Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

¿Qué es un vencedor que es hecho completo antes del desastre?

2020-06-07 04:24:31 | Evangelio Diario
Palabras relevantes de Dios:
“Ser alcanzado” no es ser tomado de un lugar bajo para ser colocados en un lugar alto, como las personas imaginan. Esto es un tremendo error. Ser recogidos se refiere a Mi predeterminación y mi elección. Va dirigido a todos los que yo he predestinado y escogido. Quienes han logrado el estatus de hijos primogénitos, el estatus de Mis hijos o Mi pueblo, son todas ellas personas que han sido alcanzadas. Esto es sumamente incompatible son las nociones de las personas. Cualquiera que tenga participación en Mi casa en el futuro son, todas ellas, personas que han sido alcanzadas delante de Mí. Esto es absolutamente cierto, nunca cambia, y nadie las puede refutar. Este es el contraataque contra Satanás. Todo aquel a quien yo predestiné debería ser alcanzado delante de Mí.
de “Declaraciones y testimonios de Cristo en el principio”
La iglesia de Filadelfia se ha hecho una realidad y esto se ha debido por completo a la gracia y misericordia de Dios. Los santos han presentado su amor por Dios y nunca desfallecieron en su senda espiritual. Sé firme en la creencia de que el único Dios verdadero se ha hecho carne, que Él es la Cabeza del universo quien manda todas las cosas— ¡esto es confirmado por el Espíritu Santo y se corrobora mediante una prueba irrefutable! ¡Nunca puede cambiar!
[…]
Hoy Tú has completado todas las iglesias—la iglesia de Filadelfia—que es la realización de Tu plan de gestión de 6,000 años. Los santos ahora pueden ser humildemente obedientes ante Ti; están conectados entre sí en espíritu y se acompañan los unos a los otros en amor. Están conectados al origen de la fuente. El agua viva de la vida fluye sin cesar y limpia y purga toda la inmundicia y el cieno en la iglesia, purificando una vez más Tu templo. Nosotros hemos conocido al verdadero Dios práctico, caminado dentro de Sus palabras, reconocido nuestras propias funciones y deberes y hecho todo lo que podemos para entregarnos a la iglesia. Debemos tomar cada momento para guardar silencio ante Ti y prestar atención a la obra del Espíritu Santo para que Tu voluntad no sea bloqueada en nosotros. Entre los santos hay un amor mutuo, y las fortalezas de algunos compensarán los fracasos de otros. Camina en el espíritu en todo momento y obtén el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo; entiende la verdad y ponla de inmediato en práctica; mantén el paso con la nueva luz y sigue las pisadas de Dios.
[…]
Coopera de manera activa con Dios, sirve en coordinación y conviértete en uno, satisface la voluntad del Dios Todopoderoso, apresúrate a convertirte en un cuerpo espiritual santo, pisotea a Satanás y termina su destino. La iglesia de Filadelfia ha sido arrebatada enfrente de Dios y se manifiesta en la gloria de Dios.
de “Declaraciones y testimonios de Cristo en el principio”
Quienes son hechos completos antes del desastre son obedientes a Dios, confían en Cristo, son Sus testigos, y lo exaltan; son los hijos varones victoriosos y los buenos soldados de Cristo.
de “Declaraciones y testimonios de Cristo en el principio”
Aquellos a los que Dios alude como vencedores son los que siguen siendo capaces de mantenerse como testigos, de conservar su confianza, y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y bajo su asedio, es decir, cuando están entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro y tu amor genuino por Dios pase lo que pase, te mantienes como testigo ante Él, y esto es a lo que Él se refiere como ser un vencedor.
de ‘Debes mantener tu lealtad a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Como alguien que cree en Dios, debes entender que, en la actualidad, al recibir la obra de Dios en los últimos días y toda la obra del plan de Dios en ti, en verdad has recibido una inmensa exaltación y la salvación de Dios. Toda la obra de Dios en el universo entero se ha centrado en este grupo de personas. Él ha dedicado todos Sus esfuerzos a vosotros y ha sacrificado todo por vosotros; Él ha reclamado y os ha dado toda la obra del Espíritu sobre todo el universo. Por eso es que os digo que sois afortunados. Más aún, Él ha desplazado Su gloria de Israel, Su pueblo elegido, a vosotros, con el fin de lograr que el propósito de Su plan se manifieste completamente a través de vuestro grupo de personas. Por lo tanto, vosotros sois los que vais a recibir la herencia de Dios, y aún más, vosotros sois los herederos de la gloria de Dios. Tal vez vosotros recordáis estas palabras: “Porque esta pequeña aflicción, que es momentánea, obra en nosotros un peso de gloria que sobrepasa todo y que es eterno”. En el pasado, vosotros habéis oído esta sentencia, sin embargo, nadie comprendió su verdadero significado. Hoy en día, vosotros conocéis bien el verdadero significado que ellas poseen. Estas palabras reflejan lo que Dios logrará en los últimos días. Y serán cumplidas sobre aquellos cruelmente afligidos por el gran dragón rojo en la tierra donde se encuentra. El gran dragón rojo persigue a Dios y es el enemigo de Dios, por lo que, en esta tierra, los que creen en Dios son sometidos a humillación y persecución. Es por ello que estas palabras se volverán ciertas en vuestro grupo de personas. A medida que la obra se lleva a cabo en una tierra que se opone a Dios, toda Su obra se encuentra con un obstáculo desmesurado, y muchas de Sus palabras no pueden cumplirse en el momento oportuno; por lo que la gente es refinada a causa de las palabras de Dios. Esto también es un elemento de sufrimiento. Es muy arduo para Dios llevar a cabo Su obra en la tierra del gran dragón rojo, pero es a través de esta dificultad que Dios realiza una etapa de Su obra para manifestar Su sabiduría y acciones maravillosas. Dios aprovecha esta oportunidad para hacer que este grupo de personas sean completadas. Debido al sufrimiento de la gente, su calibre, y todo el carácter satánico de la gente en esta tierra impura, Dios lleva a cabo Su obra de purificación y conquista, de manera que, al hacerlo así, Él pueda obtener la gloria y ganarse a los que dan el testimonio de Sus obras. Este es el significado completo de todos los sacrificios que Dios ha hecho para este grupo de personas.
de ‘¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?’ en “La Palabra manifestada en carne”
El hombre será hecho completamente perfecto en la Era del Reino. Después de la obra de conquista, el hombre estará sujeto al refinamiento y la tribulación. Los que puedan vencer y mantener el testimonio durante esta tribulación son los que al final serán hechos completos; son los vencedores. Durante esta tribulación al hombre se le exige aceptar este refinamiento y este refinamiento es la última vez de la obra de Dios. Es la última vez que el hombre será refinado antes de la consumación de toda la obra de la gestión de Dios y todos los que sigan a Dios deben aceptar esta prueba final, deben aceptar este último refinamiento. Los que son asediados por la tribulación no tienen la obra del Espíritu Santo y la guía de Dios, pero los que han sido realmente conquistados y ciertamente buscan a Dios, al final se mantienen firmes; son los que poseen una humanidad y que verdaderamente aman a Dios. No importa qué haga Dios, estos victoriosos no serán despojados de las visiones y seguirán poniendo en práctica la verdad sin fallar en su testimonio. Son los que al final emergerán de la gran tribulación.
de ‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
Ya he dicho antes que un grupo de vencedores será ganado del Este, vencedores que proceden de la gran tribulación. ¿Qué significan estas palabras? Quieren decir que estas personas que han sido ganadas sólo obedecieron de verdad después de pasar por el juicio y el castigo, de ser tratados y podados, y de todo tipo de refinamiento. La creencia de estas personas no es imprecisa ni abstracta, sino práctica. No han visto señales y prodigios ni milagros; no hablan de letras y doctrinas incomprensibles ni de percepciones profundas, sino que tienen realidad y las palabras de Dios, y un conocimiento verdadero de Su realidad
de ‘Todo se realiza por la palabra de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne” 
 
 
 

Dominar 3 principios para recibir el regreso del Señor Jesucristo

2020-06-04 23:44:40 | Evangelio Diario
Yanjin
Poder recibir la segunda venida del Señor Jesús es el mayor deseo de quienes creen sinceramente en el Señor. Entonces, ¿cómo podemos recibir al Señor Jesús? A continuación veremos unas enseñanzas sobre las tres principales vías para que podamos recibir juntos el regreso del Señor.
 
1. No te ampares en nociones y fantasías, ten un corazón temeroso de Dios
Dice Dios: “Ya que Mis pensamientos no son los de vosotros, ni vuestros caminos son los míos, dijo Jehová. Ya que los cielos son más altos que la tierra y Mis caminos más altos que los de vosotros y Mis pensamientos que los de vosotros” (Isaías 55:8-9)*. “Deberíamos saber todos que Satanás ha corrompido a las personas, que son de la carne. Su naturaleza es oponerse a Dios, y no están en paridad con Él, mucho menos pueden ofrecer consejo para la obra de Dios. Cómo guía Él al hombre es Su propia obra. El hombre debería someterse, y no tener tal y tal opinión, porque no es sino polvo” (“Prefacio”). Dios es el Señor de la creación y Su obra y Sus palabras revelan Su autoridad, Su poder, Sus maravillas y Su sabiduría. Concuerden o no Sus actos con nuestras nociones y tanto si los entendemos como si no, todos debemos buscar, aceptar y someternos con un corazón temeroso de Dios porque Él es el Creador. Esta es la clase de razonamiento que deberíamos tener como seres humanos. Si somos arrogantes y nos amparamos en nuestras nociones y fantasías para delimitar la obra de Dios, si siempre nos aferramos a muchas de nuestras ideas sobre el regreso del Señor y exigimos que Dios haga esto o aquello, seremos proclives a hacer cosas opuestas a Dios. De igual modo, cuando el Señor Jesús vino a obrar, los fariseos carecían por completo de un corazón que venerara a Dios, por lo que no se dedicaron a buscar en relación con Su obra. Sabían bien que las palabras manifestadas por el Señor Jesús poseían autoridad y poder, pese a lo cual adoptaron con insolencia sus propias nociones y fantasías como ciertas, creyendo que cuando viniera Dios se llamaría Mesías y nacería en el seno de un linaje aristocrático para ser rey de los judíos. No obstante, cuando vino Dios, se llamaba Jesús y había nacido en una familia normal. Tampoco hacía de rey suyo, por lo que los fariseos lo juzgaron creyendo que el Señor Jesús no era ni el Mesías ni Dios. Según sus fantasías, los fariseos creían que, cuando viniera el Mesías, les daría esclarecimiento y se revelaría a ellos en primer lugar, y que obraría desde el interior del templo. No creían que fuera a obrar y predicar en medio de personas tan humildes como prostitutas, taberneros y pescadores; creían que seguiría guiándolos a ellos para que cumplieran las leyes del Antiguo Testamento. Sin embargo, durante Su obra, el Señor Jesús salía del templo y con frecuencia se sentaba a partir el pan con los pecadores. Predicaba y obraba en medio de la plebe, obraba en el sabbat, permitía que ese día Sus discípulos arrancaran y comieran grano, exigía a Sus seguidores que cumplieran las enseñanzas de la nueva era, etc. No obstante, los fariseos se aferraban con arrogancia y terquedad a sus nociones y fantasías, oponiéndose, condenando, juzgando y blasfemando con todas sus fuerzas al Señor Jesús. Acabaron confabulándose con el Gobierno romano para crucificarlo, lo que ofendió gravemente el carácter de Dios, y sufrieron Su justo castigo. El fracaso de los fariseos nos muestra claramente que ampararnos en nuestras nociones y fantasías a la hora de abordar las palabras y la obra de Dios hace posible que nos opongamos a Él y ofendamos Su carácter. Esto nos conduce al rechazo y el castigo de Dios. Por tanto, al recibir la venida del Señor, de ninguna manera podemos delimitarla ni juzgarla según nuestras nociones y fantasías. Por el contrario, debemos olvidarnos de ellas, conservar un corazón que venere a Dios y buscar la verdad con una mentalidad abierta basándonos en las palabras del Señor. Esta es la única vía para poder recibir el regreso del Señor. Tal como afirmó el Señor Jesús: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. […] Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” (Mateo 5:3, 6).
 
