira. Por ejemplo: tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, etc. Al mismo tiempo, protege firmemente y cuida a quienes lo siguen y están a punto de ser salvados por Él. Este es el carácter de Dios: por un lado puede darles una paciencia y una tolerancia extremas a aquellos a los que pretende perfeccionar, y aguarda por ellos tanto como le es posible; por otro, Dios odia y detesta intensamente a las personas tipo-Satanás, que no lo siguen y se oponen a Él. Aunque a Él no le importa si esta gente tipo-Satanás lo siguen o lo adoran, Él sigue aborreciéndolos a la par que alberga paciencia hacia ellos en Su corazón, y mientras determina el final de esta gente tipo-Satanás también aguarda la llegada de los pasos de Su plan de gestión.

 


La bendición de Dios a Noé después del diluvio

2019-09-09 21:03:19 | Palabra de Dios

(Génesis 9:1-6) Y Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fructíferos y multiplicaos y llenad la tierra. Toda bestia de la tierra os temerá y tendrá terror de vosotros, así como toda ave del cielo; todo lo que se arrastra en la tierra y todos los peces del mar serán entregados en vuestras manos. Todo lo que se mueve y que tenga vida, será carne para vosotros, así como todas las hierbas verdes que os he dado. Pero la carne viva, que es la sangre de la carne, esa no la comeréis. Y por seguro pediré la sangre de vuestras vidas; a la mano de cada bestia la pediré, y también a la mano del hombre; a la mano de cada hermano del hombre pediré la vida del hombre. Cualquiera que derrame sangre de hombre, derramará su sangre por el hombre; porque Dios hizo al hombre a Su imagen.
……
Después de que Noé aceptara las instrucciones de Dios, construyera el arca y viviera a través de los días en que Dios usó un diluvio para destruir el mundo, toda su familia de ocho miembros sobrevivió. Aparte de esta, toda la humanidad y todas las cosas vivientes sobre la tierra fueron destruidas. Dios impartió bendiciones a Noé, y le dijo algunas cosas a él y a sus hijos. Estas cosas fueron las que Dios le estaba concediendo, a la vez que Su bendición sobre él. Esta es la bendición y la promesa que Dios da a alguien que puede escucharle y aceptar Sus instrucciones, y también la forma en que Él recompensa a las personas. Es decir, independientemente de que Noé fuera un hombre perfecto o justo a los ojos de Dios, y de cuánto lo conociera, en pocas palabras, Noé y sus tres hijos escucharon todos ellos las palabras de Dios, se coordinaron con Su obra, e hicieron lo que se suponía que debían hacer, de acuerdo con las instrucciones divinas. Por consiguiente, ayudaron a Dios a retener a los humanos y a diversas especies de seres vivos después de la destrucción del mundo por el diluvio, haciendo una gran contribución al siguiente paso del plan de gestión de Dios. Dios lo bendijo por todo lo que había hecho. Quizás para las personas de hoy, lo que Noé hizo ni siquiera era digno de mencionar. Algunos podrían incluso pensar: Noé no hizo nada; Dios se había hecho a la idea de mantenerlo, por lo que definitivamente lo haría. Su supervivencia no es mérito suyo. Esto es lo que Dios quería que ocurriese, porque el hombre es pasivo. Pero no era lo que Él estaba pensando. A Él no le importa si una persona es grande o insignificante, mientras pueda escucharle, obedecer Sus instrucciones y lo que Él encarga, y pueda cooperar con Su obra, Su voluntad y Su plan, de forma que Su voluntad y Su plan puedan cumplirse sin problemas. Esa conducta es digna de Su celebración y digna de recibir Su bendición. Dios valora a esas personas, y aprecia sus acciones, así como su amor y su afecto por Él. Esta es la actitud de Dios. ¿Por qué bendijo Dios, pues, a Noé? Porque así es como Dios trata tales acciones y la obediencia del hombre.
Con respecto a la bendición de Noé por parte de Dios, algunas personas dirán: “Si el hombre escucha y satisface a Dios, Él le bendecirá. Sobra decirlo, ¿verdad?”. ¿Podemos decir esto? Algunas personas responden que “no”. ¿Por qué no podemos decir eso? Algunas personas afirman: “El hombre no es digno de disfrutar la bendición de Dios”. Eso no es del todo correcto. Porque cuando una persona acepta lo que Dios encarga, Él tiene un estándar para juzgar si las acciones de las personas son buenas o malas, si la persona ha obedecido, si ha satisfecho la voluntad de Dios y si lo que hacen es adecuado. Lo que le importa a Dios es el corazón humano, no sus acciones superficiales. No es el caso que Dios tuviera que bendecir a alguien mientras realicen sus acciones, independientemente de cómo lo hagan. Así es como malinterpretan las personas a Dios. Él no sólo mira el resultado final de las cosas, sino que hace mayor hincapié en cómo es el corazón de una persona y cuál es su actitud durante el desarrollo de las cosas; mira, asimismo, si hay obediencia, consideración, y el deseo de satisfacerle en el corazón. ¿Cuánto sabía Noé de Dios en aquella época? ¿Tanto como las doctrinas que conocéis hoy? En términos de aspectos de la verdad como conceptos y conocimiento de Dios, ¿recibió él tanto riego y pastoreo como vosotros? ¡No! Pero un hecho es innegable: en la conciencia, las mentes, y hasta en las profundidades de los corazones de las personas de hoy, sus conceptos de Dios y actitud hacia Él son borrosos y ambiguos. Hasta podríamos decir que una parte de las personas tiene una actitud negativa hacia la existencia de Dios. Pero en el corazón y la conciencia de Noé, la existencia de Dios era absoluta y estaba fuera de toda duda, y por tanto su obediencia hacia Él no estaba adulterada y podría pasar la prueba. Su corazón era puro y abierto a Dios. No necesitaba demasiado conocimiento de doctrinas para convencerse de seguir cada palabra de Dios ni muchos hechos para demostrar Su existencia, de forma que podía aceptar lo que Dios le encargó y ser capaz de hacer lo que Él le permitiera. Esta es la diferencia fundamental entre Noé y las personas actuales, y es también la verdadera definición de lo que es un hombre perfecto a ojos de Dios. Él quiere personas como Noé. Él es el tipo de persona que Dios elogia, y también precisamente la clase de persona a la que Él bendice. ¿Habéis recibido alguna ilustración de esto? Las personas miran a las personas desde el exterior, mientras que Dios mira sus corazones y su esencia. Dios no le permite a nadie la falta de entusiasmo ni las dudas respecto a Él ni consiente que las personas sospechen de Él o lo prueben en modo alguno. Por consiguiente, aunque las personas de hoy estén cara a cara con la palabra de Dios, o incluso se podría decir cara a cara con Dios, debido a algo profundo dentro de sus corazones, a la existencia de su esencia corrupta y a su actitud hostil hacia Él, ellas han sido obstruidas de su creencia sincera en Dios y bloqueadas de su obediencia a Dios. Debido a esto, para ellas es muy difícil conseguir la misma bendición que Dios le concedió a Noé.                   


