Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

La Palabra de Dios | Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo

2020-01-06 20:37:44 | Palabra de Dios

La Palabra de Dios | Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo

Dios Todopoderoso dice: “Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener tal conocimiento de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar entre nosotros como lo puede este en nombre del Dios del cielo. Nadie excepto Él posee la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie excepto Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie excepto Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie excepto Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios y expresa la voz del corazón de Dios, las exhortaciones de Dios y las palabras de juicio de Dios hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha traído un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, y ha puesto fin a la vida que llevábamos en la imprecisión, y nos permitió contemplar plenamente el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestros corazones. De ese momento en adelante nuestras mentes se hacen conscientes y nuestros espíritus parecen ser revividos: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y que nosotros hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es el Señor Jesús, quien siempre está en nuestros pensamientos, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida! Él nos ha permitido que vivamos otra vez, que veamos la luz, y ha detenido nuestros corazones errantes. Hemos regresado a la casa de Dios, hemos regresado ante Su trono, estamos cara a cara con Él, hemos presenciado Su rostro, y hemos visto el camino que está por delante”.

Recomendación: El Juicio Final


En el cuarto día nacen las estaciones, los días, y los años de la humanidad,

2019-08-03 15:26:51 | Palabra de Dios

En el cuarto día nacen las estaciones, los días, y los años de la humanidad, al ejercer Dios una vez más Su autoridad

El Creador usó Sus palabras para cumplir Su plan, y así pasó los tres primeros días de Su plan. Durante ellos, no se ve que Dios estuviera ajetreado ni agotado; por el contrario, pasó tres maravillosos primeros días de Su plan, y logró la gran tarea de la transformación radical del mundo. Ante Sus ojos apareció un mundo totalmente nuevo y, poco a poco, la bella imagen que se había sellado en Sus pensamientos se reveló finalmente en las palabras de Dios. La aparición de cada nueva cosa fue como el nacimiento de un bebé recién nacido, y al Creador le agradó esa imagen que había estado una vez en Sus pensamientos, pero que ahora había cobrado vida. En ese momento, un asomo de satisfacción inundó Su corazón, pero Su plan no había hecho más que comenzar. En un abrir y cerrar de ojos había llegado un nuevo día, ¿cuál era la página siguiente en el plan del Creador? ¿Qué dijo Él? ¿Cómo ejerció Su autoridad? Y, al mismo tiempo, ¿qué nuevas cosas llegaron a este nuevo mundo? Siguiendo la dirección del Creador, nuestra mirada recae en el cuarto día de la creación de todas las cosas por parte de Dios, un día que suponía otro nuevo comienzo. Para el Creador, era indudablemente otro día maravilloso y de máxima importancia para la humanidad de hoy. Era, por supuesto, un día de inestimable valor. ¿En qué era maravilloso, tan importante, y de inestimable valor? Escuchemos primero las palabras pronunciadas por el Creador…

“Y Dios dijo: Que haya luces en el firmamento del cielo para separar el día de la noche; y que sean signos para las estaciones, los días y los años; y que ellas estén en el firmamento del cielo para que den luz a la tierra” (Génesis 1:14-15). Esto fue otro ejercicio de la autoridad de Dios mostrado por las criaturas una vez creada la tierra seca y las plantas dentro de ella. Para Él fue un acto igualmente fácil, porque Él tiene ese poder; Dios es tan bueno como Su palabra, y esta se cumplirá. Dios ordenó que aparecieran luces en el cielo, y estas no solo brillaron en él y sobre la tierra, sino que también sirvieron como señales para el día y la noche, para las estaciones, los días y los años. De esta forma, cuando Dios pronunció Sus palabras, todo acto que Dios deseó realizar se cumplió de acuerdo con el significado divino y de la manera designada por Él.

 

Las luces del cielo son materia celeste que puede irradiar luz; pueden iluminar el cielo, y alumbrar la tierra y los mares. Giran según el ritmo y la frecuencia ordenados por Dios, y alumbran diferentes períodos de tiempo sobre la tierra; de esta forma, los ciclos de rotación de las luces hacen que se produzca el día y la noche en el este y en el oeste de la tierra. No son tan solo señales para la noche y el día, sino que a través de estos distintos ciclos también se señalan las fiestas y los diversos días especiales de la humanidad. Son el complemento y el acompañamiento perfectos para las cuatro estaciones —primavera, verano, otoño, e invierno— dictadas por Dios, junto a las cuales las luces sirven armoniosamente como marcas regulares y precisas para los términos, los días, y los años lunares de la humanidad. Aunque no fue hasta la aparición de la agricultura cuando la humanidad comenzó a entender y a encontrarse con la separación de los términos, los días y los años lunares causada por las luces que Dios creó, que en realidad son los que el hombre entiende hoy, estos empezaron a producirse hace mucho tiempo, en el cuarto día de la creación de todas las cosas por parte de Dios. Del mismo modo, los ciclos alternos de la primavera, el verano, el otoño y el invierno, experimentados por el hombre, comienzan hace mucho, en el cuarto día de la creación de todas las cosas por parte de Dios. Las luces creadas por Dios le permitieron al hombre diferenciar con regularidad, precisión y claridad entre la noche y el día, contar los días, y seguir con nitidez los términos y los años lunares. (El día de la luna llena era la compleción de un mes, y a partir de ahí el hombre sabía que la iluminación de las luces comenzaba un nuevo ciclo; el día de la media luna era la compleción de una mitad del mes, y le señalaba al hombre que empezaba un nuevo término lunar del cual podía deducirse cuántos días y noches había en un término lunar, cuántos términos lunares había en una estación, y cuántas estaciones había en un año; y todo esto se manifestaba con regularidad.) De este modo, el hombre pudo seguir fácilmente los términos, los días y los años lunares marcados por las rotaciones de las luces. Desde ese momento en adelante, la humanidad y todas las cosas vivieron inconscientemente en medio del ordenado intercambio de la noche y el día, y la alternancia de las estaciones producidas por las rotaciones de las luces. Esta era la importancia de las luces que el Creador creó el cuarto día. De forma parecida, los objetivos y el significado de esta acción Suya seguían siendo inseparables de Su autoridad y Su poder. Y así, las luces creadas por Dios y el valor que pronto traerían al hombre fueron otra obra maestra en el ejercicio de la autoridad del Creador.

En este nuevo mundo en el que la humanidad aún tenía que hacer su aparición, el Creador había preparado “noche y día”, “el firmamento”, “tierra y mares”, “pasto, hierbas y diversos tipos de árboles”, y “las luces, las estaciones, los días y los años” para la nueva vida que pronto Él crearía. La autoridad y el poder del Creador se expresaron en cada nueva cosa que creó, y Sus palabras y logros se produjeron simultáneamente, sin la más mínima discrepancia ni intervalo. La aparición y el nacimiento de todas estas nuevas cosas eran la prueba de la autoridad y el poder del Creador: Él es tan bueno como Su palabra, y esta se cumplirá; y lo que se consuma dura para siempre. Esta realidad nunca ha cambiado: así fue en el pasado, así es hoy, y así será por toda la eternidad. Cuando miráis una vez más esas palabras de las Escrituras, ¿estas os resultan nuevas? ¿Habéis visto un nuevo contenido, y hecho nuevos descubrimientos? Esto es así, porque los hechos del Creador han despertado vuestro corazón, y guiado la dirección de vuestro conocimiento de Su autoridad y poder; han abierto la puerta de vuestro entendimiento del Creador, y Sus hechos y autoridad han concedido vida a estas palabras. Y así, el hombre ha percibido en ellas una expresión real y vívida de la autoridad del Creador, ha presenciado de verdad la supremacía del Creador, y contemplado lo extraordinario de Su autoridad y Su poder.