2. Busca e investiga activamente el camino verdadero
El Señor Jesús enunció: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). Este versículo muestra la exigencia del Señor Jesús de que seamos vírgenes prudentes; siempre que alguien clame que el novio ha venido, o sea, si alguien predica en los últimos días que el Señor ha regresado, debemos buscarlo e investigarlo activamente. Debemos centrarnos en oír la voz de Dios. Esta es la única vía para poder recibir al Señor y ser arrebatados ante Su trono en las alturas. Ahora bien, algunos hermanos y hermanas han ignorado esta importante exigencia del Señor. Sólo escuchan lo que dicen los pastores y ancianos y creen que, en tanto que se aferren al nombre del Señor, oren y lean la Biblia con frecuencia y cumplan diligentemente con su trabajo para el Señor, cuando Él venga podrán recibirlo; no es preciso que salgan a buscar e investigar. Algunos pastores y ancianos llegan a advertir a sus hermanos y hermanas de que estamos en los últimos días, por lo que cada vez hay más falsos Cristos y anticristos y no deberían escuchar, ver ni entrar en contacto con absolutamente nadie que difunda la buena nueva del regreso del Señor. Alegan que esa es la única forma de que no los engañen. Yo considero que, en comparación con lo que nos exige el Señor Jesús, nuestro modo de pensar no concuerda con la verdad ni con la voluntad del Señor. En el momento crucial de la venida del Señor, si oímos un testimonio de que el Señor Jesús ha regresado, pero continuamos esperando pasivamente en vez de buscar e investigar de manera proactiva, ¿cómo podremos recibir al Señor? Si simplemente excluimos al Cristo verdadero porque tememos que los falsos Cristos nos engañen, ¿no estamos precisamente tirando piedras sobre nuestro propio tejado? ¿No sería entonces muy probable que perdiéramos la oportunidad de recibir la venida del Señor? El Señor Jesús nos hizo una promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Y la Biblia manifiesta: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17). Aquí vemos que solamente si escuchamos los sermones y nos centramos en la búsqueda y el estudio de manera activa, podremos recibir la guía de Dios. Especialmente cuando se trata de recibir la venida del Señor, debemos orarle con sinceridad y, cuando oigamos la buena nueva de Su venida, hemos de buscar activamente; así obtendremos el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo y recibiremos el regreso del Señor. Es igual que cuando Pedro, antes de que lo exhortara el Señor en la Era de la Gracia, oyó hablar de los actos del Señor Jesús y ansiaba ver a Aquel que difundía el evangelio del reino de los cielos. Al oír anunciar a su hermano Andrés “Hemos hallado al Mesías” (Juan 1:41), Pedro tomó la iniciativa de ir con él a ver al Señor Jesús, y a través de Su obra y Sus palabras comprobó que era el Mesías. Acabó dejándolo todo para seguir al Señor Jesús y recibió Su salvación. Por eso es clave que nos dediquemos a buscar e investigar activamente cuando oigamos a alguien difundir la buena nueva del regreso del Señor Jesús.
 
3. Céntrate en oír la voz de Dios
 
El Señor Jesús fue claro con nosotros: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12–13). “Mis ovejas oyen mi voz” (Juan 10:27). Esto también aparece profetizado en múltiples ocasiones en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Y el capítulo 3, versículo 20, dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Partiendo de las palabras del Señor Jesús y las profecías del Apocalipsis podemos señalar que, cuando el Señor Jesús regrese en los últimos días, pronunciará más palabras para regarnos y sustentarnos con las verdades que no comprendemos. Cuando oigamos la buena nueva del regreso del Señor y reconozcamos la voz de Dios en Sus manifestaciones podremos seguir las huellas del Señor y asistir al banquete del Cordero. Por eso es tan importante que nos centremos en oír la voz de Dios para recibir el regreso del Señor Jesús.
Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? No depende de cuánta aptitud tengamos ni de cuánto tiempo llevemos creyendo, sino de nuestra intuición, del razonamiento de nuestro espíritu, de ese sentimiento compartido dentro de nuestros corazones. Cualquiera que tenga corazón y espíritu puede sentirlo con toda certeza. Tal como afirmara Jehová: “Que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen, pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Deuteronomio 5:9–10). Cuando Jehová Dios le hizo una promesa a Abraham, dijo: “Haré de ti una nación grande, […] Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:2–3). Y el Señor Jesús declaró lo siguiente: “Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí” (Mateo 5:10–11). Además, cuando el Señor Jesús maldijo a los fariseos, exclamó: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!” (Mateo 23:13). “¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?” (Mateo 23:33). Al leer las palabras de Dios, a todos nos resulta evidente que son la verdad, que poseen poder y autoridad y no podrían salir de boca humana. Las palabras de Dios desvelan misterios y nos hablan del plan de gestión de Dios, que nunca antes hemos conocido. Las palabras de Dios van directamente al meollo de la esencia corrupta de los seres humanos e incluso pueden dejar al descubierto la corrupción más hondamente escondida en nuestros corazones. En ellas vemos la naturaleza y esencia de toda clase de personas. Por otro lado, las palabras de Dios nos proveen de sustento de vida al señalarnos una senda concreta de práctica y resolver nuestras dificultades prácticas, tal como expresara el Señor Jesús en cuanto a verdades como la manera de tratar al prójimo o de abordar a nuestros enemigos. Eso nos dio una senda clara de práctica para relacionarnos con los demás y así supimos cómo tratar a otras personas. Estos son los principios para discernir si algo es o no la voz de Dios.
De hecho, todos los discípulos que siguieron al Señor Jesús en la Era de la Gracia, como Pedro, Juan y Santiago, eran personas que lo oyeron hablar y predicar y creyeron que Sus palabras estaban llenas de autoridad y poder, de que estaban en posesión de la verdad. Las consideraron palabras de Dios, por lo que reconocieron que el Señor Jesús era la venida del Mesías, lo siguieron y recibieron Su salvación. Y aparte, Bartolomé, que supo dentro de sí que el Señor Jesús era Hijo de Dios cuando Aquel le dijo: “He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. […] Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi” (Juan 1:47–48). En ese momento supo que el Señor era el rey de los israelitas, pues, pese a que el Señor Jesús no lo conocía de antes, sabía que oraba en silencio y le había dicho que no había engaño en él. Bartolomé se dio cuenta de que únicamente Dios puede escrutar el corazón del hombre; la gente normal carece por completo de esa habilidad y autoridad. Por tal motivo, cuando nos hallemos ante las palabras del Señor en los últimos días, en la medida en que las meditemos y escuchemos sincera y atentamente con el corazón, podremos reconocer la voz de Dios. Todos aquellos capaces de oír la voz de Dios, que lo acepten y se sometan a Él recibirán el regreso del Señor y serán arrebatados ante el trono de Dios en las alturas para que asistan al banquete del Cordero. Todas esas personas son vírgenes prudentes y las más bendecidas que hay.
Ya conocemos las tres principales vías para recibir la venida del Señor. La primera, no ampararnos en nociones y fantasías y tener un corazón temeroso de Dios. La segunda, buscar e investigar activamente el camino verdadero. La tercera, centrarnos en oír la voz de Dios. Creo que siempre y cuando practiquemos de acuerdo con estas tres vías, sin duda podremos recibir el regreso del Señor Jesús.
El Señor esté con nosotros, ¡amén!
Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