Dios convierte el arco iris en símbolo de Su pacto con el hombre

2019-09-08 20:25:08 | Palabra de Dios

(Génesis 9:11-13) Yo haré Mi pacto con vosotros, ninguna carne será cortada nunca más por las aguas de una inundación; ni habrá una inundación nunca más que destruya la tierra. Y Dios dijo: Este es el signo del pacto que hago entre Yo y vosotros y cada criatura viviente que esté con vosotros, por generaciones perpetuas. Pongo Mi arcoíris en las nubes, y ese será el signo de un pacto entre Yo y la tierra.
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La mayoría de las personas sabe lo que es un arco iris y ha oído algunas historias relacionadas con él. En cuanto a la historia del arco iris en la Biblia, algunos la creen, algunos la consideran una leyenda, mientras otros no la creen en absoluto. En cualquier caso, todo lo que ocurrió en relación al arco iris son todas las cosas que Dios hizo una vez, y cosas que tuvieron lugar durante el proceso de la gestión del hombre por parte de Dios. Estas cosas se han recogido con exactitud en la Biblia. Estos relatos no nos dicen cuál era el estado de ánimo de Dios en ese momento ni los propósitos subyacentes a estas palabras que Él pronunció. Además, nadie puede apreciar lo que Dios estaba sintiendo cuando las dijo. Sin embargo, el estado anímico de Dios en relación a todo esto se revela entre las líneas del texto. Es como si Sus pensamientos en ese momento saltasen de la página a través de cada palabra y frase de la palabra de Dios.
……
Originalmente, Dios creó una humanidad que a Sus ojos era muy buena y cercana a Él, pero fue destruida por el diluvio tras rebelarse contra Él. ¿Le dolió a Dios que esa humanidad desapareciese así al instante? ¡Por supuesto que sí! ¿Cuál fue la expresión de este dolor? ¿Cómo se registró en la Biblia? Se registra así: “Yo haré Mi pacto con vosotros, ninguna carne será cortada nunca más por las aguas de una inundación; ni habrá una inundación nunca más que destruya la tierra”. Esta simple frase revela los pensamientos de Dios. Esta destrucción del mundo le dolió mucho. En palabras del hombre, Él estaba muy triste. Podemos imaginar: ¿qué aspecto tenía la tierra, una vez llena de vida, tras ser destruida por el diluvio? ¿Qué aspecto tenía ahora esa tierra que una vez estuvo llena de seres humanos? Ninguna morada humana, ninguna criatura viviente, agua por todas partes y un caos absoluto sobre la superficie del agua. ¿Era aquella escena el propósito original de Dios cuando creó el mundo? ¡Por supuesto que no! El propósito original de Dios era ver vida por toda la tierra, ver los seres humanos que creó adorándole, no sólo que fuese Noé el único en adorarle o el único que respondería a Su llamado para completar lo que había encargado. Cuando la humanidad desapareció, Dios no vio lo que había pretendido originalmente, sino todo lo contrario. ¿Cómo no iba estar dolido Su corazón? Así pues, cuando estaba revelando Su carácter y expresando Sus emociones, Dios tomó una decisión. ¿Qué tipo de decisión tomó? Hacer un arco en las nubes (nota: el arco iris que vemos) como pacto con el hombre, una promesa de que Dios no destruiría de nuevo a la humanidad con un diluvio. Al mismo tiempo, también fue para decirles a las personas que Él había destruido una vez al mundo con un diluvio, para que la humanidad recordase siempre por qué hizo Dios tal cosa.
¿Fue la destrucción del mundo esta vez algo que Dios quiso? Definitivamente no fue algo que Él quisiese. Podríamos ser capaces de imaginar una pequeña parte de la visión deplorable de la tierra tras la destrucción del mundo, pero no podemos acercarnos a imaginar cómo fue la escena a ojos de Dios. Podemos decir que, tanto en el caso de las personas de ahora como en el de las de entonces, nadie puede imaginar o apreciar lo que Dios estaba sintiendo cuando vio esa escena, esa imagen del mundo tras su destrucción por el diluvio. Dios se vio obligado a hacer esto debido a la desobediencia del hombre, pero el dolor que sufrió Su corazón por esta destrucción del mundo a través del diluvio es una realidad que nadie puede comprender ni apreciar. Por ello Dios hizo un pacto con la humanidad, que debía decirles a las personas que recordaran que Dios hizo una vez algo así, y jurarles que Dios no destruiría nunca más al mundo de ese modo. En este pacto vemos el corazón de Dios, vemos que sufría cuando destruyó a la humanidad. En el lenguaje del hombre, cuando Él la destruyó y la vio desaparecer, Su corazón lloraba y sangraba. ¿No es esta la mejor manera en que podemos describirlo? Los seres humanos usan estas palabras para ilustrar las emociones humanas, pero como el lenguaje del hombre es demasiado deficiente, emplearlas para describir los sentimientos y emociones de Dios no me parece tan malo ni tampoco es tan excesivo. Al menos os proporciona un entendimiento muy gráfico, muy acertado, del estado de ánimo de Dios en aquel momento. ¿Qué pensaréis ahora cuando veáis de nuevo un arco iris? Al menos recordaréis que Dios se sintió una vez apenado por destruir el mundo con el diluvio. Recordaréis que, aunque Dios aborreció a este mundo y despreció a esta humanidad, cuando destruyó a los seres humanos que creó con Sus propias manos, Su corazón sufría y luchaba por dejarlo ir, sintiéndose renuente y resultándole difícil de soportar. Halló Su único alivio en la familia de ocho miembros de Noé. La colaboración de este hizo que Sus concienzudos esfuerzos para crear todas las cosas merecieran la pena. En un momento en que Dios estaba sufriendo, esto fue lo único que podía compensar Su dolor. Desde ese momento, Dios depositó todas las expectativas que tenía en la humanidad sobre la familia de Noé, esperando que esta pudiese vivir bajo Sus bendiciones y no bajo Su maldición, esperando que nunca volviesen a ver cómo Dios destruía el mundo mediante un diluvio, y esperando también que no fuesen destruidos.
¿Qué parte del carácter de Dios deberíamos percibir aquí? Dios había despreciado al hombre, porque el hombre estaba en enemistad con Él; pero en Su corazón, Su cuidado, preocupación y misericordia por la humanidad permanecían inmutables. Incluso cuando destruyó a la humanidad, Su corazón permaneció inmutable. Cuando esta estaba llena de corrupción y hasta cierto punto le desobedeció a Dios, Él tuvo que destruirla por Su carácter y Su esencia, y de acuerdo con Sus principios. Pero por Su esencia, Dios siguió compadeciéndose de ella, y hasta quiso usar diversas formas para redimirla, a fin de que continuase viviendo. En su lugar, el hombre se opuso a Dios, siguió desobedeciéndole y se negó a aceptar Su salvación, es decir, se negó a aceptar Sus buenas intenciones. No importa cómo lo llamó Dios, lo recordó, le proveyó, lo ayudó o toleró, el hombre no lo entendía ni lo apreciaba, ni le prestaba atención. En Su dolor, Dios no olvidó extenderle al hombre Su máxima tolerancia, esperando que el hombre volviera. Después de alcanzar Su límite, hizo lo que tuvo que hacer sin dudarlo. En otras palabras, hubo un período de tiempo y un proceso específicos desde el momento en que Dios planeó destruir la humanidad hasta el comienzo oficial de Su obra de destrucción de la misma. Este proceso existió con el propósito de capacitar al hombre para que volviera, y fue la última oportunidad que Dios le dio al hombre. ¿Qué hizo Dios, pues, en este período anterior a la destrucción de la humanidad? Llevó a cabo una cantidad significativa de trabajo de recordatorio y de exhortación. Independientemente del dolor y del pesar que había en Su corazón, Él continuó ejerciendo Su cuidado, Su preocupación y Su abundante misericordia sobre la humanidad. ¿Qué vemos a partir de esto? Indudablemente, que el amor de Dios por la humanidad es real y no algo que sólo se dice de boca para afuera. Es real, tangible y apreciable; no es falso ni está adulterado, ni es engañoso o pretencioso. Dios nunca usa un engaño ni crea falsas imágenes para que las personas vean que es digno de ser amado. Nunca usa el falso testimonio para que las personas vean Su atractivo ni para alardear de Su hermosura y santidad. ¿No son dignos del amor del hombre estos aspectos del carácter de Dios? ¿No son dignos de adorar? ¿No son dignos de estimar? En este punto, quiero preguntaros: Después de oír estas palabras, ¿pensáis que la grandeza de Dios se reduce a simples palabras en una hoja de papel? ¿Es el encanto de Dios meras palabras vacías? ¡No! ¡Sin duda no! La supremacía, la grandeza, la santidad, la tolerancia, el amor de Dios, etc. todos estos aspectos diversos del carácter y la esencia de Dios se ponen en práctica cada vez que Él hace Su obra, encarnada en Su voluntad hacia el hombre, y también cumplida y reflejada en cada persona. Independientemente de que lo hayas sentido antes o no, Dios está cuidando de cada persona de todas las maneras posibles, usando Su corazón sincero, Su sabiduría, y diversos métodos para calentar el corazón de cada persona, y despertar su espíritu. Este hecho es indiscutible. No importa cuántas personas estén sentadas aquí, cada una de ellas ha tenido experiencias y sentimientos diferentes respecto a la tolerancia, la paciencia y el encanto de Dios. En resumen, estas experiencias de Dios y estos sentimientos o reconocimientos de Él, todas estas cosas positivas provienen de Dios. Por tanto, integrando las experiencias y el conocimiento de Dios de todos y combinándolos con nuestras lecturas de estos pasajes bíblicos hoy, ¿tenéis ahora un entendimiento más real y adecuado de Dios?

