Seguir a Dios

El amor de Dios es la fortaleza de mi vida

Reflexiones sobre la historia de Moisés enviando hombres a buscar en la tierra de Canaán

2020-01-21 21:56:03 | Palabra de Dios

El Antiguo Testamento registra: “Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme á la palabra de Jehová: y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel” (Números 13:3). “Y vituperaron entre los hijos de Israel la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga á sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella, son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes: y éramos nosotros, á nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos á ellos” (Números 13:32-33). “ENTONCES toda la congregación alzaron grita, y dieron voces: y el pueblo lloró aquella noche” (Números 14:1).

Esas escrituras registran una historia que sucede después de que Moisés sacó a los israelitas de Egipto. En el camino a la tierra de Canaán, Moisés envió a las cabezas de las doce tribus de Israel para espiar la tierra de Canaán. Al ver que la gente que vivía allí era fornida, fuerte, grande y robusta, excepto por Josué y Caleb, los otros diez estaban muy asustados. Entonces las diez personas regresaron y difundieron una información maligna de la tierra, y los israelitas creyeron lo que dijeron y se quejaron de que Moisés no debería haberlos sacado de Egipto. El sonido de sus gritos estaba en todas partes.

Pero Josué y Caleb tenían un lugar para Dios en sus corazones. Rasgaron su ropa y hablaron con toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: “La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos meterá en esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de aquesta tierra, porque nuestro pan son: su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová: no los temáis” (Números 14:7-9).

tierra de canaan

Sin embargo, en ese momento, muchos israelitas escucharon ciegamente la información maligna que la mayoría de la gente les trajo de vuelta, y sin embargo, no creyeron la información buena que Josué y Caleb les trajeron. Incluso pensaron que ambos tenían la intención de llevar a los israelitas a una tierra de muerte, por lo que querían apedrearlos hasta la muerte.

Entonces Jehová Dios le dijo a Moisés: “¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿hasta cuándo no me ha de creer con todas las señales que he hecho en medio de ellos?. Yo le heriré de mortandad, y lo destruiré, y á ti te pondré sobre gente grande y más fuerte que ellos” (Números 14:11-12). Al final, las personas que difundieron el mal informe murieron de pestilencia. Además, las personas que los siguieron también murieron en el desierto.

No pude evitar pensar que el Antiguo Testamento profetizó la venida del Mesías. Cuando el Mesías vino, de manera similar, surgieron dos bandos: las personas que difundieron informes malignos y las personas que difundieron buenos informes.

Aunque los principales sacerdotes, escribas y fariseos judíos vieron que el Señor Jesús tenía la autoridad y el poder, sin embargo, debido al hecho de que la obra del Señor Jesús iba más allá de la ley, y no encajaba con sus nociones e imaginaciones, sólo quisieron crear rumores sobre esto y lo juzgaron en forma maligna y blasfemaron al Señor Jesús. Ellos jugaron el papel de las personas que difundieron informes malignos. El pueblo judío común escuchó sus malos informes y los acompañó a hacer el mal y a clavar al Señor Jesús en la cruz. Sus malas acciones desencadenaron la ira de Dios. Al final, fueron castigados por Dios. Sin embargo, los discípulos del Señor Jesús pudieron seguirlo, y a pesar de la cruel persecución del gobierno romano, no les importó nada y sacrificaron sus vidas al difundir el evangelio del Señor Jesús. Aunque sólo unas pocas personas difundieron buenos informes, la obra de Dios se llevó a cabo de todos modos y el evangelio del Señor Jesús se extendió hasta los confines de la tierra. Aquellos que difundieron buenos informes y aquellos que los escucharon y creyeron finalmente recibieron las bendiciones de Dios.

De estos hechos históricos no es difícil ver que cada vez que la obra de Dios viene sobre la humanidad, hay dos campos que surgen: uno difundiendo información mala, y el otro difundiendo la información buena. Siempre hay algunas personas difundiendo información buena, pero muchas difundiendo información malvada. Muchas personas no tienen la verdad, no pueden discriminar entre el bien y el mal, entre blanco y negro, y por lo tanto a menudo siguen la información maligna que la mayoría de la gente trae y rechaza la buena información contada por una minoría de personas. Sin embargo, el bien se paga con el bien, el mal con el mal. Con el paso de los años, los que difundieron informes malignos y los que no tenían discernimiento y los seguían fueron sometidos a un merecido castigo y retribución. Sin embargo, los que difundieron buenos informes y los que escucharon las buenas noticias de Dios fueron bendecidos por Dios.

Miremos hacia atrás en la historia y preguntémonos: Si nos encontramos con cosas similares, ¿seremos capaces de discernir entre la información mala y la información buena? ¿Cómo elegir cuál creer?

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

 


¿Por qué Jesucristo confió a Pedro la gran responsabilidad de pastorear a las iglesias?

2020-01-20 18:41:27 | Palabra de Dios

En Juan, capítulo 21, versículos 16-17 podemos leer, “Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”.

Cada vez que leo estos versículos, siempre me pregunto: Los discípulos de Jesucristo fueron doce. ¿Por qué entonces puso Él sobre los hombros de Pedro la enorme responsabilidad de pastorear a las iglesias?

A través de constantes plegarias y lecturas de estos dos pasajes y reflexionando en el actuar de Pedro cuando seguía al Señor en sus trabajos, fui entendiendo poco a poco la razón. Fue porque, mientras seguía a Jesús, lo que buscaba Pedro era un cambio en su comportamiento y su propia disposición, no la fama ni mejorar su condición. Así que, sin importar si sufría persecución o tribulaciones, o carencias en su vida, siempre obedeció y nunca pronunció una queja concerniente al Señor. Aunque negó tres veces al Señor antes de Su crucifixión, esto fue debido a su debilidad. La esencia de Pedro era buena, su obediencia a Dios y su amor a Dios. Jesucristo vio que él era alguien que buscaba la verdad y amaba a Dios, por lo que Él le pidió a Pedro que pastoreara Sus ovejas. La razón por la cual el Señor le pregunta a Pedro tres veces “¿me amas?” contenía en sí la esperanza de que Pedro aceptara la misión que se le había encomendado, sin importar lo que tuviese que enfrentar, que siempre buscase la verdad, tratase de encontrar la voluntad de Dios, y siempre reflexionase en su interior si seguía la voluntad de Dios y si realmente amaba y era del agrado de Dios. Estas tres veces que el Señor le pregunta son una prueba de que Él albergaba grandes esperanzas en Pedro.

Las palabras del Señor me motivaron a examinarme profundamente: ¿Soy una persona que ama a Dios? ¿Y, cómo debo amarlo exactamente? Pensé: Si puedo, frecuentemente alentado por estas palabras, buscar el amor de Dios, mi relación con Él se hará más y más íntima y lo buscaré con más añoranza en mi corazón. Además, cuando afronte diferentes situaciones y refinamientos, reflexionaré por lo tanto acerca de mi comportamiento y no haré nada que ofenda a Dios. Y, muy dentro de mí, pensaré cómo satisfacer la voluntad de Dios y consolar Su corazón. Dios nos creó a Su imagen y sopló en nosotros Su aliento de vida, y así nos considera como Su propia carne y sangre, así como también como Sus compañeros. Sin importar cuántos años haya trabajado Él entre los hombres, Su esencia y Su intención no cambiarán nunca. Como lo hizo con Pedro, Él nos pedirá que hagamos los mismo. Al final Dios quiere obtenernos para Sí y que seamos personas que lo conozcamos y lo amemos. Sólo así lograremos acometer la misión que Él nos ha confiado, cumplir con nuestro deber como Su creación, manifestar y glorificar a Dios en la tierra, y señorear sobre todas las cosas. De esta forma, la intención original de Dios cuando creó al hombre será restaurada.

Reflexionando acerca de esto, aprecié el profundo significado interno de las intenciones de Dios contenidas en las preguntas que le hizo a Pedro. Y estas palabras se convertirán en faro y guía de mis pasos futuros en la fe en Dios, guiándome en el camino a seguir.

(Traducido del original en inglés al español por Ernesto Morejón Pedret)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Recomendación:Caminando con Jesucristo

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Familia Cristiana: ¿Eres un cristiano pobre o rico?

2020-01-19 02:53:25 | Reflexiones Cristianas

Un día, mi esposa dijo, “Nuestra hija y yo fuimos recientemente a la casa de mi hermana menor para escuchar sermones, en los cuales creo se encuentra la obra del Espíritu Santo. Lo que el predicador dijo fue muy revelador, especialmente cuando hablaba acerca del tipo de personas que podrían darle acogida a Jesucristo en Su regreso, ¡Pensé que lo predicaba muy claramente! Querido, ¿Por qué no expresas tus puntos de vista tú y nuestro hijo, sobre cuáles personas serían las primeras en dar la bienvenida al Señor y los que serían llevados al Reino de Dios en el regreso del Señor?”

Después de escuchar sus palabras, miré a mi esposa y a nuestros hijos y les dije, “Por supuesto que serán los pastores y ancianos, quienes entienden el conocimiento bíblico, los que aceptarán al Señor de primero. Ellos conocen muy bien la Biblia, están familiarizados con el conocimiento bíblico, pastorean la iglesia y sirven al Señor, y tienen una gran vida espiritual. Así que creo que la gente como ellos, seguramente, son los que darán de primero la bienvenida al Señor, cuando regrese.

Mi hijo se apresuró a decir, “Lo que mi papá dijo es correcto. Estoy de acuerdo con su punto de vista”.

Mi esposa negando con su cabeza, me dijo: “A menudo explicas las Escrituras a otros. ¿Qué versículo en la Biblia dice que al entender el conocimiento bíblico, uno puede conocer a Dios y saber cómo practicarlo? Recuerdo, que en Juan 7:45-48 se dice, ‘Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? ¿Acaso ha creído en El alguno de los gobernantes, o de los fariseos?’ Sin embargo, cuando Jesús llamó a Sus discípulos, dijo en la Biblia. ‘Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres. Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron’ (Mateo 4:18-20). Podemos ver en estas dos escrituras que los principales sacerdotes, escribas y fariseos estaban familiarizados con la Biblia y entendían el conocimiento bíblico. Cuando Dios vino a hacer Su nueva obra, no sólo no aceptaron la nueva obra, sino que se resistieron frenéticamente, condenaron y detuvieron a los creyentes bajo su dominio de aceptar la obra del Señor. Al final, fueron los que entendían el conocimiento bíblico, los que clavaron a Jesucristo en la Cruz, mientras que aquellos que tenían poco conocimiento bíblico los que verdaderamente anhelaban la aparición de Dios, como Pedro, Mateo y Juan, los que dejaron todo para seguir al Señor y aceptaron Su nueva obra cuando oyeron el llamado de Jesucristo. ¡Ellos fueron los que verdaderamente acogieron al Mesías! De estos hechos, podemos concluir que, aunque los líderes religiosos estén familiarizados con la Biblia, esto no significa que conozcan a Dios y sean capaces de darle la bienvenida al Señor. Lo que he dicho es correcto, ¿Cierto?