Las vírgenes prudentes escuchan la voz de Dios y reciben al Señor

2020-06-03 18:37:21 | Evangelio Diario
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;” (Juan 10:27).
“Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6).
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
De estos versículos podemos ver que vendrá el Señor en secreto en los últimos días, y cuando venga a llamar a la puerta, las vírgenes prudentes escucharán la voz de Dios y saldrán a recibirlo. Por eso, si queremos recibir el regreso del Señor, también debemos ser una virgen prudente que escucha la voz de Dios.
Dios dice: “[...] ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida”.
Ver más :
Las vírgenes prudentes pueden reconocer la voz de Dios
Querida hermana Muzhen:
¡Paz para ti en el Señor! Estoy muy contenta de recibir tu carta. En la carta, mencionaste que la venida del Señor está cerca, para ser una virgen prudente esperando y dando la bienvenida al regreso del Señor, intencionalmente lees la Biblia y oras más, y trabajas más para el Señor. Pero no te hace sentir entusiasmo con el espíritu, ni hace que tu fe y amor aumente. Te preguntas si eres una virgen prudente al seguir así y con ganas de saber cómo practicar para recibir la venida del Señor. Hermana Muzhen, su pregunta es muy importante para nosotros, los cristianos, porque todos y cada uno de nosotros queremos ser una virgen prudente para recibir el regreso del Señor y finalmente asistir a la fiesta del reino de los cielos junto con Él. Ninguno de nosotros queremos ser una virgen insensata abandonada por el Señor. Pero, ¿cómo debería uno practicar para ser una virgen prudente? Con respecto a este tema, hablaré sobre mi comprensión. ¡Espero que pueda ser beneficioso para tí!
El Señor Jesús dijo una vez: "Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas" (Mateo 25:1-4). De este verso, vemos que al esperar el regreso del Señor, las vírgenes prudentes tomaron activamente aceite en sus vasijas. Por eso, no serían abandonados por el Señor y finalmente irían a la fiesta del cielo junto con el Señor. Por lo general, después de leer esta escritura, los hermanos y hermanas pensarán según su imaginación que mientras leemos la Biblia, observemos y oremos, somos fieles al camino del Señor, trabajemos para el Señor y difundimos más el evangelio, estamos preparando aceite y somos las vírgenes prudentes al hacerlo. Y luego, cuando el Señor venga, nos deleitamos con Él. Sin embargo, ¿son las vírgenes prudentes aprobadas por el Señor las mismas que hemos pensado? Echemos una mirada retrospectiva a la Era de la Ley, antes de que el Señor Jesús viniera a trabajar, las escribas y fariseos anhelaban la venida del Mesías. No sólo conocían bien la Biblia, sino que también se aferraban a las leyes y los mandamientos, a menudo oraban a Dios e incluso viajaban por tierra y mar para difundir la obra de Dios. Si era como lo que imaginábamos, los fariseos que practicaban así estaban preparando aceite y estaban mejor calificados para encontrarse con el Mesías y recibir la salvación de Dios con lo que ellos hicieron. Sin embargo, ¿cuál fue el hecho? Cuando el Señor Jesús vino a trabajar, los fariseos no reconocieron que el Señor Jesús era el Mesías venidero, sino que guardaron el nombre de Mesías y resistieron y rechazaron la obra del Señor Jesús; finalmente, crucificaron al Señor Jesús y fueron maldecidos y castigados. Por el hecho de que los fariseos resistieron a Dios y fueron castigados, podemos ver que difícilmente califican como vírgenes prudentes simplemente leer más la Biblia, observar y orar, aferrarse al camino de Dios y trabajar más para Dios.
Entonces, ¿qué son las vírgenes prudentes? Echemos un vistazo a cómo los judíos y los discípulos que siguieron al Señor Jesús lo reconocieron y lo aprobaron. Todos sabemos que la Biblia registra la historia de una mujer samaritana. Cuando oyó que el Señor Jesús dijo: "porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad" (Juan 4:18). "Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?" (Juan 4:29). A partir de estos versículos, podemos ver que la mujer samaritana se dio cuenta de que el Señor Jesús era Cristo, porque sabía que sólo Dios puede velar por todo, conocer los secretos más íntimos del hombre y expresarle todas las cosas que hizo. Nadie excepto Dios tenía tal autoridad y poder. Entonces, cuando el Señor Jesús le dijo acerca de sus maridos, una vez reconoció que Él era Cristo. Por su experiencia, se puede ver que su sabiduría era que podía reconocer la voz de Dios y que una vez que escuchaba la voz de Dios, podía aceptar la verdad y así obtener la salvación del Señor Jesús. Además, podemos ver en la Biblia que las personas, como Pedro y Natanael, también reconocieron al Señor por sus palabras y lo siguieron.
A través de estos hechos, podemos entender que el punto más crítico para ser una virgen prudente es poder discernir la voz de Dios. En Proverbios capítulo 9 versículo 10 dice: "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia."* Obviamente, para ser vírgenes prudentes y dar la bienvenida al regreso del Señor, no basta con que pongamos atención a leer la Biblia, orar y trabajar más por el Señor. En Apocalipsis capítulo 3 versículo 20, Dios dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo". Muestra que cuando Dios venga de nuevo en los últimos días, Él continuara hablando. Entonces, es absolutamente vital reconocer la voz del Señor. Sólo aquellos que pueden reconocer la voz de Dios y tomar sobre sí mismos para recibir Su llegada son vírgenes prudentes, y pueden asistir a la fiesta del reino de los cielos junto con el Señor. Sin embargo, aquellos que no pueden reconocer la voz de Dios como los fariseos, e incluso odian y rechazan a Dios pero no lo aceptan cuando escuchan la voz de Dios, están condenados a ser abandonados por el Señor.
Ahora, debes estar ansioso por saber: ¿Cómo podemos reconocer la voz de Dios? Una vez, leí un pasaje de una confraternidad al respecto en un libro espiritual. Compartiré varios principios para discernir la voz de Dios contigo a continuación.
1. La palabra expresada por Dios es la verdad. Puede ser la vida del hombre, suplir sus necesidades y darle al hombre un camino a seguir.
El Señor Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6). Y en Juan capítulo 1 versículo 1-4 dice: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios. […] En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". De las escrituras, podemos seguramente decir que Dios mismo es la verdad, el camino y la vida. Entonces la palabra expresada por Dios es la verdad. Puede proporcionar al hombre de acuerdo con sus necesidades reales para que tenga un camino para caminar y pueda recibir provisión de vida. Mire atrás a la Era de la Ley: después de que el hombre fue corrompido por Satanás, simplemente no tenían idea de cómo llevar una vida, e incluso no sabían cómo adorar a Dios. Entonces, Jehová Dios promulgó leyes y mandamientos para guiar a los israelitas a vivir en la tierra según su estado en ese momento. Estas leyes y mandamientos son las palabras de la verdad y el suministro de vida más práctico. En el final de la Era de la Ley, el hombre no cumplió la ley y a menudo pecó. Si esto continúa, el hombre debería perecer bajo la ley. En ese momento, el Señor Jesús vino y trajo al hombre no solo la ofrenda por el pecado, sino también la nueva forma de practicar. Él instruyó al hombre a confesar sus pecados y arrepentirse ante el Señor, a ser tolerante, paciente y perdonar al hombre, y a amar a los demás como a nosotros mismos, y así sucesivamente. La expresión del Señor Jesús fue lo que los hombres en la Era de la Gracia más necesitaron y la vida de los hombres fue flexible. En los últimos días, ¿cómo nos guiará Dios al hablar? Hebreo capítulo 9 versículo 28 dice: "así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan". "Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios" (1 Pedro 4:17). "delante del Señor, porque Él viene; porque Él viene a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad" (Salmos 96:13). Y así, en los últimos días, Dios viene a pronunciar Su voz, ya no redimira al hombre del pecado. En cambio, Él juzga, purifica y salva al hombre de la esclavitud del pecado a través de la palabra de verdad. Creemos que esas vírgenes prudentes que están observando y esperando la voz del novio recibirán algunas revelaciones de ello.
2. El enunciado de Dios es la expresión de Su carácter, con autoridad y poder.
Hermanos y hermanas, todos sabemos que, al principio, Dios usó las palabras para crear todas las cosas en la tierra. Tan pronto como Él habla, Sus palabras se vuelven realidad. Así como en Salmos capítulo 33 versículo 9 dice: "Porque Él habló, y fue hecho; Él mandó, y todo se confirmó". En la era del Antiguo Testamento, Dios le promete a Abraham que su descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo, y tan abundante como la arena en la orilla del mar, y se ha cumplido. Todo lo dicho por Dios se cumplirá uno después del otro. Esta es la autoridad y el poder de la palabra de Dios. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús dijo: "pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna" (Juan 4:14). "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?" (Juan 11:25-26). "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros" (Mateo 23:15). La palabra del Señor Jesús tiene autoridad y poder. De Su palabra, podemos reconocerla como la voz de Dios, y darnos cuenta de que Sus palabras no sólo pueden mandar y gobernar sobre todas las cosas, sino que también pueden otorgarnos vida y verdad, y promesas y bendiciones, y aún más, pueden maldecir a aquellos que lo desobedecen y lo resisten. De la palabra de Dios, podemos ver que Dios tiene amor y misericordia sobre los que le creen y le aman; en cuanto a los que lo desobedecen y lo resisten, está lleno de majestad e ira. Por Sus palabras de maldecir a los fariseos, vemos que el carácter justo de Dios es intolerante a la ofensa del hombre. Cada oración de Dios contiene dentro de ella su carácter y aún más lleva la autoridad única del Creador. Todas las palabras que dice nunca pueden ser habladas por el hombre. En los últimos días, Dios juzgará a cada hombre de acuerdo con sus obras y pondrá fin a esta época perversa con las palabras llenas de su carácter justo. Si sólo estamos dispuestos a aceptar las tiernas palabras llenas de amor y misericordia, que están de acuerdo con nuestras concepciones, probablemente perdamos la oportunidad de recibir el regreso del Señor.
3. La palabra expresada por Dios puede revelar los misterios en la obra de gestión de Dios.
El Señor Jesús dijo: "…de la misma manera será en el fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga" (Mateo 13:40-43). "No todo el que me dice:' Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). Sus palabras nos dijeron que Dios enviaría a Sus ángeles para separar el bien del mal, clasificando a todos los hombres según su bondad. El que hace la voluntad de Dios puede entrar en el reino de los cielos. Estas palabras expresadas por Dios son misterios del cielo y también son el resultado que finalmente se logrará cuando Dios salve al hombre y gestiona al hombre. La razón por la cual el Señor Jesús pudo descubrir estos misterios es porque Él es Dios mismo; Él es el Señor del reino de los cielos. Sólo Dios sabe qué tipo de hombre puede entrar en el reino de los cielos, es decir, la expresión de Dios puede revelar misterios de Su obra de gestión. Y esta es otra característica de discernir la voz de Dios. Además, el Señor Jesús dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir" (Juan 16: 12-13). Por lo tanto, la verdad que el Señor ha expresado cuando viene nuevamente no es una cantidad limitada de lo que recibimos antes, porque Dios expresa toda la verdad que el hombre necesita para abastecer a quienes la padecen y sedienta de ella y hacer que toda la gestión trabaje para salvar al hombre conocido por todos. Las vírgenes prudentes seguramente pueden tomar este punto como la característica principal de discernir la voz de Dios.
4. La palabra de Dios puede revelar las mentes y los pensamientos corruptos del hombre.
Por ejemplo, el Señor Jesús dijo: "Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre" (Marcos 7:20-23). El Señor Jesús revela las mentes, los pensamientos y la naturaleza del hombre, para que podamos reconocer los pecados dentro de nuestros corazones. Dado que los hombres fuimos creados por Dios, aunque no conocemos nuestra corrupción en absoluto después de que fuimos corrompidos por Satanás, Dios tiene una comprensión profunda de nosotros. Entonces, sólo Dios puede revelar las raíces de nuestra corrupción y esencia de nuestra naturaleza, que nadie puede alcanzar. Al igual que los fariseos de la época, a los ojos de los judíos, son ellos quienes sirven a Dios piadosamente. Pero el Señor Jesús pudo ver a través de sus corazones que odian la verdad y aman la maldad, y los reveló diciendo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia" (Mateo 23:27). La verdad es la luz. Cualquier oscuridad y mal se revelará en la luz. Un pasaje de la palabra de Dios dice: "Así como la luna siempre sigue al sol, la obra de Dios nunca cesa, y se lleva a cabo en ti, en mí, en él y en todos los que siguen las pisadas de Dios y aceptan el juicio y el castigo de Dios". En los últimos días, Dios expresa la verdad para juzgar toda injusticia de nosotros, y seguramente expondrá nuestra disposición satánica y corrupta que no podemos conocer a la luz. Si no poseemos un corazón que teme a Dios o un corazón para aceptar la verdad como lo hacen las vírgenes prudentes, es difícil para nosotros recibir la salvación de Dios en los últimos días.
La voz de Dios es la expresión que Él le habla a la humanidad, y la expresión del carácter y el ser de Dios. la palabra de Dios tiene autoridad y poder, que no puede ser expresada por ninguna humanidad corrupta. La palabra de Dios es la verdad y la forma en que puede suministrar directamente la vida del hombre; La palabra de Dios puede poner fin a la vejez y abrir una nueva era, y aún mejor para descubrir los misterios de su trabajo de gestión; La Palabra de Dios puede revelar la corrupción del hombre y salvarlos para liberarse del mal. todas estas son las características únicas en su discurso. Si dominamos estos principios para discernir la voz de Dios, al escuchar la voz de Dios, no será difícil conocer a Dios.
Hermana Muzhen, espero que la confraternidad anterior sea útil para usted. Que todos seamos vírgenes prudentes y busquemos con nuestros corazones y escuchemos la voz del Señor para que podamos recibir pronto la venida del Señor y celebrar con Él. Gracias a Dios por traernos tal iluminación de la verdad. ¡Toda la gloria sea para el Señor!
Atentamente,
Si'en
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Catástrofes frecuentes: cómo ser vírgenes prudentes a la hora de recibir al Señor

2020-05-26 04:36:54 | Evangelio Diario
El Señor Jesús dijo: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:6-8). Un creciente número de catástrofes está teniendo lugar actualmente en todo el mundo: el coronavirus en Wuhan, las langostas en África, los incendios forestales en Australia y otros desastres han eclosionado uno tras otro. También han aparecido las cuatro lunas de sangre. Las profecías de la venida del Señor se han cumplido en lo fundamental; el Señor ya tiene que haber regresado. A muchos creyentes en el Señor les preocupa la siguiente cuestión: ¿Cómo podemos convertirnos en vírgenes prudentes a la hora de recibir el regreso del Señor? El Señor Jesús dijo una vez: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas” (Mateo 25:1-4). Vemos en las Escrituras que las vírgenes prudentes prepararon aceite para sus lámparas y esperaron con veneración la venida del Señor. Al final pudieron recibirlo y asistir al banquete del reino de los cielos. Por eso muchos hermanos y hermanas creen que, siempre que lean sistemáticamente las escrituras, asistan a reuniones, asuman de manera diligente el trabajo para el Señor y aguarden con veneración, habrán preparado el aceite, serán vírgenes prudentes y el Señor los ascenderá al reino de los cielos cuando venga. Sin embargo, esta ha sido nuestra práctica durante muchos años y ahora han llegado todo tipo de catástrofes, pero aún tenemos que recibir al Señor. Esto no nos deja más opción que reflexionar para preguntarnos: ¿Trabajar para el Señor de manera tan diligente significa ser una auténtica virgen prudente? ¿Podremos recibir al Señor y ser ascendidos antes de la tribulación?
 