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Dios creó a la humanidad; independientemente de que se hayan corrompido o de que le sigan, Dios trata a los seres humanos como Sus amados, como lo expresarían los seres humanos, Sus seres queridos y no como Sus juguetes. Aunque Dios dice que Él es el Creador y que el hombre es Su creación, algo que podría insinuar cierta diferencia de rango, la realidad es que todo lo que Dios ha hecho por la humanidad supera de largo a una relación de esta naturaleza. Dios ama a la humanidad, cuida de ella, y muestra preocupación por ella; provee, asimismo, constante e incesantemente para la humanidad. Él nunca siente en Su corazón que esto sea un trabajo adicional o algo que merezca mucho reconocimiento. Tampoco estima que salvar a la humanidad, proveer para ella, y concederle todo, sea hacer una gran contribución a la humanidad. Él simplemente provee para la humanidad de forma tranquila y silenciosa, a Su manera y por medio de Su propia esencia, y de lo que Él es y tiene. No importa cuánta provisión y cuánta ayuda reciba la humanidad de Él, Dios nunca piensa ni intenta obtener reconocimiento. Esto viene determinado por Su esencia, y es también precisamente una expresión verdadera de Su carácter. Es la razón por la que, independientemente de que sea en la Biblia o en otros libros, nunca vemos a Dios expresando Sus pensamientos ni lo encontramos describiendo o declarando a los seres humanos por qué hace estas cosas o por qué cuida tanto de la humanidad, con el fin de que esta le esté agradecida o le alabe. Incluso cuando está lastimado, cuando Su corazón sufre un dolor extremo, Él nunca olvida Su responsabilidad hacia la humanidad ni Su preocupación por ella, mientras soporta el padecimiento y el dolor en silencio, solo. Por el contrario, Dios sigue proveyendo para la humanidad como siempre hace. Aunque esta le alabe con frecuencia o de testimonio de Él, Él no exige este comportamiento. Esto se debe a que Dios nunca pretende que lo bueno que hace para la humanidad se intercambie por gratitud ni que tenga que devolverse. Por otra parte, quienes temen a Dios y se apartan del mal; los que le siguen con sinceridad, le escuchan y le son leales; y aquellos que le obedecen, son los que recibirán a menudo las bendiciones de Dios, y Él concederá las mismas sin reservas. Además, las bendiciones que las personas reciben de Dios superan con frecuencia su imaginación, y cualquier cosa que los seres humanos puedan intercambiar por lo que han hecho o por el precio que han pagado. Cuando la humanidad está disfrutando las bendiciones de Dios, ¿se preocupa alguien de lo que Él está haciendo? ¿Muestra alguien preocupación alguna por cómo se esté sintiendo Él? ¿Intenta alguien entender Su dolor? La respuesta precisa a estas preguntas es: ¡No! ¿Puede cualquier ser humano, incluido Noé, entender el dolor que Dios estaba sintiendo en ese momento? ¿Puede alguien comprender por qué establecería Él un pacto como ese? ¡No puede! La humanidad no aprecia el dolor de Dios, no porque no pueda entenderlo, y no por la brecha existente entre Él y el hombre, o por la diferencia en su estatus; más bien porque a la humanidad ni siquiera le importa ninguno de los sentimientos de Dios. La humanidad piensa que Él es independiente, Él no necesita que las personas se preocupen por Él, que lo entiendan ni que le muestren consideración. Dios es Dios, por lo que no siente dolor ni emociones; no estará triste, no sentirá pena y ni siquiera llora. Dios es Dios, por lo que no necesita expresiones ni alivio emocionales. Si los necesitara bajo ciertas circunstancias, lo resolvería por sí mismo y no requeriría ayuda alguna de la humanidad. Por el contrario, los seres humanos débiles e inmaduros son los que necesitan consuelo, provisión, exhortación de Dios y hasta que Él alivie sus emociones, en todo momento, en todo lugar. Ese pensamiento se esconde en lo profundo de los corazones de la humanidad: el hombre es el débil; necesita que Dios cuide de él en todos los sentidos, merece todo el cuidado que recibe de Dios, y debería pedirle todo lo que sienta que debería ser suyo. Dios es el fuerte; lo tiene todo, y debería ser el guardián de la humanidad y quien le concede bendiciones. Como Él es Dios, es omnipotente y no necesita nada de la humanidad.
Como el hombre no presta atención a ninguna de las revelaciones de Dios, nunca ha sentido Su pesar, Su dolor o Su gozo. Por el contrario, Dios conoce todas las expresiones del hombre como la palma de Su mano. Él suple las necesidades de todos en todo momento y todo lugar, observando los pensamientos cambiantes de cada persona y aliviándolas y exhortándolas, guiándolas e iluminándolas. En términos de todas las cosas que Dios ha hecho para la humanidad y de todos los precios que ha pagado por ella, ¿pueden las personas encontrar un pasaje en la Biblia o respecto a cualquier cosa que Dios haya dicho hasta ahora que declare con claridad que Él le exigirá algo al hombre? ¡No! Al contrario, no importa cómo ignoren las personas el pensamiento de Dios, Él dirige repetidamente a la humanidad, provee una y otra vez para ella, y la ayuda, con el fin de permitirle seguir Su camino para que puedan recibir el hermoso destino que ha preparado para ella. Cuando se trata de Dios, Él concede lo que tiene y lo que es, Su gracia, Su misericordia, y todas Sus recompensas sin reservas a aquellos que le aman y le siguen. Pero nunca le revela a nadie el dolor que ha sufrido o Su estado anímico, y nunca se queja de que alguien no haya sido considerado con Él o no conozca Su voluntad. Simplemente soporta todo esto en silencio, esperando el día en que la humanidad sea capaz de entender.