Habiendo escuchado su pregunta, me sentí bastante avergonzado. A menudo leí y expuse sobre estos versículos, pero nunca había buscado o contemplado la verdad en ellos. Mi hija me miró y me dijo: “¡Lo que dijo mi madre es correcto! Hace 2000 años, cuando Jesucristo realizó Su obra en Judea, según el punto de vista de mi padre, en este momento, aquellos sacerdotes a cargo, escribas y fariseos que estaban familiarizados con la Biblia, bien versados en la ley y que sirvieron piadosamente a Jehová, deberían haber aceptado la obra de Jesucristo primero. Sin embargo, los hechos fueron justamente lo contrario. Después de que los líderes religiosos oyeron la palabra de Jesucristo y vieron Sus obras, no sólo no lo buscaron ni lo aceptaron, sino que intentaron encontrar todo tipo de acusaciones contra Jesucristo y se resistieron y condenaron Su obra. Jesucristo predicó y obró, y enseñó a los hombres usando verdades, pero lo calumniaron como a alguien que estuviera causando disturbios entre la gente común. Jesucristo dijo que Él mismo fue enviado por el Padre, y que Él es la verdad, el camino y la vida; ellos, sin embargo, Lo acusaron de blasfemia. Jesucristo curó a la gente y la liberó de los demonios, pero aún así, Lo blasfemaron, diciendo que Él se había apoyado en Belcebú, jefe de los demonios, para expulsarlos. Todos estos sacerdotes encargados, escribas y fariseos sirvieron a Dios en el templo. Aunque conocían muy bien la Biblia, no conocían la obra del Espíritu Santo, ni aceptaron la verdad. ¿Por qué ellos no aceptaron a Jesucristo? ¿No sería porque pensaron que habían hecho una lectura extensa de la Biblia, y habían entendido el conocimiento bíblico, y también eran personas ‘ricas’? Por lo tanto, eran muy arrogantes y engreídos, no buscaban la verdad, desdeñaban a otros y no tenían lugar para Dios en sus corazones. En consecuencia, ellos perdieron la salvación de Jesucristo y fueron maldecidos por Dios. Como Jesucristo lo reveló, ‘Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado’ (Mateo 23:12). Por el contrario, los pescadores que arrojaron sus redes, los recaudadores de impuestos y la mujer samaritana no tenían ningún conocimiento bíblico o estatus social, y otras personas los miraban con desprecio. Sin embargo, ellos alcanzaron la iluminación y la salvación de Dios porque buscaban humildemente con hambre y sed de justicia. Así como dijo Jesucristo, ‘Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía: ‘Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis’ (Lucas 6:20-21). ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’ (Apocalipsis 3:20). De la palabra del Señor vemos que si deseamos festejar junto con el Señor y ser conducidos al Reino de los Cielos, debemos tener un corazón que anhela y busca la verdad, y procurar escuchar la voz de Dios. ¡Sólo así podremos dar la bienvenida al regreso del Señor!”

Oyendo su opinión, me sentí realmente avergonzado y humillado. Resultó que, aunque predicaba todos los días, sólo predicaba cartas y doctrinas, ¡Y no había entendido la verdad! Creía que leer y recitar la Biblia de memoria era entender la Biblia, pero parecía que yo era realmente arrogante y altivo. Esto realmente cumplió la palabra de Jesucristo, “Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado” (Mateo 23:12).

Pensé por un momento y dije con emoción: “Lo que compartiste es en el fondo un hecho. Piensen en el tiempo en que Jesucristo realizó Su obra hace 2000 años, si nos basamos en la cantidad del conocimiento bíblico que la gente entendía, entonces los principales sacerdotes, escribanos y fariseos serían los que han conocido más. Sin embargo, cuando Jesucristo nació, los Magos de Oriente, Simeón y otras personas fueron los primeros en ser iluminados. Mientras que los principales sacerdotes, escribas y fariseos eran arrogantes y ostentaban su antigüedad a causa de sus riquezas, y se convertían en aquellos que eran ciegos y que no conocían a Dios. No puedo evitar pensar en el versículo: ‘Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo,’ (Apocalipsis 3:17). Dios no presta atención a esas personas arrogantes y engreídas que alardean tener conocimiento de la Biblia y la capacidad de entender todo a fondo, sino que Él ilumina y guía a aquellos que son humildes y anhelan y buscan Su aparición. Una vez que obtienen la iluminación del Espíritu Santo, entonces están dispuestos a aceptar y someterse a Dios. Así como dijo Jesucristo, ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;’ (Juan 10:27). Con la condición de que aceptemos y obedezcamos humildemente la palabra del Señor, tendremos la certeza de obtener la instrucción y la iluminación del Espíritu Santo y recibir la salvación de Dios”.

Mi esposa, conjunto con nuestra hija e hijo, dijeron al unísono, “¡Gracias al Señor!¡Amén!”

Nuestro hijo dijo, “Tu opinión está dotada con la instrucción e iluminación del Espíritu Santo y está en consonancia con la palabra del Señor. En el pasado, adoraba tanto a los pastores y a los ancianos, pensando que, porque conocían bien la Biblia y siempre nos expusieron el conocimiento bíblico, ellos debían haber obtenido primero la inspiración del Señor. Ahora parece que mi perspectiva estaba equivocada y no estaba en consonancia con la voluntad del Señor. Los que entienden más el conocimiento bíblico son de hecho más arrogantes y serán mucho menos propensos a aceptar la nueva obra de Dios. Sólo si buscamos la obra del Espíritu Santo con un corazón humilde seremos capaces de recibir la misericordia y la gracia de Dios, y de obtener el liderazgo y la guía del Espíritu Santo, y podremos, por lo tanto, ¡seguir la obra de Dios! Toda mi familia se puso muy feliz, y agradeció al Señor Su misericordia y preocupación. Entonces continuamos nuestra comunicación...

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


¿Quién Te Ha Evitado Seguir a Dios?

2020-01-19 00:07:44 | Palabra de Dios

Una vez, el hermano Yang compartió su experiencia conmigo.

El hermano Yang es el hijo único de su familia. No se casó hasta que alcanzó su mediana edad. Al ver que sus padres estaban envejeciendo, él quiso casarse y tener hijos lo antes posible. Más adelante, a través de la introducción de un intermediario, se casó. Después de su matrimonio, él había deseado que su esposa creyera en el Señor junto a él, pero ella no sólo no creía, sino que hizo todo lo posible por oponerse a su creencia en el Señor. A menudo discutían al respecto, y su vida no fue feliz en lo más mínimo. El hermano Yang no quería dejar de creer en el Señor y servirlo, pero se preguntaba si debía divorciarse de su esposa. Debido a esto, fue a preguntarle a su pastor. El pastor le dijo que el matrimonio fue arreglado por Dios, sin importar lo que haya ocurrido, él no debería divorciarse de su esposa; en su lugar, él debe respetar el matrimonio y su esposa. Entonces, el hermano Yang siguió las palabras del pastor por más de diez años como si estas fueran la verdad. A lo largo de esos años, él sólo pudo leer la biblia ocasionalmente y en secreto. Él no pudo seguir asistiendo regularmente a las reuniones, ni mencionar trabajar o sacrificarse por el Señor. Al final, él dijo que debido a que él no había asistido a las reuniones por un largo tiempo que ya él se había alejado demasiado de Dios, él realmente no quería asistir a las reuniones….

La historia del hermano Yang nos hizo pensar:

Por más de dos mil años de la continuación y el desarrollo de la religión, un gran número de denominaciones y grupos se han formado, y ahora nadie puede acercarse a la altura y el prestigio de los pastores y ancianos en nuestros corazones. Ellos pueden predicar conocimiento bíblico y teorías teológicas debido a que se graduaron de los seminarios, gracias a esto ellos son los que sirven al Señor, y son las cabezas de la iglesia. Muchos de nosotros pensamos que ellos deben ser buenos sirvientes, y buenos guardianes del Señor. Por esto, en tiempos de problemas y dificultad, primero acudimos a los pastores y ancianos, más allá que buscar al Señor y rezarle y poner Sus palabras en práctica. Nosotros hacemos lo que los pastores digan. Somos pocos los que consideramos si sus palabras son acordes a la voluntad del Señor, y nos ponemos a pensar sobre estos problemas de gran importancia: ¿Están sus exigencias en base a las palabras de Dios? Aún si lo estuvieran ¿Su entendimiento del Señor es puro o está sesgado y distorsionado?

Ahora es el momento crucial para que esperemos y recibamos el regreso del Señor. Aprendimos de nuestros hermanos y hermanas quienes han visitado varias denominaciones y todas aparentan y están esperando con ansias el regreso del Señor. Por ejemplo, algunas iglesias les exigen a sus creyentes rezar rápida y frecuentemente y esperar vigilantes al Señor. Algunos pastores les dicen a menudo a los creyentes: “Ha llegado el tiempo del regreso del Señor. No ansíen más el mundo y su dinero. Nosotros debemos leer la Biblia frecuentemente y asistir activamente a reuniones. Sólo de esta forma podremos recibir al Señor”. Sin embargo, mientras ellos aparentan estar preparándose para recibir el regreso del Señor, a menudo les advierten a sus creyentes que sólo las cabezas de la iglesia pueden dar el mensaje del regreso del Señor; nunca deberán leer, escuchar, o creer mensaje alguno que diga que el Señor ha regresado o que sean referentes al regreso del Señor, ni mucho menos recibir a aquellos que testifiquen sobre Su regreso; Y quien quiera que viole esto estará traicionando al Señor y será expulsado de la iglesia. Algunos hermanos y hermanas obedecen todos mandatos y regulaciones arbitrarias sin discernimiento.