La autoridad y el poder del Creador producen milagro tras milagro, y Él atrae la atención del hombre; este no puede evitar limitarse a mirar fijamente los asombrosos hechos nacidos del ejercicio de Su autoridad. Su fenomenal poder provoca un deleite tras otro, y el hombre se queda sorprendido y encantado, y grita de admiración, está atónito y vitorea; más aún, el hombre se conmueve visiblemente, y en él se ocasionan respeto, reverencia, y apego. La autoridad y los hechos de Dios tienen un gran impacto sobre el espíritu del hombre, lo purifican, y, además, lo satisfacen. Cada uno de Sus pensamientos, cada una de Sus afirmaciones, y cada revelación de Su autoridad son una obra maestra entre todas las cosas, y una gran tarea sumamente digna del profundo entendimiento y conocimiento de la humanidad creada. Cuando contamos cada criatura nacida de las palabras del Creador, nuestros espíritus son atraídos por la maravilla del poder de Dios, y nos encontramos siguiendo Sus pisadas hasta el siguiente día: el quinto día de la creación de todas las cosas por parte de Dios.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida



el día y la noche de la humanidad nacen y permanecen gracias a la autoridad de Dios

2019-08-02 18:06:40 | Palabra de Dios

 

En el primer día, el día y la noche de la humanidad nacen y permanecen gracias a la autoridad de Dios


Veamos el primer pasaje: “Y Dios dijo: Que haya luz; y hubo luz. Y Dios vio la luz, que era buena; y Dios dividió la luz de la oscuridad. Dios llamó a la luz Día, y llamó a la oscuridad Noche. Y la noche y la mañana fueron el primer día” (Génesis 1:3-5). Este pasaje describe el primer acto de Dios al principio de la creación, y el primer día que Dios pasó en el que hubo una noche y una mañana. Pero fue un día extraordinario: Dios empezó a preparar la luz para todas las cosas, y, además, la separó de las tinieblas. En ese día, Dios comenzó a hablar, y Sus palabras y autoridad existieron una al lado de la otra. Su autoridad comenzó a manifestarse entre todas las cosas, y Su poder se extendió entre ellas como consecuencia de Sus palabras. Desde este día en adelante, todas las cosas se hicieron y permanecieron gracias a las palabras de Dios, la autoridad de Dios, y el poder de Dios; de la misma manera, comenzaron a funcionar a través de Su palabra, Su autoridad y Su poder. Cuando Dios pronunció la frase “Que haya luz”, fue la luz. Dios no inició empresa alguna; la luz había aparecido como resultado de Sus palabras. A la luz Dios la llamó día, y el hombre sigue dependiendo de ella hoy para su existencia. Por la orden de Dios, su sustancia y su valor nunca han cambiado ni desaparecido. Su existencia muestra la autoridad y el poder de Dios, proclama la existencia del Creador, y confirma una y otra vez Su identidad y Su estatus. No es intangible ni ilusoria, sino una luz real que el hombre puede ver. Desde ese momento, en este mundo vacío en el que “la tierra no tenía forma y estaba vacía; y había oscuridad en la superficie de lo profundo”, se produjo la primera cosa material. Esta cosa surgió de las palabras de la boca de Dios, y apareció en el primer acto creador de todas las cosas por la autoridad y las declaraciones de Dios. Poco después, Él ordenó que la luz y las tinieblas se separaran… Todo cambió y se completó por las palabras de Dios… Él llamó a esta luz “Día”, y a las tinieblas “Noche”. Desde ese momento, la primera noche y la primera mañana se produjeron en el mundo que Dios pretendía crear, y Él determinó que este fuera el primer día. Fue el primero en que el Creador hizo todas las cosas, y el comienzo de la creación de todas las cosas; fue la primera vez que la autoridad y el poder del Creador se manifestaban en este mundo que Él había creado.

A través de estas palabras, el hombre es capaz de contemplar la autoridad de Dios, de Sus palabras así como Su poder. Dado que sólo Dios posee semejante poder, sólo Él tiene tal autoridad, y precisamente por esto, sólo Él tiene tal poder. ¿Podría algún hombre u objeto poseer una autoridad y un poder como estos? ¿Existe una respuesta en vuestros corazones? ¿Posee algún ser creado o no creado, aparte de Dios, una autoridad así? ¿Habéis visto alguna vez un ejemplo de semejante cosa en algún libro o publicación? ¿Existe algún registro de que alguien crease los cielos, la tierra y todas las cosas? No, no aparece en ninguna otra parte; estas son, por supuesto, las únicas palabras autoritativas y poderosas sobre la magnífica creación del mundo por parte de Dios, y se registran en la Biblia; ellas hablan por la autoridad y la identidad únicas de Dios. ¿Se puede decir que esa autoridad y ese poder simbolizan la identidad única de Dios? ¿Que Dios, y sólo Él, las posee? Sin la menor duda; ¡sólo Dios mismo posee tal autoridad y poder! ¡Ningún ser creado o no creado puede poseer o reemplazarlos! ¿Es esta una de las características del único Dios mismo? ¿Habéis sido testigos de ello? Estas palabras permiten con rapidez y claridad que las personas entiendan la realidad de que Dios posee una autoridad y un poder únicos, una identidad y un estatus supremos. ¿Podéis decir, basándoos en la enseñanza anterior, que el Dios en el que creéis es el único Dios mismo?

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida


Desperté de mi sueño del reino de los cielos

2019-07-26 22:53:09 | Palabra de Dios

En una mañana de primavera, el sol se levantaba lentamente desde el este, brillando sobre la tierra. La hierba y las flores al borde de la carretera respirando el aire fresco con optimismo. Las aves gorjeando tampoco podían evitar cantar canciones. Todo parecía animado. Li Yang caminaba alegremente bajo el brillante sol, en camino hacia donde Ye Ling.

Después de llegar allí, Li Yang le preguntó a Ye Ling con preocupación: “¿Qué has estado haciendo?” Al oír esto, Ye Ling orgullosamente contestó: “Además de hacer mis tareas domésticas, propago el evangelio cada vez que tengo tiempo. Ayer la hermana Huang y yo compartimos el evangelio con mi tía que vive en el pueblo cercano. A pesar de que la caminata de 8 kilómetros me agotó, valió la pena porque ella estaba dispuesta a creer en el Señor”. “Tan alegre que eres”. “Por supuesto, nuestro Pastor dice que, si queremos ser conducidos al reino de los Cielos, debemos sufrir más y pagar un precio mayor, predicar el evangelio más y dar más frutos, y trabajar duro. De esa manera, seremos llevados de vuelta al hogar celestial cuando el Señor venga”.

Después de escuchar sus palabras, Li Yang dijo sonriendo: “Yo tenía la misma opinión que tú en el pasado, pensando que mientras yo trabajara duro y predicara más el evangelio, sacrificado y gastado por el Señor, y dedicara mi juventud, el Señor seguramente me elevaría a Su reino cuando Él regrese. Por varios años he contactado a algunos predicadores para una comprensión comparativamente mejor de la verdad. Después de escuchar sus comunicaciones, tuve un nuevo entendimiento y me di cuenta de que estamos lejos de entrar en el reino de los Cielos con esta forma de alcanzarlo”. En este momento, Ye Ling miró a Li Yang con sorpresa y le dijo: “¿Oh? ¿Está lejos? Pero el apóstol Pablo dijo: ‘He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, […]’ (2 Timoteo 4:7-8). ¿No es suficiente para que entremos en el reino de los Cielos, si hemos corrido, trabajado y gastado por el Señor bajo el viento y la lluvia? ¿Qué piensa usted de esta pregunta?

