Dios Todopoderoso es mi salvador

Que el amor y la misericordia de DIOS estén siempre contigo

La obra de juicio de Dios en los últimos días hace realidad y cumple las profecías de la Biblia (II)

2019-07-15 20:56:36 | Palabra de Dios

Además, hay algunos textos que directamente predicen cómo Dios hará la obra de juicio y qué resultados alcanzará la obra de juicio. Esto prueba más a fondo que la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días es la última obra para terminar el plan de gestión de Dios; es la obra de poner fin a la Era de la Oscuridad y el Mal e inaugurar la Era del Reino de Cristo. Por ejemplo:

1. “Y los cielos declaran su justicia, porque Dios mismo es el juez” (Salmos 50:6).

2. “Jehová es conocido por el juicio que ejecuta” (Salmos 9:16).*

3. “Jehová se pone en pie para litigar, y se levanta para juzgar al pueblo” (Isaías 3:13).*

4. “El convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra, para juzgar a su pueblo” (Salmos 50:4).

5.“El hace que los consejeros anden descalzos, y hace necios a los jueces” (Job 12:17).

6. “¿Puede enseñarse a Dios sabiduría, siendo que El juzga a los encumbrados?” (Job 21:22).

7. “Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31).

8. “El es el que reduce a la nada a los gobernantes, y hace insignificantes a los jueces de la tierra” (Isaías 40:23).

9.“Y Yo ejecutaré juicios sobre Moab; y ellos sabrán que Yo soy Jehová” (Ezequiel 25:11).*

10. “¡Levántate, oh Dios, juzga la tierra! Porque tú posees todas las naciones” (Salmos 82:8).

11. “Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento; recibid amonestación, oh jueces de la tierra” (Salmos 2:10).

12. “Hiciste oír juicio desde los cielos; temió la tierra y enmudeció al levantarse Dios para juzgar, para salvar a todos los humildes de la tierra” (Salmos 76:8-9).

13. “[…] cuando afile mi espada flameante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis adversarios y daré el pago a los que me aborrecen” (Deuteronomio 32:41).

14. “Decid entre las naciones que Jehová reina; el mundo también será establecido para que no sea conmovido; Él juzgará a las personas con justicia” (Salmos 96:10).*

15. “[…]el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio” (2 Pedro 2:9).

16. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio” (2 Pedro 2:4).

17.“Yo dije en mi corazón: al justo como al impío juzgará Dios, porque hay un tiempo para cada cosa y para cada obra” (Eclesiastés 3:17).”

18. “Y el hombre que procediere con soberbia, y no escuchando al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová, tu Dios, o al juez, incluso ese hombre morirá” (Deuteronomio 17:12).*

19. “Levántate, oh Jehová, en Tu ira, álzate a causa de la ira de mis enemigos, y despierta para mí el juicio que has mandado” (Salmos 7:8).*

20. “En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo” (Isaías 26:9).

21. “Ahora viene el fin sobre ti y enviaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones” (Ezequiel 7:3).

22. “Ahora pronto derramaré mi furor sobre ti y descargaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones” (Ezequiel 7:8).

23. “Un río de fuego corría, saliendo de delante de El. Miles de millares le servían, y miríadas de miríadas estaban en pie delante de El. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros” (Daniel 7:10).

24. “Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra” (Salmos 67:4).

25. “[…] sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:27).

26. “Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre los que practican tales cosas” (Romanos 2:2).

27. “Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio” (Mateo 12:36).

28. “Pues conocemos al que dijo: Mia es la venganza, yo pagare. Y otra vez: El Señor juzgara a su pueblo” (Hebreos 10:30).

29. “Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos” (Juan 9:39).

Dentro de los 29 versículos anteriores de las Escrituras, todos podemos ver claramente los resultados alcanzados en cada aspecto a través del juicio y castigo de Dios ejecutado sobre la humanidad. Además el juicio de Dios de los últimos días no sólo se dirige a una etnia o un país, sino que necesariamente se expande a todas las naciones, todos los estados y hasta la totalidad de la humanidad. Por consiguiente, el juicio de Dios de los últimos días es la obra de terminar la antigua era e inaugurar una nueva era. Al mismo tiempo, las personas también son capaces de ver que Dios en Su juicio está salvando al humilde y al devoto de la tentación y manteniendo al injusto dentro del castigo. El juicio de Dios permite a esas personas en la tierra aprender justicia, buscar la verdad y llegar a conocer el carácter justo de Dios. Hace que todas las personas en la tierra vayan ante Dios y lo elogien y alaben; todas las naciones aclaman y saltan y se postran ante Él en adoración. Esto revela completamente los resultados alcanzados por Dios expresando Su carácter justo. Esto prueba más a fondo que Dios no sólo es un Dios misericordioso y amoroso sino que, lo que es más importante, Él tiene ira y majestad y también juicio y castigo; Dios es, por encima de todo, un Dios justo. De hecho, el carácter inherente de Dios es uno que es principalmente justo. Por lo tanto, Dios viniendo a la tierra para ejecutar la obra de juicio es el tiempo cuando el carácter justo de Dios se revela completamente. La humanidad corrupta se clasifica según la especie debido a la revelación del carácter justo de Dios; todos aquellos que puedan aceptar y obedecer el juicio y castigo de Dios de los últimos días serán salvos y serán hechos perfectos, y todos aquellos que rechacen el juicio y castigo de Dios serán destruidos por resistir a Dios. Este es el resultado logrado directamente a través del juicio y castigo de Dios de los últimos días. Es el justo juicio y castigo de Dios que purifica a la humanidad, salva a la humanidad y, sobre todo, perfecciona a la humanidad. El trono de Dios, por consiguiente, se establece firmemente en la tierra; la voluntad de Dios también se puede llevar a cabo debido a Su juicio y castigo. Que Dios venga a la tierra a ejecutar el juicio ha confirmado completamente que la imagen del Hijo del hombre es la imagen del Señor del juicio en el Libro de Apocalipsis. Al mismo tiempo, también confirma la profecía que “el tabernáculo de Dios está entre los hombres”. Sólo cuando Dios viene a la tierra puede salvar a la humanidad corrupta y sólo por el juicio y castigo de Dios esta era malvada puede ser llevada a su fin. Es el juicio y castigo de Dios lo que ha puesto el fundamento para la venida del reino de Dios y dejar que el reino de Cristo se haga realidad en la tierra. Este es el resulto y la cristalización inevitables de la terminación del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Al final, la reunión de todas las personas que son salvas constituye el reino de Cristo; esto cumple completamente las profecías de “Dios viniendo a Su reino” y “la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios”. Claramente, el siglo 21 es el siglo que Dios viene a Su reino; es el siglo en que el reino de Cristo se hará realidad en la tierra. Mucho más aún, es el siglo en que Dios terminará el destino de Satanás, y en el que Dios vendrá personalmente a la tierra y tomará el poder. El reino de un milenio se hará realidad en el siglo 21.