Es muy común en el mundo religioso que los creyentes deben obedecer lo que los pastores y ancianos les digan y siempre deben quedarse en sus iglesias. Incluso si no pueden sentir la presencia del Espíritu Santo en reuniones, y no pueden recibir el movimiento y guía del Espíritu Santo mientras leen la Biblia y rezan, igual tienen prohibido buscar el movimiento y las huellas de la obra del Espíritu Santo fuera de sus iglesias ¿No son los pastores igual que los Fariseos quienes, para poder mantener su poder y estatus, hicieron todo lo que pudieron para controlar el pueblo Judío y evitar que siguieran e investigaran la obra y las palabras de Jesucristo ? En ese momento, muchos Judíos fueron engañados y controlados por los Fariseos. Ellos no aceptaron ni obedecieron la nueva obra de Jesucristo, e incluso clavaron al Señor en la cruz junto a los Fariseos, volviéndose pecadores por toda la eternidad. Hasta este momento, el Judaísmo no ha despertado—el pueblo Judío sigue siendo engañado por aquellos líderes religiosos que consumen a la gente entera como demonios, como si durmieran en un gran sueño, ellos siguen esperando ignorantemente la venida del Mesías.

Entonces, con respecto a recibir el regreso de Jesucristo en los últimos días ¿Se ha repetido la tragedia? Los líderes de todas las denominaciones y grupos no escatiman esfuerzos en sellar las iglesias, como si estuvieran a punto de poner sus manos sobre las orejas de los creyentes y vendar sus ojos. Ellos evitan desesperadamente que los creyentes busquen noticia alguna sobre el regreso del Señor. Debido a esto podemos ver que el mundo religioso en los últimos tiempos ha transitado el mismo camino del Judaísmo. El regreso del Señor será una prueba minuciosa y una revelación para estos grupos religiosos impenetrables y herméticos.

En realidad, muchos de nosotros estamos conscientes de que los desastres en los diferentes países se están volviendo cada vez más y más grandes, que la situación internacional se vuelve más tensa progresivamente, y que las profecía bíblicas sobre las señales de los últimos días, tales como las cuatro lunas sangrientas, se han cumplido una a una. Todas estas señales nos muestran que el día del Señor ha llegado. Sin embargo, a pesar de las restricciones y ataduras de los pastores y los ancianos, muchos hermanos y hermanas no se atreven a buscar las noticias sobre el regreso del Señor, y sólo pueden aferrarse a las letras y doctrinas de la Biblia y los rituales religiosos ¿Entonces qué deberíamos hacer? ¿Deberíamos salir de la comunidad religiosa para buscar “‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. […]” (Apocalipsis 2:7), aceptarlo y seguir las huellas del Cordero cuando lo encontremos? ¿O deberíamos seguir la tragedia histórica del pueblo Judío, quienes no buscaron la verdad y en su lugar siguieron a los malvados para oponerse a Dios aún creyendo en Él?

En la actualidad, un número de verdaderos creyentes del Señor han descubierto que el mundo religioso actual ha perdido la obra del Espíritu Santo. Los pastores y ancianos han predicado en repetidas ocasiones el mismo conocimiento bíblico, doctrinas, y teorías teológicas por tantos años que no tienen nada nuevo que predicar, incapaces de proveer vida a los creyentes. Y todos los creyentes sienten que quedarse en la iglesia sólo es llevar a cabo servicios y observar rituales religiosos. Sin regar con el agua vital de la vida, su vida espiritual se volvió aún más seca y ellos incluso se han resecado y muerto de hambre. Ahora, la gente inteligente se ha dado cuenta de que no pueden esperar indeterminadamente, y que ellos han empezado a buscar la noticia del regreso del Señor a travès de todas las vías posibles. Por ejemplo, ellos buscan una iglesia que muestre la obra del Espíritu Santo a través de sus plataformas en línea. Un día, un amigo en línea que creía en el Señor con entusiasmo me envió una publicación, diciendo que él había encontrado la iglesia con la obra del Espíritu Santo en Facebook. Le pregunté cómo podía saberlo y me respondió, “¡Aquello que sea de Dios va a florecer! Esta iglesia afirma abiertamente en Internet que el Señor ha vuelto y ha revelado muchos misterios de la Biblia sobre el regreso del Señor en los últimos días. Esto realmente amerita tu atención inmediata e investigación...” Después de esto, les pregunté a más de diez amigos en línea al respecto y todos pensaron igual que yo. Yo pensé: Podemos encontrar el evangelio del regreso de Jesucristo en línea ¿No es esto aceptar el evangelio en el aire? Entonces, pensé en la profecía en Apocalipsis, “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6-7). ¡Amen! ¡Gracias a la guía del Señor! Ahora, muchos amigos en línea ya no están restringidos por los pastores y ancianos. Ellos buscan e investigan esta iglesia, y discuten cálidamente la noticia del regreso del Señor testificado por ella. Nosotros confiamos en que el Señor seguramente nos va a guiar a reconocer Su voz y seguir Sus pasos.

(Traducido del original en inglés al español por WebTeachers)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


Estudio bíblico sobre el pecado:

2020-01-17 20:11:29 | Reflexiones Cristianas

 ¿El perdón de los pecados significa ser purificado?

La mayoría de los hermanos y hermanas en el Señor creen: El Señor Jesús ha absuelto nuestros pecados a través de nuestra fe, y ya no somos culpables porque el Señor nos ha santificado, entonces estamos calificados para entrar al reino celestial. Bueno, ¿Esta visión es correcta? ¿Está basada en las palabras del Señor?

En realidad, la razón principal por la que tenemos este punto de vista es porque no entendemos el verdadero significado del perdón de los pecados. Aunque somos perdonados de nuestros pecados debido a la redención del Señor, simplemente significa que Dios ya no nos considera pecadores, pero no representa que hayamos sido liberados del pecado. Por ejemplo, cuando un hombre es capturado y enviado a prisión después de haber cometido un delito, su familia gasta una gran suma de dinero para sacarlo de prisión. ¿Puedes decir que él ha sido rescatado, no es culpable? ¡La respuesta es definitivamente no! Es lo mismo con todos nosotros que hemos aceptado la obra redentora del Señor Jesús. El Señor Jesús, al ser clavado en la cruz como nuestra ofrenda por el pecado, simplemente nos redimió de las manos de Satanás. Al venir ante el Señor, solo somos limpiados de los pecados de nuestro comportamiento, pero nuestra naturaleza pecaminosa interna aún no ha sido desechada. Así vivimos en la situación de pecar día a día, incapaces de librarnos de ello. Si esto continua, solo nos volveremos más y más corruptos. En última instancia, toda la humanidad será devorada por Satanás, quedando cautiva de ella. Por lo tanto el perdón de los pecados no significa ser purificado, lo que debería llamar nuestra atención. ¿Pero cómo podemos tener nuestra naturaleza pecaminosa resuelta a ser limpiada? Esto debe convertirse en un tema de máxima preocupación para nosotros.

¿Que verdades debemos buscar para eliminar nuestra naturaleza pecaminosa?

Antes que nada, necesitamos conocer la obra de Dios y Su plan de gestión para salvar a la humanidad. Desde que los progenitores de la humanidad cometieron pecado, el pecado entró en el hombre. La paga del pecado es la muerte, por lo que Dios comenzó Su plan de seis mil años para salvar a la humanidad. Primero, en la Era de la Ley, Jehová Dios emitió leyes para que el hombre obedeciera, y enseñó a los israelitas en ese momento cómo vivir, cómo llevarse bien con los demás, cómo adorar a Dios, y demás, para que pudieran recibir Su cuidado y protección manteniendo la ley. Por el contrario, si desobedecen Sus leyes, serían apedreados o quemados por el fuego del cielo. En ese momento Jehová Dios también requería que el hombre ofreciera sacrificios, quien cometiera otros pecados fuera de los Diez Mandamientos tendría que ofrecer ofrendas por el pecado a Dios, usando las ovejas, el ganado y las palomas recién nacidos para limpiar sus pecados. De esta manera, el hombre podría evitar morir. Por lo tanto, la obra de Dios en la Era de la Ley logró el resultado de capacitar al hombre para conocer el pecado. A medida que la humanidad se corrompió cada vez más profundamente por Satanás, ya no pudieron cumplir la ley, y más personas fueron ejecutadas a causa de sus violaciones. Dios no podría soportar ver a la gente que Él creó con sus propias manos ser devorada por Satanás de esa manera. Entonces Él se encarnó para hacer la obra de redención bajo el nombre de Jesús, y fue crucificado para soportar los pecados de la humanidad sirviendo como ofrenda por el pecado. A partir de ese momento, quienquiera que haya cometido pecados, siempre que haya venido ante el Señor Jesús para confesarse y arrepentirse, sus pecados serán perdonados. Por lo tanto, la humanidad ha disfrutado de la paz y la alegría de Dios. Sin embargo, las personas de la Era de la Gracia ya no están más en el pecado por la salvación de Dios, pero eso no significa que no tengan pecado. Esto se debe a que la naturaleza pecaminosa del hombre, aún no se ha resuelto, y así los hombres podemos pecar y resistir a Dios a menudo, viviendo en el ciclo de pecar en el día y confesándose en la noche sin poder liberarnos. Nuestra disposición satánica corrupta como la arrogancia, el engreimiento, el egoísmo, el desprecio, la perversidad, la astucia, etc., todavía persisten y nos controlan, como resultado de lo cual no hay una verdadera tolerancia y paciencia entre nosotros, sino tanto odio y celos en nuestro corazón. ¿Cómo podemos nosotros, una humanidad que no vive más que la imagen de Satanás, lograr compatibilidad con Dios, y cómo podemos ser salvos y entrar en el reino de los cielos? En la Biblia se dice: “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12: 14). Y el Señor Jesús también dijo: “... En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). Dado que nuestra naturaleza pecaminosa no ha sido eliminada y limpiada a fondo, aún no estamos calificados para entrar en el Reino de Dios. Por lo tanto, la obra de Dios de salvar a la humanidad no se detendrá.

¿Qué trabajo necesita hacer el Señor Jesús para purificar y transformar la naturaleza pecaminosa del hombre cuando regrese en los últimos días?

