El mejor drama cristiano "Una ilusión"
Li Mingdao es predicador en una iglesia clandestina. Hace muchos años que cree en el Señor y siempre ha seguido el ejemplo de Pablo, centrándose en predicar, trabajar, sufrir y sacrificarse. Cree que “siempre y cuando nos afanemos en trabajar, podemos entrar en el reino de los cielos, ser premiados y recibir una corona”. Sin embargo, en una reunión con sus compañeros, el hermano Zhang plantea dudas sobre esta opinión. Sin estar convencido, Li Mingdao vuelve a casa y, tras estudiar la Biblia, entabla un intenso debate con el hermano Zhang… ¿Hacemos la voluntad de Dios cuando nos afanamos en trabajar para el Señor? Al final, ¿garantiza esta clase de búsqueda que seamos elevados y entremos en el reino de los cielos? Mira el sketch Una ilusión para averiguarlo.
¿Podemos entrar en el reino de los cielos si recibimos la salvación? (Sketch)
Zhang Mude es predicador de una iglesia clandestina y cree que "porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación" (Romanos 10:10). Piensa que, dado que cree en el Señor Jesús, ya se le considera justo, ya ha recibido la salvación y, cuando el Señor regrese, lo arrebatará directamente al reino de los cielos. Un día, su hija vuelve a casa tras trabajar como misionera en otras regiones y plantea dudas sobre esta opinión a la que él se ha aferrado muchos años. A partir de ese momento, esta familia de tres miembros entabla un intenso debate acerca de si por recibir la salvación es posible entrar en el reino de los cielos, acerca de qué clase de personas pueden entrar en él y otros temas relacionados…
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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¡Un espectacular baile de claqué para recibir el reino! ¡Por fin ha llegado la nueva era que todos celebran! ¡Muy pronto, la actuación coral cristiana a gran escala “Himno del Reino: El Reino Ha Descendido al Mundo!”.
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1. El sermón del monte
1) Las bienaventuranzas (Mateo 5:3-12)
2) Sal y luz (Mateo 5:13-16)
3) Ley (Mateo 5:17-20)
4) Enojo (Mateo 5:21-26)
5) Adulterio (Mateo 5:27-30)
6) Divorcio (Mateo 5:31-32)
7) Votos (Mateo 5:33-37)
8) Ojo por ojo (Mateo 5:38-42)
9) Ama a tus enemigos (Mateo 5:43-48)
10) Instrucción acerca de dar (Mateo 6:1-4)
11) Oración (Mateo 6:5-8)
2. Las parábolas del Señor Jesús
1) La parábola del sembrador (Mateo 13:1-9)
2) La parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30)
3) La parábola de la semilla de mostaza (Mateo 13:31-32)
4) La parábola de la levadura (Mateo 13:33)
5) La parábola del trigo y la cizaña explicada (Mateo 13:36-43)
6) La parábola del tesoro (Mateo 13:44)
7) La parábola de la perla (Mateo 13:45-46)
8) La parábola de la red (Mateo 13:47-50)
3. Los mandamientos
(Mateo 22:37-39) Jesús le dijo: Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y principal mandamiento. Y el segundo es similar: ama a tu prójimo comoa ti mismo.
Veamos primero cada parte del “Sermón del Monte”. ¿Con qué están relacionadas todas ellas? Puede decirse con certeza que estas son todas más elevadas, concretas y cercanas a las vidas de las personas que las regulaciones de la Era de la Ley. Hablando en términos modernos, son más relevantes para la práctica real de las personas.
Leamos el contenido específico de lo siguiente: ¿cómo deberías entender las bienaventuranzas? ¿Qué deberías saber sobre la ley? ¿Cómo debería definirse el enojo? ¿Cómo debería tratarse a los adúlteros? ¿Qué se dice, y qué tipo de normas hay sobre el divorcio, y quién puede divorciarse y quién no? ¿Qué hay de los votos, el ojo por ojo, amar a los enemigos, la instrucción sobre dar, etc.? Todas estas cosas tienen que ver con cada aspecto de la práctica de la creencia en Dios por parte de la humanidad, y de seguir a Dios. Algunas de estas prácticas siguen siendo relevantes actualmente, pero son más rudimentarias que las exigencias actuales a las personas. Son verdades bastante elementales que las personas se encuentran en su creencia en Dios. Desde el momento en que el Señor Jesús comenzó a obrar, Él ya había empezado a hacerlo en el carácter vital de los humanos, pero en base al fundamento de las leyes. ¿Tenían algo que ver con la verdad las normas y los dichos sobre estos temas? ¡Por supuesto que sí! Todas las regulaciones, los principios, y el sermón en la Era de la Gracia anteriores tenían relación con el carácter de Dios y con lo que Él tiene y es, y por supuesto con la verdad. Independientemente de lo que Dios exprese, de la forma en que lo haga, o mediante el tipo de lenguaje que use, su fundamento, su origen, y su punto de partida están todos basados en los principios de Su carácter y de lo que Él tiene y es. No hay error posible. Así que, aunque estas cosas que Él dijo parezcan ahora un poco triviales, sigues sin poder decir que no son la verdad, porque eran cosas indispensables para las personas en la Era de la Gracia, para satisfacer la voluntad de Dios y lograr un cambio en su carácter vital. ¿Puedes decir que alguna de estas cosas en el sermón no estén alineadas con la verdad? ¡No puedes! Cada una de ellas es la verdad porque eran todas ellas exigencias de Dios para la humanidad; eran todos principios y una perspectiva dados por Dios de cómo comportarse, y representan Su carácter. Sin embargo, en base al nivel de su crecimiento en la vida de esa época, solo podían aceptar y comprender estas cosas. Como el pecado de la humanidad no se había resuelto, el Señor Jesús solo podía proclamar estas palabras, y solo podía utilizar esas enseñanzas simples dentro de esta clase de ámbito para decir a las personas de la época cómo debían actuar, qué debían hacer, dentro de que principios y esferas debían hacer las cosas, y cómo debían creer en Dios y cumplir Sus requisitos. Todo esto estaba determinado en base a la estatura de la humanidad en esa época. No era fácil para las personas que vivían bajo la ley aceptar estas enseñanzas, y por tanto, lo que el Señor Jesús enseñaba tenía que permanecer en este ámbito.