De muchas profecías en la Biblia podemos ver absolutamente que la obra de juicio de Dios de los últimos días es vasta, poderosa e imparable. Esto permite aún más que las personas vean claramente de la Biblia que la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad es la totalidad del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Aunque gran parte de la Biblia es sólo un registro de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia, las profecías de los profetas, el Señor Jesús y la Revelación todo, sin embargo, reveló completamente hace mucho tiempo la obra de Dios de los últimos días, que es la imagen completa del juicio y castigo en la Era del Reino, haciendo que las personas vean claramente de la Biblia la obra de tres etapas del plan de gestión de Dios. Durante los últimos días, Dios usa el juicio y castigo para salvar a la humanidad, clasificarla según la especie y poner fin a esta era oscura de maldad y corrupción; este es un hecho claro e innegable. Si una persona es incapaz de ver de la Biblia la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad, entonces definitivamente no es una persona que entienda la Biblia, y ciertamente no es una persona que conozca la obra de Dios. Así como todos están anhelando ansiosamente la venida del Señor Jesús otra vez, Dios hace mucho tiempo ya se ha encarnado y secretamente ha venido a China continental cumpliendo completamente las palabras de Dios: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras una tras otra; en China Él formalmente ha levantado la cortina para el juicio ante el gran trono blanco de los últimos días y el juicio ya ha comenzado en la casa de Dios. El pueblo escogido de Dios en China finalmente puede ver en el juicio y castigo de Dios Su aparición. Son las palabras de Dios las que son un testimonio de Su encarnación, es la voz del Espíritu Santo la que es un testimonio de Dios viniendo personalmente a la tierra a hacer la obra de juicio y castigo. El pueblo escogido de Dios acepta el juicio y castigo de Dios, la poda y el trato, y todo tipo de pruebas y refinamientos, sujetándose bajo la autoridad de las palabras de Dios. Al mismo tiempo experimenta la caza y la persecución del gran dragón rojo y toda clase de prueba y tribulación y sufre toda clase de dolor y refinamientos. Ahora Dios finalmente ha conquistado, salvado y completado un grupo de personas que son de un corazón y una voluntad con Dios. Así como Dios Todopoderoso dice en Su propia voz: “[…] no perdonaré a la ligera a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Este del mundo con justicia, majestad, ira, y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!” (“La vigésima sexta declaración’ de Las Declaraciones de Dios a todo el Universo”). Claramente, el juicio ante el gran trono blanco de Dios de los últimos días ya ha comenzado, cumpliendo y logrando completamente todas las profecías en la Biblia.

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Nota al pie:

*. The Bible quotation here is translated from AKJV.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

 


La obra de juicio de Dios en los últimos días hace realidad y cumple las profecías de la Biblia (I)

2019-07-14 22:41:06 | Palabra de Dios

Lo que más se predice dentro de las Escrituras es la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días. Las Escrituras mencionan a Dios ejecutando el juicio en por lo menos doscientos lugares; uno puede decir que todos predijeron que Dios llevará a cabo Su obra de juicio y castigo de los últimos días. Para esto, usar sólo una pequeña porción de las Escrituras es suficiente para probar que Dios ejecutando Su obra de juicio y castigo es un paso inevitable de Su obra de los últimos días. La obra de Dios de los últimos días es usar el método de juicio y castigo para purificar, salvar y perfeccionar a la humanidad; es la obra de clasificar a cada persona según su propia especie a través del juicio y castigo para terminar la era y finalmente construir el reino de Cristo, el amado reino de Dios. Esta es la cristalización de la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad y un glorioso símbolo de Su triunfo sobre Satanás. Por consiguiente, en todas partes en las Escrituras podemos ver escritos de profecías de la obra de juicio de Dios de los últimos días. Si alguien lee las Escrituras por muchos años y de principio a fin no logra ver la obra de juicio y castigo de Dios que es necesaria en Su obra de los últimos días, entonces ese es alguien que no entiende las Escrituras en lo más mínimo; ciertamente no es una persona que conozca la obra de Dios. A continuación se encuentra sólo una pequeña parte de los escritos obvios de las Escrituras para probar que la obra de Dios de los últimos días es la obra de juicio y castigo.

 

1. “Y Yo vendré a vosotros en juicio […], dijo Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:5).*

2. “Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día contra el impío” (Salmos 7:11).

3. “Y juzgará al mundo con justicia; con equidad ejecutará juicio sobre los pueblos” (Salmos 9:8).

4. “Cuando yo escoja el tiempo oportuno, seré yo quien juzgará con equidad” (Salmos 75:2).

5. “Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos” (Isaías 2:4).

6. “[…]cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones” (Ezequiel 5:15).

7. “Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8).

8. “Pues viene a juzgar la tierra; El juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad” (Salmos 98:9).

9. “Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos” (Salmos 1:5).

10.“Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas” (Santiago 5:9).

11.“Diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7).

12. “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48).

13. “Porque El viene; porque El viene a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad” (Salmos 96:13).

14. “Los adversarios de Jehová serán hechos pedazos; del cielo tronará sobre ellos: Jehová juzgará los confines de la tierra y dará fuerza a su rey, y exaltará el cuerno de su ungido” (1 Samuel 2:10).*

15. “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).