Li Yang respondió: “Ye Ling, nuestra fe en Dios debe basarse en las palabras de Jesucristo. No importa quién lo diga, todos debemos determinar si se ajusta a las palabras del Señor. Si lo hace, debemos escuchar; si no, es completamente el producto de las ideas del hombre y su imaginación. Ye Ling asintió con la cabeza y escuchó pensativamente con el entrecejo fruncido. Li Yang continuó, “Jesucristo dijo: ‘No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad”’ (Mateo 7:21-23). De las palabras del Señor podemos ver: Muchos trabajadores asiduos, que oraron todos los días en el nombre del Señor, que expulsaron demonios e hicieron muchos milagros en Su nombre, que difundieron el evangelio, predicaron de un lugar a otro, y a menudo apoyaron a los hermanos y hermanas débiles, no sólo no eran conocidos por el Señor, sino que además fueron llamados hacedores del mal. ¿Por qué pasó eso? La intención del Señor se encuentra oculta y por eso debemos buscarla. Si no entendemos esta pregunta y seguimos la búsqueda de acuerdo con nuestras concepciones e imaginación, eventualmente seremos abandonados por el Señor. ¡Qué terribles son las consecuencias!

Pensando en las palabras de Li Yang, Ye Ling se sintió un poco confundida: “Todos ellos fueron los que trabajaron duro, soportaron sufrimientos y se esforzaron. ¿Por qué no sólo no estaban en el cielo, sino que el Señor decía que eran malvados? ¿Qué es exactamente la intención del Señor?

Li Yang dijo pacientemente: “En realidad, la razón por la que no podían entrar en el reino de los Cielos, no es que no pudieran soportar los sufrimientos ni pagar el costo, sino que no siguieron la voluntad de Dios. Por ejemplo, los bien conocidos fariseos sirvieron a Dios año tras año, y viajaron por tierra y mar. Y también tenían muchas buenas obras y hablaban francamente sobre la apariencia. Sin embargo, no ganaron la alabanza del Señor, sino en su lugar ganaron Sus maldiciones. Así como Jesucristo dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros’ (Mateo 23:15), y ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas’ (Mateo 23:23). De esto, podemos ver: Aunque los fariseos se esforzaron superficialmente y trabajaron duro, simplemente estaba haciéndolo como una apariencia falsa hacia la gente. En realidad, no observaron los mandamientos de Dios ni practicaron Su palabra. A pesar de que predicaron el Evangelio, ¿Cuál fue el efecto final? Los creyentes fueron conducidos al camino de resistir a Dios. Cuando Jesús vino a hacer una nueva obra, aunque los fariseos habían reconocido claramente que la palabra del Señor es la verdad, para proteger su propia fama, estatus e intereses, ellos todavía seguían obstinadamente aferrados a sus ideas y no aceptaban la verdad expresada por el Señor ni permitieron que los creyentes buscaran o aceptaran Su obra. Incluso llevaron a los creyentes a seguir el régimen Romano y clavaron a Jesucristo en la Cruz. Esto expuso totalmente su verdad-odio y naturaleza hipócrita. Aunque podían tener sufrimiento mientras difundían el evangelio, trabajaban duro y sacrificaban, ellos no eran los que amaban la verdad y seguían la voluntad de Dios. Del mismo modo, hoy, aunque también podemos sacrificarnos, esforzarnos, sufrir, predicar y trabajar duro, ¿Significa que somos las personas que siguen la voluntad de Dios? La mayoría de nuestros pensamientos y acciones no están de acuerdo con la palabra del Señor. Cuando algo sucede en nuestra vida real, rara vez nos comportamos de acuerdo con la palabra del Señor, si no que a menudo lo manejamos confiando en las preferencias de la carne, a menudo durante este proceso consideramos y planificamos para nuestros intereses. Especialmente al encontrarse con algo que no es satisfactorio o no está de acuerdo con nuestras ideas, raras veces meditamos sobre el tipo de verdades que necesitamos entender o entrar, o cómo traicionarnos para practicar la palabra del Señor y que podamos obedecer y satisfacer al Señor, y convertirnos en una persona genuina que se apega a la voluntad de Dios. No practicamos la verdad lo más imperativo para entender y entrar, pero a menudo malinterpretamos y nos quejamos del Señor. Aún más, ahora se nos han marchitado nuestros espíritus y hemos fallado en sentir la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, todavía no buscamos una iglesia que tenga la obra del Espíritu Santo o ni preguntamos a aquellos que persiguen la verdad, cuál es la causa de esta situación, sino que simplemente trabajan ciegamente. ¿No va esto completamente en contra de la palabra del Señor? ‘Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.’ (Mateo 5:6)? Por lo que, sólo trabajando duro exteriormente no significa que nosotros seamos los que hacemos la voluntad del Padre celestial o que podamos entrar en el reino de los Cielos”.

“Oyendo esto, Ye Ling se sintió conmovida y se sumergió en la contemplación con la cabeza inclinada: Exactamente. Los fariseos trabajaron duro, sufrieron penurias y se entregaron a sí mismos en ese momento. Pero cuando supieron claramente que la palabra de Jesucristo tiene la verdad y la autoridad, no sólo no la aceptaron, sino que también se resistieron obstinadamente y la condenaron. De ninguna manera eran ellos los que estaban siguiendo el camino de Dios. Ahora nosotros los creyentes somos incapaces de poner la palabra del Señor en práctica en nuestras vidas; nuestros espíritus están en tinieblas y se sienten sedientos, pero todavía no encontramos las iglesias que posean la obra del Espíritu Santo. ¿Cómo es posible que una humanidad como nosotros sea la que haga la voluntad del Padre celestial? Entonces Ye Ling dijo con emoción: “Mm, tus palabras tienen sentido y están en consonancia con nuestras situaciones verdaderas. Entonces, ¿Qué debemos hacer para seguir la voluntad del Padre celestial y entrar en el reino de Dios?”

Li Yang constestó, “Jesucristo dijo: ‘No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Y ‘... Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento’ (Mateo 22:37-38). Jesucristo ya nos dijo las condiciones bajo las cuales entramos en el reino de los Cielos: Debemos amar al Señor con nuestro corazón y alma y poner sus palabras en práctica; debemos tener un lugar sólo para el Señor y de acuerdo con sus necesidades sin tomar en cuenta nuestra propia elección en todo. Abraham es un buen ejemplo. Cuando él devolvió a Isaac a Dios, él no eligió para sí mismo y escuchó y obedeció el requerimiento de Dios, así que vio las obras de Dios y obtuvo Sus bendiciones: Sus descendientes serían numerosos como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar. Así que Job, que temía a Dios y rechazó el mal. Cuando encontró pruebas y refinamientos — todo el ganado y ovejas perdidas en la montaña, sus hijos y sus hijas murieron, y su cuerpo estaba enfermo, todavía exaltaba el nombre de Dios, no quejándose de Él. Por esta razón, Dios dijo que Job era un hombre perfecto y recto. Y Pedro escogió amar a Dios al más alto nivel y obedecer a Dios hasta la muerte. Él tenía en mente cada palabra que Jesucristo le decía y se comparaba con estas palabras para que todos sus pensamientos, ideas y acciones pudieran estar de acuerdo con Su voluntad. Al final, fue crucificado boca abajo por Dios, pero aún sentía que no era suficiente su amor por Dios. Debido a su persecución, Jesucristo apreció su creencia y le dio la llave del Reino Celestial. De los antiguos Santos, podemos ver que para obtener la aprobación de Dios, uno necesita incondicionalmente escuchar la palabra de Dios, someterse y adorar a Dios, y tratar de amar a Dios y vivir a semejanza del hombre real que Dios requiere, en lugar de sólo tener alguna buena acción superficial, aguantando dolores o pagando algún precio. Este tipo de fe es la única manera de obtener la alabanza de Dios”. Ye Ling sintió que lo que Li Yang dijo, era consistente con la verdad, así que ella asintió con la cabeza mientras escuchaba.