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Alguna persona descubrió que un mayor número de profecías en la Biblia se refieren a la obra de juicio de Dios en los últimos días. Hay al menos 200 versículos en la Biblia que mencionan que Dios vendrá a ejecutar el juicio. Las siguientes son algunas de las escrituras que profetizan la venida de Dios para hacer la obra del juicio de los últimos días:

“... mirad, el Juez está a las puertas” ( Santiago 5:9).
“delante del Señor, pues viene a juzgar la tierra; El juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad” ( Salmos 98:9).
“Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. […]” ( Isaías 2:4).
“... porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo” ( Isaías 26:9).
“porque El ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, …” ( Hechos 17:31).
“y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre” ( Juan 5:27).
“Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo,” ( Juan 5:22).
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; ...” ( Pedro 4:17).
El Señor Jesús también dijo: “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” ( Juan 12: 47-48). De estos versículos podemos ver claramente que en los últimos días Dios seguramente bajará a la tierra para llevar a cabo la obra del juicio.

Gracias al Señor por Su guia. Un día, en Facebook conversé con la hermana Jiayin sobre cómo la naturaleza pecaminosa del hombre podría ser purificada. Mientras más hablamos, más ganamos el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, y esto me hizo tener algún conocimiento de cómo Dios hace Su obra para purificar al hombre en los últimos días. En ese momento, la hermana Jiayin leyó un pasaje de la palabra de Dios para mí, “Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya fueron plantados dentro de él. Después de miles de años de corrupción de Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza que resiste a Dios. Por tanto, cuando ha sido redimido, no es nada más que una redención en la que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa de su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan inmundo debe pasar por un cambio antes de ser digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación. Dios gana al hombre por medio del juicio y el castigo por la palabra; por medio del uso de la palabra para refinar, juzgar y revelar, todas las impurezas, las nociones, los motivos y las esperanzas individuales dentro del corazón del hombre se revelan completamente. Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] esta es más profunda que el pecado, plantada por Satanás y profundamente arraigada dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante” ( de “El misterio de la encarnación (4)”).

espués de leer este pasaje, comprenderemos que la gente no puede abandonar completamente su naturaleza pecaminosa y purificarse confiando únicamente en la gracia y la redención en la cruz del Señor Jesús. Esto se debe a que lo que hizo el Señor Jesús en la Era de la Gracia fue la obra de la redención. De acuerdo con la naturaleza de la gente en ese momento, Él les dió solo el camino del arrepentimiento, y le enseñó al hombre algunas verdades y prácticas rudimentarias, tales como cómo confesarse y arrepentirse, cómo cargar la cruz, ser paciente, humilde y amar, perdonar a los demás, etc. Nunca expresó las verdades que pueden juzgar y limpiar al hombre, transformar las disposiciones satánicas del hombre y ser la vida eterna del hombre. Para decirlo de otra manera, el Señor Jesús no expresó el camino de la verdad que implica cambiar la disposición de la vida, cómo liberarse de nuestra naturaleza pecaminosa y ser limpiado y salvado. Por lo tanto, al aceptar la salvación del Señor Jesús, solo somos perdonados de nuestros pecados, pero las corruptas disposiciones como la arrogancia, el engreimiento, la perversidad, el engaño, el egoísmo, el desprecio, la avaricia y la maldad aún permanecen dentro de nosotros. Como resultado, a menudo estamos sujetos a los pecados, viviendo en el ciclo de cometer pecados solo para confesarlos y luego continuar con el pecado otra vez. Todavía seguimos las tendencias mundiales, buscamos la fama, la fortuna y el estatus, y codiciamos las comodidades de la carne, viviendo impotentes en el pecado. Además, aún podemos albergar el engaño en nuestro corazón, y mentir a menudo para engañar a Dios y a otras personas. Cuando nos enfrentamos a desastres, persecución y tribulación, aún podemos malinterpretar, culpar a Dios, e incluso traicionar a Él. Aunque he creído en el Señor por muchos años, todavía podemos ser dirigidos por la intención de obtener bendiciones, realizar transacciones con Dios mientras trabajamos y nos gastamos, y trabajar solo por la corona y las bendiciones del cielo. Este tipo de oposición contra Dios realmente muestra que una naturaleza pecaminosa aún permanece dentro de nosotros, es decir, la naturaleza satánica, que se opone directamente a Dios y a la verdad. Debido a que nuestra naturaleza de resistir a Dios no se ha resuelto, por lo que es completamente imposible para nosotros vivir una humanidad normal, y aún menos alcanzar la obediencia genuina a Dios, adorar a Dios y amar a Dios. Entonces, aunque hemos experimentado la obra del Señor Jesús en la Era de la Gracia y nuestros pecados han sido perdonados, aún no hemos ganado la verdad como nuestra vida. Esto es un hecho. Tenemos que experimentar la obra del juicio y el castigo de Dios con la Palabra en los últimos días y obtener los diversos tipos de corrupción e inmundicia dentro de nosotros revelados en la luz. Solo a través de esto podemos conocer activamente nuestras propias disposiciones corruptas, y además, bajo la guía de Dios, deshacerse gradualmente de varios deseos e intenciones para creer en Dios, resolver nuestras disposiciones corruptas y alcanzar el conocimiento de Dios y de nosotros mismos. Finalmente podemos seguir el camino de Dios, y ser capaces de temer a Dios y evitar el mal, obedecer la soberanía y los arreglos de Dios, y llegar a ser de la misma mente que Dios. Solo entonces Dios nos puede purificar por completo y finalmente podemos obtener la salvación completa de Dios. Entonces el perdón de los pecados no significa que podemos entrar en reino de los cielos. Si siempre nos aferramos a este punto de vista equivocado de que hemos sido santificados después de haber sido perdonados de los pecados y como resultado, rechazar el juicio de Dios y la obra de la purificación en los últimos días, entonces echaremos de menos la salvación de Dios en los últimos días. Todos sabemos que las personas no santificadas no pueden ver al Señor. Dios es santo, por lo tanto, nos ordena que busquemos ser santos. De esta manera, tenemos que experimentar la obra del juicio que Dios hace en los últimos días y purificarnos para poder calificar para entrar en el Reino de Dios.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

(Traducido del original en inglés al español por Andrea Evangelina Casa)


Significado del arcoiris según la biblia

2020-01-16 04:15:02 | Palabra de Dios

Mientras miraba por la ventana del auto, vi un arcoiris aparecer en el cielo. Acababa de llover. Esto me recordó la historia del gran diluvio durante la época de Noé que destruyó la tierra, y que Dios usó un arcoiris para establecer Su pacto con el hombre.

En Génesis 6:13, se dice: “Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra”.

Cuando leí este versículo por primera vez, todo lo que sabía era que durante la época de Noé, las personas eran pecaminosas, sexualmente inmorales, y corruptas, por lo que Dios tuvo que destruir la tierra a través de un gran diluvio. Sin embargo, sólo Noé adoraba a Dios, su familia de ocho construyó el arca según las instrucciones de Dios y eventualmente sobrevivió al gran diluvio. Luego, leí las palabras de Dios en Génesis 9:11-13, “Yo establezco mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre yo y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones: pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra”. Me quedé perpleja y me pregunté por qué se usaba el arcoiris como el signo del pacto y cuál era la voluntad detrás de este pacto entre Dios y el hombre. Un día, leí dos párrafos de un libro que me llegó al corazón, los cuales me revelaron por qué Dios usó un arcoiris para establecer Su pacto con el hombre.

   Dice: “Originalmente, Dios creó una humanidad que a Sus ojos era muy buena y cercana a Él, pero fue destruida por el diluvio tras rebelarse contra Él. ¿Le dolió a Dios que esa humanidad desapareciese así al instante? ¡Por supuesto que sí! ¿Cuál fue la expresión de este dolor? ¿Cómo se registró en la Biblia? Se registra así: ‘Yo haré Mi pacto con vosotros, ninguna carne será cortada nunca más por las aguas de una inundación; ni habrá una inundación nunca más que destruya la tierra’. Esta simple frase revela los pensamientos de Dios. Esta destrucción del mundo le dolió mucho”.

“¿Fue la destrucción del mundo esta vez algo que Dios quiso? Definitivamente no fue algo que Él quisiese. Podríamos ser capaces de imaginar una pequeña parte de la visión deplorable de la tierra tras la destrucción del mundo, pero no podemos acercarnos a imaginar cómo fue la escena a ojos de Dios. Podemos decir que, tanto en el caso de las personas de ahora como en el de las de entonces, nadie puede imaginar o apreciar lo que Dios estaba sintiendo cuando vio esa escena, esa imagen del mundo tras su destrucción por el diluvio. Dios se vio obligado a hacer esto debido a la desobediencia del hombre, pero el dolor que sufrió Su corazón por esta destrucción del mundo a través del diluvio es una realidad que nadie puede comprender ni apreciar. Por ello Dios hizo un pacto con la humanidad, que debía decirles a las personas que recordaran que Dios hizo una vez algo así, y jurarles que Dios no destruiría nunca más al mundo de ese modo. En este pacto vemos el corazón de Dios, vemos que sufría cuando destruyó a la humanidad. En el lenguaje del hombre, cuando Él la destruyó y la vio desaparecer, Su corazón lloraba y sangraba” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I”).

Antes de leer estas palabras, siempre pensé que las personas durante la época de Noé eran malvadas y corruptas, así que debido a la ira y el odio de Dios hacia el hombre, pensé que Él sería feliz cuando Él destruyera a la humanidad. Pero me di cuenta que estaba totalmente equivocada después de leer esto. La esencia de Dios es el amor. Él estaba completamente doloroso cuando vio que la humanidad había sido destruida por el diluvio. Él no estaba dispuesto a destruir Su creación, que Él creó con Sus propias manos. Por lo tanto, Dios le ordenó a Noé que construyera un arca y predicara acerca de la llegada del gran diluvio. Dios permitió a los seres humanos arrepentirse por más de 100 años, durante los cuales Noé tomó para construir el arca. Mientras los hombres se arrepintieran, Él los dejaría continuar viviendo. Sin embargo, independientemente de cómo Dios los recordó y exhortó, nadie estaba dispuesto a aceptar la buena intención de Dios y arrepentirse. No creían que el gran diluvio iba a suceder e incluso se burlaron de Noé y su familia por seguir el mandato de Dios de construir el arca. El carácter de Dios es justo y santo, y Él no permitió que quedara cualquier suciedad o corrupción. Finalmente, Él tuvo que destruir aquellos que eran corruptos y malvados y no se arrepintieron.