Los 15 versículos anteriores sobre el juicio principalmente mencionan que Dios debe juzgar al mundo según la justicia y que debe llevar a cabo el juicio en los diferentes países y plantean el punto clave de que “Dios es juez justo” “Y me acercaré a vosotros para el juicio” “el Juez está a las puertas” “porque la hora de su juicio ha llegado” “pues viene a juzgar la tierra” “El viene a juzgar la tierra” y “el juicio comience por la casa de Dios”. Tales palabras deslumbrantes a todos nos hacen ver claramente que Dios inevitablemente debe venir a la tierra de los últimos días y hacer la obra de juicio y castigo; la obra de Dios de los últimos días también debe ser la obra de juicio y castigo. Ya que estas Escrituras predicen y testifican que Dios personalmente vendrá al mundo del hombre y hará la obra de juicio y castigo entonces, cuando Dios venga, ¿de qué manera exacta ejecutará el juicio y aparecerá al hombre? Esta se ha vuelto la pregunta sumamente preocupante de la humanidad. De un registro real de las dos etapas de la obra de Dios en las Escrituras, podemos ver tal hecho como este: Además de la voz directa del Espíritu de Dios, sólo cuando el Señor Jesús encarnado viniera a la tierra podría Él hablar y obrar como Dios en Su identidad. “Dios viene a la tierra”; estas palabras son lo que Dios le dice a la humanidad corrupta, no lo que Él le dice al mundo espiritual. Esto definitivamente se está refiriendo a la encarnación de Dios viniendo a la tierra que las personas son capaces de ver, definitivamente no se está refiriendo al Espíritu de Dios que las personas no tienen manera de ver. De esto se puede ver que si Dios viene a la tierra personalmente para hacer Su obra de juicio, entonces Él debe ser encarnado como Cristo, el Hijo del hombre; sólo entonces puede Él hablar y obrar con la identidad de Dios. Esto es seguro sin lugar a dudas. “Esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado” (“El misterio de la encarnación (4)”). De las Escrituras y de las palabras de Dios podemos ver que Dios debe usar el camino de la encarnación para venir personalmente a la tierra y hacer la obra de juicio; en los siguientes tres lugares los versículos claramente confirman: “Porque El ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado” (Hechos 17:31). “Y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre” (Juan 5:27). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). Todos estos versículos predijeron directamente que Cristo vendría personalmente a la tierra como carne y llevaría a cabo el juicio. Especialmente todo lo que habla del “Hijo” y del “Hijo del hombre”; sin duda se están refiriendo a Cristo como encarnado. Dios encarnado en el Hijo del hombre es Cristo; esto es seguro sin lugar a dudas. Esto nos hace ver que las profecías en las Escrituras de Dios haciéndose carne, y haciendo Su obra de juicio y castigo de los últimos días, en lo absoluto son pocas en número; si sólo uno las busca, se pueden ver.

 

Unless otherwise stated, scripture quotations on this website are taken from  LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Nota al pie:

*. The Bible quotation here is translated from AKJV.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida



el día y la noche de la humanidad nacen y permanecen gracias a la autoridad de Dios

2019-07-01 23:08:41 | Palabra de Dios

Veamos el primer pasaje: “Y Dios dijo: Que haya luz; y hubo luz. Y Dios vio la luz, que era buena; y Dios dividió la luz de la oscuridad. Dios llamó a la luz Día, y llamó a la oscuridad Noche. Y la noche y la mañana fueron el primer día” (Génesis 1:3-5). Este pasaje describe el primer acto de Dios al principio de la creación, y el primer día que Dios pasó en el que hubo una noche y una mañana. Pero fue un día extraordinario: Dios empezó a preparar la luz para todas las cosas, y, además, la separó de las tinieblas. En ese día, Dios comenzó a hablar, y Sus palabras y autoridad existieron una al lado de la otra. Su autoridad comenzó a manifestarse entre todas las cosas, y Su poder se extendió entre ellas como consecuencia de Sus palabras. Desde este día en adelante, todas las cosas se hicieron y permanecieron gracias a las palabras de Dios, la autoridad de Dios, y el poder de Dios; de la misma manera, comenzaron a funcionar a través de Su palabra, Su autoridad y Su poder. Cuando Dios pronunció la frase “Que haya luz”, fue la luz. Dios no inició empresa alguna; la luz había aparecido como resultado de Sus palabras. A la luz Dios la llamó día, y el hombre sigue dependiendo de ella hoy para su existencia. Por la orden de Dios, su sustancia y su valor nunca han cambiado ni desaparecido. Su existencia muestra la autoridad y el poder de Dios, proclama la existencia del Creador, y confirma una y otra vez Su identidad y Su estatus. No es intangible ni ilusoria, sino una luz real que el hombre puede ver. Desde ese momento, en este mundo vacío en el que “la tierra no tenía forma y estaba vacía; y había oscuridad en la superficie de lo profundo”, se produjo la primera cosa material. Esta cosa surgió de las palabras de la boca de Dios, y apareció en el primer acto creador de todas las cosas por la autoridad y las declaraciones de Dios. Poco después, Él ordenó que la luz y las tinieblas se separaran… Todo cambió y se completó por las palabras de Dios… Él llamó a esta luz “Día”, y a las tinieblas “Noche”. Desde ese momento, la primera noche y la primera mañana se produjeron en el mundo que Dios pretendía crear, y Él determinó que este fuera el primer día. Fue el primero en que el Creador hizo todas las cosas, y el comienzo de la creación de todas las cosas; fue la primera vez que la autoridad y el poder del Creador se manifestaban en este mundo que Él había creado.

A través de estas palabras, el hombre es capaz de contemplar la autoridad de Dios, de Sus palabras así como Su poder. Dado que sólo Dios posee semejante poder, sólo Él tiene tal autoridad, y precisamente por esto, sólo Él tiene tal poder. ¿Podría algún hombre u objeto poseer una autoridad y un poder como estos? ¿Existe una respuesta en vuestros corazones? ¿Posee algún ser creado o no creado, aparte de Dios, una autoridad así? ¿Habéis visto alguna vez un ejemplo de semejante cosa en algún libro o publicación? ¿Existe algún registro de que alguien crease los cielos, la tierra y todas las cosas? No, no aparece en ninguna otra parte; estas son, por supuesto, las únicas palabras autoritativas y poderosas sobre la magnífica creación del mundo por parte de Dios, y se registran en la Biblia; ellas hablan por la autoridad y la identidad únicas de Dios. ¿Se puede decir que esa autoridad y ese poder simbolizan la identidad única de Dios? ¿Que Dios, y sólo Él, las posee? Sin la menor duda; ¡sólo Dios mismo posee tal autoridad y poder! ¡Ningún ser creado o no creado puede poseer o reemplazarlos! ¿Es esta una de las características del único Dios mismo? ¿Habéis sido testigos de ello? Estas palabras permiten con rapidez y claridad que las personas entiendan la realidad de que Dios posee una autoridad y un poder únicos, una identidad y un estatus supremos. ¿Podéis decir, basándoos en la enseñanza anterior, que el Dios en el que creéis es el único Dios mismo?