Qué significa ser un hombre de verdad

2019-09-07 14:02:45 | Palabra de Dios

Gestionar al hombre es Mi trabajo, y que él sea conquistado por Mí ya ha estado por demás predestinado desde que creé el mundo. La gente no sabe que los conquistaré por completo en los últimos días, y tampoco son conscientes de que la evidencia de Mi derrota a Satanás es conquistar a aquellos miembros de la humanidad que han sido desobedientes. Pero Yo ya había dicho a Mi enemigo cuando luchó conmigo, que Yo me convertiría en el vencedor de aquellos que han sido arrebatados por Satanás, y que desde hace mucho tiempo se han convertido en sus hijos y sus fieles servidores y vigilantes de su casa. El significado original de conquistar es derrotar, humillar. En palabras del pueblo de Israel, es vencer por completo, derrotar, destruir y hacer que nadie sea capaz de resistirse a Mí por más tiempo. Pero hoy en día, tal y como este término es usado entre vosotros, su significado es conquistar. Vosotros debéis saber que Mi intención es extinguir por completo y derrotar de un todo al maligno de la humanidad, para que nunca más se rebele contra Mí, y que mucho menos le quede aliento para interrumpir o perturbar Mi obra. Por ende, en lo que a la gente se refiere, esto significa la conquista. Cualquiera sea la connotación del término, Mi trabajo es derrotar a la humanidad. Porque en verdad, la humanidad es un complemento de Mi gestión, pero con mayor precisión, la humanidad no es otro que Mi enemigo. La humanidad es el maligno que se resiste a Mí y me desobedece. La humanidad no es otra cosa que la descendencia del maligno que Yo he maldecido. La humanidad no es otra que la descendencia del arcángel que me traicionó. La humanidad no es otra cosa que la heredad del diablo que, rechazada por Mí hace mucho tiempo, desde entonces ha sido Mi enemigo irreconciliable. El cielo sobre toda la humanidad es turbio y oscuro, carente de siquiera un atisbo de claridad. El mundo humano está en completa oscuridad, y los que viven en ella no pueden ver su propia mano cuando la estiran frente a sí, y no pueden ver el sol cuando levantan la cabeza. El camino bajo sus pies es fangoso y lleno de baches, y es torcido y tortuoso; sobre toda la tierra hay cadáveres esparcidos por doquier. Las esquinas en la oscuridad están colmadas con los restos de los muertos. Las esquinas oscuras y frías están repletas de hordas de demonios que establecen su residencia. Así mismo por toda la humanidad hordas de demonios vienen y van. La descendencia de la multitud de bestias cubiertas de mugre pelean mano a mano, en una lucha brutal, emitiendo un sonido que infunde terror al corazón. En esos tiempos, en un mundo así, y en un “paraíso terrenal” como este, ¿a dónde puede alguien ir en busca de las alegrías de la vida? ¿Dónde puede alguien encontrar el destino de su vida? La humanidad, pisoteada bajo los pies de Satanás desde hace mucho tiempo, ha estado actuando a la imagen de Satanás, y hasta lo ha personificado. Ellos son la evidencia de ser testigos, altos y claros, de Satanás. Tal humanidad, tal escoria, o tal fruto de esta familia humana corrupta, ¿cómo podría dar testimonio de Dios? ¿De dónde surge Mi gloria? ¿Dónde está Mi testigo? El enemigo que está en Mi contra y corrompe a la humanidad ya ha manchado a la humanidad, a Mi creación, desbordante de Mi gloria y Mi vivir. Se ha robado Mi gloria, y lo que él ha impregnado en el hombre no es más que veneno fuertemente mezclado con la fealdad de Satanás, y con el jugo del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. En el principio, Yo creé la humanidad, es decir, creé al antepasado de la humanidad, Adán. Él era tangible y bien formado, rebosante de vida, lleno de vitalidad, y, lo que es más, gozaba de la compañía de Mi gloria. Cuando creé al hombre, ese fue un día glorioso. Seguidamente, Eva fue creada del cuerpo de Adán, también un antepasado del hombre, y así el pueblo de Mi creación se llenó con Mi aliento y rebosaba de Mi gloria. Adán fue creado originalmente por Mi mano y era la representación de Mi imagen. Así, el significado original de “Adán” fue el ser Mi creación impregnada de Mi vitalidad, imbuido de Mi gloria, tangible y en buena forma, con espíritu y aliento. Él fue la única creación dotada de un espíritu que podía representarme, tener Mi imagen y recibir Mi aliento. En el principio, Eva fue la segunda persona dotada de aliento y cuya creación Yo dispuse, por lo que el significado original de “Eva” fue el ser una creación que continuara con Mi gloria, llena de Mi vitalidad y, además, dotada de Mi gloria. Eva salió de Adán, así que ella también era de Mi imagen, porque ella fue la segunda persona creada a Mi imagen. El significado original de “Eva” fue ser un ser viviente, dotado de espíritu, con existencia de carne y hueso, ser Mi segundo testimonio, así como Mi segunda imagen en la humanidad. Ellos fueron los antepasados de la humanidad, su tesoro más puro y preciado, y originalmente seres vivos con un espíritu. Sin embargo, el maligno pisoteó y saqueó la descendencia de los antepasados de la humanidad, enclaustrando al mundo humano en completa oscuridad, de manera tal que esta progenie ya no cree en Mi existencia. Lo que es aún más detestable es que, al mismo tiempo en que el maligno corrompe y pisotea a la gente, con crueldad arrebata Mi gloria, Mi testimonio, la vitalidad con la que he dotado a las personas, el aliento y la vida que soplé en ellos, toda Mi gloria en el mundo humano, y todo el arduo esfuerzo que Yo he invertido en la humanidad. La humanidad ya no está en la luz, y ha perdido todo lo que le he otorgado, desechando la gloria que le había concedido. ¿Cómo podrían ellos confesar jamás que Yo soy el Señor de la creación? ¿Cómo podrían creer en Mi existencia en el cielo? ¿Cómo podrían descubrir la manifestación de Mi gloria en la tierra? ¿Cómo podrían estos nietos y nietas recibir al Dios venerado como Señor de Su creación por sus propios ancestros? Estos lastimosos nietos y nietas han “presentado” generosamente al maligno, la gloria, la imagen, y también el testimonio que Yo había conferido a Adán y a Eva, y además la vida otorgada a la humanidad de la que ellos dependen, sin importarles en lo más mínimo la presencia del maligno, y dándole a él toda Mi gloria. ¿Acaso no es este el origen del título “escoria”? ¿Cómo podría tal humanidad, tales demonios malignos, tales cadáveres ambulantes, tales personajes de Satanás, tales enemigos míos, obtener Mi gloria? Voy a recobrar Mi gloria, a recobrar Mi testimonio entre los hombres y todo lo que una vez me perteneció, que Yo di a la humanidad hace largo tiempo, voy a reconquistar por completo a la humanidad. Sin embargo, debes saber que los seres humanos que Yo creé fueron hombres santos con Mi imagen y con Mi gloria. No provinieron originalmente de Satanás, ni estaban sometidos a sus abusos, sino que eran puramente Mi manifestación, sin el menor rastro de su veneno. Por tanto, quiero dejar claro a todos que sólo deseo lo que fue creado por Mi mano, Mis puros y amados que nunca pertenecieron a ninguna otra entidad. Más aún, voy a disfrutar de ellos y verlos como Mi gloria. Sin embargo, lo que Yo quiero no es la humanidad corrompida por Satanás, que hoy en día pertenece a Satanás, y que ya no es Mi creación original. Porque Mi intención es recuperar Mi gloria que existe en el mundo humano, voy a obtener completa victoria sobre los restantes sobrevivientes de la humanidad, como prueba de Mi gloria en Mi victoria sobre Satanás. Sólo me apodero de Mi testimonio como una cristalización de Mí mismo, como el objeto de Mi gozo. Esta es Mi voluntad.

La humanidad se ha desarrollado durante decenas de miles de años de historia para llegar a donde está hoy. Sin embargo, la humanidad de Mi creación original ya hace mucho tiempo que se ha hundido en la degeneración. Ella ya ha dejado de ser lo que Yo quiero, y es por eso la humanidad, tal y como Yo la veo, ya no merece el nombre de humanidad. Es más bien la escoria de la humanidad que Satanás ha secuestrado, los podridos cadáveres ambulantes dentro de los cuales vive Satanás y que él usa como vestimenta. Las personas no creen en lo más mínimo en Mi existencia ni dan la bienvenida a Mi llegada. La humanidad responde sólo a regañadientes a Mis solicitudes, está temporalmente de acuerdo con ellas, y no comparte con sinceridad las alegrías y tristezas de la vida conmigo. Debido a que la gente me ve como inescrutable, pretenden sonreírme a regañadientes, traicionando su manera de arrimarse al lado del poder. Esto se debe a que la gente desconoce Mi obra, y, aún más, Mis intenciones presentes. Voy a ser honesto con vosotros, cuando llegue el día, el sufrimiento de todo aquel que me adore será más fácil de soportar que el vuestro. El grado de vuestra fe en Mí, en realidad no será superior al de Job, y aun la fe de los fariseos judíos supera la vuestra, por lo que, en los inminentes días de fuego, vais a sufrir mucho más que los fariseos cuando fueron reprendidos por Jesús, mucho más que los 250 líderes que se resistieron a Moisés, y aún más seriamente que Sodoma bajo las llamas abrasadoras de su destrucción. Cuando Moisés golpeó la roca y brotó de ella el agua que Jehová había conferido, fue gracias a su fe. Cuando David tocaba música para alabarme, a Mí Jehová, con su corazón lleno de alegría, fue gracias a su fe. Cuando Job perdió su ganado por todos los montes, perdió posesiones invaluables de familia, y su cuerpo se cubrió de llagas, fue gracias a su fe. Cuando él pudo escuchar Mi voz, la voz de Jehová, y ver Mi gloria, la gloria de Jehová, fue gracias a su fe. Que Pedro hubiese podido seguir a Jesucristo, fue gracias a su fe. Que hubiese sido clavado en la cruz por Mí y dar testimonio glorioso de Mí, también fue gracias a su fe. Cuando Juan vio la imagen gloriosa del Hijo del Hombre, fue gracias a su fe. Cuando vio la visión de los últimos días, todo ello fue dado, aún más, gracias a su fe. Cuando los así llamados pueblos de la nación de los gentiles reciben Mi revelación, enterándose de que Yo he regresado hecho carne, llevando a cabo Mi obra entre los hombres, también ha sido gracias a su fe. ¿Acaso las personas que han sido heridas por Mi palabra severa y, por tanto, consoladas y salvadas, no lo han hecho gracias a su fe? Los que creen en Mí y sufren penurias, ¿acaso no están también sometidos al rechazo del mundo? Y los que viven fuera de Mi palabra, huyendo del sufrimiento de la prueba, ¿acaso no están ellos a la deriva por el mundo? Ellos son semejantes a las hojas de otoño que revolotean por aquí y por allá sin un lugar donde descansar, mucho menos Mi palabra de consuelo. Aunque Mi castigo y refinamiento no los siguen, ¿no son ellos los mendigos, que flotando por doquier, vagan por las calles fuera del reino de los cielos? ¿Es el mundo en verdad tu lugar de descanso? ¿Podrías en verdad obtener la más mínima sonrisa de gratificación del mundo al evadir Mi castigo? ¿Podrías en verdad utilizar tu gozo fugaz como disfraz de ese vacío inconcebible en tu corazón? Puedes engañar a cualquiera de tus familiares, sin embargo, jamás serás capaz de engañarme a Mí. Como tu fe es escasa, hasta el día de hoy no tienes el poder de encontrar ninguno de los placeres que la vida tiene para ofrecer. Te aconsejo: es mejor invertir con sinceridad la mitad de tu vida en Mí, que pasar toda tu vida en la mediocridad y ocupado en un trabajo poco productivo para la carne, soportando todo el sufrimiento que un hombre pueda apenas soportar. ¿Qué propósito tendría el atesorarte a ti mismo al punto de huir de Mi castigo? ¿Qué propósito tendría esconderte de Mi castigo momentáneo sólo para cosechar una eternidad de vergüenza, un castigo eterno? No voy, de hecho, a obligar a nadie a cumplir con Mi voluntad. Si un hombre está realmente dispuesto a someterse a todos Mis planes, no lo trataría pobremente. Pero Yo necesito que todas las personas crean en Mí, al igual que Job creía en Mí, Jehová. Si vuestra fe es superior a la de Tomás, entonces vuestra fe alcanzará Mi reconocimiento, en vuestra lealtad hallaréis Mi gozo y con seguridad encontraréis Mi gloria en vuestros días. Sin embargo, las personas que creen en el mundo y creen en el diablo, han endurecido sus corazones, al igual que las masas de la ciudad de Sodoma, con granos de arena soplando sobre sus ojos y ofrendas del diablo en sus bocas, cuyas mentes oscurecidas han sido poseídas hace mucho tiempo por el maligno que ha usurpado al mundo. Sus pensamientos han sido casi totalmente saqueados por el antiguo demonio. Así, la fe de la humanidad se la ha llevado el viento, y son incapaces de siquiera darse cuenta de Mi obra. Todo lo que pueden hacer es simplemente lidiar o analizar someramente, porque ya han sido desde hace mucho ocupados por el veneno de Satanás.