Seguidamente, veamos qué hay en “las parábolas del Señor Jesús”.
La primera es la parábola del sembrador. Es realmente interesante; sembrar semillas es un acontecimiento común en las vidas de las personas. La segunda es la del trigo y la cizaña. En lo que respecta a esta, cualquiera que haya plantado cultivos y adultos lo sabrá. La tercera es la parábola del grano de mostaza. Todos vosotros sabéis lo que es la mostaza, ¿verdad? Si no lo sabéis, podéis echar un vistazo a la Biblia. Para la cuarta, la de la levadura, la mayoría de las personas sabe que esta se usa para la fermentación; es algo que las personas utilizan en su vida cotidiana. Todas las parábolas siguientes, incluyendo la sexta, la del tesoro, la séptima, la de la perla, y la octava, la de la red, se sacan de las vidas de las personas; todas vienen de las vidas actuales de ellas. ¿Qué tipo de cuadro pintan estas parábolas? Es una imagen de Dios convirtiéndose en una persona normal y viviendo junto a la humanidad, usando el lenguaje de una vida normal, el lenguaje humano para comunicar con los hombres y proveerles lo que necesitan. Cuando Dios se hizo carne y vivió en medio de la humanidad durante mucho tiempo, después de haber experimentado y presenciado los diversos estilos de vida de las personas, estas experiencias pasaron a ser Su manual para transformar Su lenguaje divino en humano. Por supuesto, estas cosas que Él vio y oyó en la vida también enriquecieron la experiencia del Hijo del Hombre humano. Cuando Él quería que las personas llegaran a entender algunas verdades, algo de la voluntad de Dios, podía usar parábolas parecidas a las anteriores para hablar a las personas acerca de la voluntad de Dios y Sus exigencias para la humanidad. Estas parábolas tenían, todas, relación con la vida de las personas; no había una sola que no estuviese en sintonía con las vidas humanas. Cuando el Señor Jesús vivió con la humanidad, vio a campesinos cuidando sus campos, sabía lo que eran la cizaña y la levadura; entendió que los humanos aman los tesoros, por lo que usó las metáforas del tesoro y la perla; con frecuencia vio a pescadores echando sus redes; etc. El Señor Jesús observó estas actividades en las vidas de los hombres, y también experimentó ese tipo de vida. Él fue igual que cualquier otra persona normal, comía tres veces al día y seguía las rutinas cotidianas de los seres humanos. Experimentó personalmente la vida de una persona corriente, y fue testigo de la vida de otros. Cuando presenció y experimentó todo esto en persona, no pensó en cómo tener una buena vida o vivir con mayor libertad y comodidad. Cuando estuvo experimentando una vida humana auténtica, el Señor Jesús vio las dificultades en la vida de las personas, el sufrimiento, el infortunio, y la tristeza de las personas bajo la corrupción de Satanás, existiendo bajo su dominio, y en pecado. Mientras experimentaba personalmente la vida humana, también comprobó cuán desamparadas estaban las personas que vivían en medio de la corrupción, y vio y experimentó la desgracia de quienes vivían en pecado, los que estaban perdidos en la tortura de Satanás, del mal. Cuando el Señor Jesús vio estas cosas, ¿las vio con Su divinidad o con Su humanidad? Su humanidad existió realmente, estaba muy viva; Él pudo experimentar y ver todo esto, y por supuesto Su esencia, Su divinidad también lo vieron. Esto es, Cristo mismo, el Señor Jesús hombre vio esto, y todo lo que observó le hizo sentir la importancia y la necesidad de la obra que había acometido, en ese momento, en la carne. Aunque Él mismo sabía que la responsabilidad que debía asumir en la carne era inmensa, y lo cruel que sería el dolor que afrontaría, cuando vio a la humanidad desamparada en el pecado, el infortunio de sus vidas y sus luchas ineficaces bajo la ley, sintió cada vez mayor tristeza, y más inquietud por salvar a la humanidad del pecado. Independientemente del tipo de dificultades que afrontaría o del dolor que sufriría, estuvo cada vez más decidido a redimir a la humanidad que vivía en pecado. Durante este proceso, se podría decir que el Señor Jesús comenzó a entender con mayor claridad la obra que necesitaba hacer y que se le había encomendado. También se sintió cada vez más deseoso de completar la obra que debía acometer: cargar con los pecados de toda la humanidad, hacer expiación por ella para que no viviera más en pecado y que Dios fuera capaz de olvidar los pecados del hombre, gracias a la ofrenda por el pecado, permitiéndole impulsar Su obra de salvar a la humanidad. Se podría decir que, en Su corazón, el Señor Jesús estaba dispuesto a ofrecerse por la humanidad, a sacrificarse. También lo estaba a actuar como ofrenda por el pecado, a ser clavado a la cruz, y estaba ansioso por completar esta obra. Cuando vio las condiciones miserables de las vidas humanas, todavía quiso cumplir Su misión a la mayor rapidez posible, sin el retraso de un solo minuto o segundo. Cuando tuvo ese sentimiento de urgencia, no estaba pensando en lo grande que sería Su dolor ni en cuanta humillación tendría que soportar; solo tenía una convicción en Su corazón: mientras Él se ofreciera, y fuera clavado a la cruz como ofrenda por el pecado, la voluntad de Dios prevalecería y Él podría comenzar una nueva obra. La vida de la humanidad y su estado de existencia en el pecado, cambiarían por completo. Su convicción y lo que estaba decidido a hacer guardaban relación con salvar al hombre, y solo tenía un objetivo: llevar a cabo la voluntad de Dios, de manera que pudiese iniciar, con éxito, el siguiente paso en Su obra. Esto es lo que había en la mente del Señor Jesús en aquella época.
