Lo que sigue es de la columna de Masayuki Takayama en la última parte del Weekly Shincho, publicada hoy.
Este artículo también demuestra que es el único periodista del mundo de la posguerra.
Este artículo también demuestra que hoy merece el Premio Nobel de Literatura o el Premio Nobel de la Paz.
Es una lectura obligada, no sólo para el pueblo de Japón, sino para la gente de todo el mundo.
El pecado de Shizue
En el pasado, no era fácil tener un hijo divertido.
Se rompía la propuesta de matrimonio de su hermana y perdían sus contactos sociales habituales.
Fueron condenados al ostracismo en su pueblo.
En un pueblo de montaña al que fui a un seminario me contaron que, en el pasado, así se erradicaban las malas semillas.
Charles Darwin y su primo Francis Gorton dieron la base científica para ello.
Gorton lanzó la «eugenesia», afirmando que el genio se hereda.
Creía que se podía producir una descendencia superior ideando la herencia y el mestizaje, mientras que las malas semillas podían eliminarse artificialmente.
La comunidad médica estaba entusiasmada.
En particular, Estados Unidos, que tenía ideas similares a las de la Alemania de Hitler, donde se consideraba que la raza aria era la mejor, trabajó duro para «crear una raza maravillosa» a escala nacional.
También en Japón se popularizó la teoría de la conversión racial, estimulada por la eugenesia, y en 1938 se presentó a la Dieta un proyecto de ley para la protección de la eugenesia étnica.
Sin embargo, el debate no prosperó. Por ejemplo, la propuesta del gobierno para la esterilización de los trastornados mentales fue rechazada por algunos, que decían: «Hay una delgada línea entre un loco y un genio. ¿No es posible eliminar incluso a los genios?».
También se discutió la cuestión de los deficientes mentales. Al mismo tiempo, los dibujos en cartulina de Kiyoshi Yamashita llamaron la atención, y se celebró una exposición en la Universidad de Waseda.
En la Cámara de los Lores también se examinaron la infertilidad y la esterilización para acabar con las malas semillas: «¿Quién llevará al niño al quirófano?».
Si los padres se vieran obligados a hacerlo, «¿cómo enseñarían a sus hijos el camino de la piedad filial?».
También se transmitió la situación en el extranjero.
En Estados Unidos, la llamada lobotomía, o lobotomía frontal, propuesta por el profesor de la Universidad de Yale John Fulton para el tratamiento de trastornos psiquiátricos, ya se había utilizado en miles de casos.
Entre ellos estaba la hermana de John F. Kennedy, Rosemary.
Era demasiado traviesa y quedó lisiada tras la operación simplemente por ser un poco demasiado señora.
Era un secreto oculto de la familia Kennedy, pero también se deliberó a fondo sobre sus peligros.
También nos llegó la historia del matrimonio de Michiko Tanaka, una actriz que había sido la flor y nata de la sociedad europea, con el actor alemán Victor de Corvure.
Una pesada historia acompañó al bendito amor. Cuando Hitler se enteró del matrimonio de la pareja, puso como condición para casarse la esterilización de la novia, alegando que no quería que la sangre de una raza inferior se mezclara con la sangre aria.
En aquella época, la ley alemana de protección eugenésica realizaba decenas de miles de esterilizaciones y eutanasias al año.
También se utilizaba como medio para exterminar a los judíos.
En respuesta, las deliberaciones de la Dieta japonesa eliminaron los elementos hitlerianos, y el nombre del proyecto de ley se cambió de «ley de esterilización racial» a «Ley Eugenésica Nacional».
El proyecto de ley se aprobó también en junio de 1941 excluyendo la «aplicación obligatoria» (artículo 6 del proyecto de ley), que es lo mismo que se practica en Alemania y EE.UU. de «aborto o esterilización a discreción del director de un hospital psiquiátrico o prisión» (artículo 7). Fueron necesarios tres años de deliberaciones.
Después de la guerra, MacArthur silenció a los periódicos estableciendo una censura y unos códigos de prensa más severos que los de «1984» de Orwell e impuso una constitución de su propia autoría.
Este dictador también aplicó la versión estadounidense de la Ley de Protección de la Eugenesia, que sustituyó a la Ley Nacional de Eugenesia.
El agente de GHQ era Shizue Kato, del Partido Socialista.
Antes de la guerra, fue a EE.UU. a estudiar con Margaret Sanger, que predicaba la «libertad de contracepción y aborto». Tras regresar a Japón, abogó por la «libertad de abortar» y «cortar las malas semillas», igual que Hitler.
Estaba en línea con el objetivo de MacArthur de «reducir la población de Japón».
Shidue fue elegido miembro de la Dieta por recomendación del Cuartel General y se convirtió en promotor de la versión estadounidense de la Ley de Protección de la Eugenesia.
A diferencia de la Ley Nacional de Eugenesia, el proyecto de ley no contenía restricciones sobre el aborto o la esterilización.
También se ha suprimido el artículo 6, que permite a los funcionarios de prisiones decidir sobre el aborto y la esterilización según les convenga.
En otras palabras, ahora se pueden practicar abortos sin la aprobación de la persona o de sus familiares.
Cibue explicó el propósito de la ley a la Dieta, pero el periódico Asahi Shimbun informó recientemente: «No hubo ningún debate crítico».
Eso es cierto.
¿Pueden oponerse las personas que MacArthur nombró miembros del parlamento?
De este modo, con la nueva versión de la ley, se generalizaron las cirugías que no respetaban los derechos humanos, y la población se redujo.
Kishida se disculpó, pero la culpa es de MacArthur y de los periódicos, que siguieron ocultando la verdad.
¿No era hora de sacar a la luz la oscuridad de la ocupación?
2022/7/25 in Kyoto