Voy a conquistar a la humanidad porque los hombres una vez fueron creados por Mí y porque, más aún, han disfrutado de todos los abundantes objetos de Mi creación. Pero los hombres también me han rechazado, no me tienen en sus corazones y me ven como una carga en su existencia, incluso hasta el punto en el cual, habiéndome visto, los hombres aun así me han rechazado, y se han devanado los sesos pensando en todas las formas posibles para derrotarme. La gente no me permite que la trate con seriedad o que le haga estrictas exigencias, ni tampoco permite Mi juicio o castigo por su injusticia. Ellos no consideran que tal forma de tratarlos sea interesante, sino que más bien les molesta. Por ello, Mi trabajo consiste en derrotar a la humanidad que come, bebe de Mí, y se regocija de Mí, pero no me conocen. Voy a desarmarlos, y después regresaré a Mi morada con Mis ángeles y Mi gloria. Porque el comportamiento de la gente me ha roto por completo el corazón, y hace ya mucho tiempo que ha hecho añicos Mi obra. Quiero recuperar la gloria que el maligno me ha robado antes de que desaparezca alegremente, dejando que la humanidad continúe con su vida, continúe con su “vida y trabajo en paz”, continúe “cultivando sus campos”, siendo liberados de Mi intervención en sus vidas. Pero ahora voy a recobrar Mi gloria por completo de la mano del maligno, voy a traer de vuelta la totalidad de la gloria que Yo he forjado en el hombre al momento de la creación del mundo, y nunca más la conferiré a la humanidad sobre la tierra. Porque las personas no sólo están fallando en conservar Mi gloria, sino que más bien la están convirtiendo en la imagen de Satanás. La gente no atesora Mi llegada, ni tampoco valoran los días de Mi gloria. Ellos no están alegres de recibir Mi castigo y mucho menos están dispuestos a devolverme Mi gloria. Tampoco están dispuestos a desechar el veneno del maligno. La gente constantemente me hace trucos, y siempre llevan sus sonrisas deslumbrantes y caras felices. Ellos no están conscientes de la profunda penumbra que la humanidad enfrentará después que Mi gloria los abandone, e ignoran particularmente que cuando Mi día llegue a toda la humanidad, pasarán por tiempos aún más difíciles de los que vivió la gente en tiempos de Noé. Porque ellos no saben que cuando Mi gloria se apartó de Israel, cuán sombrío se volvió todo, ya que cuando llega el amanecer el hombre se olvida de lo difícil que es pasar toda la noche en total oscuridad. Cuando el sol se esconde de nuevo y la oscuridad descienda sobre el hombre, él se lamentará y rechinará sus dientes en la oscuridad una vez más. ¿Os habéis olvidado de lo difícil que fue para su pueblo soportar sus días de sufrimiento cuando Mi gloria se apartó de Israel? Ahora ha llegado el momeno en los que veis Mi gloria y también es el momento de compartir el día de Mi gloria. El hombre se lamentará en medio de la oscuridad cuando Mi gloria abandone la asquerosa tierra. Ahora es el día de gloria en el que realizo Mi obra y es también el día en el que eximo a la humanidad del sufrimiento, porque no compartiré con ella los tiempos de tormento y tribulación. Yo sólo quiero conquistar por completo a la humanidad y derrotar totalmente al maligno de la humanidad.


Dios es la fuente de la vida del hombre

2019-09-03 16:27:01 | Palabra de Dios

Paisaje

Desde el momento en que llegas llorando a este mundo, comienzas a cumplir tu deber. Asumes tu papel en el plan de Dios y en la ordenación de Dios. Comienzas el viaje de la vida. Cualquiera que sea tu trasfondo y el viaje que tienes por delante, ninguno puede escapar la orquestación y la disposición que el cielo tiene guardadas y ninguno tiene el control de su destino, porque sólo Él, quien gobierna sobre todas las cosas, es capaz de hacer tal obra. Desde el día en que el hombre vino a existir, Dios ha sido firme en Su obra, gestionando este universo y dirigiendo el cambio y movimiento de todas las cosas. Como todas las cosas, el hombre, silenciosamente y sin saberlo, recibe el alimento de la dulzura y la lluvia y el rocío de Dios. Como todas las cosas, sin saberlo, el hombre vive bajo la orquestación de la mano de Dios. El corazón y el espíritu del hombre están en la mano de Dios y toda la vida del hombre es contemplada a los ojos de Dios. Independientemente de si crees esto o no, cualquiera de todas las cosas, vivas o muertas, cambiarán, se moverán, se renovarán y desaparecerán de acuerdo con los pensamientos de Dios. Así es como Dios gobierna sobre todas las cosas.

A medida que la noche entra furtivamente, el hombre se mantiene inconsciente porque el corazón del hombre no puede percibir cómo la oscuridad se acerca o de dónde viene. A medida que la noche se escapa silenciosamente, el hombre le da la bienvenida a la luz del día, pero el corazón del hombre tiene aún menos claro y es menos consciente de dónde ha llegado la luz y cómo ha ahuyentado las tinieblas de la noche. Tales alternaciones recurrentes del día y la noche llevan al hombre de un periodo a otro, moviéndose a través del tiempo, a la vez que asegura que la obra de Dios y Su plan se llevan a cabo durante cada periodo y en todos los tiempos. El hombre caminó con Dios durante las épocas, sin embargo, el hombre no sabe que Dios gobierna el destino de todas las cosas y de los seres vivos ni sabe cómo Dios orquesta y dirige todas las cosas. Esto es algo que el hombre ha eludido desde los tiempos inmemoriales hasta el día presente. En cuanto a la razón del porqué, no es porque los hechos de Dios sean demasiado esquivos, o porque el plan de Dios todavía se tenga que ejecutar, sino porque el corazón y el espíritu del hombre están muy distantes de Dios. Por lo tanto, incluso si el hombre sigue a Dios, sin saberlo permanece al servicio de Satanás. Ninguno busca activamente las huellas o la aparición de Dios y nadie desea existir bajo el cuidado y la custodia de Dios. Más ellos están dispuestos a depender de la corrosión de Satanás y el maligno con el fin de adaptarse a este mundo y a las reglas de vida que sigue la malvada humanidad. A estas alturas el corazón y el espíritu del hombre se sacrifican a Satanás y se convierten en su sustento. Además, el corazón y el espíritu humanos se convierten en un lugar en el cual Satanás puede residir y en una zona de recreación apropiada para este. De esta manera, sin darse cuenta, el hombre pierde su comprensión de los principios de ser humano y del valor y el sentido de la existencia humana. Las leyes de Dios y el pacto entre Dios y el hombre gradualmente se desvanecen en el corazón del hombre y que el hombre no busca más a Dios ni le pone atención. A medida que el tiempo pasa, el hombre ya no entiende porqué Dios creó al hombre ni tampoco entiende las palabras que salen de la boca de Dios ni se da cuenta de todo lo que proviene de Dios. El hombre comienza a resistir las leyes y decretos de Dios; el corazón y el espíritu del hombre se insensibilizan… Dios pierde al hombre de Su creación original y el hombre pierde la raíz de su principio. Este es el dolor de esta humanidad. En realidad, desde el mero comienzo hasta el día de hoy, Dios ha montado una tragedia para la humanidad en la que el hombre es tanto el protagonista como la víctima y ninguno puede contestar quién es el director de esta tragedia.