Viviendo en la carne, el Dios encarnado poseía una humanidad normal; poseía las emociones y el razonamiento de una persona normal. Sabía lo que era la felicidad, el dolor, y cuando vio a la humanidad en este tipo de vida, sintió en lo más profundo que dándoles simplemente a las personas algunas enseñanzas, proveyéndoles algo o instruyéndolas en algo no las sacaría del pecado. Tampoco las redimiría de este haciéndoles obedecer solamente los mandamientos; solo cuando cargara con el pecado de la humanidad y se convirtiera en la semejanza de carne pecadora podría intercambiarlo por la libertad del hombre y por el perdón de Dios para este. Así, después de que el Señor Jesús experimentara y presenciara la vida de pecado de los hombres, un intenso deseo se manifestó en Su corazón: permitir que se libraran de su vida de lucha en el pecado. Este deseo hizo que sintiera cada vez más que debía ir a la cruz y cargar con los pecados de la humanidad lo antes posible, lo más rápido que pudiera. Estos fueron los pensamientos del Señor Jesús en ese momento, después de haber vivido con personas y haber visto, oído y sentido la desgracia de sus vidas en el pecado. Que el Dios encarnado pudiera tener esta clase de voluntad para el hombre, que pudiera expresar y revelar esta clase de carácter, ¿es algo que una persona normal pudiera poseer? ¿Qué vería una persona corriente en este tipo de entorno? ¿Qué pensaría? Si una persona normal afrontase todo esto, ¿consideraría los problemas desde una perspectiva elevada? ¡Definitivamente no! Aunque el aspecto del Dios encarnado sea exactamente igual al de un ser humano, Él aprende el conocimiento humano, habla el lenguaje humano y, en ocasiones, hasta expresa Sus ideas a través de los medios o las expresiones del hombre, Su modo de ver a los seres humanos y la esencia de las cosas es absolutamente distinto a como las personas corruptas ven estas mismas cosas. Su perspectiva y la altura en la que se halla es algo inalcanzable para una persona corrupta. Esto se debe a que Dios es la verdad, Su carne también posee la esencia de Dios, y Sus pensamientos así como lo que expresa Su humanidad también son la verdad. Para las personas corruptas, todo lo que Él expresa en la carne es una provisión de la verdad y de la vida, y no solo es para una persona, sino para toda la humanidad. En el caso de cualquier persona corrupta, en su corazón solamente se hallan las pocas personas relacionadas con ella. Solo se cuida de estas y se preocupa únicamente por ellas. Cuando el desastre está en el horizonte piensa primero en sus propios hijos, su esposa, o sus padres, y una persona más filantrópica pensaría como mucho en algún familiar o en un buen amigo; ¿piensa en alguien más? ¡Nunca! Porque los seres humanos son, después de todo, humanos, y solo pueden ver algo desde la perspectiva y la altura de una persona. Sin embargo, Dios encarnado es totalmente diferente de una persona corrupta. Independientemente de lo corriente, normal y humilde que sea la carne del Dios encarnado, o de la cantidad de desprecio con que lo mire la gente, Sus pensamientos y Su actitud hacia la humanidad son cosas que ningún hombre podría poseer ni imitar. Él siempre observará a la humanidad desde la perspectiva de la divinidad, desde la altura de Su posición como Creador. Siempre la contemplará a través de la esencia y de la mentalidad de Dios. No puede verla en absoluto desde la altura de una persona normal ni desde la perspectiva de una corrupta. Cuando las personas miran a la humanidad, lo hacen con una visión humana, y usan cosas como el conocimiento, las normas y las teorías humanos como punto de referencia. Esto se halla dentro del ámbito de lo que las personas pueden ver con sus ojos, de lo que unos seres corruptos pueden lograr. Cuando Dios mira a la humanidad, lo hace con visión divina; usa como medida Su esencia y lo que Él tiene y es. Este ámbito incluye cosas que las personas no pueden ver, y en esto es en lo que Dios encarnado y los humanos corruptos son totalmente diferentes. Esta divergencia viene determinada por la esencia de los seres humanos que es distinta a la de Dios y que determina las identidades y las posiciones, así como la perspectiva y la altura desde la que ven las cosas. ¿Veis la expresión y la revelación de Dios mismo en el Señor Jesús? Podrías decir que lo que Él hizo y dijo guardaba relación con Su ministerio y con la obra de gestión de Dios, que todo ello era la expresión y la revelación de Su esencia. Aunque tuvo una manifestación humana, Su esencia divina y la revelación de Su divinidad no pueden negarse. ¿De verdad era esta manifestación humana una expresión de la humanidad? Por su propia esencia, fue Su manifestación humana totalmente diferente de la de las personas corruptas. El Señor Jesús fue Dios encarnado, y si hubiera sido realmente una persona normal, corrupta, ¿habría podido contemplar la vida de la humanidad, en pecado, desde una perspectiva divina? ¡En absoluto! Esta es la diferencia entre el Hijo del Hombre y las personas corrientes […].