Li Yang continuó. “Jesucristo nunca dijo que podíamos entrar en el Reino Celestial sólo teniendo buenos comportamientos hacia afuera. Si queremos entrar, debemos seguir la palabra del Señor, en lugar de nuestras concepciones e imaginación. Como dice el refrán, ‘Si no haces lo que tu jefe quiere, es inútil incluso si trabajas hasta la muerte?’ ¡A menos que nuestra fe en el Señor se base en Su palabra, es sólo un sueño y nuestra ilusión de entrar en el reino de los Cielos!”

Ye Ling dijo pensativa: “Tus palabras tienen toda la razón. Son iluminadas por Dios, y también se ajustan a la verdad y a las palabras del Señor. En nuestra creencia en el Señor, debemos basarnos en Sus requerimientos, y tratar de amar y satisfacer a Dios con nuestro corazón y alma, que es la voluntad de Dios. Sin embargo, no actúo según Su palabra, sino que quiero tener buenas obras superficiales y ganar más gente predicando el evangelio a cambio de las bendiciones del reino de los Cielos. ¡No son esas mis concepciones e ilusiones! Me he desviado del camino del Señor, pero no lo sé. Si continúo así, me temo que lo que dijo el Señor, ‘Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad’ (Mateo 7:23). Se cumplirá sobre mí. Es terrible. ¡Gracias al Señor! ¡Li Yang, he entendido y encontrado el camino al reino de los Cielos a través de su compañerismo!”

Li Yang miró a Ye Ling, y luego ambas asintieron con la cabeza, felizmente.

Los pájaros afuera de la ventana todavía estaban cantando sobre la rama. Las flores se veían más brillantes y más hermosas al sol.

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós )

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida


¿Cuáles son las promesas de Dios para aquellos que han sido salvados y perfeccionados?

2019-07-22 20:18:10 | Palabra de Dios

 

Ahora estoy caminando afuera, en medio de Mi pueblo; Yo vivo entre Mi pueblo. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, gente así está bendecida; bienaventurados quienes se someten a Mí, con seguridad permanecerán en Mi reino; bienaventurados quienes me conocen, con seguridad ejercerán poder en Mi reino; bienaventurados quienes me buscan, con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán de la bendición en Mí; bienaventurados quienes son capaces de renunciar a sí mismos, con seguridad entrarán en Mi posesión y heredarán la abundancia de Mi reino. Conmemoraré a los que corren por Mi causa, abrazaré con alegría a los que se consuman por Mi causa, daré disfrute a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; con seguridad serán los pilares que sostendrán la viga maestra de Mi reino, con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se podrá comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que os han sido hechas? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, atravesaréis por los dominios de las fuerzas de la oscuridad. Con seguridad, en medio de la oscuridad, no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el maestro de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor ante Satanás. Con seguridad, a la caída del reino del gran dragón rojo, os erguiréis en medio de la infinidad de multitudes para ser testigo de Mi victoria. Con seguridad estaréis resueltos y firmes en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis la bendición que proviene de Mí, y con seguridad irradiaréis todos los rincones del universo con Mi gloria.

de “La decimonovena declaración” de Las declaraciones de Dios al universo entero

Como son capaces de testificar de Dios y de dedicar todos sus esfuerzos a Su obra, las que lo aman sinceramente pueden caminar por cualquier lugar bajo los cielos sin que nadie se atreva a oponerse a ellas, y pueden blandir el poder en la tierra y gobernar a todo el pueblo de Dios. Estas personas se han juntado desde todo el mundo, hablan idiomas diferentes y tienen un color de piel diferente, pero su existencia tiene el mismo sentido, todas tienen un corazón que ama a Dios, todas llevan el mismo testimonio, y tienen la misma determinación y el mismo deseo. Las que aman a Dios pueden caminar libremente por todo el mundo, las que testifican de Él pueden viajar por todo el universo. Dios ama a estas personas, las bendice y ellas siempre vivirán en Su luz.

de “Los que aman a Dios vivirán siempre en Su luz”

Basados en sus diferentes funciones y testimonios, los vencedores dentro del reino servirán como sacerdotes o seguidores, y todos los que sean victoriosos en medio de la tribulación se convertirán en el cuerpo de sacerdotes dentro del reino. El cuerpo de sacerdotes se formará cuando la obra del evangelio a través del universo llegue a su fin. Cuando ese tiempo llegue, eso que el hombre debe hacer será el desempeño de su deber dentro del reino de Dios y su vida junto con Dios dentro del reino. En el cuerpo de sacerdotes habrá sumos sacerdotes y sacerdotes y los demás serán los hijos y el pueblo de Dios. Todo esto lo determinarán sus testimonios para Dios durante la tribulación; no son títulos que se den a capricho. Una vez que se haya establecido el estatus del hombre, la obra de Dios cesará porque cada uno será clasificado de acuerdo a su especie y regresará a su posición original, y esto es la marca de la consecución de la obra de Dios, este es el resultado final de la obra de Dios y la práctica del hombre, y es la cristalización de las visiones de la obra de Dios y la cooperación del hombre. Al final, el hombre encontrará reposo en el reino de Dios y Dios también regresará a Su morada para reposar. Este es el resultado final de 6.000 años de cooperación entre Dios y el hombre.

de “La obra de Dios y la práctica del hombre”

Aquellos que serán perfeccionados por Dios son los que recibirán las bendiciones de Dios y Su herencia. Es decir, ellos asimilan lo que Dios es y posee para que se convierta en lo que ellos llevan dentro. Tienen todas las palabras de Dios forjadas dentro de ellos; cualquiera que sea la esencia Dios, vosotros tenéis la capacidad de asimilarlo todo tal y como es, y así vivir la verdad. Este es el tipo de hombre perfeccionado por Dios y obtenido por Dios. Sólo este tipo de hombre es elegible para heredar las siguientes bendiciones otorgadas por Dios:

1. Recibir todo el amor de Dios.

2. Actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas.

3. Recibir la guía de Dios, vivir bajo la luz de Dios y ser esclarecido por Dios.

4. Vivir la imagen amada por Dios en la tierra, amando a Dios verdaderamente como hizo Pedro, crucificado por Dios y digno de morir en recompensa del amor de Dios, teniendo la misma gloria que Pedro.

5. Ser amado, respetado y admirado por todos en la tierra.

6. Vencer todas las cadenas de la muerte y el infierno, sin dar oportunidad alguna a las obras de Satanás, siendo poseído por Dios, viviendo dentro de un espíritu fresco y alegre sin ningún sentimiento de cansancio.

7. Poseer un indescriptible sentido de júbilo y emoción en todos los momentos a lo largo de la vida como si se vislumbrara el día de la venida de la gloria de Dios.

