Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

El mejor cortometraje cristiano "Mi padre, el pastor"

2020-06-18 23:58:00 | Reflexiones Cristianas

En la religión, muchos pastores insisten en que "Todas palabras y obras del Señor está en la Biblia", "No debemos apartarnos de la Biblia mientras creemos en el Señor" y "Creer la Biblia es Creer en el Señor". Pero el Señor Jesús dijo: "Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida" (Juan 5: 39-40). Esto muestra que la Biblia solo da testimonio de la obra de Dios en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, y no puede traer vida eterna a los hombres. Solo el Señor puede dar la vida y el camino de la vida eterna. ¿Quieres saber la historia interna de la Biblia? ¿Cómo debemos tratar a la Biblia de acuerdo con la voluntad del Señor? El video "Mi padre, el pastor" te revelará la respuesta.


Drama Cristiano | "Mi padre, el pastor" Debate de la verdad entre el padre y la hija 
Chi Shou, un pastor religioso que ha creído en el Señor durante cuarenta años, siempre ha tenido el punto de vista de que "todas las palabras y obras del Señor están en la Biblia", "la creencia en el Señor no puede desviarse de la Biblia, y creer en la Biblia significa creer en el Señor". Cuando se entera de que su hija ha aceptado la obra de Dios de los últimos días, planea junto a su esposa la manera de disuadirla. Cierto día, su hija regresa a casa para darles testimonio del evangelio del regreso del Señor, y entonces se produce un acalorado, ingenioso, pero serio debate familiar…

¿Cómo orar a Dios con el espíritu y la sinceridad?

2020-05-31 04:36:18 | Reflexiones Cristianas

¿Cómo orar a Dios con el espíritu y la sinceridad?

El Señor Jesús dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). El Señor nos exige que lo adoremos con espíritu y sinceridad, porque solo de esta manera podemos ser aprobados por Dios. Entonces, ¿qué es adorar a Dios con el espíritu y la sinceridad?
Dios dice: “Mientras oras tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras que suenen bonito. La oración se centra alrededor de aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado real y tus problemas delante de Él para que ores y tomes la determinación ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, capacitándote para que te conozcas y te desprecies y te abandones en el ambiente que Dios ha puesto para ti, permitiéndote así tener una relación normal con Dios y haciendo de ti alguien que verdaderamente ama a Dios”.
“El estándar más bajo que Dios exige de las personas es que le puedan abrir sus corazones. Si el hombre le da a Dios su corazón sincero y le dice a Dios lo que realmente hay dentro de su corazón, entonces Dios estará dispuesto a obrar en el hombre; Dios no quiere el corazón torcido del hombre sino su corazón puro y honesto. Si el hombre no le dice a Dios lo que de verdad hay en su corazón, entonces Dios no toca el corazón del hombre ni obra dentro de él. Por lo tanto, lo más crucial acerca de la oración es decirle a Dios las palabras de tu auténtico corazón, hablarle a Dios de tus defectos o de tu carácter rebelde y abrirte completamente a Dios. Sólo entonces Dios estará interesado en tus oraciones; si no, entonces Él ocultará Su rostro de ti”.
De “La Palabra manifestada en carne”
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation. 

Por qué implica el retorno del Señor que Él se haga carne como ……

2020-05-25 22:43:18 | Reflexiones Cristianas
La respuesta de la palabra de Dios:
Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. […]
[…]
Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas sólo las puede lograr la carne encarnada de Dios y sólo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. […] En las tres etapas de la obra de Dios, sólo una etapa fue llevada a cabo directamente por el Espíritu, y las dos etapas restantes son llevadas a cabo por el Dios encarnado y no directamente por el Espíritu. La obra de la ley que el Espíritu hizo no implicó cambiar el carácter corrupto del hombre y tampoco tuvo relación con el conocimiento que el hombre tenía de Dios. La obra de la carne de Dios en la Era de la Gracia y la Era del Reino, sin embargo, involucra el carácter corrupto del hombre y su conocimiento de Dios y es una parte importante y crucial de la obra de salvación. Por lo tanto, la humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado y está más necesitada de la obra directa del Dios encarnado. La humanidad necesita al Dios encarnado para que la pastoree, la apoye, la riegue, la alimente, la juzgue y la castigue y ella necesita más gracia y una mayor redención del Dios encarnado. Sólo Dios en la carne puede ser el confidente del hombre, el pastor del hombre, el pronto auxilio del hombre, y todo esto es la necesidad que se tiene de la encarnación hoy y en el tiempo pasado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
Él se hace carne, porque esta también puede poseer autoridad, y Él puede llevar a cabo la obra entre los hombres de una manera práctica, visible y tangible para el hombre. Esa obra es mucho más realista que cualquier otra hecha directamente por el Espíritu de Dios que posee toda autoridad, y sus resultados también son evidentes. Esto se debe a que Su carne encarnada puede hablar y obrar de una forma práctica; la forma externa de Su carne no tiene autoridad y los hombres pueden acercarse. Su esencia conlleva autoridad, pero esta no es visible para nadie. Cuando Él habla y obra, el hombre es incapaz de detectar la existencia de Su autoridad; esto es incluso más favorable para Su obra práctica. Y toda ella puede obtener resultados. Aunque ningún hombre es consciente de que Él tiene autoridad ni ve que no se le puede ofender, ni ve Su ira, a través de Su autoridad y Su ira veladas, y de Su discurso público, Él consigue los resultados pretendidos de Sus palabras. Dicho de otra forma, el hombre se convence totalmente por medio de Su tono de voz, la severidad del discurso, y toda la sabiduría de Sus palabras. De esta forma, el hombre se somete a la palabra de Dios encarnado, que aparentemente no tiene autoridad, alcanzando de esta forma Su objetivo de la salvación del hombre. Este es otro sentido de Su encarnación: hablar de forma más realista y permitir que la realidad de Sus palabras tenga un efecto sobre el hombre de forma que este dé testimonio del poder de la palabra de Dios. Así pues, esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Lo mejor de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Su voluntad precisa para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y más concreta, transmitir toda Su obra en la carne y Su voluntad a toda la humanidad para los que aceptan este camino. Sólo la obra de Dios en la carne entre los hombres logra realmente el hecho de que Dios esté y viva junto con el hombre. Sólo esta obra cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de ser testigo de la obra de Dios, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la época cuando sólo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no sólo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo. Cuando Dios esparce Su obra en la carne, los que lo siguen transmitirán la obra que ha hecho en la carne a todas las religiones y denominaciones, y van a comunicar todas Sus palabras a oídos de toda la humanidad. Todo lo que escuchen los que reciban Su evangelio van a ser los hechos de Su obra, van a ser las cosas que el hombre personalmente haya visto y escuchado y van a ser hechos y no rumores. Estos hechos son la evidencia con los cuales Él esparce la obra y también son las herramientas que usa para esparcir la obra. Sin la existencia de los hechos, Su evangelio no se esparciría a todos los países y a todos los lugares; sin los hechos sino sólo con las imaginaciones del hombre, Él nunca podría hacer la obra de conquistar todo el universo. El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra sólo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
 