Cuando Dios se hace carne y vive en medio de la humanidad, ¿qué sufrimiento experimenta en la carne? ¿Lo entiende alguien realmente? Algunos afirman que Dios sufre en gran manera, y aunque Él es Dios mismo, las personas no comprenden Su esencia; siempre lo tratan como una persona, y esto hace que se sienta agraviado y perjudicado. Declaran que el sufrimiento de Dios es verdaderamente grande. Otros aseveran que Dios es inocente y sin pecado, pero que sufre lo mismo que la humanidad y es víctima de persecución, difamación e indignidades junto con ella; también dicen que Él soporta las malinterpretaciones y la desobediencia de Sus seguidores. En realidad, el sufrimiento de Dios no puede medirse. Parece que no entendéis realmente a Dios. De hecho, este sufrimiento del que habláis no cuenta como verdadero sufrimiento para Dios, porque hay uno mayor que este. ¿Cuál es, pues, el verdadero sufrimiento para Dios mismo? ¿Cuál es el verdadero sufrimiento para la carne del Dios encarnado? Para Dios, no es un sufrimiento que la humanidad no le entienda, que le malinterpreten y que no lo vean como Dios. Sin embargo, las personas sienten a menudo que Él debe de haber sufrido una gran injusticia, que durante el tiempo que está en la carne Dios no puede mostrar Su persona a la humanidad ni permitirle ver Su grandeza, y que se esconde humildemente en una carne insignificante, por lo que debió de ser terrible para Él. Las personas se toman a pecho lo que pueden entender y ver del sufrimiento de Dios, le manifiestan toda clase de simpatía, y a menudo hasta le elevarán una pequeña alabanza por ello. En realidad, existe una diferencia, una brecha entre lo que las personas entienden del sufrimiento de Dios y lo que Él siente realmente. Os estoy diciendo la verdad; para Dios, independientemente de que se trate del Espíritu de Dios o de la carne del Dios encarnado, ese no es un sufrimiento verdadero. ¿Qué hace, pues, sufrir a Dios de verdad? Hablemos sobre el sufrimiento de Dios tan solo desde la perspectiva del Dios encarnado.
Cuando Dios se hace carne y se convierte en una persona corriente, normal, que vive en medio de la humanidad, codo con codo con las personas, ¿no puede ver ni sentir los métodos, las leyes y las filosofías de las personas para vivir? ¿Cómo le hacen sentir esos métodos y leyes para la existencia? ¿Siente aborrecimiento en Su corazón? ¿Por qué iba a sentirlo? ¿Cuáles son los métodos y las leyes de la humanidad para vivir? ¿En qué principios están arraigados? ¿En qué se basan? Los métodos, las leyes, etc., de la humanidad para vivir, todo está creado en base a la lógica, el conocimiento y la filosofía de Satanás. Los humanos que viven bajo estos tipos de leyes no tienen humanidad, ni verdad, todos ellos desafían a la verdad, y son hostiles a Dios. Si echamos un vistazo a la esencia de Dios, vemos que esta es exactamente lo contrario de la lógica, el conocimiento y la filosofía de Satanás. Su esencia está llena de justicia, verdad, santidad, y otras realidades de todas las cosas positivas. ¿Qué siente Dios en Su corazón, poseyendo esta esencia y viviendo en medio de esa humanidad? ¿No está lleno de dolor? Su corazón está dolido, y ese dolor es algo que ninguna persona puede entender ni comprender. Y es que todo lo que Él afronta, se encuentra, oye, ve y experimenta es la corrupción, el mal y la rebelión contra la verdad y la resistencia a la misma. Todo lo que viene de los humanos es la fuente de Su sufrimiento. Es decir, como Su esencia y la de los seres humanos corruptos no son la misma, la corrupción de estos pasas a ser la fuente de Su mayor sufrimiento. ¿Puede Dios, al hacerse carne, encontrar a alguien que comparta un lenguaje común con Él? Esto no se puede hallar entre los hombres. No hay quien pueda comunicar ni tener este diálogo con Dios. ¿Qué tipo de sentimiento dirías que tiene Dios? Las cosas que las personas exponen, aman, buscan y anhelan están todas relacionadas con el pecado, con tendencias malvadas. Cuando Dios afronta todo esto, ¿no es como un cuchillo para Su corazón? ¿Podría tenerlo henchido de gozo frente a estas cosas? ¿Podría hallar consuelo? Los que están viviendo con Él son seres humanos llenos de rebeldía y maldad; ¿cómo podría no sufrir Su corazón? ¿Cómo es de grande este sufrimiento en realidad, y a quién le preocupa? ¿Quién presta atención? ¿Y quién podría apreciarlo? Las personas no tienen forma de entender el corazón de Dios. Su sufrimiento es algo que las personas son particularmente incapaces de apreciar, y la frialdad y el entumecimiento de la humanidad profundizan aún más el sufrimiento de Dios.
Algunas personas simpatizan a menudo con la difícil situación de Cristo porque hay un versículo en la Biblia que dice: “Los zorros tienen guaridas y las aves del aire tienen sus nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene donde apoyar Su cabeza”. Cuando las personas oyen esto, se lo toman a pecho y creen que es el mayor sufrimiento que Dios resiste, y también es el mayor sufrimiento que Cristo resiste. Ahora, mirándolo desde la perspectiva de los hechos, ¿es ese el caso? Dios no cree que estas dificultades sean sufrimiento. Nunca ha clamado contra la injusticia por las dificultades de la carne ni ha hecho que los seres humanos le devuelvan nada ni lo recompensen. Sin embargo, cuando ve el todo de la humanidad, las vidas corruptas y la maldad de los seres humanos corruptos, cuando ve que la humanidad está entre las garras de Satanás, apresada por él sin poder escapar, esas personas que viven en pecado no saben cuál es la verdad: Él no soporta todos estos pecados. Su aborrecimiento de los hombres se incrementa día a día, pero Él tiene que aguantar todo esto. Este es el gran sufrimiento de Dios. Él no puede expresar plenamente Su voz, Su felicidad, Su ira, Su tristeza o Su placer entre Sus seguidores, y nadie entre ellos puede entender verdaderamente Su sufrimiento. Nadie intenta siquiera entender o consolar Su corazón, que soporta este padecimiento día tras día, año tras año, una y otra vez. ¿Qué veis en todo esto? Dios no exige nada a los humanos a cambio de lo que Él ha dado, sino que por Su esencia no puede tolerar en absoluto la maldad, la corrupción y el pecado de la humanidad. Él siente un aborrecimiento y un odio extremos, que llevan a Su corazón y a Su carne a soportar un sufrimiento inacabable. ¿Podríais ver todo esto? Lo más probable es que ninguno de vosotros pudiera, porque no hay entre vosotros quien entienda de verdad a Dios. A lo largo del tiempo podéis experimentarlo gradualmente por vosotros mismos.