Cuando Dios vio que el mundo entero estaba cubierto de agua, sin más boques y sin aliento humano, Él estaba triste. Incluso con este corazón afligido, Dios todavía se preocupaba por la humanidad. Como un signo para advertir a los seres humanos que no hicieran maldad, Dios estableció Su pacto con el hombre usando el arcoiris y juró que Él nunca más destruiría la humanidad con un diluvio. Como está escrito en un libro: “En apariencia Dios hizo algo fácil para despedirse de la humanidad anterior, resolviendo el pasado y trazando una conclusión perfecta a Su destrucción del mundo con el diluvio. Sin embargo, Él había enterrado el dolor de aquel momento en lo profundo de Su corazón. En un momento en el que no tenía a nadie en quien confiar, hizo un pacto con la humanidad, prometiéndole que no volvería a destruir el mundo con un diluvio. Cuando el arco iris aparece es para recordar a las personas que eso ya ocurrió una vez, para advertirles que no hagan cosas malas. Incluso en un estado tan doloroso, Dios no se olvidó de la humanidad y siguió mostrando mucha preocupación por ella. ¿No es esto el amor y la generosidad de Dios?” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I”).

Sí, esto es el amor y la generosidad de Dios. Mantuvo todo el dolor en lo más profundo de su corazón que fue traído por la destrucción de los seres humanos, se ocupó de esta humanidad y guió las vidas de Noé y su familia en la tierra. Dios le da Su máximo cuidado a los seres humanos y Su amor por los seres humanos es real y genuino. Por lo tanto, desde que se estableció el pacto, desde la época de Noé hasta ahora, nunca más volvió a ocurrir el mismo diluvio. Dios es digno de confianza y nunca romperá sus promesas. Esta es la prueba de Su autoridad. Como dice la palabra de Dios, “Él es tan bueno como Su palabra, y esta se cumplirá; y lo que se consuma dura para siempre” (“Dios mismo, el único I”). Desde entonces, el arcoiris ha aparecido después de la lluvia y nos recuerda que Dios nunca más destruirá la humanidad con un diluvio, de la que siento el amor de Dios y cómo Él cuida y aprecia a los seres humanos.

Me despertó el sonido de una bocina. Había más y más automóviles y gente en la calle. Una vez más, me perdí en el pensamiento: Las personas en estos días son más corruptas que aquellos durante la época de Noé. Jesucristo dijo: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39). Esto es una profecía de la segunda venida de Cristo en los últimos días. Al mirar a los que disfrutan de una vida mundana, son sexualmente inmorales, y adoran el mal, cada una de sus palabras y hechos están en contra de lo que es correcto, y no están interesados en cosas positivas. Todos son avaros y egoístas y compiten entre sí con malicia, traición. Incluso los padres y los hermanos están en contra entre sí por su propio beneficio. Además los corazones de las personas están llenos de herejías que niegan a Dios y resisten a Dios y no creen que Él haya regresado. ¿Cómo tratará Dios a este tipo de personas?

Cuando primero Noé predicó que Dios destruiría el mundo con un diluvio, Dios le dio a la humanidad una oportunidad para arrepentirse, sin embargo nadie le creyó. Debido a su corrupción y naturaleza rebelde, Dios finalmente los destruyó con la gran diluvio. Del mismo modo, Dios odia el comportamiento malvado de los seres humanos hoy en día, pero Él es misericordioso con el hombre. Por lo tanto, Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos trayéndonos el evangelio eterno en los últimos días. Él nos habla y rescata de la corrupción. Como se menciona en Apocalipsis 14:6, “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo,” y en Juan 16:12-13 se dice: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir”.

A pesar de que somos malos y corruptos, Dios sigue para llevar a cabo Su obra de salvar a la humanidad con todas las verdades que necesitamos para ser salvos en los últimos días. Entonces, ¿cómo respondemos a aquellos que comparten el evangelio del Reino de Dios con nosotros? ¿Seremos los mismos que durante la época de Noé, tercos e impenitentes? Nuestro Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27). Cuando escuchemos que se predica el evangelio del Reino, debemos buscar humildemente, escuchar la voz de Dios atentamente y hacer que la palabra de Dios nos guíe, dejando que Su palabra sea el fundamento de nuestra existencia, sin seguir las tendencias perversas. De este mundo. Debemos apartarnos de todas las cosas negativas y vivir a la luz de Dios para siempre. Esta es la opción correcta para nosotros.

Cuando dejé de pensar y volví a mirar al cielo, el arcoíris seguía allí, y mi corazón estaba lleno de gratitud hacia Dios. Oré silenciosamente en mi corazón: “Dios, estoy dispuesta a arrepentirme, cuando alguien me predica el evangelio de Su segunda venida, escucharé Su voz y seguiré Sus pasos”.

(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


Significado del arcoiris según la biblia

2020-01-16 04:15:02 | Palabra de Dios

Mientras miraba por la ventana del auto, vi un arcoiris aparecer en el cielo. Acababa de llover. Esto me recordó la historia del gran diluvio durante la época de Noé que destruyó la tierra, y que Dios usó un arcoiris para establecer Su pacto con el hombre.

En Génesis 6:13, se dice: “Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra”.

Cuando leí este versículo por primera vez, todo lo que sabía era que durante la época de Noé, las personas eran pecaminosas, sexualmente inmorales, y corruptas, por lo que Dios tuvo que destruir la tierra a través de un gran diluvio. Sin embargo, sólo Noé adoraba a Dios, su familia de ocho construyó el arca según las instrucciones de Dios y eventualmente sobrevivió al gran diluvio. Luego, leí las palabras de Dios en Génesis 9:11-13, “Yo establezco mi pacto con vosotros, y nunca más volverá a ser exterminada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre yo y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones: pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra”. Me quedé perpleja y me pregunté por qué se usaba el arcoiris como el signo del pacto y cuál era la voluntad detrás de este pacto entre Dios y el hombre. Un día, leí dos párrafos de un libro que me llegó al corazón, los cuales me revelaron por qué Dios usó un arcoiris para establecer Su pacto con el hombre.

   Dice: “Originalmente, Dios creó una humanidad que a Sus ojos era muy buena y cercana a Él, pero fue destruida por el diluvio tras rebelarse contra Él. ¿Le dolió a Dios que esa humanidad desapareciese así al instante? ¡Por supuesto que sí! ¿Cuál fue la expresión de este dolor? ¿Cómo se registró en la Biblia? Se registra así: ‘Yo haré Mi pacto con vosotros, ninguna carne será cortada nunca más por las aguas de una inundación; ni habrá una inundación nunca más que destruya la tierra’. Esta simple frase revela los pensamientos de Dios. Esta destrucción del mundo le dolió mucho”.

“¿Fue la destrucción del mundo esta vez algo que Dios quiso? Definitivamente no fue algo que Él quisiese. Podríamos ser capaces de imaginar una pequeña parte de la visión deplorable de la tierra tras la destrucción del mundo, pero no podemos acercarnos a imaginar cómo fue la escena a ojos de Dios. Podemos decir que, tanto en el caso de las personas de ahora como en el de las de entonces, nadie puede imaginar o apreciar lo que Dios estaba sintiendo cuando vio esa escena, esa imagen del mundo tras su destrucción por el diluvio. Dios se vio obligado a hacer esto debido a la desobediencia del hombre, pero el dolor que sufrió Su corazón por esta destrucción del mundo a través del diluvio es una realidad que nadie puede comprender ni apreciar. Por ello Dios hizo un pacto con la humanidad, que debía decirles a las personas que recordaran que Dios hizo una vez algo así, y jurarles que Dios no destruiría nunca más al mundo de ese modo. En este pacto vemos el corazón de Dios, vemos que sufría cuando destruyó a la humanidad. En el lenguaje del hombre, cuando Él la destruyó y la vio desaparecer, Su corazón lloraba y sangraba” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I”).

Antes de leer estas palabras, siempre pensé que las personas durante la época de Noé eran malvadas y corruptas, así que debido a la ira y el odio de Dios hacia el hombre, pensé que Él sería feliz cuando Él destruyera a la humanidad. Pero me di cuenta que estaba totalmente equivocada después de leer esto. La esencia de Dios es el amor. Él estaba completamente doloroso cuando vio que la humanidad había sido destruida por el diluvio. Él no estaba dispuesto a destruir Su creación, que Él creó con Sus propias manos. Por lo tanto, Dios le ordenó a Noé que construyera un arca y predicara acerca de la llegada del gran diluvio. Dios permitió a los seres humanos arrepentirse por más de 100 años, durante los cuales Noé tomó para construir el arca. Mientras los hombres se arrepintieran, Él los dejaría continuar viviendo. Sin embargo, independientemente de cómo Dios los recordó y exhortó, nadie estaba dispuesto a aceptar la buena intención de Dios y arrepentirse. No creían que el gran diluvio iba a suceder e incluso se burlaron de Noé y su familia por seguir el mandato de Dios de construir el arca. El carácter de Dios es justo y santo, y Él no permitió que quedara cualquier suciedad o corrupción. Finalmente, Él tuvo que destruir aquellos que eran corruptos y malvados y no se arrepintieron.

Cuando Dios vio que el mundo entero estaba cubierto de agua, sin más boques y sin aliento humano, Él estaba triste. Incluso con este corazón afligido, Dios todavía se preocupaba por la humanidad. Como un signo para advertir a los seres humanos que no hicieran maldad, Dios estableció Su pacto con el hombre usando el arcoiris y juró que Él nunca más destruiría la humanidad con un diluvio. Como está escrito en un libro: “En apariencia Dios hizo algo fácil para despedirse de la humanidad anterior, resolviendo el pasado y trazando una conclusión perfecta a Su destrucción del mundo con el diluvio. Sin embargo, Él había enterrado el dolor de aquel momento en lo profundo de Su corazón. En un momento en el que no tenía a nadie en quien confiar, hizo un pacto con la humanidad, prometiéndole que no volvería a destruir el mundo con un diluvio. Cuando el arco iris aparece es para recordar a las personas que eso ya ocurrió una vez, para advertirles que no hagan cosas malas. Incluso en un estado tan doloroso, Dios no se olvidó de la humanidad y siguió mostrando mucha preocupación por ella. ¿No es esto el amor y la generosidad de Dios?” (“La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I”).

Sí, esto es el amor y la generosidad de Dios. Mantuvo todo el dolor en lo más profundo de su corazón que fue traído por la destrucción de los seres humanos, se ocupó de esta humanidad y guió las vidas de Noé y su familia en la tierra. Dios le da Su máximo cuidado a los seres humanos y Su amor por los seres humanos es real y genuino. Por lo tanto, desde que se estableció el pacto, desde la época de Noé hasta ahora, nunca más volvió a ocurrir el mismo diluvio. Dios es digno de confianza y nunca romperá sus promesas. Esta es la prueba de Su autoridad. Como dice la palabra de Dios, “Él es tan bueno como Su palabra, y esta se cumplirá; y lo que se consuma dura para siempre” (“Dios mismo, el único I”). Desde entonces, el arcoiris ha aparecido después de la lluvia y nos recuerda que Dios nunca más destruirá la humanidad con un diluvio, de la que siento el amor de Dios y cómo Él cuida y aprecia a los seres humanos.