En el vasto mundo, innumerables cambios han ocurrido una y otra vez. Ninguno es capaz de guiar y dirigir a esta humanidad excepto por Él, quien gobierna sobre todas las cosas en el universo. No hay poderoso que trabaje o haga los preparativos para esta humanidad, mucho menos una persona que sea capaz de dirigir a esta humanidad hacia el destino de la luz y la liberación de las injusticias terrenales. Dios lamenta el futuro de la humanidad y se duele de la caída de la humanidad. Siente pena por la lenta marcha de la humanidad hacia la decadencia y el camino sin regreso. La humanidad ha roto el corazón de Dios y renunció a Él para buscar al maligno. Nadie ha pensado jamás sobre la dirección en la que una humanidad como esta se moverá. Es precisamente por esta razón que ninguno siente la ira de Dios. Ninguno busca una forma de agradar a Dios o de tratar de acercarse a Dios. Además, ninguno busca comprender el dolor y la pena de Dios. Incluso después de escuchar la voz de Dios, el hombre sigue en su camino apartado de Dios, evadiendo la gracia y el cuidado de Dios y rehuyendo la verdad de Dios y preferiría venderse a sí mismo a Satanás, el enemigo de Dios. ¿Y quién ha pensado en cómo Dios actuará con un hombre no arrepentido que lo ha desechado? Ninguno sabe que los recordatorios y las exhortaciones repetidos de Dios son porque Él sostiene en Su mano un desastre sin precedentes que Él ha preparado, uno que será insoportable para la carne y el alma del hombre. Este desastre no es solamente un castigo de la carne sino también del alma. Debes saber esto: cuando el plan de Dios sea invalidado y cuando Sus recordatorios y exhortaciones no produzcan respuesta alguna, ¿qué ira se desatará? Esto será como nada que ninguna creación haya experimentado ni escuchado hasta ahora. Y por eso digo, este desastre no tiene precedentes y nunca se repetirá. Esto será así porque sólo una creación y una salvación están dentro del plan de Dios. Esta es la primera vez y también la última. Por lo tanto, nadie puede comprender la buena intención y la ferviente anticipación que Dios tiene por la salvación de la humanidad.

Dios creó este mundo y trajo a él al hombre, un ser vivo al que le otorgó la vida. A su vez, el hombre vino para tener padres y parientes y ya no estuvo solo. Desde que el hombre puso los ojos por primera vez en este mundo material, fue destinado a existir dentro de la ordenación de Dios. Es el aliento de vida de Dios lo que sostiene a cada ser vivo a lo largo de su crecimiento hacia la adultez. Durante este proceso, nadie cree que el hombre vive y crece bajo el cuidado de Dios. Más bien, ellos mantienen que el hombre crece bajo el amor y cuidado de sus padres y que su crecimiento es gobernado por el instinto de la vida. Esto se debe a que el hombre no sabe quién le otorgó la vida o de dónde viene, mucho menos cómo el instinto de la vida crea milagros. El hombre sólo sabe que el alimento es la base de continuidad de la vida, que la perseverancia es la fuente de la existencia de la vida y que la creencia en su mente es la riqueza de su sobrevivencia. El hombre no siente la gracia y la provisión de Dios. Entonces el hombre malgasta la vida otorgada a él por Dios… Ningún hombre al que Dios cuida día y noche toma la iniciativa de adorarlo. Dios sigue obrando, como lo planeó, en el hombre para quien no tiene esperanzas. Lo hace así con la esperanza de que un día el hombre despierte de su sueño y de repente comprenda el valor y el sentido de la vida, entienda lo que a Dios le costó haberle dado todo al hombre y sepa cuán fervientemente Dios anhela que el hombre se vuelva a Él. Ninguno ha considerado nunca los secretos del origen y la continuación de la vida del hombre. Y, sin embargo, sólo Dios, que entiende todo esto, soporta silenciosamente el dolor y los golpes del hombre que ha recibido todo de parte de Dios pero que no es agradecido. El hombre da por sentado todo lo que la vida trae y “por rutina” Dios es traicionado, olvidado y extorsionado por el hombre. ¿Es el plan de Dios realmente de tal importancia? ¿Tiene el hombre, el ser vivo que vino de la mano de Dios, realmente tal importancia? El plan de Dios es de absoluta importancia; sin embargo, el ser vivo creado por la mano de Dios existe para Su plan. Por lo tanto, Dios no puede arrastrar a la ruina Su plan por odio a esta humanidad. Es por el bien de Su plan y el aliento que Él exhaló, que Dios soporta todo el tormento, no por la carne del hombre sino por la vida del hombre. Él quiere recobrar, no la carne del hombre sino la vida que Él exhaló. Este es Su plan.

Todos los que llegan a este mundo deben experimentar la vida y la muerte y muchos han experimentado el ciclo de la muerte y el renacimiento. Los que viven pronto morirán y los muertos pronto regresarán. Todo esto es el curso de la vida dispuesto por Dios para cada ser vivo. Sin embargo, este curso y ciclo son la verdad que Dios desea que el hombre vea, que la vida que Dios ha otorgado al hombre es infinita e irrestricta por la carne, el tiempo o el espacio. Este es el misterio de la vida otorgada por Dios al hombre y la prueba de que la vida viene de Él. Aunque muchos puedan no creer que la vida vino de Dios, el hombre inevitablemente goza de todo lo que viene de Dios, ya sea que crea o niegue Su existencia. En caso de que Dios un día tuviera un repentino cambio de pensamiento y desee reclamar todo lo que existe en el mundo y tomar otra vez la vida que ha dado, entonces todo ya no será más. Dios usa Su vida para proveer a todas las cosas, tanto vivientes como sin vida, llevando todo a buen orden en virtud de Su poder y autoridad. Esta es una verdad que nadie puede concebir o comprender fácilmente y estas verdades incomprensibles son la manifestación y el testimonio de la fuerza vital de Dios. Ahora bien, déjame contarte un secreto: la grandeza y el poder de la vida de Dios no puede ser entendida por criatura alguna. Es así ahora, fue así antes y será así en el tiempo por venir. El segundo secreto que compartiré es este: el origen de la vida proviene de Dios, para toda la creación, sin importar la diferencia en forma o estructura. No importa qué clase de ser vivo seas, no te puedes mover en contra de la senda de la vida que Dios ha establecido. En cualquier caso, todo lo que deseo es que el hombre entienda que sin el cuidado, custodia y provisión de Dios, el hombre no puede recibir todo lo que estaba destinado a recibir, no importa qué tan grande sea el esfuerzo o la lucha. Sin el alimento de vida de Dios el hombre pierde el valor de vivir y pierde el sentido de la vida. ¿Cómo podría Dios permitirle a un hombre, quien desperdicia el valor de Su vida, ser tan despreocupado? Una vez más, no se te olvide que Dios es el origen de tu vida. Si el hombre no aprecia todo lo que Dios le ha otorgado, Dios no sólo recuperará todo lo que dio, sino más que eso, el hombre deberá pagar doble para reparar todo lo que Dios ha gastado.

26 de mayo de 2003

  Recomendación: La segunda venida de Cristo


Acerca de la práctica de la oración

2019-09-02 21:01:39 | Palabra de Dios

Vosotros no prestáis atención a la oración en vuestra vida diaria. Las personas siempre han pasado por alto la oración. En sus oraciones anteriores sólo lo estaban haciendo de una forma superficial, a manera de juego, y nadie nunca le ha dado completamente su corazón a Dios y ha orado verdaderamente a Dios. Las personas sólo oran a Dios cuando algo les pasa. Durante todo este tiempo, ¿alguna vez has orado verdaderamente a Dios? ¿Alguna vez has derramado lágrimas de dolor delante de Dios? ¿Alguna vez has llegado a conocerte delante de Dios? ¿Alguna vez has tenido una oración íntima con Dios? La oración se practica gradualmente: Si tú por lo general no oras en casa, entonces no vas a tener manera de  orar, en la iglesia, y si por lo general no oras durante las pequeñas reuniones, entonces no vas a ser capaz de orar durante las grandes reuniones. Si tú normalmente no te acercas a Dios ni meditas en las palabras de Dios, entonces no vas a tener nada que decir cuando sea hora de orar, e incluso si sí oras, tus labios sólo se estarán moviendo; no vas a estar orando verdaderamente.