de "La Palabra manifestada en carne (Continuación)"
The Bible quotation in this article are translated from AKJV.
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¿Qué es la bendición de Dios?
Cuando se trata de la bendición de Dios, la mayoría de las personas piensan que la bendición de Dios es vivir con paz y seguridad, con felicidad y alegría, no tener escasez de alimentos o ropa y tener una familia feliz y armoniosa. Otras piensan que la bendición de Dios es recibir todo tipo de dones y habilidades para trabajar y predicar el evangelio por Él. Entonces, ¿la bendición de Dios solo son estas? ¿Las pruebas o los asuntos insatisfactorios son Su bendición o no? Los siguientes versículos y artículos relacionados te ayudan a comprender por completo la bendición de Dios.
Salmos 23 Salmo de David. JEHOVA es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto á aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.
Santiago 1:2-4 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones; Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa.
Apocalipsis 3:10 Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar á los que moran en la tierra.
Apocalipsis 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Apocalipsis 2:11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda.
Apocalipsis 3:5 El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Apocalipsis 21:3-4 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.
Apocalipsis 22:1-5 DESPUÉS me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el árbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. Y verán su cara; y su nombre estará en sus frentes. Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de antorcha, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará: y reinarán para siempre jamás.
¿A qué tipo de persona bendice Dios?
Dios bendice a las personas con sus propios principios y estándares. Entonces, ¿qué tipo de personas pueden recibir Su bendición? Por favor, lee los siguientes versículos para entender las condiciones de la bendición de Dios.
Salmos 5:12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Lo cercarás de benevolencia como con un escudo.
Génesis 9:1-7 Y BENDIJO Dios á Noé y á sus hijos, y díjoles: Fructificad, y multiplicad, y henchid la tierra: Y vuestro temor y vuestro pavor será sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se moverá en la tierra, y en todos los peces del mar: en vuestra mano son entregados. Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y hierbas, os lo he dado todo. Empero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque á imagen de Dios es hecho el hombre. Mas vosotros fructificad, y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.
Génesis 22:16-18 Y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único; Bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está á la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos: En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste á mi voz.
Job 42:12 Y bendijo Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.
Mateo 16:18-19 Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y á ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Mateo 5:18-19 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Lucas 11:27-28 Y aconteció que diciendo estas cosas, una mujer de la compañía, levantando la voz, le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Lucas 10:41-42 Pero respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, cuidadosa estás, y con las muchas cosas estás turbada: Empero una cosa es necesaria; y María escogió la buena parte, la cual no le será quitada.
Juan 20:29 Dícele Jesús: Porque me has visto, Tomás, creiste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Apocalipsis 22:14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.
Apocalipsis 19:9 Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados á la cena del Cordero. Y me dijo: Estas palabras de Dios son verdaderas.
Apocalipsis 14:1 Y MIRÉ, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes.
Apocalipsis 14:4-5 Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.
Apocalipsis 7:14-17 Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor. Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
¿Cómo se puede obtener la bendición de Dios?
¿Cómo se puede obtener la bendición de Dios? En el registro bíblico podemos ver que solo aquellos que buscan amar y obedecer a Dios mientras creen en Él pueden recibir Su bendición; solo aquellos que se someten al camino de Dios, y logran temerlo y apartarse del mal pueden recibir Su bendición; solo aquellos que son capaces de escuchar la voz de Dios y seguir de cerca los pasos del Cordero cuando regrese el Señor en los últimos días, recibirán bendiciones aún mayores... Por favor, lee los siguientes versículos para aprender más sobre el camino de obtener la bendición de Dios.
Salmos 115:13 Bendecirá á los que temen á Jehová; A chicos y á grandes.
Mateo 22:37-40 Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento. Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Mateo 5:37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Juan 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
Juan 10:27-28 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.
Apocalipsis 14:4-5 Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.
Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
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Versículos bíblicos sobre los nombres de Dios — Saber el misterio de los nombres de Dios
Según el registro de la Biblia, Dios tiene diferentes nombres en diferentes eras. En el Antiguo Testamento el nombre de Dios era Jehová y en el Nuevo Testamento era el Señor Jesús, y en el Apocalipsis se profetiza también que Él tendrá el nuevo nombre en los últimos días. Entonce ¿por qué toma Dios diferentes nombres en diferentes eras? ¿Cuál es Su nombre nuevo en los últimos días? Lea los siguientes versículos y artículos vinculados para revelarte los misterios de los nombres de Dios.
Versículos de la Biblia:
El nombre de Dios en el Antiguo Testamento
Éxodo 3:15
Y dijo más Dios á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado á vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos.
Éxodo 20:7
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
Éxodo 34:14
Porque no te has de inclinar á dios ajeno; que Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
Isaías 43:10-11
Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fué formado Dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
El nombre del Dios en el Nuevo Testamento
Mateo 1:21
Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará á su pueblo de sus pecados.
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.
Filipenses 2:9-11
Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre; Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre.