 

Por qué implica el retorno del Señor que Él se haga carne como, …

2020-05-25 22:43:18 | Reflexiones Cristianas
La respuesta de la palabra de Dios:
Dios se hizo carne porque el objeto de Su obra no es el espíritu de Satanás o de cualquier cosa incorpórea, sino el hombre que es de la carne y a quien Satanás ha corrompido. Precisamente porque la carne del hombre ha sido corrompida es que Dios ha hecho al hombre carnal el objeto de Su obra; además, porque el hombre es objeto de la corrupción, ha hecho al hombre el único objeto de Su obra a través de todas las etapas de Su obra de salvación. El hombre es un ser mortal, es de carne y sangre, y Dios es el único que puede salvar al hombre. De esta manera, Dios se debe hacer una carne que posea los mismos atributos que el hombre con el fin de hacer Su obra, para que Su obra pudiera lograr mejores efectos. Dios debe hacerse carne para hacer Su obra justamente porque el hombre es de la carne y es incapaz de vencer el pecado o de despojarse de la carne. […]
[…]
Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas sólo las puede lograr la carne encarnada de Dios y sólo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. […] En las tres etapas de la obra de Dios, sólo una etapa fue llevada a cabo directamente por el Espíritu, y las dos etapas restantes son llevadas a cabo por el Dios encarnado y no directamente por el Espíritu. La obra de la ley que el Espíritu hizo no implicó cambiar el carácter corrupto del hombre y tampoco tuvo relación con el conocimiento que el hombre tenía de Dios. La obra de la carne de Dios en la Era de la Gracia y la Era del Reino, sin embargo, involucra el carácter corrupto del hombre y su conocimiento de Dios y es una parte importante y crucial de la obra de salvación. Por lo tanto, la humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado y está más necesitada de la obra directa del Dios encarnado. La humanidad necesita al Dios encarnado para que la pastoree, la apoye, la riegue, la alimente, la juzgue y la castigue y ella necesita más gracia y una mayor redención del Dios encarnado. Sólo Dios en la carne puede ser el confidente del hombre, el pastor del hombre, el pronto auxilio del hombre, y todo esto es la necesidad que se tiene de la encarnación hoy y en el tiempo pasado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
Él se hace carne, porque esta también puede poseer autoridad, y Él puede llevar a cabo la obra entre los hombres de una manera práctica, visible y tangible para el hombre. Esa obra es mucho más realista que cualquier otra hecha directamente por el Espíritu de Dios que posee toda autoridad, y sus resultados también son evidentes. Esto se debe a que Su carne encarnada puede hablar y obrar de una forma práctica; la forma externa de Su carne no tiene autoridad y los hombres pueden acercarse. Su esencia conlleva autoridad, pero esta no es visible para nadie. Cuando Él habla y obra, el hombre es incapaz de detectar la existencia de Su autoridad; esto es incluso más favorable para Su obra práctica. Y toda ella puede obtener resultados. Aunque ningún hombre es consciente de que Él tiene autoridad ni ve que no se le puede ofender, ni ve Su ira, a través de Su autoridad y Su ira veladas, y de Su discurso público, Él consigue los resultados pretendidos de Sus palabras. Dicho de otra forma, el hombre se convence totalmente por medio de Su tono de voz, la severidad del discurso, y toda la sabiduría de Sus palabras. De esta forma, el hombre se somete a la palabra de Dios encarnado, que aparentemente no tiene autoridad, alcanzando de esta forma Su objetivo de la salvación del hombre. Este es otro sentido de Su encarnación: hablar de forma más realista y permitir que la realidad de Sus palabras tenga un efecto sobre el hombre de forma que este dé testimonio del poder de la palabra de Dios. Así pues, esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Lo mejor de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Su voluntad precisa para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y más concreta, transmitir toda Su obra en la carne y Su voluntad a toda la humanidad para los que aceptan este camino. Sólo la obra de Dios en la carne entre los hombres logra realmente el hecho de que Dios esté y viva junto con el hombre. Sólo esta obra cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de ser testigo de la obra de Dios, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la época cuando sólo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no sólo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo. Cuando Dios esparce Su obra en la carne, los que lo siguen transmitirán la obra que ha hecho en la carne a todas las religiones y denominaciones, y van a comunicar todas Sus palabras a oídos de toda la humanidad. Todo lo que escuchen los que reciban Su evangelio van a ser los hechos de Su obra, van a ser las cosas que el hombre personalmente haya visto y escuchado y van a ser hechos y no rumores. Estos hechos son la evidencia con los cuales Él esparce la obra y también son las herramientas que usa para esparcir la obra. Sin la existencia de los hechos, Su evangelio no se esparciría a todos los países y a todos los lugares; sin los hechos sino sólo con las imaginaciones del hombre, Él nunca podría hacer la obra de conquistar todo el universo. El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra sólo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
 