¿Qué significa orar realmente? Quiere decir hablar con Dios las palabras que están dentro de tu corazón y comunicarte con Dios después de que comprendiste Su voluntad, basándote en Sus palabras; quiere decir sentirte particularmente cerca de Dios, sentir que Él está enfrente de ti y que tú tienes algo que decirle; y quiere decir estar especialmente radiante dentro de tu corazón y sentir que Dios es especialmente precioso. Te vas a sentir especialmente constreñido y, después de escuchar tus palabras, tus hermanos y hermanas se van a sentir complacidos, van a sentir que las palabras que hablas son las palabras que están dentro de sus corazones, las palabras que quieren decir y que lo que tú dices representa lo que ellos quieren decir. Esto es lo que significa orar verdaderamente. Después de que has orado verdaderamente, te vas a sentir en paz y complacido en tu corazón; la fuerza para amar a Dios crecerá y vas a sentir que nada en toda tu vida es más valioso o importante que amar a Dios, y todo esto probará que tus oraciones han sido efectivas. ¿Alguna vez has orado de esta manera?

¿Y qué hay en cuanto al contenido de las oraciones? Debes orar, paso a paso, de acuerdo a tu verdadero estado y a aquello que será hecho por el Espíritu Santo, y debes hablar con Dios de acuerdo con la voluntad de Dios y Sus exigencias para el hombre. Cuando comiences a practicar tus oraciones, primero dale tu corazón a Dios. No intentes entender la voluntad de Dios; sólo trata de decirle a Dios las palabras que están dentro de tu corazón. Cuando te presentes delante de Dios, habla así: “¡Oh Dios! Sólo hoy me doy cuenta de que solía desobedecerte. Soy realmente corrupto y despreciable. Antes, estaba perdiendo mi tiempo; a partir de hoy voy a vivir para Ti, voy a vivir una vida que tenga sentido y voy a satisfacer Tu voluntad. Quisiera que Tu Espíritu siempre obrara en mi interior y que siempre me iluminara y me esclareciera, para que pueda dar un testimonio fuerte y rotundo delante de Ti, permitiendo que Satanás vea Tu gloria, Tu testimonio y la prueba de Tu triunfo dentro de nosotros”. Cuando ores de esta manera, tu corazón será completamente liberado, y después de haber orado de esta manera, tu corazón estará más cerca de Dios, y al orar con frecuencia de esta manera, el Espíritu Santo inevitablemente obrará dentro de ti. Si siempre clamas a Dios de esta manera, y tomas tu determinación delante de Dios, llegará el día en que tu determinación pueda ser aceptada delante de Dios, cuando tu corazón y todo tu ser Dios los recibirá y finalmente Dios te hará perfecto. La oración es de suma importancia para vosotros. Cuando oras, recibes la obra del Espíritu Santo, Dios toca así tu corazón y surge la fuerza del amor de Dios dentro de ti. Si no oras con tu corazón, si no abres tu corazón para comunicarte con Dios, entonces Dios no va a tener forma de obrar en ti. Si, habiendo orado, has dicho todas las palabras que están dentro de tu corazón y el Espíritu de Dios no ha sido movido, si no te sientes constreñido en tu interior, entonces esto demuestra que tu corazón no es sincero, que tus palabras no son ciertas y que siguen siendo impuras. Si, habiendo orado, te sientes complacido, entonces Dios ha aceptado tus oraciones y el Espíritu de Dios ha obrado dentro de ti. Como alguien que sirve delante de Dios, no puedes estar sin las oraciones. Si verdaderamente ves la comunión con Dios como algo que es significativo y valioso, ¿podrías abandonar la oración? Nadie puede estar sin comunión con Dios. Sin la oración, vives en la carne, vives en la esclavitud de Satanás; sin la oración verdadera, vives bajo la influencia de la oscuridad. Espero que los hermanos y hermanas puedan orar verdaderamente todos y cada uno de los días. Sin embargo, esto no es observancia de la doctrina, sino un efecto que se debe lograr. ¿Estás dispuesto a renunciar a un poco de sueño y a la complacencia haciendo oraciones matutinas al amanecer y después gozar las palabras de Dios? Si tú oras, comes y bebes las palabras de Dios de esta manera, con un corazón puro, entonces Dios te aceptará más. Si lo haces cada día, si practicas darle tu corazón a Dios cada día y tienes comunión con Dios, entonces tu conocimiento de Dios seguro aumentará y vas a estar mejor capacitado para captar la voluntad de Dios. Debes decir: “¡Oh Dios! Quiero cumplir mi deber. Con el fin de que Tú seas glorificado en nosotros, y puedas gozar el testimonio en nosotros, este grupo de personas, no puedo sino consagrarte todo mi ser. Te suplico que obres dentro de nosotros para que pueda amarte y satisfacerte verdaderamente y hacerte a Ti el objeto que persigo”. Cuando tengas esta carga, con toda seguridad Dios te perfeccionará; no sólo debes orar por tu bien sino también por el bien de llevar a cabo la voluntad de Dios y por el bien de amarlo a Él. Esa es la clase de oración más verdadera. ¿Oras con el propósito de llevar a cabo la voluntad de Dios?

Antes, no sabíais cómo orar y pasabais por alto la oración; hoy, debéis hacer vuestro mejor esfuerzo por entrenaros a orar. Si no puedes reunir las fuerzas dentro de ti para amar a Dios entonces, ¿cómo puedes orar? Debes decir: “¡Oh Dios! Mi corazón es incapaz de amarte Verdaderamente, quiero amarte pero me hace falta la fuerza. ¿Qué debo hacer? Quiero que Tú abras los ojos de mi espíritu, quiero que Tu Espíritu toque mi corazón para que delante de Ti sea despojado de todos los estados pasivos y que ninguna persona, cuestión o cosa me restrinja; pongo al descubierto completamente mi corazón delante de Ti para que todo mi ser se consagre delante de Ti y me puedas probar como Tú quieras. Ahora bien, no pienso en mis perspectivas ni la muerte me limita. Usando mi corazón que te ama, quiero buscar el camino de la vida. Todas las cosas y todos los eventos están en Tus manos, mi destino está en Tus manos y, además, mi vida es controlada por Tus manos. Ahora, busco amar a Ti e, independientemente de si me dejas amarte, independientemente de cómo interfiera Satanás, estoy decidido a amarte”. Cuando te encuentras con esto, oras de esta manera. Si lo haces así todos los días, la fuerza para amar a Dios crecerá poco a poco.

¿Cómo se puede entrar en la oración verdadera?

Mientras oras tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras que suenen bonito. La oración se centra alrededor de aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado real y tus problemas delante de Él para que ores y tomes la determinación ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, capacitándote para que te conozcas y te desprecies y te abandones en el ambiente que Dios ha puesto para ti, permitiéndote así tener una relación normal con Dios y haciendo de ti alguien que verdaderamente ama a Dios.

¿Cuál es la importancia de la oración?

La oración es una de las formas en las que el hombre coopera con Dios, es un modo por medio del cual el hombre invoca a Dios y es el proceso por medio del cual el Espíritu de Dios toca al hombre. Se puede decir que los que están sin oración son muertos que no tienen espíritu, lo que prueba que les hacen falta las facultades para que Dios los toque. Sin la oración, no pueden alcanzar una vida espiritual normal, mucho menos pueden seguir la obra del Espíritu Santo; sin la oración, rompen su relación con Dios y no pueden recibir la aprobación de Dios. Siendo que eres alguien que cree en Dios, entre más ores, más te toca Dios. Esas personas tienen una mayor determinación y pueden recibir más la iluminación más reciente de Dios; como resultado, el Espíritu Santo puede perfeccionar sólo a personas como estas tan pronto como sea posible.

¿Cuál es el efecto que se debe lograr por la oración?

Las personas pueden llevar a cabo la práctica de la oración y comprender la importancia de la oración, pero el efecto que la oración debe lograr no es nada sencillo. La oración no es un proceso de pasar por las formalidades o de seguir un procedimiento o de recitar las palabras de Dios, es decir, la oración no quiere decir repetir palabras como perico y copiarles a los demás. En la oración le debes dar tu corazón a Dios, compartiendo con Dios las palabras que están en tu corazón para que Dios te pueda tocar. Si las oraciones han de ser efectivas, entonces se deben basar en la lectura de las palabras de Dios. Sólo orando en medio de las palabras de Dios se podrá recibir más esclarecimiento e iluminación. Una oración verdadera se demuestra cuando se tiene un corazón que anhela las exigencias que Dios le hace y se está dispuesto a cumplir estas exigencias; se podrá odiar todo lo que Dios odia y sobre esta base se tendrá conocimiento, se conocerá y se tendrá claras las verdades que Dios explica. Tener la determinación, la fe, el conocimiento y un camino por el cual practicar después de orar, sólo esto es orar verdaderamente y sólo la oración como esta puede ser efectiva. Sin embargo, la oración se debe construir sobre el fundamento del disfrute de las palabras de Dios y teniendo comunión con Dios en Sus palabras, y el corazón puede buscar a Dios y estar en paz ante Dios. Esa oración ya ha alcanzado el punto de la comunión verdadera con Dios.