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación:Palabra de Dios


¿Sabes lo que significa el nombre “Jesús”?

2019-06-28 23:31:54 | Palabra de Dios

En la última comunicación, compartimos el origen y significado del nombre de Dios: “Yahvé”. Luego, recibimos cartas de algunos hermanos y hermanas en el Señor, y ellos preguntaron: “Ya que el nombre del Dios Yahvé perdurará para siempre, debería ser perpetuado de aquí en adelante. Pero, ¿por qué el nombre de Dios cambió a “Jesús” en la Era de Gracia? ¿Se esconde algún significado más profundo detrás?” Probablemente, la mayoría de hermanos y hermanas quieran conocer la verdadera respuesta a esta pregunta. De modo que, dejad que hoy debatamos en la reunión sobre la razón de por qué Dios adoptó el nombre de Jesús, en vez de quedarse con el de Yahvé en la Era de Gracia, y analicemos también el significado del nombre de Jesús.

 

Como todos sabemos, las obras de Dios son inconmensurables. Ningún nombre de Dios puede representar a Dios en su totalidad, ni puede totalmente expresar lo que Dios tiene y es. Al principio, Dios no tenía nombre alguno y se le llamaba Dios. Como Dios necesita guiar, redimir y salvar a la humanidad, Él ha hecho distintas obras y ha ido adoptando distintos nombres a lo largo de las distintas épocas. Como todos también sabemos, el Antiguo Testamento de la Biblia recoge que Yahvé Dios decretó leyes y mandamientos para que guiaran al hombre a lo largo de su vida, para que se dieran cuenta los hombres de que Dios los bendeciría si respetaban las leyes y los mandamientos, pero en caso contrario, Dios los condenaría y maldeciría. De esta manera fue como Yahvé Dios expresó el carácter de la ira y la maldición. Al final de la Era de la Ley, la gente no fue capaz de cumplir la ley, de modo que corrieron el peligro de ser condenados y ejecutados bajo la ley. Para redimir a toda la humanidad, Dios se reencarnó por vez primera, para llevar a cabo la obra de redención bajo el nombre de Jesucristo. Si los hombres le rezaban para confesarle sus pecados y se arrepentían, se les perdonarían sus pecados y podrían disfrutar de la abundante gracia que Dios les había concedido. El Nuevo Testamento de la Biblia registra que Jesucristo rebosaba amor y misericordia, lo cual representa precisamente el carácter que Dios expresó en la Era de Gracia. Podemos ver que haciendo distintas obras, Dios expresa Su distinto carácter y Su nombre cambia en concordancia; esto a su vez es el principio de Su obra, que siempre es nueva y nunca vieja.

Por ejemplo, cuando alguien trabaja de profesor en un colegio, la gente lo llama profesor. Cuando un día resulta que coge un trabajo nuevo en una fábrica, los demás ya no le llamarán profesor cuando lo vean. Porque enseñar fue su trabajo anterior y profesor, su título anterior. Lo más adecuado ahora es llamarle obrero de fábrica de acuerdo con su trabajo actual. Por lo tanto, con la obra de Dios siempre progresando hacia delante, se nos está revelando sin cesar Su carácter y lo que Él tiene y es. Y al mismo tiempo, el nombre de Dios cambia según las necesidades de Su obra.

Sin embargo, no importa de qué manera cambie el nombre de Dios: Su carácter y esencia jamás cambiarán, y mucho menos el objetivo de Su obra. Como dice un pasaje de la palabra de Dios: “‘Jehová’ es el nombre que adopté durante Mi obra en Israel, y significa el Dios de los israelitas (el pueblo escogido de Dios) que puede tener compasión del hombre, maldecirlo, y guiar su vida. Significa el Dios que posee gran poder y está lleno de sabiduría. ‘Jesús’ es Emanuel, y significa la ofrenda por el pecado que está llena de amor, de compasión, y redime al hombre. Él realizó la obra de la Era de la Gracia, y representa la Era de la Gracia, y sólo puede representar una parte del plan de gestión. Es decir, sólo Jehová es el Dios del pueblo escogido de Israel, el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Moisés, y de todo el pueblo de Israel. Y así en la era presente, todos los israelitas excepto la tribu de Judá adoran a Jehová. Hacen sacrificios a Él en el altar, y le sirven llevando túnicas de sacerdotes en el templo. Lo que esperan es la reaparición de Jehová. Sólo Jesús es el Redentor de la humanidad. Él es la ofrenda por el pecado que redimió a esta del mismo. Es decir, el nombre de Jesús vino de la Era de la Gracia, y existió por la obra de redención en la misma. El nombre de Jesús existió para permitir a las personas de dicha Era nacer de nuevo y ser salvos, y es un nombre particular para la redención de toda la humanidad. Y por tanto el nombre de Jesús representa la obra de la redención, y denota la Era de la Gracia. El nombre de Jehová es un nombre particular para el pueblo de Israel que vivía bajo la ley. En cada era y etapa de la obra, Mi nombre no carece de base, sino que tiene un significado representativo: cada nombre representa una era. ‘Jehová’ representa la Era de la Ley, y es el título honorífico para el Dios adorado por el pueblo de Israel. ‘Jesús’ representa la Era de la Gracia, y es el nombre del Dios de todos aquellos que fueron redimidos durante la Era de la Gracia”. (“El Salvador ya ha regresado en una ‘nube blanca’”)

Ahora estamos más capacitados para entender que el nombre de Dios tiene un significado extraordinario en cada Era, conteniendo Su carácter, el principio de Su obra y el trabajo que Él lleva a cabo en cada Era. Si la gente no es capaz de entender el significado de los nombres de Dios, es muy poco probable que conozcan a Dios, y consecuentemente, tan sólo tendrán una forma confusa de fe. Creer en Dios no significa recibir la gracia y la bendición del Señor, ni sacrificar ni renunciar a cosas por Dios. Lo importante es que el hombre conozca a Dios, que sepa cómo Dios nos ha guiado y salvado en cada paso desde Su creación del mundo. Tan sólo así podemos conocer de algún modo la intención de Dios, la de salvar a la humanidad, y así podremos darle mejor la bienvenida cuando Jesucristo regrese. Cuando la gente sepa que el nombre de Dios en una determinada Era, representa Su obra y carácter dentro de esa Era, ¿seguirán teniendo duda alguna acerca de qué nombre usará el Señor Jesús Retornado?