Leyendo las Escrituras, orando y trabajando de manera diligente para el Señor, ¿nos convertimos en vírgenes prudentes?
Recordemos a los escribas, los sumos sacerdotes y los fariseos. Todos ellos eran muy eruditos de las Escrituras y sus familias habían servido a Dios durante generaciones. Obedecían estrictamente la ley, cumplían los mandamientos, trabajaban de manera diligente e incluso viajaban por todo el mundo para difundir el evangelio de Dios. Puede decirse que trabajaron mucho, soportaron no pocos sufrimientos y aguardaron con veneración la llegada del Mesías. Según nuestras nociones y fantasías, ellos deberían haber sido las vírgenes prudentes que prepararan el aceite; deberían haber sido más aptos que nadie para recibir al Señor y obtener Su salvación y Su gracia. Sin embargo, ¿cuál fue la realidad? Cuando el Señor Jesús se hizo carne para venir a realizar Su obra, estas personas no solo no lo reconocieron, sino que hasta creyeron, en función de sus nociones y fantasías, que “quien no se llame ‘Mesías’ no es Dios”. Oían de forma nítida que las palabras del Señor tenían autoridad y poder, pero, basándose en sus nociones y fantasías, condenaban la obra y las palabras del Señor Jesús porque se desviaban de las Escrituras. Con esta justificación negaban que el Señor fuera Dios mismo y también se valían de esto para juzgar al Señor Jesús y blasfemar contra Él. No tenían ni un ápice de veneración hacia Dios en su corazón; no entendieron ni buscaron ni investigaron esto. Incluso colaboraron con el Gobierno romano para crucificar al Señor Jesús y acabaron castigados por Dios. Así pues, ¿puede afirmarse que los fariseos fueron vírgenes prudentes? Solo se preocupaban de afanarse por trabajar y de respetar las leyes del Antiguo Testamento, pero no tenían el menor conocimiento de Dios; eran incapaces de oír la voz de Dios. Se les podría denominar las vírgenes más insensatas. Entonces, ¿qué es realmente una virgen prudente? Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es una virgen prudente?
El Señor Jesús dijo una vez: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’” (Mateo 25:6). En las Escrituras vemos que las vírgenes prudentes son capaces de recibir al novio, principalmente, porque dan gran importancia a escuchar la voz de Dios. Cuando oyen clamar que viene el novio, las vírgenes prudentes toman la iniciativa de salir a recibirlo, buscan e investigan. Al final oyen la voz de Dios en las palabras de Dios, por lo que reciben al Señor. Es igual que cuando la mujer samaritana, como consta en las Escrituras, oyó decir al Señor Jesús: “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad” (Juan 4:18). Se dio cuenta entonces de que solo Dios podía conocer y hablar de lo que había en su corazón. Atónita, gritó a quienes estaban allí: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será este el Cristo?” (Juan 4:29). Reconoció a partir de Sus palabras que el Señor Jesús era el Mesías cuya venida habían profetizado. Luego está Pedro, que mientras estuvo con el Señor comprobó que las palabras y la obra del Señor Jesús no eran cosas que un hombre normal pudiera decir y hacer. A partir de las palabras y la obra del Señor, reconoció que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios. También Natanael, Juan, Andrés y otros oyeron la voz de Dios en las palabras del Señor Jesús. Comprendieron a ciencia cierta que el Señor Jesús era el propio Dios y lo abandonaron todo para seguirlo. Estas son las únicas vírgenes prudentes.
Los hechos anteriores evidencian que no todos aquellos que leen las Escrituras, asisten a reuniones, asumen de manera diligente el trabajo para el Señor y aguardan con veneración son vírgenes prudentes. Ante todo, las vírgenes prudentes son quienes escuchan la voz de Dios y, cuando oyen a otros difundir el evangelio de Dios, son capaces de deponer sus nociones y fantasías e investigar la obra de Dios con un humilde corazón de búsqueda. Al final obtienen esclarecimiento de Dios, reconocen Su voz y reciben al Señor. Todos aquellos que no están atentos a escuchar la voz de Dios, que no buscan ni siquiera tras oír la verdad manifestada, que carecen de discernimiento, que solo se aferran con obstinación a las palabras textuales de las Escrituras y creen que trabajando, entregándose y haciendo ofrendas podrán recibir la aparición de Dios son vírgenes insensatas que acabarán perdiendo la salvación y la gracia de Dios.
Para evitar convertirnos en vírgenes insensatas, abandonadas y descartadas por Dios en medio de las catástrofes, en este momento crucial en que hemos de recibir la venida del Señor debemos convertirnos en vírgenes prudentes y centrarnos en procurar oír la voz de Dios. Está escrito en el Libro del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas profecías demuestran que, cuando el Señor regrese en el fin de los tiempos, va a declarar palabras. Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? Hablemos a continuación de algunos principios más.
1) Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder y son expresión del carácter de Dios
Como todos sabemos, en el principio Dios creó el mundo con declaraciones. Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder; en cuanto Dios hace una declaración, esta se lleva a cabo en la realidad. Tal como dijo Dios en el Libro del Génesis: “Sea la luz. Y hubo luz” (Génesis 1:3). “Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así” (Génesis 1:9). Dijo Jehová a Moisés: “Dirígete a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: seréis santos, porque Yo, Jehová, vuestro Dios, soy santo” (Levítico 19:2). También están las palabras con las que el Señor Jesús dejó en evidencia a los fariseos: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13).
Una vez que hemos oído las palabras de Dios, nos damos cuenta de que ningún ser humano normal podría decirlas. Las palabras de Dios pueden ordenar todas las cosas; estas son elaboradas y perfeccionadas por aquellas. Quienes se oponen y desobedecen a Dios también pueden ser condenados por Sus palabras. Nos asombra oírlas y podemos percibir que el carácter de Dios no tolera ofensa de ningún ser humano, que las palabras de Dios representan íntegramente Su estatus y autoridad y que en los últimos días debemos reconocer si lo que oímos es o no la voz del Señor que ha regresado. Así es como podemos recibir discernimiento.
2) Las palabras de Dios revelan misterios y dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad
Como todos sabemos, el Señor Jesús encarnado reveló muchos misterios durante el tiempo en que vino a obrar. Por ejemplo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17) y “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Precisamente porque el Señor reveló los misterios en torno a la entrada en el reino de los cielos sabemos que únicamente pueden entrar en él aquellos que se arrepienten verdaderamente y se convierten en hacedores de la voluntad del Padre celestial. Esto es algo que nunca hubiéramos sabido si el Señor Jesús no nos hubiera revelado este misterio.
Dios es, además, un Dios escrutador de las profundidades del corazón de las personas. Dios nos conoce exhaustivamente; solo Dios puede revelar nuestra corrupción y lo que mora en nuestro corazón. Por ejemplo, el Señor Jesús habló de cuando Natanael estaba debajo de la higuera y pudo reconocerlo a Él como el Mesías cuya venida habían profetizado. Asimismo, Mateo, el recaudador de impuestos, reconoció que el Señor Jesús era Dios porque Jesús hablaba del contenido de sus oraciones. Aquí podemos apreciar que las palabras de Dios no solo revelan misterios, sino que también dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad; esta es otra manera de discernir si algo es la voz de Dios.
3) Las declaraciones de Dios pueden proveer sustento de vida y una senda a las personas
El Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). El propio Dios es la verdad; Dios puede expresar la verdad para sustentar a la humanidad, en función de sus necesidades, en cualquier momento y lugar. En la Era de la Ley, la humanidad no sabía cómo vivir ni cómo adorar a Dios, por lo que Dios promulgó la ley por medio de Moisés para guiar a la gente en la vida. Tal como manifiestan los diez mandamientos: “Yo soy Jehová, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de Mí” (Deuteronomio 5:6-7). “No matarás. No cometerás adulterio. […] No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo […]” (Deuteronomio 5:17-21). Tras oír las palabras de Dios, la gente de la época sabía cómo debía vivir y adorar a Dios. Después, cuando el Señor Jesús vino a obrar y difundir el evangelio del reino de los cielos, comenzó a enseñar a las personas que debían confesar sus pecados y arrepentirse, ser tolerantes y pacientes, amar al prójimo como a sí mismas, ser la sal y la luz de la tierra, etc. De igual modo, cuando Pedro preguntó al Señor Jesús “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” (Mateo 18:21), Jesús le dijo directamente: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Al oír estas palabras del Señor, Pedro entendió que el perdón es algo que hemos de acatar; no está condicionado ni limitado a un número de veces. Entonces tuvo Pedro una senda de práctica.
Así pues, si alguien nos da ahora la buena nueva de que el Señor ha regresado y testimonio de que el Espíritu Santo está hablando a las iglesias, podemos escuchar y valorar si es posible que este camino nos provea sustento para nuestras necesidades actuales. En este momento todos vivimos en un estado de pecado y confesión del que no podemos salir. Si las palabras que nos dicen tienen la capacidad de señalarnos una senda para que nos liberemos del pecado y alcancemos la pureza, esto significa que el Señor Jesús ha regresado. Podemos discernir la voz de Dios basándonos en este único principio.
¿Te provee esta enseñanza una senda para que te conviertas en una virgen prudente y recibas al Señor? Espero que la compartas con otras personas si te ha sido útil. Mi deseo es que todos nos convirtamos en vírgenes prudentes que, de todo corazón, busquen y escuchen atentamente la voz del Señor. ¡Que pronto recibamos Su regreso y asistamos al banquete con Él!
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Traducido del original en inglés al español por Deuteronomio
 
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¿El juicio del gran trono blanco realmente solo juzgara a los gentiles?

2020-05-21 23:58:10 | Evangelio Diario
 
Apocalipsis 20:11-12: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras”.
Hablando del juicio del gran trono blanco, muchos hermanos y hermanas relacionan estas dos escrituras creyendo que el juicio del gran trono blanco está dirigido a los gentiles que no creen en Dios, y que cuando llegue el fin del mundo, el Señor Jesús tomará las represalias de acuerdo a lo que han hecho cada uno. Todos los gentiles que no creen en el Señor serán condenados y castigados, mientras que los que creen en el Señor ya han recibido la redención del Señor Jesús, podrán entrar en el reino de los cielos sin someterse a ningún juicio. Pero ¿realmente es así? Esta es la pregunta de la que vamos a hablar hoy.
En primer lugar, debemos de tener claro que estas dos escrituras son las visiones que vio Juan, ¿cómo exactamente se cumplirán las visiones? No es algo que podamos explicar claramente por el significado literal de las escrituras. Solo después de que se cumpla la obra de Dios, lo entenderemos realmente. Los pensamientos de Dios siempre superan nuestros pensamientos, la obra de Dios es maravillosa e impredecible, por lo que no lo podemos definir por nuestra imaginación. Entonces ¿qué dice la Biblia sobre la obra del juicio de Dios en los últimos días? Vamos a verla: “[...] pues viene a juzgar la tierra; Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad” (Salmos 98:9). “Juzgará entre las naciones,
y hará decisiones por muchos pueblos” (Isaías 2:4). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17).
Mencionado en las profecías “juzgar la tierra” “y a los pueblos” “Juzgará entre las naciones” “el juicio comience por la casa de Dios” etc., podemos ver claramente, que cuando llegue el fin del mundo el Señor vendrá a juzgar justamente a todas las naciones y pueblos. Diferente a como nos lo imaginábamos, de solo juzgar a los gentiles incrédulos. La obra del juicio de Dios de los últimos días empezará primero en la casa de Dios. Iniciará la obra del juicio en todas las personas que aceptaron la salvación de Dios. Lo que significa que Dios regresará en los últimos días para declarar las palabras del juicio. Todos aquellos que acepten la obra del juicio de Dios de los últimos días, serán juzgados, purificados y salvados. La obra del juicio comenzará en la casa de Dios para lograr a un grupo de vencedores antes del desastre. Los que realmente entrarán al reino de los cielos para obtener la vida eterna son los 144000 vencedores de ese grupo, que se predijo en el Apocalipsis. Por lo que se cumplió la profecía del Apocalipsis: “Y MIRÉ, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes. Y oí una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno: y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas: Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra. Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero. Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios” (Apocalipsis 14:1-5).
Hablando de esto, algunas personas pueden estar dudosas: “Hemos confesado nuestros pecados y nos hemos arrepentido ante el Señor cuando pecamos, así que podremos entrar en el reino de los cielos, ¿por qué todavía tenemos que ser juzgados por Dios?”
 
