Reflexión del evangelio de hoy - ¿Es cierto que nadie sabe el día del regreso del Señor?
¿Es cierto que nadie sabe el día del regreso del Señor?
En la Biblia se registra: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Algunas personas creen que nadie sabe el día del regreso del Señor; pero otras piensan que “aquel día o de aquella hora nadie sabe” se refiere a que nadie sabe el día y la hora exactos de la venida del Señor, no a que después de que Él haya regresado, ningún hombre lo sabrá.
Acerca de las profecías que alguien lo sabrá cuando el Señor haya regresado, en la Biblia se dice así: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Si nadie lo sabrá cuando regrese el Señor, entonces ¿cómo se cumplirán estas profecías?
En un libro se dice: “Al amanecer, sin que nadie lo supiera, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas fueron totalmente inconscientes de ese momento. Quizás estaban todos dormidos; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre toda esta cantidad de personas, nadie supo que Dios ya había llegado a la tierra”.
Y también se dice: “Al principio, cuando Jesús aún tenía que desarrollar oficialmente Su ministerio, como los discípulos que lo siguieron, en ocasiones asistió a reuniones, cantó himnos, alabó y leyó el Antiguo Testamento en el templo. Después de ser bautizado y levantarse, el Espíritu descendió oficialmente sobre Él y comenzó a obrar, revelando Su identidad y el ministerio que iba a emprender. Antes de esto, nadie conocía Su identidad, excepto María. Ni siquiera Juan la conocía. Jesús tenía 29 años cuando fue bautizado. Después de Su bautismo, los cielos se abrieron y una voz dijo: ‘Este es Mi Hijo amado, en quién me regocijo grandemente’. Una vez que Jesús había sido bautizado, el Espíritu Santo comenzó a dar testimonio de Él de esta forma. Antes de ser bautizado a la edad de 29, Él había vivido la vida de una persona ordinaria, comiendo cuando tenía que comer, durmiendo y vistiéndose normalmente, y nada de Él era diferente de los demás. Por supuesto esto sólo era así para los ojos carnales del hombre. En algunas ocasiones Él también fue débil y, en otras, no pudo discernir cosas, […] Al principio, las personas no sabían y sólo llegaron a saber un poco una vez que el Espíritu Santo dio testimonio de Jesús de esa forma. Si Jesús hubiera hecho una gran obra antes de que el Espíritu Santo diera testimonio de Él, pero sin el testimonio de Dios mismo, entonces independientemente de lo grande que fuera Su obra, las personas nunca habrían conocido Su identidad, porque el ojo humano habría sido incapaz de verlo. Sin el paso del testimonio del Espíritu Santo, nadie lo habría reconocido como Dios encarnado”.
Estas palabras nos dicen que nadie lo sabrá cuando regresa el Señor. Al igual que cuando el Señor Jesús vino, nadie descubrió que Él era Mesía que vendría, pero cuando se puso a llevar a cabo Su obra, el Espíritu Santo dio testimonio de Él, siendo así, el hombre comenzó a conocer Su identidad. De la misma manera, cuando el Señor Jesús venga de nuevo, no vamos a saber en qué día y a qué hora llegará, pero cuando Él viene a realizar Su obra, lo sabremos.
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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