Me despertó el sonido de una bocina. Había más y más automóviles y gente en la calle. Una vez más, me perdí en el pensamiento: Las personas en estos días son más corruptas que aquellos durante la época de Noé. Jesucristo dijo: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39). Esto es una profecía de la segunda venida de Cristo en los últimos días. Al mirar a los que disfrutan de una vida mundana, son sexualmente inmorales, y adoran el mal, cada una de sus palabras y hechos están en contra de lo que es correcto, y no están interesados en cosas positivas. Todos son avaros y egoístas y compiten entre sí con malicia, traición. Incluso los padres y los hermanos están en contra entre sí por su propio beneficio. Además los corazones de las personas están llenos de herejías que niegan a Dios y resisten a Dios y no creen que Él haya regresado. ¿Cómo tratará Dios a este tipo de personas?

Cuando primero Noé predicó que Dios destruiría el mundo con un diluvio, Dios le dio a la humanidad una oportunidad para arrepentirse, sin embargo nadie le creyó. Debido a su corrupción y naturaleza rebelde, Dios finalmente los destruyó con la gran diluvio. Del mismo modo, Dios odia el comportamiento malvado de los seres humanos hoy en día, pero Él es misericordioso con el hombre. Por lo tanto, Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos trayéndonos el evangelio eterno en los últimos días. Él nos habla y rescata de la corrupción. Como se menciona en Apocalipsis 14:6, “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo,” y en Juan 16:12-13 se dice: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir”.

A pesar de que somos malos y corruptos, Dios sigue para llevar a cabo Su obra de salvar a la humanidad con todas las verdades que necesitamos para ser salvos en los últimos días. Entonces, ¿cómo respondemos a aquellos que comparten el evangelio del Reino de Dios con nosotros? ¿Seremos los mismos que durante la época de Noé, tercos e impenitentes? Nuestro Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27). Cuando escuchemos que se predica el evangelio del Reino, debemos buscar humildemente, escuchar la voz de Dios atentamente y hacer que la palabra de Dios nos guíe, dejando que Su palabra sea el fundamento de nuestra existencia, sin seguir las tendencias perversas. De este mundo. Debemos apartarnos de todas las cosas negativas y vivir a la luz de Dios para siempre. Esta es la opción correcta para nosotros.

Cuando dejé de pensar y volví a mirar al cielo, el arcoíris seguía allí, y mi corazón estaba lleno de gratitud hacia Dios. Oré silenciosamente en mi corazón: “Dios, estoy dispuesta a arrepentirme, cuando alguien me predica el evangelio de Su segunda venida, escucharé Su voz y seguiré Sus pasos”.

(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.


¿Contiene la Biblia el camino de la vida eterna?

2020-01-16 00:18:47 | Palabra de Dios

Una tarde, el Hermano Gao se apresuró, agarró la Biblia y corrió a la casa del Hermano Gui...

Cuando llegó, los dos se sentaron en el sofá.

El Hermano Gao abrió la Biblia y dijo: “Hermano Gui, he encontrado un problema en mi lectura de la Biblia y no sé cómo resolverlo. Siento que este problema es la clave para que alcancemos la vida eterna a través de nuestra fe en el Señor, así que me apresuré a buscar la respuesta contigo”.

El Hermano Gui sonrió y dijo: “Está bien. Cuéntamelo todo”.

El Hermano Gao dijo entonces: “Todos sabemos que la Biblia es el canon del cristianismo y que todos los cristianos deben leerla. Ya sea que estemos asistiendo a reuniones, realizando nuestras devociones espirituales, predicando el evangelio o dando sermones, siempre tenemos que adherirnos a la Biblia. Por lo tanto, podríamos decir que la Biblia es una parte de nuestra vida de la que no podríamos prescindir. Las obras anteriores de Dios están registradas en la Biblia, así como los testimonios de muchas personas. Creemos firmemente que la Biblia contiene vida dentro de ella, y mientras perseveremos en la lectura de la Biblia podemos obtener la vida eterna. Pero cuando estaba estudiando la Biblia esta noche, vi que el Señor Jesús dijo: ‘Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida’ (Juan 5: 39-40). Esto realmente me confundió, porque al ver que la Biblia contiene las palabras de Dios y los testimonios del hombre, entonces al leer la Biblia deberíamos poder alcanzar la vida eterna. ¿Por qué pues el Señor Jesús dijo que la vida eterna no está en la Biblia? ¿Cómo debemos entender estas palabras? No lo entiendo muy bien, así que me preguntaba qué entiendes de esto”.

 El Hermano Gui dijo: “¡Hermano Gao, esta cuestión que planteas es realmente clave! Algunos compañeros de obra y yo también nos sentimos confundidos por este asunto recientemente. Después, cuando fuimos a una reunión fuera de la ciudad, buscamos la respuesta junto con varios hermanos y hermanas hasta que finalmente entendimos este asunto”.

El Hermano Gao dijo felizmente: “¿En serio? ¡Gracias al Señor! ¡Date prisa y habla conmigo al respecto!”

El Hermano Gui dijo: “Bien, de hecho, si queremos entender este asunto, primero tenemos que entender la historia interna de las obras que Dios realizó en la Era de la Ley y en la Era de la Gracia que están registradas en la Biblia, así como los resultados logrados por estas obras, y luego entenderemos por qué el Señor Jesús dijo tal cosa. En primer lugar, en la Era de la Ley registrada en el Antiguo Testamento, las palabras que Jehová Dios pronunció fueron principalmente para proclamar la ley y Sus mandamientos, así como para guiar a los israelitas en sus vidas en la tierra. Los resultados que Él logró fueron que enseñó al hombre a vivir normalmente, a saber cómo hacer ofrendas, alabar a Dios y a saber lo que era el pecado, y así sucesivamente. Pero estas eran solo verdades simples, y no permitían ni muchos menos que la gente ganara vida, y mucho menos que obtuviera la vida eterna. El Nuevo Testamento registra las palabras y la obra del Señor Jesús, principalmente Su obra para redimir a la humanidad, dando al hombre el camino del arrepentimiento, diciéndole al hombre que el reino celestial estaba cerca y que todos tenían que arrepentirse. Los resultados que Él logró fueron que Él permitió a la gente confesarse y arrepentirse, de tal manera que sus pecados fueran perdonados, y la gente pudo realizar algunas buenas obras externas, tales como no hurtar o robar, no pelear ni abusar verbalmente de otros, y no beber alcohol. Algunas personas incluso lograron trabajar con gran celo, gastarse para el Señor y renunciar a todo para seguir al Señor y predicar Su evangelio, y así sucesivamente.

“Por lo tanto, al leer la Biblia, llegamos a saber que todas las cosas en el cielo y en la tierra fueron creadas por Dios, que Dios proclamó Su ley y Sus mandamientos en la Era de la Ley, que la humanidad supo cómo vivir en la tierra de acuerdo con los requerimientos de Dios, y vimos que el carácter de Dios era vívido y real, y que Dios podía maldecir y castigar a la gente, así como mostrarnos misericordia. También supimos que debemos confesar nuestros pecados a Dios y arrepentirnos de ellos, que debemos perdonar a otros, amar a nuestros enemigos y ser la sal y la luz. Debemos llevar nuestra cruz y difundir el evangelio y ver que el Señor Jesús amó a su prójimo como a Él mismo y que Él otorgó misericordia y bondad sin fin al hombre, y ver que solo aceptando la salvación del Señor podemos disfrutar de la abundante gracia y bendición de Dios. Por lo tanto, todas las palabras y obras de Dios provenientes de la Era de la Ley y la Era de la Gracia que están registradas en la Biblia se basaron en el nivel de corrupción de la humanidad y en nuestras necesidades en ese tiempo. Las palabras de Jehová Dios en la Era de la Ley fueron pronunciadas para permitirnos vivir vidas normales en la tierra, y las palabras pronunciadas por el Señor Jesús en la Era de la Gracia solo pueden ser llamadas el camino que permitió al hombre arrepentirse, y no el camino de la vida eterna.

“Entonces, ¿cuál es exactamente el camino de la vida eterna? El camino de la vida eterna es el camino que nos permite dejar de estar sujetos a las ataduras y limitaciones del pecado, que nos permite cambiar nuestros caracteres de vida, y es el camino de la verdad el que nos permite vivir para siempre. Más específicamente, puede salvarnos del pecado, capacitarnos para alcanzar la verdad de nuestras vidas y liberarnos completamente de la influencia de Satanás, capacitarnos para conocer verdaderamente a Dios, obedecer a Dios y adorar a Dios, y no cometer más pecados ni resistirnos o traicionar a Dios; solo logrando estos resultados podremos encontrar el camino de la vida eterna. Pero cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, vemos que, aunque estemos bien versados en la Biblia y podamos realizar algunas buenas obras externas, nuestra naturaleza pecaminosa permanece profundamente arraigada dentro de nosotros y todavía podemos cometer pecados involuntariamente. Por ejemplo, todavía podemos ser arrogantes y engreídos y ser incapaces de llevarnos bien con nuestros parientes, amigos, hermanos y hermanas en la iglesia, tanto así que podemos despreciar, menospreciar y excluir a otros y juzgarlos. Cuando nos encontramos con problemas relacionados con el dinero o que afectan a nuestros propios intereses personales, somos capaces de conspirar y de engañarnos unos a otros. Al servir a Dios, somos capaces de dar testimonio de nosotros mismos y exaltarnos para hacer que otros nos admiren e idolatren. Cuando alcanzamos una posición en la iglesia, somos capaces de engañar y controlar a otros, de dividirnos en camarillas en la iglesia y establecer nuestros propios feudos independientes. Cuando ocurren desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, a menudo podemos culpar a Dios y malinterpretarlo, tanto así que incluso lo traicionamos. Estos son solo algunos ejemplos. Por lo tanto, es evidente que las obras que Dios realizó en la Era de la Ley y en la Era de la Gracia lograron el resultado de permitir a la gente ser consciente de sus pecados y que podían arrepentirse y confesar sus pecados, pero la obra de purificar y cambiar nuestros caracteres de vida aún no se había hecho. El Señor Jesús dijo: ‘En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre’ (Juan 8:34-35). ‘[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo’ (Levítico 11:45). Que ahora seamos capaces de cometer pecados con frecuencia y que nuestros caracteres corruptos no hayan sido purificados nos hace equivalentes a los esclavos del pecado; aún no hemos encontrado el camino de la vida eterna y no somos dignos de encontrarnos con Dios”.