 
¿Por qué necesitamos ser juzgados después de ser perdonados?
Todos sabemos que el Señor Jesús hizo la obra de crucifixión para redimir a la humanidad. Después de aceptar al Señor Jesús como el Salvador, cuando cometemos los pecados, solo si confesamos al señor, nuestros pecados serán perdonados, y ya no seremos condenados ni sentenciados a muerte bajo la ley. Pero, esto no significa que dejamos de ser un pecador, ni significa que estamos haciendo la voluntad de Dios y podamos entrar directamente en el reino de los cielos. Sobre este aspecto, podemos ver dos pasajes de las palabras de Dios para entenderlo, Dios dice: “Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado”. “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”.
De las palabras de Dios podemos entender que la obra redentora del Señor Jesús ha perdonado nuestros pecados. Esto es porque Dios no recuerda nuestros pecados contra la ley, pero nuestra naturaleza pecaminosa no ha sido eliminada, y a menudo pecamos y nos oponemos al Señor involuntariamente. Por ejemplo, oramos todos los días confesando nuestros pecados, pero luego seguimos cometiendo los mismos pecados, esto es mentir abiertamente a Dios; en las relaciones entre personas, cuando una comienza a quebrantar nuestros intereses o herir nuestro orgullo, llegamos a odiarla, e incluso a vengarla; cuando vemos a algunos predicadores que pueden predicar, empezamos a adorarlos y a admirarlos, cuando nos sucede algo, no oramos a Dios, sino que buscamos a ellos para resolverlo, no importa si lo que dicen encaja con la verdad o no, escuchamos de todas formas, esa actitud es de adorar a un ídolo; y cuando tenemos un pequeño estatus en la iglesia, nos volvemos engreídos y no tenemos a Dios en el corazón, monopolizamos el poder en la iglesia y les pedimos a los hermanos y hermanas que nos escuchen, una vez que no nos escuchen, nos enfadamos e incluso les excluimos; cuando nos encontramos con algunas cosas como los desastres naturales y los desastres provocados por el hombre, nos enfadamos, nos quejamos, y culparemos a Dios e incluso hay peligro de dejar a Dios; etc. Estas situaciones se manifiestan en nosotros en diversos grados. Se puede ver que creemos en el Señor tan solo reconociendolo verbalmente el nombre de Dios, sin poder obedecer la palabra del Señor, como si se ha convertido en lo que dijo el Señor Jesús: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue”. Dios es justo y santo, y el reino de los cielos naturalmente también es santo. No permite que la suciedad permanezca, tal como dijo el Señor Jesús: “En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). El carácter de Dios no tolera ser ofendido, nosotros que no obedecemos la Palabra de Dios y que somos esclavos del pecado llenos de caracteres corruptos ¿cómo podemos estar calificados para entrar en el reino de los cielos? Dios es fiel, y salvará por completo a las personas. Por lo tanto, de acuerdo con nuestras necesidades, y de acuerdo con el propio plan de la obra de Dios, predice que llevará a cabo la etapa de la obra de juicio, para alcanzar la purificación de nuestra esencia corrupta, así estaremos calificados para entrar en el reino de los cielos. Así como dice la Biblia: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Se puede ver que cuando el Señor regrese en los últimos días, publicará la verdad y usará Sus palabras para juzgar, empezando por la casa de Dios, es decir, la obra del juicio del gran trono blanco, es para purificar nuestros pecados, haciendo que nuestra esencia corrupta cambie, siendo obedientes a Dios y amar a Dios, obteniendo la salvación completa de Dios. Por lo tanto, ¡es muy importante aceptar la obra del juicio de Dios en los últimos días para que podamos entrar en el reino de los cielos!
Cristo de los últimos días ha comenzado Su obra del juicio del gran trono blanco
Ahora, el signo de la catástrofe: las cuatro lunas de sangre ya han aparecido, las estrellas celestiales muestran signos de visión, terremotos, inundaciones, la plaga de langostas, y en 2019 la pandemia se ha extendido por el mundo entero. Los presagios del regreso del Señor Jesús “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:7-8), ya han aparecido. Entonces ¿ha regresado el Señor para hacer el juicio? En realidad, el Señor Jesús ya ha regresado, el Cristo encarnado, Dios Todopoderoso. Comenzó Su obra en 1991, y también el juicio del gran trono blanco, usando Sus palabras para juzgar y purificar a todos los que siguen a Dios Todopoderoso. Así que, ¿cómo está haciendo el Cristo de los últimos la obra del juicio?
Las palabras de Dios dicen: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios”.
Se puede ver que el juicio de Dios en los últimos días no es simplemente publicar algunas palabras, o decir algunas palabras de represión, sino publicar todas las verdades que sirvan para salvar la humanidad, por ejemplo, cómo Satanás corrompe a la humanidad, qué naturaleza corrupta sufrimos que nos conlleva a oponernos a Dios, cómo deberíamos actuar para obedecer a Dios, para amar a Dios, con qué tipo de personas se enoja Dios, a qué tipo de personas Dios les muestra misericordia, etc. La importancia de estas verdades es principalmente mediante el juicio revelar la corrupción humana. Al aceptar la pena de juicio de la Palabra de Dios, podemos ver la verdad de nuestra propia corrupción por Satanás, entender la raíz de nuestros crímenes y la oposición a Dios, y ver que ser corrompido por Satanás realmente es monstruoso, sin actuar ni siquiera un poco como un humano normal, lleno de arrogancia, maldad, egoísmo y otros caracteres satánicos, esto hace enojar a Dios, no son dignos de ser humanos, ni de ser salvados por Dios. En este momento, tendremos un verdadero remordimiento, y aceptaremos más pena de juicio de la Palabra de Dios, para lograr un cambio más puro. Al mismo tiempo, en el juicio de la Palabra de Dios, también experimentamos el carácter justo y majestuoso de Dios que no podemos ofender, entendemos la actitud de Dios hacia las cosas tanto buenas como malas, sentimos que la justicia de Dios está llena de misericordia y tolerancia, y cuando vemos la esencia de la belleza y la bondad de Dios, aceptamos arrepentirnos ante Dios y practicar la Palabra de Dios para cumplir los requisitos de Dios. Ahora, muchos hermanos y hermanas han experimentado el juicio de la Palabra de Dios, y tienen una comprensión real de Dios, su visión de la vida y sus valores han comenzado a cambiar, han podido poner en práctica algunas verdades y en la vida han podido tener diferentes cambios de temperamento en diferentes grados. Estos son los resultados de la obra del juicio de Dios en los últimos días. Por lo tanto, siempre y cuando aceptemos la obra del juicio de Dios en los últimos días, podemos ver la verdad de nuestra propia corrupción por parte de Satanás, conociendo la justicia de Dios y tener un corazón temeroso de Dios, romper la esclavitud del pecado, y conseguir la purificación, convirtiéndonos en personas que verdaderamente obedezcan y adoren a Dios. La obra del juicio de Dios en los últimos días es para ganar a un grupo de vencedores, también para purificar la esencia corrupta a las personas que verdaderamente obedezcan a Dios, tal como se profetiza en Apocalipsis: “Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de Él y el nombre de su Padre escrito en la frente. […] Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (Apocalipsis 14:1, 4-5). Y aquellos siervos malvados, anticristos y todos los demás que hacen el mal y resisten a Dios, que no aceptan el juicio de Cristo de los últimos días durante la obra de las palabras de Dios, cuya corrupción no ha sido limpiada y transformada, y quienes condenan a Cristo de los últimos días, serán expuestos como las cizañas, como los siervos malvados, y destruidos por el gran desastre después de que Dios logre formar a un grupo de vencedores.
Llegado hasta aquí, entendemos completamente que cuando Dios expresa la verdad, la obra del juicio del gran trono blanco en los últimos días predicha por el Apocalipsis ya ha comenzado. Dios usará primero Sus palabras para purificar y salvar a todos los que siguieron los pasos del Cordero, convirtiéndolos en un grupo de vencedores. Después de eso, Dios causará catástrofes para castigar y destruir este mundo viejo, malvado y sucio, y luego Dios aparecerá públicamente a toda la raza humana, terminando por completo Su obra del juicio y el reino de Dios aparecerá en la tierra. Es decir, para aquellos que acepten la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, el juicio será usar las palabras para purificar y salvar a ellos. Y para los gentiles y los que resisten a Dios, será el castigo y la destrucción de las personas con desastres tales como terremotos, hambrunas y plagas. Se puede ver que el juicio del gran trono de Dios en los últimos días es una bendición y salvación para aquellos que buscan y aceptan la verdad, y para los que se opongan a Dios serán revelados y eliminados.
Ahora, ¿todavía piensas que el juicio del trono blanco en los últimos días solo juzgará a los gentiles? Después de leer este artículo, ¿qué vas a hacer en la obra del juicio cuando regrese el Señor?
 
En el final de los últimos días, ¿Ccómo podemos recibir al Señor? ¿Cómo podemos entrar en el reino de los cielos y obtener la vida eterna? El Señor Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Si desea conocer el misterio de la venida del Señor y anhela asistir al banquete con Él, hable con nosotros a través de Messenger. 
 