8. Recibir gloria con Dios y tener un semblante parecido a los amados santos de Dios.

9. Convertirse en lo que Dios ama en la tierra, esto es, el amado hijo de Dios.

10. Cambiar la forma y ascender con Dios al tercer cielo trascendiendo la carne.

de “Promesas a aquellos que han sido perfeccionados”

Viviendo una vida humana normal en la tierra, el hombre será similar a un ángel; aunque siga estando todavía en la carne, será muy parecido a un ángel. Esta es la promesa final; es la última que se le concede al hombre.

de “Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso”

Una vez acabada la obra de la conquista, el hombre será llevado a un mundo hermoso. Esta vida será, por supuesto, todavía en la tierra, pero será totalmente distinta a la vida del hombre hoy. Es la vida que la humanidad tendrá después de que toda la humanidad haya sido conquistada, será un nuevo comienzo para el hombre en la tierra; tener este tipo de vida será la prueba para la humanidad de que ha entrado en una esfera nueva y hermosa. Será el principio de la vida del hombre y de Dios en la tierra. La premisa de una vida tan bella debe ser que, después de que el hombre haya sido purificado y conquistado, se somete delante del Creador. Así, la obra de conquista es la última etapa de la obra de Dios antes de que la humanidad entre en el maravilloso destino. Semejante vida es la vida futura del hombre en la tierra; es la vida más hermosa sobre la tierra, el tipo de vida que el hombre anhela, la que nunca antes alcanzó en la historia del mundo. Es el resultado final de los 6.000 años de obra de gestión, es aquello que más anhela la humanidad, y también es Su promesa al hombre.

de “Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso”


 

Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí “Satanás” se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. […] Cuando Dios y el hombre entren juntos en el reposo, querrá decir que la humanidad ha sido salvada y que Satanás ha sido destruido, que la obra de Dios entre los hombres se ha terminado por completo. Dios ya no continuará obrando entre los hombres y el hombre ya no vivirá bajo el dominio de Satanás. Por lo tanto, Dios ya no va a estar ocupado y el hombre ya no correrá de aquí para allá; Dios y el hombre entrarán al mismo tiempo en el reposo. Dios regresará a Su posición original y cada persona regresará al lugar que le corresponde. Estos son los destinos en los que Dios y el hombre, respectivamente, residirán después del fin de toda la gestión de Dios. Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras esté a la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. Dios ya no vivirá entre la humanidad y tampoco el hombre podrá vivir con Dios en el destino de Dios. Dios y el hombre no pueden vivir dentro del mismo reino; en vez de esto, ambos tienen sus respectivas maneras de vivir. Dios es el que guía a toda la humanidad, mientras que toda la humanidad es la cristalización de la obra de gestión de Dios. La humanidad es la que es guiada; en cuanto a la esencia, la humanidad no es similar a Dios. Reposar quiere decir regresar a su lugar original. Por lo tanto, cuando Dios entra en el reposo, esto quiere decir que Dios regresa a Su lugar original. Dios ya no va a vivir sobre la tierra ni compartirá el gozo y el sufrimiento de la humanidad mientras esté entre la humanidad. Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva. Estas son las respectivas vidas y destinos de Dios y la humanidad después de que entren en el reposo. […] El lugar del reposo del hombre es sobre la tierra y el lugar del reposo de Dios es en el cielo. Mientras el hombre reposa adorará a Dios y también vivirá sobre la tierra, y mientras Dios reposa, Él guiará al resto de la humanidad; los guiará desde el cielo, no desde la tierra. Dios todavía será el Espíritu mientras que el hombre todavía será carne. Dios y el hombre, ambos, cada uno tiene su diferente manera de reposar. Mientras Dios reposa, Él vendrá y aparecerá entre los hombres; mientras el hombre reposa, Dios lo guiará a visitar el cielo y a gozar también la vida en el cielo. Después de que Dios y el hombre entren en el reposo, Satanás ya no existirá y, como Satanás, esa gente malvada tampoco existirá. Antes de que Dios y el hombre entren en el reposo, esos malvados individuos que una vez persiguieron a Dios sobre la tierra y los enemigos que fueron desobedientes a Él sobre la tierra ya habrán sido destruidos; los grandes desastres de los últimos días los habrán destruido. Después de que esos malvados individuos hayan sido destruidos por completo, la tierra nunca más volverá a conocer la persecución de Satanás. La humanidad obtendrá la salvación completa y sólo entonces será que la obra de Dios termine por completo. Estos son los prerrequisitos para que Dios y el hombre entren en el reposo.

de “Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo”

En el reino, la vida del pueblo de Dios, con Dios, es incomparablemente feliz. Las aguas bailan por las vidas benditas de los pueblos, las montañas disfrutan Mi abundancia con los pueblos. Todos los hombres se esfuerzan, trabajan duro, muestran su lealtad a Mi reino. En el reino, ya no hay rebelión, no más resistencia; los cielos y la tierra dependen el uno del otro, el hombre y Yo somos cercanos y sentimos profundamente, a través de las felicidades de la vida, que nos confundimos en uno. […] ¡Pueblos todos! ¡Cantad ahora las canciones en vuestros corazones y bailad para Mí! ¡Levantad ahora vuestros corazones sinceros y ofrecedlos a Mí! ¡Retumben ahora vuestros tambores y tocad para Mí! ¡Hago brillar la alegría sobre todo el universo! ¡Muestro a los pueblos Mi rostro glorioso! ¡Tronaré! ¡Trascenderé el universo! ¡Ya reino entre los pueblos! ¡Soy exaltado por los pueblos! Me desplazo en el cielo azul y los pueblos se mueven conmigo. ¡Camino entre los pueblos y Mi pueblo me rodea! ¡Los corazones de los pueblos están alegres, sus canciones sacuden el universo y agrietan los cielos! El universo ya no está envuelto en niebla; no hay más lodo, no hay más recolección de aguas residuales. ¡Pueblo santo del universo! Bajo Mi inspección se revela vuestro verdadero rostro. No sois hombres cubiertos de inmundicia, sino santos puros como el jade, todos Mis amados, todos Mis deleites. ¡Todas las cosas vuelven a la vida! Todos los santos han regresado a los cielos, sirviéndome, entrando en Mi cálido abrazo, ya no lloran ni siguen ansiosos, ofreciéndose a Mí, regresando a Mi hogar y, en su tierra, Me amarán sin cesar. ¡Inmutables! ¿Dónde está la tristeza? ¿Dónde están las lágrimas? ¿Dónde está la carne? La tierra ya no existe; los cielos son eternos. Aparezco a todos los pueblos y todos los pueblos me alaban. Esta vida, esta belleza, desde tiempos inmemoriales y para siempre, no cambiará. Ésta es la vida en el reino.

de “¡Pueblos todos! ¡Alegraos!”

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida


¿Pueden entrar en el Reino de Dios que son salvos por la fe?

2019-07-21 20:24:40 | Palabra de Dios

Algunos cristianos creen que mientras acepten la salvación de la cruz del Señor Jesús, reconozcan verbalmente al Señor y crean en Él en sus corazones, entonces serán salvos y podrán entrar en el reino celestial. También hay una base bíblica para esta creencia, que es: “Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10). Por lo tanto, creen aún más firmemente que los que son salvos por la fe pueden entrar en el reino celestial. Pero hay algunos cristianos que permanecen confundidos, y piensan que, al ver que somos capaces de ser impulsivos y de perder la paciencia con la gente todos los días, hasta el punto de que ni siquiera somos capaces de mostrar tolerancia y paciencia a los miembros de nuestra familia, y que somos capaces de decir mentiras para engañar a otros en nuestra vida diaria, ¿pueden entrar en el reino de Dios personas como estas que viven en el pecado? Hablemos hoy sobre este tema.