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios

 


El juicio de Dios en los últimos días forma a los vencedores antes del desastre

2019-06-23 18:46:24 | Palabra de Dios

Versículos bíblicos como referencia:

Ahora Dios Todopoderoso aún está anhelando el regreso de todos los creyentes en Jesús, y está esperando pacientemente que regresen todos aquellos que sinceramente creen en Dios. Dios Todopoderoso dice: “Si las personas permanecen en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, por no decir que nunca conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una abundancia de gracia pero no tienen el camino de vida que les permita conocer y satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente aunque crean en Él. Qué forma más deplorable de creer. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que las esperanzas de muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas de tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es ser conforme a Su corazón. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás culpable de oponerte a Dios. Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: ‘Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del Hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’ (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del Hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del Hombre, un rostro que es un fiel retrato del visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del Hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del Hombre entre los candeleros: ‘Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’. En ese momento, sabrás sin duda que esta carne ordinaria que ha hablado tantas palabras es realmente el segundo Dios encarnado. Y sentirás realmente cuán bendecido eres, y te sentirás el más afortunado. ¿No deseas a aceptar esta bendición?” (“Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios”).

Hoy, en China continental, la mayoría de las personas religiosas que creen en Jesús se han vuelto a Dios Todopoderoso, obteniendo la salvación completa de Dios en los últimos días. Como es evidente, las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas han sido reveladas dentro de la comunidad religiosa. Todas las personas que son vírgenes prudentes han aceptado la segunda venida del Señor Jesús, la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Ellas son las preciosos que han sido “robados” de vuelta a la casa de Dios donde han obtenido la salvación y la perfección de Dios para convertirse en los vencedores perfeccionados por Dios antes del desastre. ¡Qué gran dicha es esto! Las personas que aceptan la oculta obra del advenimiento de Dios pertenecen a las vírgenes prudentes porque estas personas creen en Dios Todopoderoso por el descubriendo de la verdad, y confirmar esto es el verdadero camino por medio de escuchar la voz de Dios. Ése es el significado implícito de “prudentes”. Esas vírgenes prudentes fueron “robadas” de repente sin que ellas lo supieran, creando un alboroto en su ciudad, cuando en realidad fueron arrebatadas para Dios. Esto es cierto. La Biblia predice que en los últimos días Dios vendrá de nuevo “como un ladrón”. Ésta es la segunda venida no revelada del Señor. Para la comunidad religiosa el Señor viene a “robar” lo que es valioso, “robando” sólo a las personas que son “metales preciosos y piedras preciosas”. Esto demuestra que todas las personas que son “robadas” son de buena calidad, capaces de entender y aceptar la verdad. Son personas que conocen la voz de Dios y, por lo tanto, son arrebatadas para Dios para recibir Su perfeccionamiento. ¡Así que es perfectamente cierto aquí que ser “robado” es realmente ser elevado para encontrarse con el Señor! En el momento en que Dios aparezca abiertamente, estos misterios serán revelados. El Señor Jesús dijo: “Sin embargo, cuando el Espíritu de la verdad venga, Él os guiará hacia toda la verdad” (Juan 16:13). Esto se refiere aún más a la obra de Dios en los últimos días. Espero que todas las personas religiosas que sinceramente creen en Dios sean vírgenes prudentes y estudien el camino verdadero, que acepten el camino verdadero y regresen ante el Dios práctico, Cristo de los últimos días. Si esperas hasta que Dios aparezca abiertamente antes de aceptarlo, lamentarás que estás llegando demasiado tarde. Tal como el Señor Jesús le dijo a Tomás, “crees porque me has visto; benditos los que no han visto pero aun así creen” (Juan 20:29).

[…] Jesús está regresando a cumplir y lograr todas las profecías de las que Él habló durante la Era de la Gracia, para usar el juicio y castigo para salvar a las personas y ayudarlas a liberarse de la influencia de Satanás y permitirles a las personas realmente volverse hacia Dios. Él está regresando para resolver el problema de las naturalezas pecaminosas que confundieron a las personas e hicieron que las personas reiteradamente cometieran pecados y los confesaran, incapaces de detenerse ni de librarse en la Era de la Gracia. Él está regresando para cambiar el carácter de las personas, para hacer que las personas realmente conozcan a Dios y obedezcan a Dios para alcanzar la compatibilidad con Dios. Es para clasificar a cada persona según su tipo y poner fin a esta era de oscuridad y maldad. Sólo de esta manera Dios puede traer santos a Su reino. Sólo este es el verdadero significado de Dios haciendo Su obra de salvación. Si la obra de Dios no puede lograr esta clase de resultado al final, entonces la profecía de Dios no se cumplirá ni se logrará realmente y el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad no se podrá terminar. Por consiguiente, el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad de ninguna manera puede tener sólo dos etapas de obra antes de la terminación. Debe tener la obra de Dios de los últimos días de juzgar y castigar a las personas, clasificar a cada una según su propio tipo. Sólo de esta manera el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad se puede ser terminar y Dios puede ganar la victoria total en Su guerra con Satanás y ser verdaderamente glorificado.

de ‘Cómo conocer la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días’ en “Provisión para la vida: Recopilación de sermones”

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios


En el tercer día, las palabras de Dios daorigen a la tierra y los mares,

2019-06-22 21:02:15 | Palabra de Dios

En el tercer día, las palabras de Dios daorigen a la tierra y los mares, y la autoridadn de Dios provoca que el mundo rebose de vida

Leamos seguidamente la primera frase de Génesis 1:9-11: “Y Dios dijo: Que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca”. ¿Qué cambios ocurrieron después de que Dios dijese simplemente: “Que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca”? ¿Y qué había en ese espacio lejos de la luz y el firmamento? Está escrito en las Escrituras: “Y Dios llamó a la tierra seca Tierra; y a la unión de las aguas las llamó Mares; y Dios vio que eso era bueno”. Es decir, ahora había tierra y mares en aquel espacio, y fueron separados. La aparición de estas nuevas cosas siguió al mandato de la boca de Dios, “y así sucedió”. ¿Describen las Escrituras a Dios ocupado mientras estaba haciendo esto? ¿Le describen involucrado en una labor física? ¿Cómo hizo Dios, pues, todo esto? ¿Cómo causó Dios que estas nuevas cosas se produjesen? Evidentemente, Él se sirvió de las palabras para lograr todo aquello, para crearlo todo en su totalidad.