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La obra de juicio de Dios en los últimos días es el juicio del gran trono blanco

2020-05-17 04:59:13 | Evangelio Diario
Versículos bíblicos como referencia:
“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17).
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:11-15).
Las palabras relevantes de Dios:
El “juicio” en las palabras anteriormente habladas —el juicio comenzará por la casa de Dios— se refiere al juicio que Dios pasa hoy sobre aquellos que vienen ante Su trono en los últimos días. Tal vez hay quienes creen en imaginaciones sobrenaturales como la de que, cuando hayan llegado los últimos días, Dios erigirá una gran mesa en los cielos sobre la cual se extenderá un mantel blanco y, luego, sentado en un gran trono con todos los hombres de rodillas sobre el suelo, Él revelará los pecados de cada hombre y así determinará si van a ascender al cielo o a ser enviados al lago de fuego y azufre. No importa cuáles sean las imaginaciones del hombre, la esencia de la obra de Dios no puede ser alterada. Las imaginaciones del hombre no son sino los constructos de los pensamientos del hombre y provienen del cerebro del hombre, resumidas y juntadas a partir de lo que el hombre ha visto y oído. Digo, por lo tanto, que por más brillantes que sean las imágenes concebidas, estas siguen siendo nada más que un esbozo y no pueden sustituir el plan de la obra de Dios. A fin de cuentas, el hombre ha sido corrompido por Satanás, así que, ¿cómo puede comprender los pensamientos de Dios? El hombre concibe que la obra de juicio de parte de Dios es particularmente fantástica. Cree que puesto que es Dios mismo quien hace la obra de juicio, entonces que esta debe ser de la más colosal escala e incomprensible para los mortales, y que debe resonar a través de los cielos y sacudir la tierra; de lo contrario, ¿cómo podría ser la obra de juicio de Dios? Cree que como esta es la obra de juicio, entonces Dios debe ser particularmente imponente y majestuoso a medida que obra, y los que están siendo juzgados deben gritar con lágrimas y suplicar de rodillas por misericordia. Tal escena debe ser un gran espectáculo y profundamente enardecedora… Todos imaginan que la obra de juicio de Dios debe ser preternaturalmente maravillosa. ¿Sabes, sin embargo, que Dios comenzó la obra de juicio entre los hombres desde hace mucho tiempo y todavía estabas acurrucado en el nido acogedor? ¿Que el momento en el que piensas que la obra de juicio de Dios está comenzando oficialmente, ya es el momento en el que Dios haga de nuevo el cielo y la tierra? En ese momento, tal vez sólo habrás acabado de entender el significado de la vida, pero la implacable obra de castigo de Dios te llevará, todavía profundamente dormido, al infierno. Sólo entonces te darás cuenta repentinamente de que la obra de juicio de Dios ya habrá concluido.
de ‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios.
de ‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios guarda silencio y nunca se nos ha aparecido, sin embargo, Su obra nunca se ha detenido. Ve todas las tierras y manda a todas las cosas y contempla todas las palabras y obras del hombre. Su gestión es conducida por pasos, y de acuerdo a Su plan. Este avanza en silencio, sin un efecto dramático, pero Sus pisadas avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, inmediatamente seguido por el descenso de Su trono entre nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu llega entre todos nosotros. Es sabio, es justo y majestuoso; Él llega entre nosotros en silencio, dueño de la autoridad y lleno de amor y compasión. Nadie está consciente de Su llegada, nadie acoge Su llegada y, más aún, nadie sabe todo lo que va a hacer. La vida del hombre sigue sin cambios; su corazón no es diferente y los días transcurren como siempre. Dios vive entre nosotros como una persona ordinaria, como un seguidor tremendamente insignificante y un creyente ordinario. Él tiene Sus propias búsquedas, Sus propias metas y, además, tiene una divinidad que ningún hombre ordinario posee. Nadie se ha dado cuenta de la existencia de Su divinidad, ni nadie ha percibido la diferencia entre Su esencia y la del hombre.
de ‘Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo’ en “La Palabra manifestada en carne”
Algunos creen que Dios puede en algún momento venir a la tierra y aparecerse al hombre, tras lo cual juzgar personalmente a toda la humanidad, probándola uno por uno sin omitir a nadie. Los que piensan de esta manera no conocen esta etapa de la obra de encarnación. Dios no juzga al hombre uno por uno y no prueba al hombre uno por uno; hacerlo así no sería la obra de juicio. ¿No es la corrupción de toda la humanidad la misma? ¿No es la esencia del hombre la misma? Lo que se juzga es la esencia corrupta de la humanidad, la esencia del hombre que Satanás corrompió y todos los pecados del hombre. Dios no juzga los errores frívolos e insignificantes del hombre. La obra de juicio es representativa y no se lleva a cabo especialmente para una cierta persona, más bien, es la obra en la que un grupo de personas es juzgado con el fin de representar el juicio de toda la humanidad. Al llevar a cabo personalmente Su obra en un grupo de personas, Dios en la carne usa Su obra para representar la obra de toda la humanidad, después de lo cual se extiende gradualmente. La obra de juicio también es así. Dios no juzga a una cierta clase de persona o a un cierto grupo de personas, sino que juzga la injusticia de toda la humanidad, la oposición del hombre a Dios, por ejemplo, o la irreverencia del hombre contra Él o la interferencia a la obra de Dios, etc. Lo que se juzga es la esencia de la humanidad en su oposición a Dios y esta obra es la obra de conquista de los últimos días. La obra y la palabra del Dios encarnado de las que el hombre es testigo, son la obra de juicio ante el gran trono blanco durante los últimos días, que el hombre concibió durante el tiempo pasado. La obra que actualmente está haciendo el Dios encarnado es exactamente el juicio ante el gran trono blanco. El Dios encarnado de hoy es el Dios que juzga a toda la humanidad durante los últimos días. Esta carne y Su obra, palabras y carácter completo son la totalidad de Él. Aunque la esfera de Su obra es limitada, y no involucra de manera directa todo el universo, la sustancia de la obra de juicio es el juicio directo de toda la humanidad; no es la obra que se emprende sólo por China o para un pequeño número de personas. Durante la obra de Dios en la carne, aunque la esfera de esta obra no involucra todo el universo, representa la obra de todo el universo y después de que Él concluya la obra dentro de la esfera de la obra de Su carne, de inmediato expandirá esta obra a todo el universo, de la misma manera que el evangelio de Jesús se esparció a todo el universo después de Su resurrección y ascensión. Independientemente de si es la obra del Espíritu o la obra de la carne, es la obra que se lleva a cabo dentro de una esfera limitada pero que representa la obra de todo el universo. Durante los últimos días, Dios aparece para hacer Su obra usando Su identidad encarnada y Dios en la carne es el Dios que juzga al hombre ante el gran trono blanco. Independientemente de si Él es el Espíritu o la carne, el que hace la obra de juicio es el Dios que juzga a la humanidad durante los últimos días. Esto se define basándose en Su obra y no se define de acuerdo a Su apariencia externa u otros diversos factores.
de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra de conquista presente es una obra cuyo propósito es hacer obvio cuál será el final del hombre. ¿Por qué digo que el castigo y el juicio de hoy son el juicio delante del gran trono blanco del día final? ¿No ves esto? ¿Por qué es la obra de conquista la última etapa? ¿No lo es precisamente para hacer manifiesto cómo terminará cada clase de hombre? ¿No lo es para permitir a todos, en el transcurso de la obra conquistadora de castigo y juicio, mostrar su verdadera naturaleza y ser clasificados después según su tipo? En lugar de decir que esto es conquistar a la humanidad, podría ser mejor decir que es mostrar cómo acabará cada clase de hombre. Esto es, juzgar sus pecados y mostrar después los diversos tipos de hombre, decidiendo de esta forma si son malvados o justos. Después de la obra conquistadora llega la de recompensar el bien y castigar el mal: las personas que obedecen completamente, las totalmente conquistadas, serán colocadas en el siguiente paso de la difusión de la obra a todo el universo; los no conquistados serán puestos en las tinieblas y encontrarán calamidad. Así, el hombre se clasificará según su tipo, los hacedores de maldad agrupados con el mal, para nunca más ver la luz del sol, y los justos agrupados con el bien, para recibir luz y vivir eternamente en la luz.
de ‘La verdad interna de la obra de conquista (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: “Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como el sol cuando resplandece en su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del hombre, un rostro que es un fiel retrato del rostro del Hijo del hombre visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del hombre entre los candeleros: “Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como el sol cuando resplandece en su fuerza”.
de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”
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¿Cómo purifica y salva a la humanidad la obra de juicio de Dios durante los últimos días?

2020-05-10 04:47:37 | Evangelio Diario
“Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48).
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).
 