Conocimiento básico acerca de la oración:

1. No digas a ciegas lo que venga a tu mente. En tu corazón debe haber una carga, es decir, debes tener un objetivo cuando ores.

2. Tus palabras deben contener las palabras de Dios; se deben basar en las palabras de Dios.

3. Al orar no puedes volver sobre lo ya dicho por otros; no debes traer a colación cosas obsoletas. Especialmente te debes entrenar en hablar las palabras actuales del Espíritu Santo; sólo entonces podrás hacer una conexión con Dios.

4. La oración de grupo se debe centrar alrededor de un núcleo, que debe ser la obra del Espíritu Santo hoy.

5. Todas las personas deben aprender cómo orar por los demás. En las palabras de Dios deben encontrar la porción por la que quieren orar, sobre la que tengan una carga y por la cual deban orar con frecuencia. Esta es una manifestación del cuidado que se tiene de la voluntad de Dios.

La vida de oración personal se basa en entender la importancia de la oración y el conocimiento básico de la oración. El hombre a menudo debe orar por sus deficiencias en su vida diaria y debe orar sobre el fundamento del conocimiento de las palabras de Dios con el propósito de lograr los cambios en su carácter de vida. Todos deben establecer su propia vida de oración, deben orar por el conocimiento que se basa en las palabras de Dios, deben orar con el fin de buscar el conocimiento de la obra de Dios. Pon tus circunstancias presentes delante de Dios y sé pragmático y no prestes atención al método; la clave es lograr un conocimiento verdadero y experimentar realmente las palabras de Dios. Cualquiera que busque la entrada a la vida espiritual debe ser capaz de orar de múltiples maneras. Orando en silencio, ponderando las palabras de Dios, llegando a conocer la obra de Dios, etc., esta obra de la comunión orientada tiene el propósito de lograr la entrada a la vida espiritual normal, mejorando cada vez más tu propia condición ante Dios y produciendo un progreso cada vez mayor en tu vida. En resumen, todo lo que hagas —ya sea comer o beber las palabras de Dios u orar en silencio o declarar en voz alta— es con el fin de ver claramente las palabras de Dios y Su obra y aquello que Él desea lograr en ti. Lo que es más importante, es con el objetivo de alcanzar los estándares que Dios exige y llevar tu vida al siguiente nivel. El estándar más bajo que Dios exige de las personas es que le puedan abrir sus corazones. Si el hombre le da a Dios su corazón sincero y le dice a Dios lo que realmente hay dentro de su corazón, entonces Dios estará dispuesto a obrar en el hombre; Dios no quiere el corazón torcido del hombre sino su corazón puro y honesto. Si el hombre no le dice a Dios lo que de verdad hay en su corazón, entonces Dios no toca el corazón del hombre ni obra dentro de él. Por lo tanto, lo más crucial acerca de la oración es decirle a Dios las palabras de tu auténtico corazón, hablarle a Dios de tus defectos o de tu carácter rebelde y abrirte completamente a Dios. Sólo entonces Dios estará interesado en tus oraciones; si no, entonces Él ocultará Su rostro de ti. El criterio mínimo para la oración es que puedas guardar tu corazón en paz ante Dios y que no se aparte de Él. Tal vez, durante este periodo, no has obtenido una visión nueva o más alta, pero debes usar la oración para mantener las cosas como están —no puedes retroceder—. Esto es lo mínimo que debes alcanzar. Si no puedes lograr ni siquiera esto, entonces esto prueba que tu vida espiritual no ha entrado en la senda correcta; como resultado, no podrás aferrarte a tu visión original y serás despojado de la fe en Dios y por consiguiente tu determinación desaparecerá. Lo que marca tu entrada en la vida espiritual es si tus oraciones han entrado o no en la senda correcta. Todas las personas deben entrar en esta realidad, todas deben hacer la obra de ellas mismas entrenarse de manera consciente en la oración, no esperando pasivamente sino buscando conscientemente que el Espíritu Santo las toque. Sólo entonces serán personas que efectivamente buscan a Dios.

Cuando comiences a orar, debes ser realista, y no intentes hacer demasiado; no puedes hacer demandas extravagantes esperando que tan pronto como abras tu boca el Espíritu Santo te tocará, te esclarecerá y te iluminará y te concederá mucha gracia. Eso es imposible, Dios no hace cosas sobrenaturales. Dios lleva a término las oraciones de las personas en Su propio tiempo y a veces prueba tu fe para ver si eres leal delante de Él. Cuando ores debes tener fe, perseverancia y determinación. Cuando comienzan a entrenarse en la oración, la mayoría de las personas no sienten que el Espíritu Santo las haya tocado y se desaniman. ¡Esto no serviría de mucho! Debes ser persistente, te debes enfocar en sentir el toque del Espíritu Santo y en buscar y explorar. A veces, la senda por la que actúas es la equivocada; a veces, tus motivos y concepciones no pueden permanecer firmes ante Dios y por eso el Espíritu de Dios no te conmueve; también hay veces en las que Dios se fija en si eres leal o no. En resumen, debes dedicar más esfuerzo a entrenarte. Si descubres que la senda sobre la que actúas está desviada, puedes cambiar la forma en la que oras. Con tal de que verdaderamente busques y anheles recibir, entonces el Espíritu Santo con toda seguridad te llevará a esta realidad. A veces oras con un corazón sincero pero no sientes que hubieras sido tocado de manera especial. En momentos como estos debes confiar en tu fe y confiar en que Dios observa tus oraciones; debes perseverar en tus oraciones.

Debes ser honesto y debes orar con el fin de deshacerte de la astucia que hay en tu corazón. A medida que uses la oración para purificarte siempre que lo necesites, y la uses para que el Espíritu de Dios te toque, tu carácter cambiará gradualmente. La verdadera vida espiritual es una vida de oración y es una vida que el Espíritu Santo toca. El proceso de ser tocado por el Espíritu Santo es el proceso de cambiar el carácter del hombre. Una vida que no ha sido tocada por el Espíritu Santo no es una vida espiritual, sigue siendo un ritual religioso; sólo aquellas a quienes el Espíritu Santo toca con frecuencia, y que el Espíritu Santo ha esclarecido e iluminado, son las personas que han entrado en la vida espiritual. El carácter del hombre cambia constantemente cuando ora, y entre más es movido por el Espíritu de Dios, más proactivo y obediente será. Así también, su corazón será purificado poco a poco y después de esto su carácter cambiará gradualmente. Ese es el efecto de la oración verdadera.


11 Versículos Bíblicos de Obediencia

2019-09-01 22:04:49 | Imágenes Cristianas

La obediencia es la fuente de ser bendecido por Dios. Varios versículos bíblicos nos enseñan a obedecer la autoridad de Cristo y a vivir una vida de temor y obediencia a Dios. Aquí hemos seleccionado 11 versículos sobre la obediencia para ayudarte a aprender cómo obedecer a Dios.

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1. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios. (Deuteronomio 28)

2. Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer á las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los carneros. (Samuel 15:22)

3. Por lo cual es necesario que le estéis sujetos, no solamente por la ira, mas aun por la conciencia. (Romanos 13:5)

4. Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios. (Efesios 5:21)

5. Siervos, obedeced á vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como á Cristo. No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios. Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no á los hombres. Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo ó sea libre. (Efesios 6:5-8)

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6. Exhorta á los siervos á que sean sujetos á sus señores, que agraden en todo, no respondones. (Tito 2:9)

7. Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? (Hebreos 12:9)

8. Obedeced á vuestros pastores, y sujetaos á ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no gimiendo; porque esto no os es útil. (Hebreos 13:17)

9. Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. (Santiago 4:7)

10. Igualmente, mancebos, sed sujetos á los ancianos; y todos sumisos unos á otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes. (1 Pedro 5:5)

11. Siervos, sed sujetos con todo temor á vuestros amos; no solamente á los buenos y humanos, sino también á los rigurosos. (1 Pedro 2:18)

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