¿Quieres conocer las señales del fin del mundo? ¿Quieres recibir al Señor antes del desastre y asistir al banquete con Él? Le invitamos a discutir y comunicarse con nosotros a través de Messenger, para que podamos dar la bienvenida juntos al Señor. 
WhatsApp: +34 698 281 927 

Sketch cristiano | “El Señor está llamando” ¿Has recibido al Señor? (Sketch)

2020-05-20 00:30:12 | Reflexiones Cristianas
¿Cómo se le aparecerá el Señor cuando regrese? La Biblia dice: “Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande” (Lucas 21:27). Creo que el Señor vendrá con las nubes, El señor como va, vendrá. Pero la profecía de Apocalipsis dice: “He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Por eso, tengo algunos confundir : el Señor Jesús llegara sobre una nube en el cielo y ¿Él cómo llama a la puerta en fuera? Cuando vi esta breve drama, entendía el misterio del Señor ¿El Señor cómo vendrá? El Reflexión Cristiano “El Señor está llamando” ¿Has recibido al Señor?  revelará la respuesta para nosotros.


El sketch El Señor está llamando explica cómo el Señor, con Sus palabras, llama a la puerta de nuestro corazón en los últimos días, y que las vírgenes prudentes oyen la voz de Dios y celebran con el Cordero. El pastor Chang Shoudao siempre ha esperado el regreso del Señor, pero cuando el hermano Zhen le da testimonio de que el Señor ya ha regresado, se obstina en aferrarse a sus nociones y fantasías, creyendo que el Señor regresará sobre una nube y manteniendo la puerta de su corazón cerrada al camino verdadero. En esta ocasión, no obstante, el hermano Zhen habla con él de pasajes de la Escritura relativos al regreso del Señor y Chang descubre que la Biblia contiene algunas profecías de que, en los últimos días, el Señor regresará encarnado en secreto para pronunciar nuevas palabras y purificar al hombre, y que sólo después aparecerá en público para premiar el bien y castigar el mal. Al mismo tiempo, llega a comprender el verdadero sentido de que el Señor llame a nuestra puerta y que la clave para recibir Su regreso es que oigamos la voz de Dios. Cuando por fin oye la voz de Dios en la palabra de Dios Todopoderoso, abre la puerta de su corazón y recibe el regreso del Señor.


“El Señor está llamando” ¿Has recibido al Señor? (Sketch)

2020-05-20 00:30:12 | Reflexiones Cristianas
¿Cómo se le aparecerá el Señor cuando regrese? La Biblia dice: “Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande” (Lucas 21:27). Creo que el Señor vendrá con las nubes, El señor como va, vendrá. Pero la profecía de Apocalipsis dice: “He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Por eso, tengo algunos confundir : el Señor Jesús llegara sobre una nube en el cielo y ¿Él cómo llama a la puerta en fuera? Cuando vi esta breve drama, entendía el misterio del Señor ¿El Señor cómo vendrá? El Reflexión Cristiano “El Señor está llamando” ¿Has recibido al Señor?  revelará la respuesta para nosotros.
 
 
El sketch El Señor está llamando explica cómo el Señor, con Sus palabras, llama a la puerta de nuestro corazón en los últimos días, y que las vírgenes prudentes oyen la voz de Dios y celebran con el Cordero. El pastor Chang Shoudao siempre ha esperado el regreso del Señor, pero cuando el hermano Zhen le da testimonio de que el Señor ya ha regresado, se obstina en aferrarse a sus nociones y fantasías, creyendo que el Señor regresará sobre una nube y manteniendo la puerta de su corazón cerrada al camino verdadero. En esta ocasión, no obstante, el hermano Zhen habla con él de pasajes de la Escritura relativos al regreso del Señor y Chang descubre que la Biblia contiene algunas profecías de que, en los últimos días, el Señor regresará encarnado en secreto para pronunciar nuevas palabras y purificar al hombre, y que sólo después aparecerá en público para premiar el bien y castigar el mal. Al mismo tiempo, llega a comprender el verdadero sentido de que el Señor llame a nuestra puerta y que la clave para recibir Su regreso es que oigamos la voz de Dios. Cuando por fin oye la voz de Dios en la palabra de Dios Todopoderoso, abre la puerta de su corazón y recibe el regreso del Señor.
 

¿cómo tener verdadero arrepentimiento para poder ser salvados y entrar en el reino de los cielos?