En los tres pasajes anteriores hemos conocido la aparición de tres grandes acontecimientos. Los tres aparecieron y se materializaron a través de las palabras de Dios, y por ellas fueron manifestándose uno tras otro ante los ojos de Dios. Por tanto, se ve que “Dios habla, y será cumplido; Él manda, y permanecerá” no son palabras vacías. Esta esencia divina se confirma en el instante en que Él concibe Sus pensamientos, y cuando Él abre Su boca para hablar, Su esencia se refleja plenamente.

 

Continuemos hasta la frase final de este pasaje: “Y Dios dijo: Que la tierra produzca pasto, que las plantas produzcan semillas y que cada árbol frutal sobre la tierra produzca frutos según su clase, cuya semilla esté dentro de los mismos; y así sucedió”. Mientras Dios estaba hablando, todas estas cosas nacieron siguiendo los pensamientos divinos, y en un instante una variedad de pequeñas formas de vida delicadas sacaban vacilantes la cabeza a través del suelo; antes incluso de haberse sacudido la tierra del cuerpo se saludaban con entusiasmo, asintiendo y sonriéndole al mundo. Daban gracias al Creador por la vida que les había concedido, y anunciaban al mundo que formaban parte de todas las cosas, y que cada una de ellas dedicaría su vida a evidenciar la autoridad del Creador. Cuando Dios pronunció Sus palabras, la tierra se volvió exuberante y verde; todas las clases de hierbas de las que los hombres podrían disfrutar surgieron y brotaron de la tierra; las montañas y las llanuras se poblaron copiosamente de árboles y bosques… Este mundo árido, en el que no había existido rastro alguno de vida, se cubrió con rapidez de abundancia de pasto, hierbas y árboles, y desbordó de vegetación… La fragancia del pasto y el aroma de la tierra se extendieron por el aire, y toda una serie de plantas comenzó a respirar en tándem con la circulación del aire, y se inició el proceso del crecimiento. Al mismo tiempo, gracias a las palabras de Dios y siguiendo Sus pensamientos, todas las plantas iniciaron los ciclos de vida perpetua en los que crecen, florecen, dan fruto, y se multiplican. Empezaron a adherirse a sus respectivas trayectorias vitales, y comenzaron a desempeñar sus respectivos papeles entre todas las cosas… Todas nacieron, y vivían por las palabras del Creador. De Él recibirían provisión incesante y alimentación, y siempre sobrevivirían tenazmente en cada rincón de la tierra para mostrar Su autoridad y Su poder, y siempre mostrarían la fuerza vital que Él les había concedido…

La vida del Creador es extraordinaria, Sus pensamientos son extraordinarios, y Su autoridad es extraordinaria; por tanto, cuando pronunció Sus palabras, el resultado final fue: “y así sucedió”. Claramente, Dios no necesita trabajar con Sus manos cuando actúa; simplemente usa Sus pensamientos para mandar, y Sus palabras para ordenar, y así se logran las cosas. En ese día, Dios reunió las aguas en un lugar, y dejó que apareciese la tierra seca; a continuación hizo que el pasto brotara de la tierra, y allí crecieron las hierbas que daban semillas, y los árboles que llevaban fruto, y Dios los clasificó según su especie, e hizo que cada uno contuviese su propia semilla. Todo esto se realizó de acuerdo con los pensamientos divinos y las órdenes pronunciadas por Dios; y cada cosa apareció, una tras otra, en este nuevo mundo.

Cuando aún no había iniciado Su obra, Dios ya tenía en mente una imagen de lo que pretendía lograr, y cuando Dios emprendió la consecución de estas cosas, momento en el que también abrió Su boca para reproducir el contenido de dicha imagen, empezaron a producirse cambios en todas las cosas gracias a la autoridad y el poder de Dios. Independientemente de cómo lo hiciera, o de cómo ejerciera Su autoridad, todo se logró paso a paso, de acuerdo a Su plan y por Sus palabras; así se produjeron también los cambios entre el cielo y la tierra gracias a las palabras y a la autoridad de Dios. Todas estas modificaciones y apariciones mostraron la autoridad del Creador, lo extraordinario y la grandeza del poder de Su vida. Sus pensamientos no son meras ideas, o una imagen vacía, sino una autoridad poseedora de vitalidad y de una energía excepcional; son el poder que causa el cambio, la recuperación, la renovación y el perecimiento de todas las cosas. Por ello, todas las cosas funcionan a causa de Sus pensamientos, y, al mismo tiempo, se realizan por las palabras de Su boca…

Antes de que aparecieran todas las cosas, hacía mucho que en los pensamientos de Dios se había formado un plan completo, y se había constituido un nuevo mundo. Aunque el tercer día aparecieron toda clase de plantas sobre la tierra, Dios no tenía razones para detener los pasos de Su creación de este mundo; Su intención era seguir pronunciando Sus palabras, llevando a cabo la creación de cada cosa nueva. Él hablaría, emitiría Sus mandatos, ejercería Su autoridad y mostraría Su poder; y preparó todo lo que había planeado a fin de que estuviera dispuesto para todas las cosas y para la humanidad que pretendía crear…

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida




¿Podemos ser salvados y entrar en el reino de Dios mientras somos perdonados?

2019-06-20 19:50:40 | Palabra de Dios


Con respecto a la salvación, muchos hermanos y hermanas afirman con seguridad: “La Biblia dice: ‘Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud’ (Romanos 10:9-10). Hemos recibido la salvación en la cruz del Señor Jesús, y si sólo creemos en nuestros corazones y confesamos nuestros pecados con nuestras bocas, seremos perdonados; ya somos salvos, por lo tanto, tenemos la salvación completa y cuando el Señor venga, definitivamente entraremos en el reino de los cielos”. ¿Es este punto de vista nuestro realmente correcto? ¿Tener nuestros pecados perdonados y ser salvos realmente significa que tenemos la salvación completa? Realmente necesitamos comunicar este problema con claridad, porque está directamente relacionado con nuestra entrada al reino de los cielos, es un asunto muy importante.