El nuevo nombre predicado del Señor retornado en el Apocalipsis
Apocalipsis 3:12
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo.
Apocalipsis 1:8
Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Apocalipsis 11:16-17
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus sillas, se postraron sobre sus rostros, y adoraron á Dios, Diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado.
Apocalipsis 4:8
Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir.
Apocalipsis 19:6
Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso.
Apocalipsis 15:3
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
Apocalipsis 16:7
Y oí á otro del altar, que decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
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La salvación de Dios es lo que le concede Dios a la humanidad. Dios proclamó las leyes en la Era de la Ley para guiar al hombre a vivir y que supiera qué era el pecado; en la Era de la Gracia, Dios hizo la obra de redención perdonando el pecado del hombre; también preparó Él la salvación de los últimos días para aquellos que le han estado esperando, de modo que purifique sus pecados, dicha salvación está vinculada con su final y destino, es la clave de ser salvos y entrar en el reino de los cielos. Entonces, ¿qué es la salvación de los últimos días? ¿Cómo obtenerla? Por favor, ¡lea los siguientes versículos relacionados del tema!
Acerca de la salvación
Salmos 91:14-16 Por cuanto en mí ha puesto su voluntad, yo también lo libraré: Pondrélo en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé: Con él estare yo en la angustia: Lo libraré, y le glorificaré. Saciarélo de larga vida, Y mostraréle mi salud.
Salmos 98:1-3 Salmo. CANTAD á Jehová canción nueva; Porque ha hecho maravillas: Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo. Jehová ha hecho notoria su salud: En ojos de las gentes ha descubierto su justicia. Hase acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel: Todos los términos de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
Salmos 62:1 Al Músico principal: á Jeduthúm: Salmo de David. EN Dios solamente está callada mi alma: De él viene mi salud.
Isaías 12:2 He aquí Dios es salud mía; aseguraréme, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, el cual ha sido salud para mí.
Lucas 19:9-10 Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación á esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del hombre vino á buscar y á salvar lo que se había perdido.
Isaías 46:13 Haré que se acerque mi justicia, no se alejará: y mi salud no se detendrá. Y pondré salud en Sión, y mi gloria en Israel.
1 Pedro 1:8-9 Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado; Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas.
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La salvación de los últimos días que nos preparó Dios
1 Pedro 1:5 Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo.
Hebreos 9:28 Así también Cristo fué ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud.
1 Pedro 1:13 Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado:
Juan 16:12-13 Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
1 Pedro 4:17 Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
¿Cómo obtener la salvación de Dios de los últimos días?
Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos.
Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 25:6 Y á la media noche fué oído un clamor: He aquí, el esposo viene; salid á recibirle.
Juan 10:27-28 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Apocalipsis 14:4-5 Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.
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Versículos de la Biblia:
Salmos 72:13 Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, Y salvará las almas de los pobres.
Salmos 103:13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
Salmos 145:8 Clemente y misericordioso es Jehová, Lento para la ira, y grande en misericordia.
Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.
Isaías 49:10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá á manaderos de aguas.
Isaías 49:13 Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes: porque Jehová ha consolado su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.
Isaías 54:8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo tu Redentor Jehová.
Isaías 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase á Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Mateo 5:7 Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia.
Mateo 12:6-7 Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Mas si supieseis qué es: Misericordia quiero y no sacrificio, no condenarías á los inocentes:
Isaías 54:10 Porque los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.
Palabras relevantes de Dios:
"En la Era de la Gracia, Jesús tuvo compasión y misericordia de las personas. Si se perdía una oveja de las cien, dejaba a las noventa y nueve y buscaba a esa. Esta frase no describe una práctica mecánica, no es una regla, pero muestra los propósitos de Dios hacia la humanidad, el propósito urgente de Dios de salvar a la humanidad y Su profundo amor por ella. No es una forma de práctica, sino que es Su carácter y Su mentalidad. Así pues, algunas personas se marchan durante un año o medio año, o tienen muchas debilidades y malentendidos. Después, si se despiertan a la realidad y son capaces de tener entendimiento, de darse la vuelta y volver a la senda correcta, me consolaré especialmente y esto me agradará. Ser capaz de mantenerse en el mundo actual y en la era de los placeres sensuales y el mal, ser capaz de reconocer a Dios y de tomar de nuevo la senda correcta y volver son cosas que realmente consuelan y entusiasman".
Versículos de la Biblia:
Salmos 96:13 Delante de Jehová que vino: Porque vino á juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y á los pueblos con su verdad.
Salmos 1:5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Hechos 17:31 Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe á todos con haberle levantado de los muertos.
Juan 12:47-48 Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido á juzgar al mundo, sino á salvar al mundo. El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Juan 5:22 Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dió al Hijo;
Juan 5:27 Y también le dió poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del hombre.
1 Pedro 4:17 Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Daniel 7:10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él: millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él: el Juez se sentó, y los libros se abrieron.
Apocalipsis 20:11-12 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado el lugar de ellos. Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Apocalipsis 14:7 Diciendo en alta voz: Temed á Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida; y adorad á aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.
La relación entre el juicio final de Dios y la entrada al reino de los cielos
Isaías 2:2-4 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán á él todas las gentes. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, á la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.Y juzgará entre las gentes, y reprenderá á muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra.
Zacarías 13:8-9 Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos partes serán taladas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos partes serán taladas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.
Daniel 12:9-10 Y dijo: Anda, Daniel, que estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del cumplimiento. Muchos serán limpios, y emblanquecidos, y purificados; mas los impíos obrarán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero entenderán los entendidos.
Apocalipsis 22:14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.
Apocalipsis 21:3-4 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.
Apocalipsis 11:15 Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido á ser los reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás.