Como saben todos los que creen sinceramente en el Señor, en nuestra creencia en el Señor debemos basar todo lo que hacemos en las palabras de Dios, porque la Palabra de Dios es el fundamento de nuestra fe en Dios y el parámetro por el cual entraremos en el reino celestial. Entonces, ¿qué dice Dios acerca de que entremos en el reino celestial? El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ñor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). “[...] En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). “[...] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45). De acuerdo con las palabras de Dios, podemos constatar que las personas que creen en el Señor en sus corazones, que oran verbalmente al Señor pero que cometen pecados con frecuencia cada día, no pueden entrar en el reino de Dios. Debido a que Dios es santo, absolutamente ningún pecador puede entrar en Su reino, y esto se decide por el carácter justo de Dios. Por lo tanto, podemos reflexionar sobre nosotros mismos a la luz de las palabras de Dios para ver si cumplimos o no con los criterios para entrar en el reino celestial.

 

 


Después de aceptar la redención del Señor Jesús, a menudo leemos la Biblia, oramos y asistimos a reuniones, y confesamos y nos arrepentimos ante el Señor, tenemos autodisciplina, y seguramente experimentamos muchos cambios en nuestro comportamiento, tales como abstenernos de robar, hurtar, pelear y abusar verbalmente de otros, no fumar, no beber alcohol y mostrar tolerancia y paciencia a otros. Algunas personas también hacen frecuentemente donaciones monetarias e incluso dedican los años de su juventud a trabajar y predicar en la iglesia. Pero hay un hecho que no se puede pasar por alto: Cuando llega algo que toca el dinero, la fama o la fortuna, no podemos dejar de conspirar unos contra otros y competir entre nosotros para obtener ganancias; en nuestras relaciones con otras personas, a menudo podemos revelar arrogancia y engreimiento, y podemos desacreditar y menospreciar a otros; aunque nominalmente creamos y sigamos al Señor, todavía somos capaces de seguir a la gente, admirarla e idolatrarla; cuando servimos al Señor, todavía somos capaces de perseguir el prestigio y el estatus y de buscar ser tenidos en alta estima; en nuestra aproximación a las tareas que el Señor nos ha confiado, todavía somos capaces de actuar de acuerdo a nuestras preferencias y emociones, y todavía podemos ser descuidados y displicentes; cuando las calamidades que nos sobrevienen, ya sean naturales o provocadas por el hombre, podemos surgir en nuestros corazones malentendidos y culpas acerca de Dios, hasta el punto de que incluso negamos a Dios y lo traicionamos, y así sucesivamente. ¿No demuestran tantos comportamientos y expresiones como estos que todavía somos pecadores? Entonces, ¿cómo podemos decir que hemos cumplido con las condiciones para entrar en el reino celestial? Por lo tanto, la idea de que “somos salvos por nuestra fe y podemos entrar en el reino celestial” solo proviene de nuestras ideas e imaginaciones equivocadas.

Al leer un pasaje de las palabras de Dios, podremos entender por qué aquellos que son meramente salvos por fe no pueden entrar en el reino de Dios. Las palabras de Dios dicen: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”.

Las palabras de Dios son muy claras. En realidad, la obra de redención realizada por el Señor Jesús fue hecha principalmente para salvar al hombre de la ley y de los mandamientos, para que el hombre ya no fuera condenado o sentenciado a muerte por la ley. Como al final de la Era de la Ley la humanidad estaba siendo corrompida cada vez más profundamente por Satanás y ya no era capaz de observar la ley, la humanidad entera enfrentaba el peligro de ser sentenciada a muerte por la ley. Dios creó a los seres humanos para que vivieran vidas normales en la tierra y para que pudieran adorarlo; si todos fueran sentenciados a muerte por la ley, entonces el significado detrás de Dios creando a la humanidad se habría perdido. Por lo tanto, Dios se encarnó personalmente para realizar la obra que puso fin a la Era de la Ley y comenzó la Era de la Gracia, la cual salvó al hombre del peligro de ser sentenciado a muerte por la ley. De allí en adelante, mientras la gente aceptara la salvación del Señor Jesús, entonces calificarían para orar al Señor, confesar y arrepentirse de sus pecados al Señor, y sus pecados podrían entonces ser perdonados, y así fueron salvados. Tal como dijo el Señor Jesús: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El” (Juan 3:16-17). Dios nos ama y, para salvarnos de la esclavitud de la ley, Él se encarnó y se convirtió personalmente en nuestra ofrenda por el pecado. Por lo tanto, ser salvos por nuestra fe en el Señor Jesús significa principalmente que hemos escapado de la maldición de la ley y que Dios ya no nos considera pecadores. Así como un criminal que ha cometido todo tipo de delitos puede ser absuelto e indultado por un juez benévolo, esto no significa que nunca más volverá a cometer un delito. Así como el Señor Jesús nos perdonó nuestros pecados, aún somos capaces de pecar frecuentemente, y nuestra naturaleza pecaminosa aún no ha sido desarraigada, ni purificada, por lo cual somos incapaces de entrar en el reino de Dios.

En este punto, algunos hermanos y hermanas pueden decir: “Ciertamente podemos ver gracias a la enseñanza anterior que nuestros pecados son perdonados debido a la redención del Señor Jesús, y que somos salvos por nuestra fe. Y, sin embargo, aún somos capaces de cometer pecados con frecuencia y seguramente somos incapaces de entrar en el reino de Dios. Entonces, ¿cómo podemos ser limpiados y entrar en el reino de Dios?”

Al leer varios pasajes de la Escritura, llegaremos a conocer la respuesta a esta pregunta. El Señor Jesús dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). Dice en la Primera Epístola de Pedro 1:5: “Que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo”. Dice en Hebreos 9:28: “Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan”. A partir de estos versículos, podemos ver que el Señor regresará en los últimos días, que Él expresará más verdades a las iglesias y usará la verdad para realizar la obra de juzgar al hombre. Dios quiere remediar nuestros caracteres corruptos para que podamos ser completamente limpiados y ser arrebatados al reino celestial: esta es la salvación de los últimos días.

Dios dice: “Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa”. “Las personas no pueden cambiar por ellas mismas su carácter; deben padecer el juicio y el castigo y el doloroso refinamiento de las palabras de Dios o ser tratadas con, disciplinadas y podadas por Sus palabras. Sólo después de eso pueden ellos lograr la obediencia y devoción a Dios […]”.

Las palabras de Dios son muy claras. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús realizó la obra de redimir a la humanidad y así nos salvó del peligro de ser sentenciados a muerte por la ley y los mandamientos. Mientras aceptemos la salvación del Señor entonces ya no somos pecadores, y seremos salvos debido a la ofrenda por el pecado hecha por el Señor Jesús. Sin embargo, aún poseemos caracteres corruptos como la arrogancia, el engreimiento, el engaño, la maldad y la avaricia, por lo que aún somos capaces de cometer pecados, y no somos capaces de ser compatibles con Dios ni de entrar en Su reino. Si queremos librarnos completamente de las ataduras del pecado, no ser dominados por nuestros caracteres satánicos y corruptos y no vivir más por filosofías satánicas, entonces debemos aceptar la obra de juicio de Dios en los últimos días, permitir que nuestros caracteres corruptos cambien a través de las verdades expresadas por Dios, y finalmente ser capaces de conocer a Dios y de obedecer y adorar verdaderamente a Dios. Entonces, y solo entonces, podemos decir que hemos alcanzado la salvación completa de Dios, y solo entonces podremos entrar en Su reino.