En primer lugar, debemos reconocer el hecho de que hemos recibido innegablemente la redención del Señor Jesús; sin embargo, ¿nuestra naturaleza pecaminosa ha sido resuelta? ¿El hecho de que Dios perdone nuestros pecados significa que ahora estamos purificados? En cuanto a nosotros, si nos echamos un vistazo a nosotros mismos y a la manera como la mayoría de nuestros hermanos y hermanas que nos rodean viven sus vidas, veremos que la gran mayoría de nosotros seguimos los caminos del mundo; cuando tenemos un problema, carecemos de tolerancia y paciencia, y somos incapaces de poner en práctica las palabras del Señor. Vivimos nuestras antiguas vidas pecando en el día y confesando en la noche. ¿Podríamos aquellos de nosotros que pecamos con tanta frecuencia realmente ser completamente salvos? ¿Entraremos realmente en el reino de los cielos en el futuro? En la Biblia se ha registrado que: “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo de pecado. Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre” (Juan 8:34-35). “Pues que yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44). “[...] y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). A partir de estos versículos, vemos que Dios es santo, que Su reino es santo y que Él no permitirá que personas impuras entren en Su reino. A pesar de que nuestros pecados sean perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa todavía está dentro de nosotros y no estamos libres de la esclavitud del pecado. Vivimos dentro de un círculo vicioso de pecados y confesiones y no estamos purificados en absoluto. Pecar con frecuencia nos hace siervos del pecado. ¿Cómo podría un siervo del pecado entrar en el reino de Dios? Por lo tanto, el argumento de que perdonar nuestros pecados significa alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de los cielos no se sostiene.

¿Qué significa “ser salvo” aquí? Todos sabemos que bajo la Era de la Ley, Dios emitió la ley y los mandamientos a través de Moisés para guiar a los israelitas en su vida en la tierra. En aquellos días, los israelitas sólo tenían que cumplir la ley y los mandamientos y no serían condenados. Cualquier infractor tenía que ofrecer un sacrificio para expiar su pecado, o sería castigado. Por lo tanto, la gente de esos días acató escrupulosamente la ley y nadie se atrevió a violarla. Hacia el final de la Era de la Ley, las personas pecaron cada vez más a medida que su corrupción por parte de Satanás se hizo cada vez más profunda. Ya no había suficientes sacrificios para expiar sus pecados y todos corrían el riesgo de ser ejecutados de acuerdo con la ley. Dios no podía soportar el hecho de ver a las personas que había creado siendo tan devoradas por Satanás, así que Dios se hizo carne y vino a la tierra para actuar como ofrenda por el pecado del hombre al ser clavado en la cruz, y rescatar así al hombre de vivir bajo la ley. Desde entonces, si solo creemos en el Señor Jesús, nuestros pecados pueden ser perdonados. Ya no sufrimos condena por no respetar la ley; es decir, somos salvos por la redención del Señor. Está claro entonces que “ser salvos” es que nosotros creamos en el Señor Jesús, siendo perdonados por nuestros pecados al arrepentirnos ante el Señor, y ya no estar sujetos a ser ejecutados por la ley. No solo eso, sino que también significa poder disfrutar de la paz, la alegría y la gracia abundante que nos concede el Señor Jesús. Esto es a lo que nos referimos comúnmente como el verdadero significado de “ser salvos” por la fe.

Leamos juntos un par de pasajes: “Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.

“Los pecados del hombre fueron perdonados a través del Dios encarnado, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado en él. Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie”.

A partir de estos dos pasajes, podemos ver que de hecho somos salvos por la obra redentora del Señor Jesús, pero esta salvación sólo significa que nuestros pecados son perdonados. No significa que estamos libres de la esclavitud y del control del pecado. Puesto que nuestra naturaleza pecaminosa todavía existe, a menudo vamos en contra de las enseñanzas del Señor y seguimos los deseos de la carne y cometemos pecados. Es tal como Pablo dijo una vez: “Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí” (Romanos 7:18-20). Las palabras de Pablo transmiten la voz interior de cada hermano y hermana. A menudo estamos dominados por el pecado, manifestando todo tipo de caracteres satánicos y corruptos. Por ejemplo, el Señor nos exige que seamos personas honestas, pero a menudo mentimos, engañamos y hacemos trampa para nuestro propio beneficio. En nuestros tratos interpersonales, conspiramos unos contra otros por nuestro beneficio personal. Cuando sufrimos a través de pruebas, seguimos malinterpretando y culpando a Dios, e incluso nos distanciamos de Él o lo traicionamos. Cuando la obra de Dios no se ajusta a nuestras nociones, juzgamos y condenamos a Dios a nuestra voluntad. Seguimos a Dios, pero al mismo tiempo seguimos y adoramos al hombre... Es difícil liberarnos de este círculo vicioso de pecar y luego confesar. Nunca podremos librarnos de la esclavitud del pecado ni podremos someternos absolutamente a Dios y ser compatibles con Él. ¿Cómo puede esto llamarse salvación completa?