La colección de la verdad
Dios dice: "La obra de los últimos días es separar a todos según su tipo, concluir el plan de gestión de Dios, porque el tiempo está cerca y el día de Dios ha llegado. Dios trae a todos los que han entrado en Su reino, es decir, a todos los que le han sido leales hasta el final, a la era de Dios mismo. Sin embargo, hasta la llegada de la era de Dios mismo la obra que Dios debe hacer no es la de observar las acciones del hombre ni indagar sobre la vida del hombre, sino juzgar su rebelión, porque Dios purificará a todos los que vengan ante Su trono. Todos los que han seguido los pasos de Dios hasta el día de hoy son los que han venido ante el trono de Dios, y siendo esto así, cada persona que acepta la obra de Dios en su fase final es el objeto de la purificación de Dios. En otras palabras, todo el que acepta la obra de Dios en su fase final es el objeto del juicio de Dios. [...] Cuando de la palabra 'juicio' se trata, pensarás en las palabras que Jehová habló a todos los lugares y en las palabras de reproche que Jesús habló a los fariseos. A pesar de su severidad estas palabras no son el juicio que Dios hace al hombre, sino sólo las palabras habladas por Dios en diferentes entornos, es decir, en diferentes escenarios; estas palabras no son como las palabras habladas por Cristo al juzgar al hombre en los últimos días. En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios".
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Todos sabemos que Jesucristo se encarnó y llevó a cabo la obra redentora, y todo el que cree en el Señor afirma que Jesucristo es el Salvador. Sin embargo, la Biblia registra que después que Jesucristo fue bautizado, el cielo se abrió y el Espíritu Santo descendió sobre Jesucristo como una paloma, y una voz dijo: “[...] Este es mi Hijo amado en quien me he complacido” (Mateo 3:17). Este es el Espíritu Santo testificando que Jesucristo es el Hijo amado de Dios. Además, Jesucristo oró antes de la crucifixión, diciendo: “[...] Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras” (Mateo 26:39). Todo esto prueba que Jesucristo claramente es el Hijo de Dios. Así que, acá está la pregunta: ¿Realmente Jesucristo es Dios o el Hijo de Dios? Si Él es Dios, ¿entonces por qué Él ora a Dios en el cielo?
1.¿Realmente Jesucristo es Dios o el Hijo de Dios?
De hecho, Dios no dijo en Génesis que Él tuviera un hijo, ni Jehová Dios dijo tal cosa en la Era de la Ley. De estos pasajes podemos saber que sólo hay un Dios, que no hay una relación Padre-Hijo de qué hablar. De hecho, cuando el Señor Jesús encarnado vino a realizar la obra de redención de la humanidad, la cual es, Dios se convirtió en el Hijo del Hombre apareciendo y haciendo Su obra entre hombres, Él inició una nueva Era en la cual Dios personalmente entró al mundo humano para vivir junto al hombre. Además, con gran adoración, llamamos a Jesucristo como Cristo, el Hijo de Dios. En ese momento, el Espíritu Santo también testificó el hecho de que Jesucristo era el Hijo amado de Dios, y Jesucristo llamó a Dios en el cielo Padre. Como tal, creíamos que Jesucristo era el Hijo de Dios, y la noción de relación Padre-Hijo fue formada. ¿Entonces, realmente Jesucristo es el Hijo de Dios o Dios mismo? Debemos leer algunas escrituras. En Juan 14:8, Felipe le pidió a Jesucristo: “... Señor, muéstranos al Padre, y nos basta”. Jesucristo le dijo a Felipe: “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras. Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas” (Juan 14:9-11). Jesucristo dijo muy claramente: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;” (Juan 14:9). De esto podemos ver que Jesucristo es la apariencia de Dios mismo. Jesucristo no dijo que Él y Dios tuvieran una relación Padre-Hijo. En vez de eso, Él dijo: “yo estoy en el Padre, y el Padre en mí;” (Juan 14:11) “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). De acuerdo a las palabras de Jesucristo, podemos confirmar que Jesucristo es Dios mismo, que sólo hay un Dios, que no hay una relación Padre-Hijo de qué hablar. Es solo porque no entendemos la verdad de la encarnación que creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios. Un libro espiritual dice: “El significado de la encarnación es que Dios aparece en la carne y Él viene a obrar en medio del hombre de Su creación bajo una imagen de carne. Por tanto, para que Dios se encarne, primero debe ser carne, una carne con una humanidad normal; esto, como mínimo, debe ser verdad. De hecho, la implicación de la encarnación de Dios es que Él vive y obra en la carne; Dios se hace carne en Su misma esencia, se hace hombre”. Simplificando esto, la encarnación es solo Dios vestido en carne y convertido en hombre, y el Dios encarnado es en realidad Dios mismo.
2.Ya que Jesucristo es Dios mismo, ¿Por qué Jesucristo oró a Dios en el Cielo?