Confío en que, a través de la enseñanza de hoy, todos tendrán en sus corazones las respuestas a las preguntas: “¿Pueden los que son salvos por la fe entrar en el reino de Dios?” y “¿Cómo podemos entrar en el reino de Dios?” ¡Gracias al liderazgo de Dios!

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation.  

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida


¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?

2019-07-19 20:44:55 | Palabra de Dios

El Señor Jesús ya redimió a la humanidad en la era de la gracia y ya no se consideran pecado aquellos pecados que fueron perdonados a la gente. ¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?

Versículos bíblicos como referencia:

“[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45).

“[…] sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

“Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48).

Palabras clásicas de Dios:

“Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] esta es más profunda que el pecado, plantada por Satanás y profundamente arraigada dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante”.

de “El misterio de la encarnación (4)”

“Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.

de “Acerca de los apelativos y la identidad”

“Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. […] Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. […] Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda”.

de “El misterio de la encarnación (4)”

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios



¿Qué es juicio?

2019-07-18 19:54:22 | Palabra de Dios

Palabras relevantes de Dios:

La obra de juicio es la obra propia de Dios, así que naturalmente la debe hacer Dios mismo; el hombre no la puede hacer en Su lugar. Ya que el juicio es la conquista del hombre por medio de la verdad, es incuestionable que Dios todavía aparezca en la imagen encarnada para hacer esta obra entre los hombres. Es decir, en los últimos díasCristo usará la verdad para enseñarles a los hombres de todo el mundo y para darles a conocer todas las verdades. Esta es la obra de juicio de Dios.

de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’

Cuando se trata de la palabra “juicio”, pensarás en las palabras que Jehová habló en todos los lugares y las palabras de reprensión que Jesús les habló a los fariseos. Aunque estas palabras son severas, no son el juicio que Dios le hace al hombre; estas palabras son sólo las que habló Dios en diferentes ambientes, es decir, escenarios diferentes y no se parecen a las palabras que Cristo habla mientras juzga al hombre en los últimos días. En los últimos días, Cristo usa una diversidad de verdades para enseñarle al hombre, para revelar la esencia del hombre y analizar sus palabras y hechos. Estas palabras comprenden varias verdades, tales como, el deber del hombre, cómo debe el hombre obedecer a Dios, cómo debe el hombre ser leal a Dios, cómo debe el hombre vivir la humanidad normal, la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras se enfocan en la esencia del hombre y en su carácter corrupto. En particular, esas palabras que revelan cómo el hombre desdeña a Dios se dicen con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esa forma de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace.

de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’

Lo que estoy diciendo hoy es para juzgar los pecados de las personas y su injusticia; es para maldecir la rebeldía de las personas. Su engaño y su deshonestidad, sus palabras y sus acciones, todas las cosas que no están en sintonía con Su voluntad experimentarán el juicio, y la rebeldía de las personas se determina como pecaminosa. Él habla según los principios del juicio, y revela Su carácter justo por medio del juicio de su injusticia, la maldición de su rebeldía, y dejando al descubierto todos sus rostros desagradables. […] Juicio, castigo y exposición de los pecados de la humanidad, no hay ni una persona o cosa capaz de escapar a este juicio. Él juzga todo lo inmundo. Sólo a través de esto se dice que Su carácter es justo. De lo contrario, ¿cómo podría afirmarse que sois dignos de ser denominados contrastes?

de ‘Cómo lleva fruto el segundo paso de la obra de conquista’

¿A través de qué se alcanza la perfección que Dios tiene para el hombre? A través de Su justo carácter. El carácter de Dios consiste principalmente de la justicia, la ira, la majestad, el juicio y la maldición y Su perfección para el hombre es principalmente por medio del juicio. Algunas personas no entienden y preguntan por qué es que Dios sólo puede perfeccionar al hombre por medio del juicio y la maldición. Dicen que si Dios maldijera al hombre, ¿no moriría el hombre? Si Dios juzgara al hombre, ¿el hombre no sería condenado? Entonces, ¿cómo puede todavía ser perfeccionado? Esas son las palabras de la gente que no conoce la obra de Dios. Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son los pecados del hombre. Aunque Él habla ásperamente y sin la menor sensibilidad, Él revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es esencial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la esencia de la carne y, por lo tanto, el hombre se somete a la obediencia frente a Dios. La carne del hombre es de pecado y de Satanás, es desobediente y el objeto del castigo de Dios, en consecuencia, para permitirle al hombre que se conozca, las palabras del juicio de Dios le deben suceder y todo tipo de refinamiento se debe emplear; sólo entonces puede ser efectiva la obra de Dios.

De las palabras que Dios ha hablado se puede ver que Él ya ha condenado la carne del hombre. ¿Son estas palabras, entonces, las palabras de maldición? Las palabras que Dios habló revelan lo que el hombre es en realidad y por medio de esa revelación tú eres juzgado, y cuando ves que no puedes satisfacer la voluntad de Dios, dentro de ti sientes aflicción y remordimiento, sientes que estás tan en deuda con Dios y que eres insuficiente para la voluntad de Dios. Hay veces en las que el Espíritu Santo te disciplina desde el interior, y esta disciplina procede del juicio de Dios; hay veces en las que Dios te reprende y esconde Su rostro de ti, cuando no te presta atención y no obra dentro de ti, castigándote silenciosamente con el propósito de refinarte. La obra que Dios hace en el hombre es principalmente para poner en claro Su justo carácter. ¿Qué testimonio de Dios da el hombre en última instancia? Él testifica que Dios es el Dios justo, que Su carácter es la justicia, la ira, el castigo y el juicio; el hombre da testimonio del justo carácter de Dios. Dios usa Su juicio para hacer perfecto al hombre, ha estado amando al hombre y salvando al hombre, pero, ¿cuánto está comprendido en Su amor? Hay juicio, majestad, ira y maldición. Aunque Dios maldijo al hombre en el pasado, no echó por completo al hombre en el abismo, sino que usó ese medio para refinar la fe del hombre; no hizo morir al hombre, sino que actuó con la intención de hacer perfecto al hombre. La esencia de la carne es aquello que es de Satanás, Dios lo dijo exactamente bien, pero los hechos que Dios lleva a cabo no se completan de acuerdo a Sus palabras. Te maldice para que lo ames y para que conozcas la esencia de la carne; te castiga con el propósito de que despiertes, para permitirte que conozcas las deficiencias que hay dentro de ti y para que conozcas la total indignidad del hombre. Por consiguiente, las maldiciones de Dios, Su juicio y Su majestad e ira, todo es con el fin de hacer perfecto al hombre. Todo lo que Dios hace en la actualidad, y el justo carácter que deja claro dentro de vosotros, todo es con el fin de hacer perfecto al hombre y ese es el amor de Dios.

de ‘Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios’

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

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El juicio de Dios en los últimos días forma a los vencedores antes del desastre

2019-07-17 23:06:11 | Palabra de Dios

Ahora Dios Todopoderoso aún está anhelando el regreso de todos los creyentes en Jesús, y está esperando pacientemente que regresen todos aquellos que sinceramente creen en Dios. Dios Todopoderoso dice: “Si las personas permanecen en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, por no decir que nunca conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una abundancia de gracia pero no tienen el camino de vida que les permita conocer y satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente aunque crean en Él. Qué forma más deplorable de creer. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que las esperanzas de muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas de tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es ser conforme a Su corazón. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás culpable de oponerte a Dios. Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: ‘Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del Hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’ (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del Hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del Hombre, un rostro que es un fiel retrato del visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del Hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del Hombre entre los candeleros: ‘Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’. En ese momento, sabrás sin duda que esta carne ordinaria que ha hablado tantas palabras es realmente el segundo Dios encarnado. Y sentirás realmente cuán bendecido eres, y te sentirás el más afortunado. ¿No deseas a aceptar esta bendición?” (“Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios”).