2020-05-11 21:40:33 | Reflexiones Cristianas
En los últimos años, los desastres mundiales se han vuelto cada vez más graves: terremotos, plagas, incendios e inundaciones, etc., ocurren con frecuencia. Muchas personas se han dado cuenta de que esto es una advertencia del regreso del Señor, el día del Señor está ante nuestros ojos. El Señor Jesús dijo: “[...] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Se puede ver que solo aquellos que verdaderamente se arrepienten pueden ser protegidos por Dios y evitar ser destruidos en el desastre. Entonces, ¿qué es el verdadero arrepentimiento? ¿Cómo podemos lograr el verdadero arrepentimiento? Investigaremos este tema juntos. 
 ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
El arrepentimiento de los ninivitas
Cuando se trata del verdadero arrepentimiento, tenemos que mencionar cómo los ninivitas realmente se arrepintieron ante Dios. Cuando los ninivitas escucharon las palabras de Dios a través de Jonás “[...] Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada” (Jonás 3:4), creían y obedecían las palabras de Dios y estaban dispuestos a arrepentirse. El rey de Nínive también realizó una serie de acciones de arrepentimiento: dejó a un lado su condición de rey, se quitó su túnica real y se sentó en las cenizas, y también ordenó a las personas y los animales que ayunaran, independientemente de si eran adultos o niños debían confesar sus pecados y arrepentirse ante Dios vestidos de cilicio. La gente de Nínive mostró el verdadero remordimiento en sus corazones, decididos a “[…] vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos” (Jonás 3:8). Dios examinó lo más íntimo del corazón de las personas y finalmente decidió no destruirles.
El arrepentimiento del rey David
La experiencia del arrepentimiento del rey David también está registrada en la Biblia. Cuando Jehová envió a Natán el profeta a David para hacerle saber sus pecados de tomar a Betsabé por su cuenta y de haber matado a Urías, se sintió realmente arrepentido y se aborreció a sí mismo, ayunando y orando diariamente ante Dios, arrepintiéndose y confesando sus pecados, pidiendo la misericordia de Dios. Él oraba a Dios, diciendo: “Vuelve, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia. […] Todas las noches inundo mi lecho, Riego mi estrado con mis lágrimas” (Salmos 6:4-6). En su vejez, sus sirvientes le ofrecieron una increíblemente hermosa joven para calentar su cama, pero David nunca la tocó. Esto muestra que David poseía un corazón temeroso de Dios, no solo sintió verdadero arrepentimiento y aborrecimiento por sus pecados, sino que también tenía la acción y el cambio del verdadero arrepentimiento.
No es difícil ver que el verdadero arrepentimiento no es tan simple como confesar nuestros pecados y actos malvados a Dios, sino que depende lo que hagamos y de si tenemos un verdadero cambio. Especialmente, para lograr el verdadero arrepentimiento, necesitamos saber cuál es la actitud de Dios hacia los pecados del hombre, y debemos ser conscientes de la esencia y el daño de nuestros pecados. Solo de esta manera puede surgir en nosotros una verdadera reverencia y temor por Dios, y luego desarrollaremos un verdadero arrepentimiento y aborrecimiento desde el fondo de nuestros corazones por nuestros pecados, ya no caminaremos por el mismo camino de siempre, y comenzaremos a cambiar y a convertirnos en personas nuevas. Este es el verdadero arrepentimiento.
Reflexionar sobre si tenemos el verdadero arrepentimiento
Mirando a nosotros mismos, ¿hemos logrado el verdadero arrepentimiento? Algunas personas quizá dirán: “Antes de creer en el Señor, nos peleábamos y discutíamos con otros cuando nos ocurrían cosas, pero ahora somos humildes y tolerantes con los demás. En el pasado, éramos egoístas y solo considerábamos nuestros propios intereses, pero ahora tenemos un poco más de amor por los demás, podemos ayudar a los débiles, etc., ¿estas acciones no son ejemplos de nuestro verdadero arrepentimiento?” Sin embargo, ¿ alguna vez nos hemos preguntado cuánto tiempo durará tal “arrepentimiento”? De hecho, podemos darnos cuenta de que en nuestra vida, cuando nuestros beneficios personales no están en juego, podemos ser tolerantes y pacientes con las personas y no discutir con los demás. Sin embargo, cuando otras personas comienzan a quebrantar nuestros intereses o herir nuestro orgullo, llegamos a odiarlos, o incluso a vengarnos de ellos. Aunque somos humildes en apariencia, cuando otros no están de acuerdo con nosotros, aunque no discutamos con ellos, aún conservamos nuestras propias ideas en nuestros corazones y hacemos lo que queremos. Además, mentir, engañar a otros, perder los estribos, revelar nuestra carne y envidiar a los demás, etc., todavía existe en nosotros. Aunque a menudo rezamos y confesamos nuestros pecados, esto es solo una admisión verbal, y no es aborrecimiento o desdén por nuestros pecados que sentimos desde el fondo de nuestros corazones. Entonces, cometeremos los mismos errores en algunas situaciones, viviendo en un círculo vicioso de pecar durante el día y confesar por la noche y sin tener un verdadero cambio. El Señor Jesús dijo: “Porque no hay árbol bueno que produzca fruto malo, ni a la inversa, árbol malo que produzca fruto bueno. Pues cada árbol por su fruto se conoce. […]” (Lucas 6:43-44). Y también dice Mateo 3:8: “Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento”. Si comparamos con nuestra expresión real, podemos ver que lo que producimos es el fruto del pecado, no hemos logrado el cambio y el testimonio de arrepentimiento, lo que demuestra que todavía vivimos en pecado y no hemos alcanzado el verdadero arrepentimiento.
Es naturaleza pecaminosa lo que nos impide el verdadero arrepentimiento.
Tal vez algunas personas pregunten: “hemos aceptado la salvación de Jesús, el pecado ha sido perdonado. Pero, ¿por qué seguimos viviendo en pecado y no logramos el verdadero arrepentimiento? Leamos dos pasajes.