¿Todavía tenemos la esperanza de alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de Dios? En realidad, hay algunos versículos en la Biblia que ya nos han revelado esto. Veamos. Está registrado en la Biblia que: “Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir” (Juan 16:12-13). “El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48). “Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo” (1 Pedro 1:5). “he aquí, el juez está delante de la puerta” (Santiago 5:9). Podemos ver en estos versículos que el Señor Jesús vendrá nuevamente en los últimos días y expresará la verdad, haciendo una etapa de obra para juzgar y purificar a la humanidad, salvándonos completamente del pecado, permitiéndonos escapar de la esclavitud del pecado, y haciéndonos finalmente compatibles con Dios. Nos convertiremos en personas que temen a Dios y se someten a Él. El logro de tal resultado debe alcanzarse por la obra de juicio de Dios en los últimos días. Solo a través del juicio y la revelación de la palabra de Dios podemos entender la verdad de nuestra corrupción por parte de Satanás, así como nuestras naturalezas y esencias; sólo entonces podremos entender la justicia, la majestad y el carácter inviolable de Dios. Solo entonces podremos tener un verdadero remordimiento y arrepentimiento, y la resolución de despreciar a la carne y abandonar a Satanás. Entonces podremos desarrollar un corazón temeroso de Dios; podremos romper completamente con la influencia maligna de Satanás, volvernos completamente a Dios y ser ganados por Él. A medida que nuestra comprensión de la verdad se profundiza, nos someteremos más y más a Dios y cada vez practicaremos más la verdad. De esta manera, antes de que nos demos cuenta, desecharemos completamente el pecado y seremos purificados. Solo entonces podremos alcanzar la salvación completa y entrar en el reino de Dios. Está claro que sólo cuando aceptemos el juicio y el castigo de las palabras de Dios en los últimos días podremos entender la verdad, conocer a Dios, liberarnos completamente de la influencia de Satanás y deshacernos de su carácter corrupto. Entonces podremos vivir por la verdad y por la palabra de Dios; este es el verdadero significado de la salvación completa. Esto requiere que oremos más con respecto a dar la bienvenida al regreso del Señor, buscarlo con humildad y escuchar atentamente “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Solo entonces podremos dar la bienvenida a la aparición de Dios, experimentar la obra de juicio de Dios en los últimos días, ser purificados y ser completamente salvos. Gracias al Señor, ¡que la salvación del Señor en los últimos días nos llegue pronto!

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios

 

 


En el segundo día, la autoridad de Dios organiza las aguas

2019-06-19 23:45:22 | Palabra de Dios

Leamos el segundo pasaje de la Biblia: “Y Dios dijo: Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas. Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento; y así sucedió” (Génesis 1:6-7). ¿Qué cambios se produjeron después de que ordenase “Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas”? Las Escrituras dicen: “Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento”. ¿Cuál fue el resultado después de que Dios hubiese hablado y realizado esto? La respuesta se encuentra en la última parte del pasaje: “y así sucedió”.

Estas dos breves frases registran un acontecimiento magnífico, y describen una escena maravillosa: el tremendo proyecto en el que Dios gobernó las aguas, y creó un espacio en el que el hombre pudiera existir…

 

En esta imagen, las aguas y el firmamento aparecen ante los ojos de Dios en un instante, y Él los divide con la autoridad de Sus palabras; se separan arriba y abajo en la forma designada por Él. Es decir, el firmamento creado por Dios no sólo cubría las aguas abajo, sino que también sustentaba las aguas arriba… En esto, el hombre no puede evitar limitarse a mirar fijamente, estupefacto, y gritar de admiración ante el esplendor de la escena en la que el Creador transfirió las aguas, mandó sobre ellas, y creó el firmamento, por el poder de Su autoridad. A través de Sus palabras, Su poder, y Su autoridad, Dios logró otra gran proeza. ¿No es esto el poder de la autoridad del Creador? Utilicemos las Escrituras para explicar los hechos de Dios: Él pronunció Sus palabras y, por ellas, se creó un firmamento en medio de las aguas. Al mismo tiempo por estas palabras divinas se produjo un cambio tremendo en aquel espacio, y no fue un cambio en el sentido ordinario, sino una especie de sustitución en la que la nada se convirtió en algo. Nació de los pensamientos del Creador, y surgió de la nada por las palabras que el Creador pronunció. Además, desde ese momento en adelante existiría y permanecería, por causa del Creador, y cambiaría, se transformaría, y renovaría de acuerdo con Sus pensamientos. Este pasaje describe el segundo acto del Creador en Su creación de la totalidad del mundo. Fue otra expresión de Su autoridad y Su poder, así como otro proyecto pionero Suyo. Ese día fue el segundo día que el Creador había pasado desde la fundación del mundo, y fue otro día maravilloso para Él: caminó en medio de la luz, trajo el firmamento, organizó y gobernó las aguas, y Sus hechos, Su autoridad, y Su poder se pusieron a trabajar en el nuevo día…

¿Había un firmamento en medio de las aguas antes de que Dios pronunciara Sus palabras? ¡Por supuesto que no! ¿Y después de que Dios ordenara “Que haya firmamento entre las aguas”? Apareció lo que Dios tenía en mente; hubo un firmamento en medio de las aguas, y estas se separaron porque Dios mandó “y que se dividan las aguas de las aguas”. De esta forma, siguiendo las palabras de Dios, dos nuevos objetos, dos cosas recién nacidas aparecieron entre todas las demás como resultado de la autoridad y del poder de Dios. ¿Cómo os sentís por la aparición de estas dos nuevas cosas? ¿Sentís la grandeza del poder del Creador? ¿Sentís la fuerza única y extraordinaria del Creador? La grandeza de semejante fuerza y poder se debe a la autoridad de Dios, que es una representación y una característica única de Dios mismo.
¿Os ha proporcionado este pasaje otro sentido profundo de la singularidad de Dios? Sin embargo, esto está lejos de ser suficiente; la autoridad y el poder del Creador van más allá. Su singularidad no se debe simplemente a que Él posea una esencia diferente a la de cualquier criatura, sino también a que Su autoridad y Su poder son extraordinarios, ilimitados, superlativos para todos, y están por encima de todos. Además, Su autoridad, así como lo que Él tiene y es pueden crear vida, producir milagros, pueden crear todos y cada uno de los espectaculares y extraordinarios minutos y segundos, y, al mismo tiempo, Él es capaz de dominar la vida que crea, y ser Soberano sobre los milagros, y sobre todos y cada uno de los minutos y segundos creados por Él.

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabras de Dios 


Dios mismo, el único (II) El carácter justo de Dios (Parte2)

2019-06-16 20:59:56 | Palabra de Dios

 

El contenido del vídeo:
Aunque la ira de Dios está oculta y es desconocida para el hombre, no tolera ofensa La ira de Dios es una salvaguardia para todas las fuerzas justas y todas las cosas positivas
Aunque Satanás parece humano, justo y virtuoso, es cruel y malvado en esencia Uno no debe basarse en la experiencia y la imaginación para conocer el carácter Justo de Dios

Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida

Recomendación: Palabra de Dios


Leer más sobre el carácter justo de Dios:

Dios mismo, el único (II) El carácter justo de Dios (Parte1)