Hoy, en China continental, la mayoría de las personas religiosas que creen en Jesús se han vuelto a Dios Todopoderoso, obteniendo la salvación completa de Dios en los últimos días. Como es evidente, las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas han sido reveladas dentro de la comunidad religiosa. Todas las personas que son vírgenes prudentes han aceptado la segunda venida del Señor Jesús, la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Ellas son las preciosos que han sido “robados” de vuelta a la casa de Dios donde han obtenido la salvación y la perfección de Dios para convertirse en los vencedores perfeccionados por Dios antes del desastre. ¡Qué gran dicha es esto! Las personas que aceptan la oculta obra del advenimiento de Dios pertenecen a las vírgenes prudentes porque estas personas creen en Dios Todopoderoso por el descubriendo de la verdad, y confirmar esto es el verdadero camino por medio de escuchar la voz de Dios. Ése es el significado implícito de “prudentes”. Esas vírgenes prudentes fueron “robadas” de repente sin que ellas lo supieran, creando un alboroto en su ciudad, cuando en realidad fueron arrebatadas para Dios. Esto es cierto. La Biblia predice que en los últimos días Dios vendrá de nuevo “como un ladrón”. Ésta es la segunda venida no revelada del Señor. Para la comunidad religiosa el Señor viene a “robar” lo que es valioso, “robando” sólo a las personas que son “metales preciosos y piedras preciosas”. Esto demuestra que todas las personas que son “robadas” son de buena calidad, capaces de entender y aceptar la verdad. Son personas que conocen la voz de Dios y, por lo tanto, son arrebatadas para Dios para recibir Su perfeccionamiento. ¡Así que es perfectamente cierto aquí que ser “robado” es realmente ser elevado para encontrarse con el Señor! En el momento en que Dios aparezca abiertamente, estos misterios serán revelados. El Señor Jesús dijo: “Sin embargo, cuando el Espíritu de la verdad venga, Él os guiará hacia toda la verdad” (Juan 16:13). Esto se refiere aún más a la obra de Dios en los últimos días. Espero que todas las personas religiosas que sinceramente creen en Dios sean vírgenes prudentes y estudien el camino verdadero, que acepten el camino verdadero y regresen ante el Dios práctico, Cristo de los últimos días. Si esperas hasta que Dios aparezca abiertamente antes de aceptarlo, lamentarás que estás llegando demasiado tarde. Tal como el Señor Jesús le dijo a Tomás, “crees porque me has visto; benditos los que no han visto pero aun así creen” (Juan 20:29).

[…] Jesús está regresando a cumplir y lograr todas las profecías de las que Él habló durante la Era de la Gracia, para usar el juicio y castigo para salvar a las personas y ayudarlas a liberarse de la influencia de Satanás y permitirles a las personas realmente volverse hacia Dios. Él está regresando para resolver el problema de las naturalezas pecaminosas que confundieron a las personas e hicieron que las personas reiteradamente cometieran pecados y los confesaran, incapaces de detenerse ni de librarse en la Era de la Gracia. Él está regresando para cambiar el carácter de las personas, para hacer que las personas realmente conozcan a Dios y obedezcan a Dios para alcanzar la compatibilidad con Dios. Es para clasificar a cada persona según su tipo y poner fin a esta era de oscuridad y maldad. Sólo de esta manera Dios puede traer santos a Su reino. Sólo este es el verdadero significado de Dios haciendo Su obra de salvación. Si la obra de Dios no puede lograr esta clase de resultado al final, entonces la profecía de Dios no se cumplirá ni se logrará realmente y el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad no se podrá terminar. Por consiguiente, el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad de ninguna manera puede tener sólo dos etapas de obra antes de la terminación. Debe tener la obra de Dios de los últimos días de juzgar y castigar a las personas, clasificar a cada una según su propio tipo. Sólo de esta manera el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad se puede ser terminar y Dios puede ganar la victoria total en Su guerra con Satanás y ser verdaderamente glorificado.

de ‘Cómo conocer la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días’ en “Provisión para la vida: Recopilación de sermones”

 Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios



El verdadero significado de “¡Consumado es!” dicho por el Señor Jesús en la cruz

2019-07-16 18:22:22 | Palabra de Dios

Cuando el Señor Jesús fue crucificado dijo: “Consumado es”, lo que muestra que la obra de salvación de Dios para la humanidad estaba completa. ¿Cómo podéis decir entonces que Dios ha hecho una etapa más de la obra para juzgar, purificar y salvar a la humanidad?

La respuesta de la palabra de Dios:

Cuando Jesús vino, también llevó a cabo parte de la obra de Dios, y pronunció algunas palabras; ¿pero cuál fue la obra principal que realizó? La obra de la crucifixión. Se hizo igual a la carne pecaminosa para completar la obra de la crucifixión y redimir a toda la humanidad, y por el pecado de toda la humanidad Él sirvió como ofrenda por el pecado. Esta es la obra principal que realizó.

de ‘Todo se realiza por la palabra de Dios

Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación […].

de ‘El misterio de la encarnación (4)’

Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre.

de ‘El misterio de la encarnación (4)’

Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida.

de ‘Prefacio’

En la obra de la salvación del hombre se han llevado a cabo tres etapas, que es como decir que la batalla con Satanás se ha dividido en tres fases, antes de la derrota absoluta de este. Con todo, la verdad interna de toda la obra de la batalla con Satanás es que sus efectos se logran concediéndole gracia al hombre y convirtiéndose en una ofrenda por el pecado del hombre, perdonando sus pecados, conquistándole y haciéndole perfecto. En realidad, la batalla con Satanás no significa tomar las armas contra él, sino la salvación del hombre, su forma de vivir y el cambio de su carácter para poder llevar testimonio de Dios. Así es como se derrota a Satanás, mediante la transformación del carácter corrupto del hombre. Una vez vencido, es decir, cuando el hombre haya sido completamente salvo, entonces el avergonzado Satanás será atado por completo y, de ese modo, el hombre habrá sido totalmente salvo. Así, la esencia de la salvación del hombre es la batalla con Satanás, y esta guerra se refleja principalmente en dicha salvación. La etapa de los últimos días en las que el hombre tiene que ser conquistado es la última fase de la batalla con Satanás, y también la obra de la completa salvación del hombre del dominio de este. El significado interior de la conquista del hombre es el regreso de la encarnación de Satanás, el hombre corrompido por él, al Creador tras su conquista por medio de la cual renegará de Satanás y volverá por completo a Dios. De este modo, el ser humano habrá sido completamente salvo. Así, la obra de la conquista es la última en la batalla contra Satanás y la fase final de la gestión de Dios por el bien de la derrota de Satanás. Sin esta obra, la plena salvación del hombre sería imposible en última instancia, también sería imposible la derrota total de Satanás y la humanidad no sería nunca capaz de entrar en el maravilloso destino, o liberarse de la influencia de Satanás.

de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación:

El Señor Jesús ya redimió a la humanidad en la Era de la Gracia y ya no se consideran pecado aquellos pecados que fueron perdonados a la gente. ¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?

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