Dios dice: “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”. “Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa”.
Podemos ver que la razón por la cual todavía pecamos y no podemos lograr el verdadero arrepentimiento es porque tenemos una naturaleza satánica pecaminosa. Como sabemos, el Señor Jesús, de acuerdo con las necesidades del hombre en aquella época, hizo la obra de la redención, se convirtió en una ofrenda por el pecado para la humanidad por medio de la crucifixión, y liberó al hombre de las maldiciones y la condena de la ley. Por lo tanto, mientras confesamos y nos arrepintamos de nuestros pecados al Señor, nuestros pecados serán perdonados y entonces estaremos en condiciones de disfrutar de Su abundante gracia. Sin embargo, el Señor Jesús solo nos absolvió de nuestros pecados, pero no nos absolvió de nuestra naturaleza pecaminosa, por lo que los caracteres satánicos como el egoísmo, la maldad, la bajeza y el engaño, ect., profundamente siguen existiendo en nuestro interior. Si no podemos deshacernos de estos caracteres corruptos, frecuentemente pecaremos y nos resistiremos a Dios. Esto nadie puede negarlo. Es decir, si nuestra naturaleza pecaminosa y la fuente de nuestro pecado no sean eliminadas, no importa cuánto tiempo hayamos creído en el Señor, aún no podemos lograr el verdadero arrepentimiento o dejar de pecar, nunca entraremos en el reino de Dios.
Cómo lograr el verdadero arrepentimiento.
Entonces, ¿cómo podemos lograr el verdadero arrepentimiento? El Señor Jesús dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). La Biblia profetiza: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; [...]” (1 Pedro 4:17). Según estos versículos, el Señor Jesús no nos ha terminado de contar algunas verdades cuando hizo Su obra. Debido a que las personas de aquella época acababan de ser redimidas de la ley, su estatura era inmadura, todo lo que podían hacer era estar al tanto de sus pecados y luego confesar y arrepentirse, y cualquier verdad más profunda sobre cambiar sus caracteres corruptos era simplemente más allá de ellos. Entonces, el Señor Jesús nos prometió que regresaría en los últimos días, expresaría la verdad que no entendíamos antes y juzgaría nuestros pecados, para que podamos escapar de nuestros caracteres corruptos y lograr el verdadero arrepentimiento.
Ahora, el Señor Jesús ha regresado en la carne, ha publicado todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad, y ha hecho la obra de juicio comenzando por la casa de Dios, para desarraigar por completo la causa de los pecados de la humanidad, para que las personas puedan lograr el verdadero arrepentimiento y el cambio, y no pecar o resistir a Dios. Esto cumple las profecías del Señor Jesús: “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48). Entonces, ¿cómo usa Dios las palabras para hacer el juicio para purificarnos y permitirnos alcanzar el arrepentimiento verdadero? Leamos un pasaje de las palabras de Dios.
Las palabras de Dios dicen: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él”.
En los últimos días, Dios expresa la verdad para que las personas alcancen el verdadero arrepentimiento. Sus palabras revelan con total claridad nuestra naturaleza satánica de resistir y traicionar a Dios, nuestras actitudes hacia Dios y hacia la verdad y nuestras búsquedas equivocadas de creencia, y todas las actuaciones, ya sean comportamientos o pensamientos, etc. Como una espada de doble filo, las palabras de Dios perforan nuestros corazones y nos hacen conocer la raíz de nuestro pecado y ver claramente la verdad de nuestra corrupción a manos de Satanás, permitiéndonos reconocer cómo nuestra naturaleza esencial está llena de arrogancia, engreimiento, egoísmo y engaño. Conocemos claramente los requisitos de Dios, pero siempre estamos controlados por estos caracteres satánicos, rebelándonos contra Dios y resistiéndonos a Dios contra nuestra voluntad, e incapaces de practicar la verdad, por lo que nos hemos convertido en la encarnación de Satanás. Ante el juicio y el castigo de Dios, nos hemos convencido por completo de las palabras de Dios, nos postramos ante Dios y comenzamos a odiarnos y a maldecirnos, y así tenemos un verdadero arrepentimiento. Mientras tanto, también sentimos profundamente que la palabra de Dios es la verdad, es toda la revelación del carácter de Dios y lo que es la vida de Dios. Vemos que el carácter justo de Dios no tolera la ofensa, y que la esencia de la santidad de Dios no tolera las imperfecciones. El resultado es que nace un corazón que venera a Dios, y comenzamos a buscar la verdad con todas nuestras fuerzas y a comportarnos de acuerdo con la Palabra de Dios. Siguiendo nuestra comprensión gradual de la verdad, conocemos más y más la naturaleza satánica y el carácter satánico de nosotros mismos, y también conocemos a Dios cada vez más. Gradualmente, podemos practicar la verdad para compensar nuestras transgresiones pasadas, y luego nuestros caracteres corruptos pueden ser purificados. Poco a poco escaparemos de los lazos del pecado, ya no seremos controlados por caracteres corruptos satánicos, no haremos más maldad ni desafiaremos a Dios y podremos realmente obedecer y adorar a Dios, y lograr el verdadero arrepentimiento. Por lo tanto, aceptar el juicio de Dios en los últimos días es el único camino para lograr el verdadero arrepentimiento.
Ahora, el juicio de Dios está llegando a su fin, todo tipo de desastres ocurren uno tras otro, por lo que no tenemos muchas oportunidades de arrepentirnos. En este momento crucial, solo al aceptar la obra de juicio de Dios en los últimos días podemos escapar de los pecados y lograr el verdadero arrepentimiento, de lo contrario nuestra esperanza de entrar en el reino de los cielos nunca se realizará.
 
