Obra, Jose Javier Velilla Aguilar
Las palabras, "Pensé que podría recuperarte", todavia me esperaron. Quizas las palabras habrían venido a la misma hora cada día, como la luz del sol poniente. Saber que esta cosa inmutable y habitual permanece ahí me entristece. Si vengo aquí, puedo ver tu corazón. Tus palabras. "Pensé que podría recuperarte". Al recordarlos, ahora me doy cuenta de que te he perdido para siempre. Pero qué dulce señuelo es. Sólo cuando pienso que te he perdido para siempre, también pienso que te recuperaré. O puedo recuperar aquel día. No serán tus palabras, sino mis palabras las que presagiaron este día, y no serán mis palabras, sino las palabras de otra persona que te amó. "Pensé que podría recuperarte". Las mismas palabras se repiten. Vienen cada día como la luz del sol poniente. Aquel día sigue ahí, como un momento que nunca podrá unirse, no importa cuántas veces se repita. Está tan cerca que creo que aún puedo recuperarlo. Justo a mi lado.
取り戻せると思った、ということばが残っていた。それは夕陽のように必ず毎日同じ時間にやってきたのだろう。その変わることのない、習慣のようなものが、そこに残っていると知って、私は寂しくなった。ここに来れば君のこころに会える。そして、取り戻せるはずだと言った君のことば。思い出しながら、いま、私は永遠に君を失ったと自覚する。しかし、それはなんと甘美な誘いなのだろう。君を永遠に失ったと思うときにだけ、同時に、それは必ず取り戻せると思ってしまう。あの日を取り戻せる。それは君のことばではなく、この日を予感していた私のことばであり、さらにそれは私のことばではなく、君を愛したほかのだれかのことばになる。取り戻せると思った、という同じことばが繰り返される。夕陽のように毎日やって来る。繰り返しても繰り返しても、ひとつにはなれない、その一瞬として、あの日がまだそこに残っている。まだ取り戻せると思う近さで。私のすぐそばに。