Después de escuchar la enseñanza del Hermano Gui, el Hermano Gao dijo pensativo: “Hermano Gui, realmente impartes enseñanzas de verdad. La obra que Jehová Dios realizó en la Era de la Ley fue la de proclamar la ley y los mandamientos, guiar la vida del hombre y enseñarle cómo adorar a Dios. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús nos redimió y nos dio el camino del arrepentimiento. Después de que tenemos fe en el Señor, aunque nuestros pecados sean perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa permanece profundamente arraigada y aún somos capaces de cometer pecados involuntariamente, perder el control, decir mentiras de vez en cuando, y rebelarnos contra Dios; aún no hemos sido purificados. Hermano Gui, si aceptamos las obras de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia, ¿significaría eso que no podemos liberarnos del pecado ni alcanzar la vida eterna? ¿Lo he entendido bien?”

El Hermano Gui dijo: “Tienes toda la razón”.

El Hermano Gao continuó. “Entonces, ya que no podemos alcanzar la vida eterna luego de leer la Biblia, ¿cómo podemos alcanzar la vida eterna?”

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¿Contiene la Biblia el camino de la vida eterna?

2020-01-16 00:18:47 | Palabra de Dios

Una tarde, el Hermano Gao se apresuró, agarró la Biblia y corrió a la casa del Hermano Gui...

Cuando llegó, los dos se sentaron en el sofá.

El Hermano Gao abrió la Biblia y dijo: “Hermano Gui, he encontrado un problema en mi lectura de la Biblia y no sé cómo resolverlo. Siento que este problema es la clave para que alcancemos la vida eterna a través de nuestra fe en el Señor, así que me apresuré a buscar la respuesta contigo”.

El Hermano Gui sonrió y dijo: “Está bien. Cuéntamelo todo”.

El Hermano Gao dijo entonces: “Todos sabemos que la Biblia es el canon del cristianismo y que todos los cristianos deben leerla. Ya sea que estemos asistiendo a reuniones, realizando nuestras devociones espirituales, predicando el evangelio o dando sermones, siempre tenemos que adherirnos a la Biblia. Por lo tanto, podríamos decir que la Biblia es una parte de nuestra vida de la que no podríamos prescindir. Las obras anteriores de Dios están registradas en la Biblia, así como los testimonios de muchas personas. Creemos firmemente que la Biblia contiene vida dentro de ella, y mientras perseveremos en la lectura de la Biblia podemos obtener la vida eterna. Pero cuando estaba estudiando la Biblia esta noche, vi que el Señor Jesús dijo: ‘Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida’ (Juan 5: 39-40). Esto realmente me confundió, porque al ver que la Biblia contiene las palabras de Dios y los testimonios del hombre, entonces al leer la Biblia deberíamos poder alcanzar la vida eterna. ¿Por qué pues el Señor Jesús dijo que la vida eterna no está en la Biblia? ¿Cómo debemos entender estas palabras? No lo entiendo muy bien, así que me preguntaba qué entiendes de esto”.

 El Hermano Gui dijo: “¡Hermano Gao, esta cuestión que planteas es realmente clave! Algunos compañeros de obra y yo también nos sentimos confundidos por este asunto recientemente. Después, cuando fuimos a una reunión fuera de la ciudad, buscamos la respuesta junto con varios hermanos y hermanas hasta que finalmente entendimos este asunto”.

El Hermano Gao dijo felizmente: “¿En serio? ¡Gracias al Señor! ¡Date prisa y habla conmigo al respecto!”

El Hermano Gui dijo: “Bien, de hecho, si queremos entender este asunto, primero tenemos que entender la historia interna de las obras que Dios realizó en la Era de la Ley y en la Era de la Gracia que están registradas en la Biblia, así como los resultados logrados por estas obras, y luego entenderemos por qué el Señor Jesús dijo tal cosa. En primer lugar, en la Era de la Ley registrada en el Antiguo Testamento, las palabras que Jehová Dios pronunció fueron principalmente para proclamar la ley y Sus mandamientos, así como para guiar a los israelitas en sus vidas en la tierra. Los resultados que Él logró fueron que enseñó al hombre a vivir normalmente, a saber cómo hacer ofrendas, alabar a Dios y a saber lo que era el pecado, y así sucesivamente. Pero estas eran solo verdades simples, y no permitían ni muchos menos que la gente ganara vida, y mucho menos que obtuviera la vida eterna. El Nuevo Testamento registra las palabras y la obra del Señor Jesús, principalmente Su obra para redimir a la humanidad, dando al hombre el camino del arrepentimiento, diciéndole al hombre que el reino celestial estaba cerca y que todos tenían que arrepentirse. Los resultados que Él logró fueron que Él permitió a la gente confesarse y arrepentirse, de tal manera que sus pecados fueran perdonados, y la gente pudo realizar algunas buenas obras externas, tales como no hurtar o robar, no pelear ni abusar verbalmente de otros, y no beber alcohol. Algunas personas incluso lograron trabajar con gran celo, gastarse para el Señor y renunciar a todo para seguir al Señor y predicar Su evangelio, y así sucesivamente.

“Por lo tanto, al leer la Biblia, llegamos a saber que todas las cosas en el cielo y en la tierra fueron creadas por Dios, que Dios proclamó Su ley y Sus mandamientos en la Era de la Ley, que la humanidad supo cómo vivir en la tierra de acuerdo con los requerimientos de Dios, y vimos que el carácter de Dios era vívido y real, y que Dios podía maldecir y castigar a la gente, así como mostrarnos misericordia. También supimos que debemos confesar nuestros pecados a Dios y arrepentirnos de ellos, que debemos perdonar a otros, amar a nuestros enemigos y ser la sal y la luz. Debemos llevar nuestra cruz y difundir el evangelio y ver que el Señor Jesús amó a su prójimo como a Él mismo y que Él otorgó misericordia y bondad sin fin al hombre, y ver que solo aceptando la salvación del Señor podemos disfrutar de la abundante gracia y bendición de Dios. Por lo tanto, todas las palabras y obras de Dios provenientes de la Era de la Ley y la Era de la Gracia que están registradas en la Biblia se basaron en el nivel de corrupción de la humanidad y en nuestras necesidades en ese tiempo. Las palabras de Jehová Dios en la Era de la Ley fueron pronunciadas para permitirnos vivir vidas normales en la tierra, y las palabras pronunciadas por el Señor Jesús en la Era de la Gracia solo pueden ser llamadas el camino que permitió al hombre arrepentirse, y no el camino de la vida eterna.

“Entonces, ¿cuál es exactamente el camino de la vida eterna? El camino de la vida eterna es el camino que nos permite dejar de estar sujetos a las ataduras y limitaciones del pecado, que nos permite cambiar nuestros caracteres de vida, y es el camino de la verdad el que nos permite vivir para siempre. Más específicamente, puede salvarnos del pecado, capacitarnos para alcanzar la verdad de nuestras vidas y liberarnos completamente de la influencia de Satanás, capacitarnos para conocer verdaderamente a Dios, obedecer a Dios y adorar a Dios, y no cometer más pecados ni resistirnos o traicionar a Dios; solo logrando estos resultados podremos encontrar el camino de la vida eterna. Pero cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, vemos que, aunque estemos bien versados en la Biblia y podamos realizar algunas buenas obras externas, nuestra naturaleza pecaminosa permanece profundamente arraigada dentro de nosotros y todavía podemos cometer pecados involuntariamente. Por ejemplo, todavía podemos ser arrogantes y engreídos y ser incapaces de llevarnos bien con nuestros parientes, amigos, hermanos y hermanas en la iglesia, tanto así que podemos despreciar, menospreciar y excluir a otros y juzgarlos. Cuando nos encontramos con problemas relacionados con el dinero o que afectan a nuestros propios intereses personales, somos capaces de conspirar y de engañarnos unos a otros. Al servir a Dios, somos capaces de dar testimonio de nosotros mismos y exaltarnos para hacer que otros nos admiren e idolatren. Cuando alcanzamos una posición en la iglesia, somos capaces de engañar y controlar a otros, de dividirnos en camarillas en la iglesia y establecer nuestros propios feudos independientes. Cuando ocurren desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, a menudo podemos culpar a Dios y malinterpretarlo, tanto así que incluso lo traicionamos. Estos son solo algunos ejemplos. Por lo tanto, es evidente que las obras que Dios realizó en la Era de la Ley y en la Era de la Gracia lograron el resultado de permitir a la gente ser consciente de sus pecados y que podían arrepentirse y confesar sus pecados, pero la obra de purificar y cambiar nuestros caracteres de vida aún no se había hecho. El Señor Jesús dijo: ‘En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre’ (Juan 8:34-35). ‘[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo’ (Levítico 11:45). Que ahora seamos capaces de cometer pecados con frecuencia y que nuestros caracteres corruptos no hayan sido purificados nos hace equivalentes a los esclavos del pecado; aún no hemos encontrado el camino de la vida eterna y no somos dignos de encontrarnos con Dios”.

Después de escuchar la enseñanza del Hermano Gui, el Hermano Gao dijo pensativo: “Hermano Gui, realmente impartes enseñanzas de verdad. La obra que Jehová Dios realizó en la Era de la Ley fue la de proclamar la ley y los mandamientos, guiar la vida del hombre y enseñarle cómo adorar a Dios. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús nos redimió y nos dio el camino del arrepentimiento. Después de que tenemos fe en el Señor, aunque nuestros pecados sean perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa permanece profundamente arraigada y aún somos capaces de cometer pecados involuntariamente, perder el control, decir mentiras de vez en cuando, y rebelarnos contra Dios; aún no hemos sido purificados. Hermano Gui, si aceptamos las obras de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia, ¿significaría eso que no podemos liberarnos del pecado ni alcanzar la vida eterna? ¿Lo he entendido bien?”

El Hermano Gui dijo: “Tienes toda la razón”.

El Hermano Gao continuó. “Entonces, ya que no podemos alcanzar la vida eterna luego de leer la Biblia, ¿cómo podemos alcanzar la vida eterna?”