Los desastres ocurren con frecuencia, el aviso de Dios se nos ha enviando. ¿Cuál es la voluntad de Dios en los desastres? ¿Cómo podemos alcanzar Su cuidado? Haga clic en Messenger para unirse a nosotros y comprender la voluntad de Dios y llegando a encontrar caminos de ser protegidos por Él.
 
WhatsApp: +34 698 281 927
 
Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation
 
 

Tres Aspectos de un Verdadero Cristiano

2020-05-06 17:10:21 | Reflexiones Cristianas
En el pasado yo pensaba que aquellos que tenían reuniones, leían la Biblia, trabajaban para el Señor y practicaban un buen comportamiento, tales como ayudar a los huérfanos, las viudas y los ancianos, socorriendo a los pobres y así por el estilo, eran los verdaderos seguidores de Dios, y que aquellos que tenían conocimiento sobre doctrinas y hablaban sobre sus testimonios en sus reuniones también eran los genuinos. … Sin embargo, he encontrado que: Aun cuando fe en Dios muchos creyentes tenían reuniones y leían la Biblia, estos perdían su cuando enfrentaban dificultades o problemas financieros y no creían más en Dios cuando enfrentaban estas pruebas; algunos creyentes tenían fuerzas cuando los pastores les daban sermones, pero las perdían cuando sufrían alguna frustración o fracaso; las mantenían solo si eran alentados por otros, pero si no hubiese nadie para alentarlos, fallaban en reunirse regularmente, se alejaban y no seguían a Dios... ¿Cómo ocurrió esto? ¿Que deberíamos hacer para seguir verdaderamente a Dios? Más tarde leí un libro espiritual en el Internet. Fue solo entonces que yo me di cuenta de que los verdaderos seguidores de Dios deben reunir un mínimo de tres características. 
1. Siempre leer la palabra de Dios, tener sed por entender la palabra de Dios y por tomar la verdad como nuestra vida
Si queremos realmente seguir a Dios, debemos siempre leer la palabra de Dios, no descarriarnos de la palabra de Dios en cualquier circunstancia en cualquier momento y comportarnos de acuerdo con la palabra de Dios. Luego de experimentar mucho del obrar de Dios, obtendremos un poco de conocimiento de la palabra de Dios, seremos capaces de tocar la voluntad de Dios en nuestra experiencia, tomar la palabra de Dios como nuestra vida y vivir totalmente por la palabra de Dios. Independientemente de lo que sea que enfrentemos, si actuamos en acuerdo con la voluntad de Dios, tendremos vida real. Tomemos el “ser honestos” por ejemplo, cuando algo relacionado a nuestros intereses nos ocurre, una guerra comienza dentro de nosotros, “¿Digo mentiras o la verdad?” Luego de orar varias veces, es que solo a veces renunciamos a nuestros intereses y hablamos la verdad. Aunque nosotros actuemos como una persona honesta sobre este asunto, esto no representa que nosotros podemos actuar así en muchas circunstancias. Luego de unos años de experiencia, podremos hablar honestamente sin orar, y tendremos un sentido de dolor y reproche por dentro al mentir. Luego de relacionarse con nosotros por un periodo de tiempo, es cuando la gente alrededor nuestro y hermanos y hermanas pueden confiar en nosotros, y tratarnos como una persona honesta, esto significaremos que estamos dependiendo en la palabra de Dios. Esto confirma la palabra en la Biblia, “Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos” (Juan 8:31).
2. Someterse a Dios Verdaderamente bajo Cualquier Circunstancia en Cualquier Momento
Verdaderamente siguiendo y sometiéndose a Dios no es solo creer en Dios hasta la edad avanzada, ni tampoco comer hasta saciarnos del pan de Dios o seguir a Dios con intenciones de obtener bendiciones, sino que es seguir y someterse a Dios bajo cualquier circunstancia en cualquier tiempo: No nos retiraremos cuando encontremos en un doloroso refinamiento; seremos capaces de mantenernos firmes cuando nos lleguen la persecución y la tribulación; no seguiremos el camino a lo mundano cuando nuestras vidas son fáciles; no nos quejaremos, no seremos negativos o iremos en retirada, sino que alabaremos a Dios cuando suframos insuficiencia de vida o enfermedad. Cuando Abraham estuvo en Harán, Jehová Dios le instruyó que dejara a su tierra en pos de la tierra prometida. Él no lo pensó mucho ni planificó para su futuro, sino que se sometió a Dios, guiando a su gente adelante directamente. Durante la jornada, el faraón egipcio casi se casó con su esposa; su sobrino Lot también lo dejó y vivió en Sodoma. Posteriormente, Lot sufrió desastre, y él tuvo que arriesgar su vida para salvarlo a él y su gente. Durante ese periodo, él sufrió mucho, pero él podía depender y ser obediente a Dios sin quejas. Después, aun cuando Dios le permitió ofrecerle su hijo en el altar, él podía tolerar el gran dolor de separarse de lo que amaba para obedecer.
A Job se le conocía como el varón más grande de todos los orientales. Él era rico, pero no le importaba la fama o la atención, ni se unió a sus hijos e hijas en festejos. Además, frecuentemente ofrecía sacrificios y enviaba siervos a advertir a sus hijos e hijas por miedo que ofendieran a Dios. Cuando le fueron robadas todas sus manadas y rebaños por todas las montañas por los ladrones, sus hijos e hijas fueron muertos al ser aplastados por la casa al colapsar, y él tenía dolorosas llagas por todos lados, aun así, no se quejó contra Dios. Su esposa trató de encolerizarlo para que renegara de Dios en varias ocasiones, y en vez de seguirla a ella, el aun alababa a Dios. Abraham y Job fueron aprobados por Dios y son ejemplos para nosotros seguir. Si experimentamos la obra de Dios y podemos ser como ellos, eventualmente seremos verdaderos seguidores de Dios.
3. Manteniéndonos en Seguir los Pasos del Cordero, Siguiéndolo a El Dondequiera que Va
La Biblia dice, “Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va” (Apocalipsis 14:4). La obra del Señor sigue progresando adelante. Así que nosotros los hombres debemos seguir a Dios dondequiera que Su obra nos lleve. Solo aquellos que pueden seguirle los pasos de Dios, son los verdaderos seguidores de Dios. Como todos sabemos, en la era de la Ley, Jehová Dios decretó leyes y mandamientos a través de Moisés. En ese tiempo, la gente todos se guiaban por leyes; Ellos servían a Jehová Dios en templos y guardaban el día de reposo. El encarnado Señor Jesús vino a la tierra y dio Sus pasos en la labor de redimir a la humanidad. Algunos de los que guardaban las leyes no obedecían más la ley, pero seguían al Señor Jesús, como Pedro, Juan y los otros discípulos. En ese momento, aquellos quienes permanecieron bajo las leyes fueron eliminados por las nuevas obras de Dios por su desobediencia. Sin embargo, aquellos quienes tienen obediencia pura siguieron los pasos de Dios y disfrutaron de la gracia abundante del Señor Jesús. El Señor Jesús había predicho que Él nos recibiría a nosotros. La Biblia también dice, “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). De las escrituras, podemos saber que el evangelio existirá en el futuro. Si podemos mantener el paso con las pisadas de Dios hasta el final, entonces seremos verdaderos seguidores de Dios.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
(Traducido del original en inglés al español por Angel L Perez Rosado)
Recomendación: Recursos cristianos

Reflexión cristiana | "Servicio de seguimiento" (Diálogo humorístico)

2020-04-30 22:37:34 | Reflexiones Cristianas
 Querido hermanos, Todos sabemos que creer en Dios es justificado, Y es derecho de cada creación ,Pero no hay libertad de creencia en China.Para la captura y persecución a los cristianos ,el gobierno chino no solo supervisa el teléfono e Internet, sino que también utiliza al público para rastrear el acecho. ¿Quieres saber cómo el PCCh captura y persecución a los cristianos?Diálogo humorístico "Servicio de seguimiento" te lleva a los detalles.
 