Hay un misterio que Jesucristo llama a Dios en el cielo “Padre” en Su oración. Cuando Dios es encarnado en la carne, el Espíritu de Dios está oculto dentro de la carne, y la carne misma no es consciente de la presencia del Espíritu. Solo porque no podemos sentir nuestros espíritus dentro de nosotros. Además, el Espíritu de Dios no hace nada sobrenatural dentro de Su carne. Así que, aunque Jesucristo fuese Dios encarnado, si el Espíritu de Dios no hubiera hablado y testificado a Dios mismo, Jesucristo no podría haber sabido que Él era la encarnación de Dios. Esa es la razón por la cual la Biblia dice: “ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36). Antes de que Jesucristo comenzara Su obra oficial, Él vivió dentro de una humanidad normal. En realidad no sabía que Él era la encarnación de Dios, porque el Espíritu de Dios dentro de la carne no funcionaba de forma sobrenatural, sino que funcionaba dentro de los confines normales como cualquier otro humano. Así que, naturalmente, Jesucristo oraría al Padre celestial, lo cual es decir, Jesucristo oró al Espíritu de Dios desde dentro de Su humanidad normal. Esto tiene todo el sentido. Cuando Jesucristo desempeñó formalmente Su ministerio, el Espíritu Santo comenzó a hablar y proclamar, siendo testigo de que Él era el Dios encarnado. Solo entonces Jesucristo se dio cuenta de Su verdadera identidad, que Él hubiera venido a hacer la obra de redención. Sin embargo, cuando iba a ser crucificado, todavía oraba a Dios el Padre. Esto muestra que la esencia de Cristo es absoluta obediencia a Dios en el cielo. Un libro espiritual dice: “Cuando Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre al orar, sólo lo hacía desde la perspectiva de un hombre creado, sólo porque el Espíritu de Dios se había vestido como un hombre ordinario y normal y tenía el envoltorio exterior de un ser creado. Incluso si dentro de Él estaba el Espíritu de Dios, Su apariencia externa seguía siendo la de un hombre ordinario; en otras palabras, había pasado a ser el ‘Hijo del Hombre’ del que todos los hombres, incluido el propio Jesús, hablaban. […] Por muy grande que fuera la autoridad de Jesús en la tierra, antes de la crucifixión, Él era simplemente un Hijo del Hombre, dominado por el Espíritu Santo (es decir, Dios), y uno de los seres creados de la tierra, porque aún tenía que completar Su obra. Así pues, que llamara Padre a Dios en el cielo, era simplemente por Su humildad y obediencia. Que se dirigiera a Dios (es decir, al Espíritu en el cielo) de esa manera no demuestra, sin embargo, que Él sea el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. Más bien, Su perspectiva es diferente y no es que Él sea una persona distinta. ¡La existencia de personas diferentes es una falacia! Antes de Su crucifixión, Jesús era un Hijo del Hombre sujeto a las limitaciones de la carne, y Él no poseía la plena autoridad del Espíritu. Por esta razón, Él sólo podía buscar la voluntad de Dios Padre desde la perspectiva de un ser creado. Es como cuando oró tres veces en Getsemaní: ‘No sea Mi voluntad, sino la tuya’. Antes de que lo pusieran en la cruz, Él no era más que el Rey de los judíos; Él era Cristo, el Hijo del Hombre, y no un cuerpo de gloria. Esa es la razón por la que, desde el punto de vista de un ser creado, llamaba Padre a Dios”. “Jesús oró desde la perspectiva de la carne. Como se había revestido de una carne de humanidad normal, fue desde la perspectiva de la carne desde donde Él dijo: ‘Mi caparazón corporal es el de un ser creado. Como me revestí de carne para venir a la tierra, ahora estoy lejos, muy lejos del cielo’. Por esta razón, Él sólo podía orar a Dios Padre desde la perspectiva de la carne. Este era Su deber y aquello con lo que el Espíritu encarnado de Dios debía estar equipado. No puede decirse que Él no es Dios simplemente porque oraba al Padre desde la perspectiva de la carne. Aunque se le llama el Hijo amado de Dios, sigue siendo Dios mismo, porque Él no es sino la encarnación del Espíritu y Su esencia sigue siendo el Espíritu”.
Estas palabras de Dios son muy claras. Cuando Jesucristo estaba obrando entre los hombres, era en realidad el Espíritu de Dios vestido en carne como un hombre obrando y pareciendo ser hombre. Sin importar cómo Jesucristo estaba expresando Sus palabras o rezando a Dios el Padre, Su esencia era divinidad, no humanidad. Dios es Espíritu y es invisible para los hombres; cuando Dios se convierte vestido en carne, solo podemos ver carne y no podemos ver el Espíritu de Dios. Si el Espíritu Santo había atestiguado directamente al hecho de que el Señor Jesús encarnado era Dios, la gente no lo hubiera aceptado. Al momento, nadie sabía qué significaba para Dios ser encarnado, y ellos solo estaban en contacto con la encarnación de Dios y conocían poco, así que nunca imaginaron que este común Hijo del Hombre sería la encarnación del Espíritu de Dios, la aparición de Dios en la carne. Aunque Jesucristo expresaba mucho de Su palabra en el transcurso de Su obra, le dio al hombre la forma de arrepentirse y manifestó muchos milagros, los cuales revelaban completamente la autoridad y poder de Dios, los hombres aún fallaban al reconocer la palabra y obra de Jesucristo que Él era Dios mismo, la aparición de Dios. En vez de eso, sólo reconocieron a Jesucristo como un profeta o llamado Maestro. Así que, Dios sólo obraba de acuerdo con la estatura del pueblo en ese momento, y no lo hizo difícil para ellos; el Espíritu Santo simplemente testificó dentro del entendimiento del pueblo en ese momento, y llamó a Jesucristo el Hijo amado de Dios, permitiéndole temporalmente a los hombres creer que Jesucristo era el Hijo de Dios. De esta forma se adáptaba mejor a las concepciones del pueblo y fue más fácil aceptarlo. Ya que, en ese momento, Jesucristo sólo estaba haciendo la obra de redención, sin importar cuantas personas lo llamaran Jesucristo, lo importante era que ellos aceptaron a Jesucristo como el Salvador, les absolvió de sus pecados, y por tanto fueron calificados para disfrutar de la gracia de Dios. Entonces, el Espíritu de Dios testificó a Jesucristo de esta forma porque era más adecuado a la estatura de las personas en ese momento. Si comprendemos estas cosas, no veremos a Jesucristo como el Hijo de Dios por Su oración a Dios en el cielo, sino será claro que sin importar en qué posición oró Jesucristo, Él es nuestro Señor y nuestro Dios.
(Traducido del original en inglés al español por Carlos Alberto Diaz Acosta)
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