Las palabras relevantes de Dios:
Cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino.
de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”
En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios.
de ‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”
La obra llevada a cabo por Dios durante esta era es principalmente la provisión de las palabras para la vida del hombre, la revelación de la esencia de la naturaleza del hombre y el carácter corrupto de este, la eliminación de los conceptos religiosos, del pensamiento feudal, del pensamiento obsoleto, así como del conocimiento y la cultura del hombre. Todo esto debe ponerse en evidencia y purificarse por medio de las palabras de Dios. En los últimos días, Él usa palabras, y no señales y maravillas, para perfeccionar al hombre. Usa Sus palabras para descubrir, juzgar, castigar y perfeccionar al hombre, de forma que en las mismas este llegue a ver la sabiduría y la belleza de Dios, y a entender Su carácter, y así, a través de las palabras de Dios, el hombre vea Sus hechos.
de ‘Conocer la obra de Dios hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”
Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación. Dios gana al hombre por medio del juicio y el castigo por la palabra; por medio del uso de la palabra para refinar, juzgar y revelar, todas las impurezas, las nociones, los motivos y las esperanzas individuales dentro del corazón del hombre se revelan completamente.
de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”
¿A través de qué se alcanza la perfección que Dios tiene para el hombre? A través de Su justo carácter. El carácter de Dios consiste principalmente de la justicia, la ira, la majestad, el juicio y la maldición y Su perfección para el hombre es principalmente por medio del juicio. Algunas personas no entienden y preguntan por qué es que Dios sólo puede perfeccionar al hombre por medio del juicio y la maldición. Dicen que si Dios maldijera al hombre, ¿no moriría el hombre? Si Dios juzgara al hombre, ¿el hombre no sería condenado? Entonces, ¿cómo puede todavía ser perfeccionado? Esas son las palabras de la gente que no conoce la obra de Dios. Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son los pecados del hombre. Aunque Él habla severamente y sin la menor sensibilidad, Él revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es esencial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la esencia de la carne y, por lo tanto, el hombre se somete a la obediencia frente a Dios. La carne del hombre es de pecado y de Satanás, es desobediente y el objeto del castigo de Dios, en consecuencia, para permitirle al hombre que se conozca, las palabras del juicio de Dios le deben suceder y todo tipo de refinamiento se debe emplear; sólo entonces puede ser efectiva la obra de Dios.
de ‘Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
¿A qué estado interno de las personas van dirigidas estas pruebas? Apuntan al carácter rebelde en los seres humanos que es incapaz de satisfacer a Dios. Hay mucha impureza dentro de las personas, y mucha hipocresía; por tanto, Dios las somete a pruebas con el fin de purificarlas. […]
Si no conoces el carácter de Dios, caerás inevitablemente durante las pruebas, porque no sabes cómo perfecciona Él a las personas ni por qué medios lo hace; y cuando Sus pruebas te sobrevengan y no concuerden con tus conceptos, serás incapaz de mantenerte firme. El amor verdadero de Dios es todo Su carácter, y cuando este se te muestra, ¿qué proporciona esto a tu carne? Cuando se te muestre el carácter justo de Dios, tu carne sufrirá inevitablemente mucho dolor. Si no lo padeces, Dios no puede perfeccionarte ni serás capaz de dedicarle amor sincero. Si Dios te perfecciona, te mostrará sin duda todo Su carácter. Desde el momento de la creación hasta hoy, Él nunca ha mostrado todo Su carácter; sin embargo, durante los últimos días se lo revelará a este grupo de personas a las que ha predestinado y seleccionado. Perfeccionando a las personas deja al descubierto Su carácter, por medio de esto completa a un grupo de personas. Ese es el amor verdadero de Dios por las personas. Experimentar el verdadero amor de Dios por ellas requiere que los seres humanos soporten un dolor extremo, y paguen un alto precio. Sólo después de esto las ganará Dios y serán capaces de devolverle su amor sincero; sólo entonces quedará satisfecho el corazón de Dios. Si las personas desean que Dios las perfeccione, hacer Su voluntad y darle todo su amor sincero, deben experimentar mucho sufrimiento y muchos tormentos a partir de las circunstancias, sufrir un dolor peor que la muerte y, en última instancia, se verán obligados a devolverle a Dios su corazón sincero. Durante las dificultades y el refinamiento se revela si alguien ama a Dios con sinceridad o no. Dios purifica el amor de las personas, y esto también se logra en medio de los sufrimientos y el refinamiento.
de ‘Sólo amar a Dios es realmente creer en Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios tiene muchos medios para perfeccionar al hombre. Emplea toda clase de ambientes para tratar con el carácter corrupto del hombre y usa varias cosas para poner al hombre al descubierto; en un sentido trata con el hombre, en otro pone al hombre al descubierto y en otro revela al hombre, escarbando y revelando los “misterios” en las profundidades del corazón del hombre, y mostrándole al hombre su naturaleza revelando muchos de sus estados. Dios perfecciona al hombre a través de muchos métodos —por medio de la revelación, el trato, el refinamiento y el castigo— para que el hombre pueda saber que Dios es práctico.
de ‘Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados’ en “La Palabra manifestada en carne”
Ser conquistado por Dios es como una lucha de artes marciales.
Cada una de las palabras de Dios golpea nuestro punto mortal y nos deja doloridos y temerosos. Él revela nuestras nociones, revela nuestras imaginaciones, y revela nuestro carácter corrupto. Sus palabras revelan nuestra naturaleza y esencia por medio de todo lo que decimos y hacemos, y por cada uno de nuestros pensamientos e ideas, dejándonos humillados y temblando de miedo. Nos dice todas nuestras acciones, nuestras metas e intenciones, y hasta el carácter corrupto que nunca hemos descubierto, haciéndonos sentir que estamos completamente expuestos, e incluso haciéndonos sentir completamente convencidos. Nos juzga por nuestra oposición a Él, nos castiga porque blasfemamos contra Él y porque lo condenamos, y nos hace sentir que a Sus ojos somos inútiles, y que somos el Satanás viviente. Nuestras esperanzas se truncan; ya no nos atrevemos a hacerle ninguna demanda o intento irrazonable, y hasta nuestros sueños se desvanecen de la noche a la mañana. Este es un hecho que ninguno de nosotros se puede imaginar y que ninguno de nosotros puede aceptar. Por un momento, nuestras mentes se desequilibran y no sabemos cómo continuar en el camino que está por delante; no sabemos cómo continuar en nuestras creencias. Parece como si nuestra fe volviera a empezar desde cero, y como si nunca hubiéramos conocido al Señor Jesús y nunca nos hubiéramos familiarizado con Él. Todo lo que está delante de nuestros ojos nos deja perplejos y nos hace sentir como si estuviéramos a la deriva. Estamos consternados, estamos desilusionados, y en lo profundo de nuestros corazones hay una ira y una vergüenza que no pueden ser suprimidas. Tratamos de desahogarnos, tratamos de encontrar una salida; es más, intentamos seguir esperando a nuestro Salvador Jesús y le derramamos nuestros corazones. Aunque hay veces en las que ni somos altivos ni humildes por fuera, en nuestros corazones nos aflige un sentimiento de pérdida como nunca antes. Aunque a veces podamos parecer inusualmente calmados por fuera, por dentro soportamos mares atronadores de tormento. Su juicio y Su castigo nos han despojado de todas nuestras esperanzas y sueños, nos han dejado sin nuestros deseos extravagantes, y reacios a creer que Él es nuestro Salvador y capaz de salvarnos. Su juicio y Su castigo han abierto un abismo profundo entre nosotros y Él, y nadie ni siquiera está dispuesto a cruzarlo. Su juicio y Su castigo son la primera vez que sufrimos un gran revés y una gran humillación. Su juicio y Su castigo nos han permitido apreciar realmente el honor de Dios y la intolerancia de la ofensa del hombre, comparado a lo cual somos demasiado viles e impuros. Su juicio y Su castigo nos han hecho darnos cuenta por primera vez qué arrogantes y pretenciosos somos, y cómo el hombre nunca será igual a Dios o estará a la par de Dios. Su juicio y Su castigo nos han hecho añorar no vivir más en semejante carácter corrupto, y nos han hecho anhelar deshacernos de semejante naturaleza y esencia tan pronto como sea posible, y que Él ya no nos deteste y ni le seamos repugnantes. Su juicio y Su castigo nos han hecho felices de obedecer Sus palabras y dejar de estar dispuestos a rebelarnos contra Sus órdenes y disposiciones. Su juicio y Su castigo nos han dado una vez más el deseo de buscar la vida, y nos han hecho felices de aceptarlo como nuestro Salvador… Hemos abandonado el trabajo de conquista, nos hemos salido del infierno, nos hemos salido del valle de sombra y de muerte… ¡Dios Todopoderoso nos ha ganado, a este grupo de personas! ¡Ha triunfado sobre Satanás y ha derrotado a todos Sus enemigos!
de ‘Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo’ en “La Palabra manifestada en carne”
 
¿El juicio del gran trono blancoes realmente igual que lo que pensamos que Dios juzga al hombre en el aire? Sin embargo, dicha opinión está en contradicción con la Palabra de Dios. Si desea saber más, puede hacer clic en Messenger para contactarnos para que discutamos y nos comuniquemos juntos.
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Noticias cristianas el arrebatamiento: ¿Cuál es el verdadero significado del Arrebato?

2020-04-25 04:35:20 | Evangelio Diario
 
 
Noticias cristianas el arrebatamiento: ¿Cuál es el verdadero significado del Arrebato?
 
Uno puede preguntarse: La Biblia dice: “Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre” (1 Tesalonicenses 4:17). ¿Cómo debería interpretarse este versículo? ¿Cómo se cumplirá el versículo en cuanto que los creyentes serán arrebatados en los últimos días?
 
A cada cristiano que espera con devoción el regreso del Señor, el tema del arrebato de los creyentes cuando el Señor regrese en los últimos días siempre le ha resultado atractivo. No hay creyente que no espere ser arrebatado al reino de los cielos cuando vuelva el Señor. Sin embargo, ¿cuál es entonces el verdadero significado del arrebato? ¿Significa realmente que el Señor llevará a los creyentes al cielo en los últimos días? Para entender este aspecto de la verdad, leamos primero algunos versículos. El Libro de los Hechos 8:39-40 dice: “Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso. Mas Felipe se encontró en Azoto, y por donde pasaba, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea”. Según las nociones y imaginaciones del hombre, como aquí dice que Felipe fue llevado por el Espíritu del Señor, fue llevado al cielo. Y sin embargo, “Mas Felipe se encontró en Azoto”, y predicó el Evangelio en todas las ciudades, siguiendo la voluntad del Señor sobre la tierra. Entendemos, entonces, que Felipe no fue llevado al cielo sino que permaneció en la tierra.
Además, Jesucristo nos enseñó la oración del Señor, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Hablando de “así en la tierra como en el cielo”. Significa que el destino futuro del hombre no está en el cielo sino en la tierra. Es decir, el hombre seguirá viviendo en la tierra cuando el reino de Dios descienda. El Apocalipsis 21:2-3 dice: “Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos”. El Apocalipsis 11:15 dice: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y se levantaron grandes voces en el cielo, que decían: El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y El reinará por los siglos de los siglos”. Estas profecías mencionan “el tabernáculo de Dios está entre los hombres,” “la nueva Jerusalén, que descendía del cielo,” “El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo;” Todo ello indica que el destino final del hombre es que la humanidad seguirá viviendo sobre la tierra en vez de ser llevada a los cielos como nos habíamos imaginado. Si el arrebato significa ser llevado a los cielos tal como lo entiende el hombre, entonces ¿acaso estas profecías no fueron dichas en vano?
De hecho, desde que Dios empezó a cuidar y salvar a la humanidad después de que Él creara al hombre y este fuera corrompido por Satanás, la obra de Dios de salvar al hombre siempre ha sido llevada a cabo sobre la tierra y el hombre siempre ha vivido sobre la tierra. Por último, la voluntad de Dios se llevará a cabo sobre la tierra y Su reino realizará sobre la tierra. De modo que el destino del hombre no está en el cielo sino en la tierra, que es lo que Dios ha ordenado.
Dios Todopoderoso dice: “Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras está a la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. […] Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva. Estas son las respectivas vidas y destinos de Dios y la humanidad después de que entren en el reposo. […] El lugar del reposo del hombre es sobre la tierra y el lugar del reposo de Dios es en el cielo. Mientras el hombre reposa adorará a Dios y también vivirá sobre la tierra, y mientras Dios reposa, Él guiará al resto de la humanidad; […] Después de que Dios y el hombre entren en el reposo, Satanás ya no existirá y, como Satanás, esa gente malvada tampoco existirá. Antes de que Dios y el hombre entren en el reposo, esos malvados individuos que una vez persiguieron a Dios sobre la tierra y los enemigos que fueron desobedientes a Él sobre la tierra ya habrán sido destruidos; los grandes desastres de los últimos días los habrán destruido”. Las palabras de Dios nos enseñan que sabemos que el lugar del reposo de Dios se encuentra en el cielo, mientras que el lugar del reposo del hombre está en la tierra. Disfrutará de una vida similar a la del cielo. Será exactamente la vida armoniosa y bella que Dios ha preparado para el hombre y precisamente será el principal logro de Dios.
Entonces, si el hombre seguirá viviendo en la tierra tras haber sido completamente salvado, ¿a qué exactamente se refiere el arrebato? De hecho, en cuanto al misterio del arrebato, Dios Todopoderoso ya nos lo ha desvelado. La palabra de Dios dice: “‘Ser arrebatado’ no es ser tomado de un lugar bajo para ser colocado en un lugar alto, como las personas imaginan. Esto es un tremendo error. Ser arrebatado se refiere a Mi predeterminación y Mi selección. Va dirigido a todos los que Yo he predestinado y escogido. […] Todas las que tengan participación en Mi casa en el futuro son personas que han sido arrebatadas delante de Mí. Esto es absolutamente cierto, nunca cambia y nadie lo puede refutar. Este es el contraataque contra Satanás”.
Resulta que el verdadero significado de ser arrebatado es seguir los pasos de la obra de Dios y aceptar Su nueva obra en los últimos días. En la Era de la Ley, el hombre creyó en Jehová Dios y siguió las leyes y los mandamientos. Cuando Jesucristo vino a llevar a cabo la obra de la redención, el hombre pudo salirse de la ley, seguir la obra de Jesucristo y ganarse Su redención. Esto era ser arrebatado. En la actualidad, el Salvador Jesús ha vuelto. Él es Dios Todopoderoso encarnado para expresar Su palabra y salvar completamente al hombre. Si el hombre se sale de la Era de la Gracia y sigue la nueva obra de Dios, será plenamente purificado y Dios lo llevará a un maravilloso destino. También esto forma parte del arrebato.
Hoy en día, el Evangelio de Dios Todopoderoso del reino se ha extendido por todo el universo. La mayoría de los hermanos y hermanas que de verdad creen en Dios en todas las denominaciones y grupos han reconocido la voz de Dios y han seguido Sus pasos tras oír Sus palabras. Han sido arrebatados ante el trono de Dios y han disfrutado del agua y los alimentos de la palabra de Dios en sus corazones. La gente no necesita seguir esperando desesperadamente la llegada de Dios. La gente elegida de Dios ya no es débil ni negativa, sino que vive de nuevo en la luz de Dios, disfrutando de una vida feliz con la guía y provisión personal de Dios. Es la nueva vida de ser arrebatado, ¿verdad?
(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

El secreto de la misericordia de Dios recibida por los ninivitas

2020-04-23 21:51:38 | Evangelio Diario
Leí la historia de Nínive en la Biblia anteriormente: La gente de Nínive nunca adoraban al Dios verdadero, ocasionando que se apartaran más y más lejos de Dios y corrompiéndose y convirtiéndose cada vez más malvados. Como resultado, sus obras malignas llegaron a los ojos de Dios y Dios decidió destruir la ciudad de Nínive. Sin embargo, antes de Su destrucción de esta, envió a Jonás decirles a todas las personas que moraban allí, “... Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada” (Jonás 3:4). Cuando escuchaban a Jonás predicar la voluntad de Dios, esas gentes, desde el rey supremo hasta sus súbditos, todos vestían cilicio y en cenizas, tampoco comían o bebían y rogaban sobremanera a Dios y se arrepentían frente a Él. Eventualmente, Dios Jehová se compadeció de ellos y luego se transformaron y arrepintieron. El destino de los Ninivitas entonces cambió y se vieron libres de ser destruidos. Aunque este asunto haya sido documentado de una manera breve en la Biblia, involucre el destino de toda la gran nación de Nínive. Yo pensé que había un significado profundo en ello, pero no sabía más nada, sino que los Ninivitas recibieron la clemencia de Dios debido a sus ayunos y arrepentimiento. He meditado a menudo respecto a esto, “¿Cómo pudieron los Ninivitas recibir tan gran clemencia de Dios? ¿Existe algún secreto desconocido en ello?”