 
Reflexión cristiana | "Servicio de seguimiento" (Diálogo humorístico)
 
En China, donde el Partido Comunista ejerce todo el poder político en solitario, la cruel persecución del PCCh a los cristianos es un suceso cotidiano. A fin de desterrar las creencias religiosas, el Partido Comunista de China incluso tiene un "servicio de seguimiento" a cristianos. El diálogo cómico "Servicio de seguimiento" te enseña todos los métodos ruines que emplea el PCCh para vigilar y seguir a los cristianos, y muestra la hipocresía de la "libertad religiosa" en China.
 

El Amor de Dios me acompañó en la persecución

2020-04-26 23:06:24 | Reflexiones Cristianas
Toda nuestra familia fue salvada por la Gracia
En los primeros muchos años luego que me casé, mi familia era muy pobre. Lo que es peor, mi esposa tenía cancer de seno, yo tenía problemas estomacales muy serios, y mi hija tenía tuberculosis. Toda nuestra familia vivía en el tormento de la enfermedad. Para ver a los doctores, sólo usábamos todos nuestros ahorros. Cuando estábamos viviendo en sufrimiento y desesperación, en diciembre del 1993, un familiar me predicó la salvación del Señor, y toda nuestra familia aceptó y creyó en el Señor. Gradualmente, nuestra enfermedad se había ido sin saberlo. Para rendir tributo al amor del Señor, salí a predicar los evangelios con otros hermanos y hermanas. Bendecidos por Él, pronto trajimos más de mil nuevos creyentes, y establecimos más de veinte iglesias. Así fui promovido a ser un anciano de nuestra iglesia y los hermanos y hermanas vinieron a mi hogar para asistir a las reuniones.
La persecución vino hasta mí
En agosto del año 1994, viendo que más y más personas creían en el Señor, el gobierno comunista chino comenzó a arrestar a los creyentes. Una vez en una reunión, cuando estaba orando, el jefe de policía y un policía irrumpieron en mi casa. El jefe me gritó: “De ahora en adelante, ya no debes albergar reuniones. Tu reunión es ilegal. Está prohibido por el estado”. Pregunté confundido: “Dice claramente que todos disfrutan de la libertad de creencia religiosa. ¿Cómo puede ser ilegal?” El jefe dijo con altivez: “¿Libertad de creencia religiosa? Eso es solo para los extranjeros. Si deseas creer, debes inscribirte y unirte a la Iglesia de las Tres Autonomías. Sólo la Iglesia de las Tres Autonomías está protegida por el estado”. Dije: “Creemos en Dios para ganar vida. Si somos inscritos, nos someteremos al control del tribunal, lo que significa que creeremos en el Rey. Ya que creemos en Dios, sólo deberíamos confiar en Dios, pero no en el poder. Justo como las palabras que Jehová Dios dice en la Biblia, ‘... No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos’ (Zacarías 4:6). Viendo que yo tenía una fuerte resolución, el jefe nos amenazó: “¡Si insisten en creer, los arrestaremos!” Después de eso, se fueron.
Un día en marzo del año 1995, los policías nos arrestaron a mí y a treinta hermanos y hermanas y fuimos llevados a la estación de policía. Descubriendo que no había suficiente espacio para nosotros, nos encerraron en el cine que estaba cerca. Luego, los policías me metieron en una sala de interrogatorio arriba en el cine. Tan pronto entré, un policía me gritó fuertemente y me ordenó que me arrodillara. Antes de darme cuenta de lo que estaba sucediendo, entró otro policía, halando mis manos detrás de mi espalda, y esposando mis dos pulgares. Acto seguido, comenzaron a interrogarme: “¿Quién les predicó? ¿En dónde vive? ¿Cuántas personas están allí en tu iglesia?” Sin importar lo que preguntaban, sólo dije que no sabía. Por tanto, la policía estuvo apenada con ira, uno de ellos elevó la silla y me amenazó: “¡Habla! O te castigaré hasta la muerte con la silla. Este es el mundo del PCCh. Si deseas creer, cree en el PCCh. ¡Habla!” Viendo sus apariencias feroces, no pude sino pensar en la palabra del Señor Jesús: “He aquí, yo os envío como á ovejas en medio de lobos: sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10:16). Las palabras del Señor hicieron que mi corazón brillara. Me di cuenta que: Si decía nada, no podían continuar la interrogación, pero una vez soltara una palabra, me interrogarían incesantemente. Por tanto, oré silenciosamente al Señor, pidiéndole que me diera fe. Y luego, sin importar cómo me interrogaban, solo respondía que no sabía. También me forzaron a vender a los hermanos y hermanas, o sino me multarían. En ese momento, un policía recibió una llamada del condado, diciendo que un barco turista había zozobrado en el río Changjiang y que seis taiwaneses se habían ahogado. Les solicitaron que partieran enseguida al sitio para ayudar a tratar con el incidente. Sin tener tiempo de cuidar de los hermanos y hermanas, me multaron a mí y a otros varios trabajadores principales con 200 yuanes, y luego no tuvieron más opción que liberarnos. Luego, me enteré que el cabeza de la villa dijo que la policía tenía la intención de habernos multado con 50.000 yuanes una vez que nos arrestaran a nosotros los creyentes en el Señor. Sin embargo, como resultado, no obtuvieron el dinero, sino que pagaron a los familiares de las víctimas muchos millones en materia de seguros y servicios funerarios. Luego pensaba en la palabra en la Biblia: “... Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19). Habiendo visto las escrituras del Señor, los hermanos, hermanas y yo estábamos firmemente decididos en caminar el sendero de seguir al Señor.
 