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¿A que se refiere "á otro evangelio"?

2020-01-13 21:43:37 | Palabra de Dios

 la Biblia dice: “Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:6-8).

Para aquellos de nosotros que creemos en el Señor, estos versículos de las Escrituras deberían resultarnos muy familiares. Especialmente en los últimos años, los pastores y los ancianos a menudo han hablado largo y tendido sobre estos versículos, advirtiéndonos que guardemos el nombre del señor Jesñus y mantengamos Su camino, y que no debemos ir a escuchar ningún otro sermón, y mucho menos aceptar ningún evangelio predicado por nadie más, para que no cometamos apostasía y seamos maldecidos por Dios. Como había creído en el Señor durante años, siempre me adhería a estos versículos y escuchaba lo que los pastores y los ancianos decían. Incluso cuando escuché que muchos estaban testificando que el Señor ya había regresado, yo no me atrevía sin embargo a ir a escuchar sus sermones, o a buscar e investigar de este camino, temiendo que al escuchar “otro evangelio” estaría traicionando al Señor. Pero mi iglesia se estaba volviendo más y más desolada, mi vida no estaba siendo provista por ninguna reunión o sermón dado por los pastores y ancianos, y cada vez más hermanos y hermanas estaban siguiendo las tendencias mundanas y saliendo en busca de riquezas y fama, e incluso convirtiendo nuestra iglesia en lugares de comercio, donde se podían hacer conexiones. Mi espíritu se había marchitado, no sentía ninguna inspiración cuando leía la Biblia y no me gustaba asistir a las reuniones de mi iglesia. ¿Acaso mi aferramiento obstinado a mi iglesia realmente estaba de acuerdo con la voluntad de Dios? Le pedí al Señor muchas veces que me esclareciera y guiara, y que me mostrara el camino de la práctica.

Un día, Mu Dao, un viejo amigo a quien no había visto en años, regresó de otro lugar donde había estado trabajando y predicando, y hablamos sobre nuestra comprensión de los versículos 6-8 del capítulo uno de Gálatas. Yo dije: “Los pastores y los ancianos nos explican a menudo estos versículos, y dicen que ya estamos en los últimos días, y que el Señor Jesús volverá pronto por nosotros. Dicen que, en este momento crucial, hay muchos a nuestro alrededor que están predicando la herejía y los falsos caminos, y que debemos apegarnos a nuestra iglesia y no ir buscando e investigando otros caminos, porque si lo hiciéramos, terminaríamos siguiendo otro evangelio y traicionaríamos al Señor. Yo también me he aferrado a esta idea durante años, y aunque he escuchado a gente testificar que el Señor ha regresado, no me he atrevido a buscarlo porque he sido influenciado por este punto de vista. Sigo aferrándome a lo que dicen los pastores y los ancianos, así que, ¿cómo es que siento que mi espíritu se está volviendo más y más oscuro? Me siento muy confundido y no sé si hacer esto concuerda con la voluntad de Dios o no. Sin embargo, los pastores y los ancianos también toman sus citas de la Biblia, así que realmente no puedo entender este asunto. ¿Qué piensas de ello?”

Después de escucharme hablar, Mu Dao compartió una enseñanza, y dijo: “Las citas usadas por pastores y ancianos son las que Pablo dice en la Biblia. Las cosas que Pablo dijo no estaban equivocadas en la Era de la Gracia, pero si las citas son tomadas fuera de contexto de la Biblia y usadas indiscriminadamente, entonces son propensas a confundirnos. En realidad, había un trasfondo para lo que dijo Pablo. En ese momento, el evangelio del Señor Jesús se estaba extendiendo como un reguero de pólvora, y muchos en Galacia aceptaron la nueva obra del Señor y establecieron iglesias. Fue entonces un período de transición entre la Era de la Ley y la Era de la Gracia, y entre los judíos de la época, hubo dos grupos que difundieron el evangelio: Un grupo predicó la antigua obra de la Era de la Ley, ordenando a la gente que observara la ley de Jehová y que se circuncidara, que guardara el Sábado y que fuera al templo, y así sucesivamente; el otro grupo (que consistía principalmente en los 12 discípulos de Jesús) predicó la nueva obra de la Era de la Gracia, y exhortó a la gente a aceptar al Señor Jesús como su Salvador, a actuar de acuerdo con los requerimientos del Señor, a confesarse y arrepentirse, a ser bautizados, a amarse los unos a los otros y a mostrar tolerancia y paciencia los unos a los otros, y así sucesivamente. Los fariseos que se aferraron a la ley del Antiguo Testamento declararon que el evangelio predicado por los discípulos del Señor Jesús era completamente diferente de lo que ellos mismos predicaban, y dijeron que el camino del Señor Jesús iba más allá del Antiguo Testamento. Por lo tanto, se negaron a aceptar la nueva obra del Señor Jesús, y además trataron de interrumpir a aquellos que aceptaron la salvación del Señor en la cruz. En ese momento, debido a que se había vuelto tan ocupado con su trabajo, Pablo dejó las iglesias gálatas, y aquellos que predicaban la ley del Antiguo Testamento aprovecharon esta oportunidad y se mudaron a las iglesias Gálatas para interrumpir a los creyentes allí. Al final, debido a que los gálatas en ese tiempo no tenían discernimiento, se apartaron del evangelio del Señor Jesús y comenzaron a seguir el evangelio que predicaba la ley. Después de enterarse de esto, Pablo escribió a las iglesias gálatas, diciendo: ‘Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema’ (Gálatas 1:6-8). Al escribir a las iglesias, Pablo exhortó a los gálatas a regresar al verdadero camino.

Pablo también dijo: ‘¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién os ha fascinado a vosotros, ante cuyos ojos Jesucristo fue presentado públicamente como crucificado? Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?’ (Gálatas 3:1-2). A partir de esto, podemos ver claramente que las palabras “otro evangelio” pronunciadas por Pablo significaban el evangelio que pedía a la gente que se adhiriera a la ley, y fue una advertencia para la gente de ese tiempo que, en la Era de la Gracia, solo luego de aceptar el evangelio de la obra de redención del Señor Jesús podían ser salvos, y no tenía nada que ver con si ahora salíamos a escuchar otros sermones o si buscábamos e investigábamos otros caminos. Además de esto, Pablo era solo un apóstol que predicaba el evangelio en la Era de la Gracia; no era un profeta ni un vidente. Esta carta que escribió estaba dirigida únicamente a los asuntos que existían en las iglesias gálatas en ese tiempo, y fue escrita para exhortarlos y animarlos. Si tomáramos las exhortaciones de Pablo y las aplicáramos indiscriminadamente a los últimos días, creyendo que no podemos escuchar ningún camino predicado por nadie más y no podemos ir buscando o investigando ningún otro camino, ¿no estaríamos simplemente siguiendo ciegamente las reglas?”.

Las palabras de Mu Dao me hicieron sentir como si me hubiera despertado de un sueño. “Sí”, pensé. “Había un trasfondo de lo que Pablo dijo, y sus palabras estaban dirigidas únicamente a las iglesias de los gálatas en la Era de la Gracia. Pablo no era un profeta y no podía prever lo que sucedería en el futuro, así que ¿cómo podía tomar yo las palabras pronunciadas por Pablo hace dos mil años y aferrarme a ellas hoy? ¡Cómo podía ser tan tonto!” Luego de pensar en esto, dije un poco avergonzado: “Tienes razón. Nunca busqué ni miré el trasfondo de estas cosas que Pablo dice en la Biblia, sino que creí ciegamente en las exposiciones de los pastores y los ancianos, y mi entendimiento ha estado realmente fuera de lugar”.

Mu Dao continuó: “No debes hacer eso. Ahora, estamos en los últimos días y este es el momento crucial del regreso del Señor. Debemos basar nuestro acercamiento a la venida del Señor en Sus palabras, y no solo creer ciegamente lo que otras personas dicen, o de lo contrario perderemos nuestra oportunidad de dar la bienvenida al regreso del Señor, y nuestra fe en el Señor durante todos estos años habrá sido en vano. He estado pensando en los últimos días, y en el Apocalipsis dice: ‘Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo’ (Apocalipsis 14:6). Aquí dice que habrá un evangelio eterno que será predicado a todas las naciones y pueblos, así que ¿está diciendo que alguien vendrá a predicarnos el evangelio en los últimos días?”

Mi mente se sintió repentinamente iluminada, y le dije con entusiasmo a Mu Dao: “Ahora que lo mencionas, me acuerdo de la Primera Epístola de Pedro 1:5: ‘Que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo’. ¿Está diciendo esto que el Señor vendrá de nuevo en los últimos días y nos revelará Su salvación?”

Mu Dao reflexionó durante un rato y dijo: “Muy posiblemente. Es más, esta salvación nos será predicada a través de la gente, tal vez exactamente como cuando los discípulos del Señor Jesús predicaron Su evangelio hace dos mil años”.

“¡Guau!, así que en ese caso el hecho de aferrarme constantemente a mi iglesia y no aceptar ningún otro evangelio es la manera equivocada de practicar y, al hacer eso, es altamente probable que esté cerrando mi puerta contra la salvación del Señor en los últimos días. Entonces, ¿qué debemos hacer ahora?”, pregunté a conciencia.

“Creo que debemos ir a buscar la aparición y la obra del Señor en los últimos días. Cuando oímos a alguien testificar de la salvación del Señor en los últimos días, debemos apresurarnos a buscarla e investigarla. En cuanto a la cuestión de darle la bienvenida al regreso del Señor, Jesús dijo muy claramente: ‘Pero a medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo”’ (Mateo 25:6). ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’ (Apocalipsis 3:20). ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen’ (Juan 10:27). A partir de esto, podemos ver que debemos poner mucho cuidado y atención en escuchar la voz de Dios, y en el momento en que oímos a alguien testificar que el Novio ha venido, ¡debemos apresurarnos a encontrarnos con Él!” Mu Dao hojeó la Biblia y me mostró estos versículos.

Asentí alegremente en señal de acuerdo mientras leía, y dije: “Realmente debemos prestar atención a escuchar la voz de Dios, ¡porque solo buscamos e investigamos proactivamente de acuerdos con la voluntad de Dios! En el futuro, si alguien difunde el evangelio del regreso del Señor, no debo aferrarme a esas cosas que Pablo dijo ni prestar atención, o investigar de esta manera”. En ese momento, el sol brilló a través de las nubes oscuras, y mi corazón se elevó.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.