No pude obtener un mejor entendimiento de la misericordia de Dios sobre los Ninivitas hasta después cuando vi un libro espiritual en la casa de mi amiga, El libro decía, “Una vez que las personas de Nínive, desde el rey supremo hasta sus súbditos, conocieron que Jehová Dios estaba enojado con ellos, cada una de sus acciones, la totalidad de su comportamiento, así como cada una de sus decisiones y elecciones fueron claras y sencillas a la vista de Dios. El corazón de Dios cambió de acuerdo a su comportamiento. ¿Cuál era el estado de ánimo de Dios en ese mismo momento? La Biblia te puede responder esa pregunta. Tal como se registra en las Escrituras: ‘Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió’. Aunque Dios cambió de opinión, no había nada complejo sobre Su estado de ánimo. Simplemente pasó de expresar Su enojo a calmarlo, y después decidió no traer la catástrofe sobre la ciudad de Nínive. La razón por la que la decisión de Dios —salvar a los ninivitas de la catástrofe— fue tan rápida es que Dios observó el corazón de cada persona de Nínive. Vio lo que tenían en las profundidades de sus corazones: su confesión y arrepentimiento sinceros de sus pecados, su creencia sincera en Él, su profundo sentido de cómo sus actos malvados habían enfurecido Su carácter, y el miedo resultante del castigo inminente de Jehová Dios. Al mismo tiempo, Jehová Dios también oyó las oraciones desde las profundidades de sus corazones rogándole que detuviese Su enojo contra ellos para que pudiesen evitar esta catástrofe. Cuando Dios observó todos estos hechos, poco a poco Su ira desapareció. Independientemente de cuán grande había sido anteriormente Su enojo, cuando vio el arrepentimiento sincero en las profundidades de los corazones de estas personas Su corazón fue tocado por esto, y por tanto no quiso traer la catástrofe sobre ellos, y dejó de estar enojado con ellos. En su lugar, continuó extendiendo Su misericordia y tolerancia hacia ellos y continuó guiándolos y proveyendo para ellos”.

Este pasaje demostró que el pueblo de Nínive creía en Dios y podía reconocer Su voz. Cuando escucharon a Jonás decir, “... Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada” (Jonás 3:4). sintieron temor y estremecimiento, comprendiendo que estas palabras eran de Dios, porque sólo Dios posee dicha gran autoridad y poder para destruir una gran ciudad. Ellos conocían perfectamente que su propio comportamiento malvado ya había ofendido al Dios Jehová y Dios los castigaría sin duda alguna. Aun así, no escaparon de esto ni rechazaron a Dios: El pueblo de Nínive desde el rey supremo hasta sus súbditos, todos ayunaron y vistieron cíclico, abandonaron la violencia en sus manos y se esforzaron juntos para arrepentirse y confesión ante Dios Jehová. En ese entonces, la clemencia que Dios tuvo con este pueblo no fue solo por su comportamiento de ponerse cilicio y cenizas y el de no comer o beber nada, pero porque su arrepentimiento no fue superficial ni momentáneo. En él, no había ni el más mínimo disimulo, mucho menos ningún propósito. Dios vio el fondo de los corazones de los Ninivitas y vio su arrepentimiento real. Su sinceridad, conmovió a Dios y así les demostró piedad. De esto, aprendí que lo que Dios mira es nuestros corazones en vez de nuestro comportamiento externo. Dios mira profundamente dentro de nuestros corazones, y además Su piedad para con nosotros tiene principios. Independientemente de cuánto hagamos en apariencia para demostrar nuestro arrepentimiento, si no podemos arrepentirnos sinceramente ante Dios, entonces será imposible que obtengamos Su compasión.
Mirando atrás, yo siempre cometía pecados y luego me arrepentía de ellos. Pero muchas veces, apenas me satisfacía con confesárselos a Dios a cambio de la paz y tranquilidad en mi corazón. Y así, yo pensaba que me había arrepentido sinceramente ante Él. Algunas veces ayunaba y le oraba a Dios, por mis propios actos malvados, pensando que sin duda recibiría Su perdón de esta manera. También, muy a menudo cuando hacia algo que no iba de acuerdo con la verdad, pensaba que mientras evitara hacerlo cuando me enfrentara a cosas la próxima vez, entonces me había arrepentido realmente. Solo luego de haber leído estas palabras hoy, llegué a comprender que estos comportamientos superficiales no representaban el arrepentimiento sincero y por esta razón, a menudo no había obtenido la clemencia de Dios.
Y luego, vi más palabras en el libro, “Este ‘camino de maldad’ no se refiere a un puñado de actos malvados, sino a la fuente de mal detrás del comportamiento de las personas. ‘Arrepentirse de sus caminos de maldad’ significa que aquellos en cuestión nunca cometerían estos actos de nuevo. En otras palabras, nunca se comportarán de esa forma malvada de nuevo; el método, la fuente, el propósito, la intención y el principio de sus acciones han cambiado todos; nunca más usarán esos métodos y principios para traer disfrute y felicidad a sus corazones. El ‘despojarse’ en ‘despojarse de toda la violencia de sus manos’ significa deponer o desechar, romper totalmente con el pasado y nunca volver atrás. Cuando el pueblo de Nínive abandonó la violencia que había en sus manos, esto demostraba y representaba su arrepentimiento verdadero. Dios observa los exteriores de las personas así como sus corazones. Cuando Dios observó el arrepentimiento verdadero en los corazones de los ninivitas sin dudarlo y también observó que habían dejado sus caminos malvados y abandonado la violencia que había en sus manos, cambió de opinión. Es decir, la conducta y el comportamiento de estas personas, sus diversas formas de hacer las cosas, así como su verdadera confesión y arrepentimiento de los pecados en su corazón, provocaron que Dios cambiase Su opinión, Sus intenciones, se retractase de Su decisión y no los castigase ni destruyese. Así pues, las personas de Nínive consiguieron un final diferente. Redimieron sus propias vidas y al mismo tiempo obtuvieron la misericordia y tolerancia de Dios, punto en el cual Dios también retrajo Su ira”. Ahora, mi entendimiento del arrepentimiento verdadero de los Ninivitas ante Dios había aumentado de nuevo. El arrepentimiento verdadero no solo se refiere al arrepentimiento mostrado con palabras, ni teniendo un comportamiento aparentemente piadoso. Tampoco significa el de abstenernos de ciertas acciones malvadas. Más bien significa que podemos reflexionar sobre la causa fundamental de nuestras acciones nocivas—nuestras intenciones y propósitos para hacer las cosas, tanto como los principios de nuestras acciones, y luego conociendo estas cosas, podemos abandonarlas totalmente. Solo entonces nos hemos arrepentido sinceramente. Por ejemplo, cuando nos arrepentimos ante Dios después de cometer pecados, podemos reflecionar qué fue lo que nos ocasionó cometer la maldad y una vez conociendo que fue debido a nuestras intenciones equívocas, los motivos de hacer esas cosas, y los principios de las acciones, las podemos cambiar rápidamente, dejar de hacer las cosas por con estos pensamientos más y comportarse de acuerdo con las exigencias de Dios en todo. Solo así se arrepiente uno sinceramente y Dios verá eso. Y la gente así también recibirán la misericordia de Dios y será aceptado y bendecido por Él, así como lo hizo el pueblo de Nínive.

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Mensaje biblico de hoy - Colosenses 3:25

2020-04-23 03:51:41 | Evangelio Diario
Versículo de la Biblia sobre evangelio de hoy
Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas.
Colosenses 3:25
Música cristiana de adoración | El juicio de Dios sobre todas las naciones y pueblos
 
 
 
Frases como "Lo que cosechas es lo que siembras" y "Dios está mirando todo lo que haces" nos dicen que: No importa quién, mientras haya hecho cosas injustas, ciertamente sufrirá el castigo justo de Dios, porque Dios es justo . Esto me recuerda a la gente de Sodoma que estaba enemistada con Dios y destruida por Dios al final.
Sodoma era una ciudad extremadamente malvada. Con música y baile noche tras noche, su prosperidad llevó a la gente de esta ciudad a la fascinación. Vivían en pasiones y lujurias y no podían liberarse. Nadie anhelaba la luz, mucho menos estaba dispuesto a salir del pantano malvado. Toda la ciudad estaba llena de sangre y asesinato. Además, cuando los habitantes de Sodoma vieron a los mensajeros de Dios, no preguntaron si habían venido a difundir la voluntad de Dios. Por el contrario, los dañaron descaradamente sin esperar una explicación. A pesar de que Lot les suplicó lastimosamente y trató de darles a cambio a sus dos hijas, aún así no dejaron solos a los dos mensajeros. La Biblia solo registró un caso como tal, pero expuso completamente la verdadera naturaleza viciosa de las personas en Sodoma. No vieron nada que valiera la pena a su alrededor, se volvieron locos; disfrutaban devorando y dañando a las personas, incluso los siervos de Dios. Fue precisamente porque la gente de Sodoma estaba sumamente corrompida que a los ojos de Dios, toda la ciudad de Sodoma merecía ser maldecida, detestada y aún más destruida por Dios.
 
 
 
Tal como un libro dice: "Una humanidad se había vuelto corrupta hasta el extremo. No conocía a Dios ni de dónde había venido. Si tú mencionabas a Dios, estas personas te atacarían, difamarían y blasfemarían. Incluso cuando los siervos de Dios habían venido a difundir Su advertencia, estas personas corruptas no sólo no mostraron signos de arrepentimiento; no abandonaron su conducta malvada. Al contrario, hicieron daño descaradamente a los siervos de Dios. Lo que expresaron y revelaron fue su naturaleza y esencia de extrema enemistad hacia Dios. Se puede ver que la resistencia contra Dios de estas personas corruptas era más que una revelación de su carácter corrupto, del mismo modo que era más que un ejemplo de difamación o burla que brotaba de una falta de entendimiento de la verdad. Ni la estupidez ni la ignorancia causaron su conducta malvada; no fue porque estas personas hubiesen sido engañadas, y sin duda no fue porque hubiesen sido confundidas. Su conducta había alcanzado el nivel del antagonismo flagrantemente descarado, la oposición y el clamor contra Dios. Sin duda, este tipo de conducta humana enfurecería a Dios, y enfurecería Su carácter —un carácter que no debe ser ofendido—. Por tanto, Dios desató directamente y abiertamente Su ira y Su majestad; esta es una verdadera revelación de Su carácter justo”.