Fui sentenciado a tres años de dura labor
Habían pasado veinte días. Nunca había pensado que el despacho de seguridad pública, la procuraduría, y la corte desplegarían un gran número de policías y arrestaron cerca de 35 personas, incluyendo a compañeros de trabajo y una familia anfitriona por un tiempo. También fueron a mi casa para arrestarme, pero fortuitamente, no estuve en casa ese día, así que no me capturaron. Al día siguiente, llevaron pistolas con ellos y me esperaron en mi camino a casa. Al momento que me vieron, me llevaron a la fuerza a la estación de policía. Después de llegar, el jefe de la policía le dijo a sus subordinados: “El material sobre Du Jun está listo. Envíenlo directamente a la prisión del condado”. Luego me llevaron inmediatamente a la prisión. Un mes después, la policía me llevó a tribunales y llevó a cabo el juicio público. El juez me preguntó: “¿En qué crees? ¿Por qué crees?” En ese punto, recordaba que el Señor una vez dijo: “Mas vosotros mirad por vosotros: porque os entregarán en los concilios, y en sinagogas seréis azotados: y delante de presidentes y de reyes seréis llamados por causa de mí, en testimonio á ellos.” (Marcos 13:9), así que dije con calma: “Creo en el verdadero Dios, el Señor Jesús. Porque tan pronto creí en el Señor Jesús, toda enfermedad de nuestra familia fue sanada”. Tan pronto terminé las palabras, el juez me gritó con dureza: “Estás engañado. Los extranjeros te piden que creas en Dios, en realidad te están pidiendo tener paciencia para que puedan controlarte”. Sólo después de escuchar sus palabras, me di cuenta que el propósito del gobierno al arrestarnos era mantener su régimen político. Pero sabía que nosotros los creyentes en el Señor sólo practicábamos Su palabra, y no hacíamos nada que rompiera la ley. Hoy día, podría padecer tales cosas y habría sufrido adversidades que el Señor había sufrido, este fue mi honor. Así que esclarecí mi visión: Estoy determinado a creer en el Señor. El juez vio que no estaba tentado del todo, así que dijo: “Cuando nosotros tenemos una reunión, queremos pero no podemos recolectar a tantas personas. Pero cuando ustedes albergan reuniones, cientos de personas forman parte; ustedes están fabricando rumores y creando problemas, engañando a las personas, y molestando al orden social. ¡Así que te sentenciaré a tres años de trabajo duro! Si insisten en creer en Dios, les dispararemos”. Al escuchar el juicio, estaba molesto, pero cuando pensé en la palabra enla  la Biblia   : “... Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo 16:24-25), la palabra del Señor me dio coraje y yo tuve fe al seguir al Señor para tomar el sendero de la cruz.
Evangelizando en prisión
Más tarde, fui ordenado a que fuese reformado en una granja. En prisión, pensaba en José. En ese tiempo, aunque él fue lastimado por el mal y vendido a Egipto, nunca negó el nombre de Jehová, y por tanto Jehová estaba con él. También pensaba en la escritura que decía: “... Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura” (Marcos 16:15). Por lo tanto, testificaba a los guardias de prisión y a los prisioneros el evangelio del Señor y muchos de ellos aceptaron y creyeron en el Señor. El jefe del campo laboral tenía excrecencia cutánea en sus brazos, y había visto a muchos doctores pero fracasaron con su cura. Luego le prediqué el evangelio y le testifiqué sobre la gracia del Señor, y oré por su enfermedad. Dentro de poco tiempo, su enfermedad se había ido. Ya que había recibido las bendiciones del Señor y visto Sus actos milagrosos, él también creyó en el Señor y por tanto a menudo charlábamos y asistíamos a reuniones juntos. Luego de eso, él me dispuso a cocinar alimentos. Durante la temporada tediosa de granja, incluso podía ausentarme por 15 días para ir a casa a ayudar a mi esposa a reunir la cosecha. ¡Sabía claramente que esta era completamente la gracia del Señor, y la manifestación de Su sabiduría y Su omnipotencia! Me hizo darme cuenta que el Señor puede hacer todo lo que el hombre no puede. Incluso aunque estaba en prisión, el Señor está conmigo. Aunque mi vida era un poco difícil, me sentía incomparablemente honrado de predicar el evangelio del Señor allí.
Lo que escuché luego de ser liberado
Dos años después, mi sentencia fue cambiada por un año y fui liberado con antelación. Sólo al llegar a casa supe, cuando estaba en prisión, que el PCCh aún no dejaba de perseguir a los cristianos. En abril del año 1995, cuando mi hija mayor estaba ayudando en una reunión de un compañero de obra en una familia anfitriona, la policía arrestó a 20 o más hermanos y hermanas presentes. Entre ellos, una hermana fue sentenciada a dos años, dos hermanos fueron detenidos por 15 días, y el resto no fue liberado hasta que fueron multados por 50 yuanes. En agosto, un hermano en nuestra iglesia fue arrestado. Aunque el jefe de la policía no se atrevía a golpear a los creyentes, le pidió a un matón de bajo mundo que lo golpeara mientras que él y dos policías se hacían la vista gorda. Inesperadamente, cuando el matón contratado iba a golpear al hermano, el matón de repente vomitó sangre y se cayó al piso. El jefe estaba asustado, así que liberó al hermano. De esto el hermano había visto los actos de Dios, su fe se fortaleció enormemente e insistió en predicar el evangelio para testificar de Dios luego de ser liberado.
Unas reflexiones cortas
Mediante la experiencia de persecución por parte del PCCh, vimos que el poder del Señor era infinito. Cuando nuestra vida fue amenazada, fue el Señor quien nos protegió del peligro, para que así pudiéramos sobrevivir. También vimos la razón por la que el PCCh nos arrestaba y nos perseguía: Por fuera, nos odiaban; de hecho, odiaban al Señor. Justo como el Señor dijo, “Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros” (Juan 15:18). ¡Gracias al Señor por Su amor! Desde entonces, sin importar qué grandes peligros y tribulaciones vengan ante mí, ¡seguiré las huellas de mi Señor y seguiré adelante!
(Traducido del original en inglés al español por Carlos Díaz)
También podría gustarte: Reflexión del evangelio de hoy